Partida Rol por web

El día del concurso había empezado y Holly y Sally se encontraban a bordo de un barco con más comida que metal, surcando el océano. Aquello, por supuesto, sonaba más emocionante de lo que en realidad era. El aire y la sal había empezado a agrietarle los labios pero cada vez que su ánimo empezaba a decaer, miraba la bandera con los calzoncillos morados de Bobby y recuperaba el optimismo.

Eso por desgracia no funcionaba con Sally. La fantasma estaba lanzando miradas asesinas por doquier, aunque a nadie le importara realmente lo que Sally pensara, sintiera o mirara. Es decir, a Holly podía importarle. A veces. Pero aquella no era la ocasión, por supuesto.

- ¿Qué? - otra vez se había quedado en babia mientras alguien le hablaba, un negro con pinta de fumado a quien dirigió su sonrisa vacía.

- Nadie, un tontolaba. Dice que nademos. Bueno, que nades. El muy empanado ha fingido verme pero sin recordar que soy un fantasma y que puedo flotar. Será pavo.

- Ah... Vale. Lanzarme y nadar - acabó por decir Holly mientras se aferraba con fuerza a su bandera y exhibía una sonrisa de dientes tan blancos que casi deslumbraba -. Puedo hacerlo.

Sin más miramientos, se lanzó al agua, dando brazadas con su bandera.

- Uoh, que temperamento más ¡Explosivo!- Comenta Danny Mclean a Noiz y se escucha un ¡SPLASH! De repente, viene nadando desde el ferri -el cual acababa de llegar de nuevo- Holly con una bandera extraña que, mientras más se va acercando, más veis que se trata de un palo con unos calzoncillos morados. Nadaba genial dando brazadas con su bandera. - Aquí intentemos llevarnos todos bien ¿eh? Sobretodo conmigo... Por favor.- Dice el presentador mirando suplicante al recién llegado mientras Holly subía las escaleras. 

- Y aquí llega nuestra quinta concursante, Holly Dallas. Muchos la conoceréis por sus fantásticos vídeos ¿No quieres saludar a tus fans desde aquí, Holly? Y dime ¿Qué es eso que llevas contigo? Son los... ¿Calzoncillos de tu novio? ¡Un saludo, Sally!

Lesley se acerca a Holly con una radiante sonrisa y comienza a dar saltitos a su al rededor mientras las tetas le botan por el gran escote ajustado que lleva. - Tía, tía, tíaaaaa... Me encantan tus vídeos. 

Charlie, el cámara, se esconde tras la cámara con la esperanza de que la recién llegada no la vea. 

- Y bueno, Noiz. Ropa seca y cambiador hay en tu habitación, pero hasta que no lleguen todos no podrás cambiarte. Lo siento, me ciño al guión. - Responde Danny. 

El ferri se marcha a por el siguiente concursante. 

Había sido una mañana estresante; tu madre estaba muy pesada con mirar lo que llevabas en las maletas, cruzaba los dedos para que no se te olvidara nada y te obligaba a despedirte de tus familiares, quienes te habían acompañado hasta la costa, donde el Ferri te esperaba. Un barco lujoso y lleno de comida que, sin lugar a dudas, habían preparado para ti. Realmente, ese hecho te ofendía ¡Ni que fueras esa tal Latifa y pudieras tu solo con todo esto! ¿Pero estabas solo? Alguien tenía que estar conduciendo este dichoso vehículo y, además, ¿cuánto tiempo hacía que estabas navegando? 

Te pusiste en pie, con la esperanza de que te dieran una explicación; la verdad que esto tenía mala pinta; en las películas de secuestros solían pasar esas cosas, cuando, de repente, un muchacho larguirucho y moreno entró por la puerta por la cual te disponías a salir. 

- Yeah, colega. Soy DJ y me vas a ver mucho por la isla, supongo que esto ya te lo habrá contado tu mamaíta. Tu tienes una ventaja extra al resto, pero que sepas que conmigo eso no va a funcionar. No me gustas, y tu madre menos. Y aprovecho para decirte esto ahora que las cámaras no me ven. - Dice acercándose a ti con pasos rítmicos. - Vengo a decirte que estamos apunto de llegar, pero me temo que las cosas no son tan fáciles. Vas a tener que saltar del barco y nadar hasta la costa. Allí te espera nada más y nada menos que ¡Danny Mclean! Pero no te preocupes, es una prueba bastante fácil y tendrá su recompensa. En cuanto a tus pertenencias, no hay problema, yo mismo me encargaré de llevarlas a tu cabaña. Si se me cae algo por el camino no es problema mío. Y ahora dime ¿tu culo blanquito será capaz de nadar hasta la costa? 

Notas como el barco se para. 

- Bien ¿Listo? Tendrás que nadar por ahí. Rápido, que tenemos que ir a buscar a la siguiente concursante. 

Y, al salir, ves como unos metros más allá te esperan en la orilla Danny, Lesley, el cámara, Neil el Metralleta, Dark Blood Mistress, Ashley Hastings, Noiz y Holly Dallas. 

Me disponía a seguir con Dark Blood hasta que la voz de Ashley entro como una brisa de calido aire en mi aparato auditivo. Casi pude notar como mis orejas se alzaban y una sonrisa brotaba de mis labios

-Continuaremos hablando mi oscura belleza. Y cuida de la sombrilla. No queremos que tu piel adquiera... Color.

Di un giro de 480º sobre mi mismo y me planté cara a cara con Ashley.

-Hm... Hmhm... -Reí con la boca cerrada y me acerqué a su oído -Me parece una idea brillante digna de una chica brillante como tú...

Entonces mi oído detecto el sonido de unos pechos botando y me fijé que Lesley saltaba de alegría al lado de una concursante nueva.

"Mierda, no sé si podré con tres a la vez... Espera. Eres Neil. Puedes."

-Voy a ver que se cuece con la tetasdigoo con la nueva... Je.

Las tetas de Lesley me distraían. Debía ser fuerte. Me acerqué a Holly intentando que mis ojos y los ojos de los pechos de Lesley no hicieran contacto.

-Encantado Holly -Cogí su mano y la besé educadamente -Soy Neil. -Saludé con la cabeza de forma más general -Hola a Sally también. -Sonreí.

¿Iba en serio? ¿Se iba a tener que pasar vete tú a saber cuánto rato mojado como una rata de alcantarilla tras su baño matutino? Mierda de todo… Pero justo cuando iba a empezar a rezongar como un bastardo malhablado, aquel par de tetas se puso a rebotar en su campo de visión dejándole sin habla y acordándose de la última vez que había jugado al “Dead or Alive, Extreme Beach Voleyball 3”.

 -Vale, vale, me aguantaré. Lo que sea por este concurso y tal…

Que por muy ciberfriki que fuera, seguía siendo un joven hormonado. Aunque la verdad es que esos términos nunca han sido incompatibles, sino todo lo contrario… ¡Que la cuestión era que esas domingas eran hipnóticas! Ojalá fueran parte de su equipo en el concurso. Al menos serían mejor alternativa que el ligón engominado o la vampiresa de baratillo. O la loca esa que acababa de llegar y que fue bastante ignorada por el chaval coreano.

La mañana había consistido en un exquisito plato de estrés servido con magistral habilidad por su querida madre. Wendy le había desmontado la maleta seis veces con la excusa de que quería asegurarse de que llevaba todo lo que necesitaba. La última vez que TJ miró dentro, la maleta estaba llena de cosas que él no había metido. ¿Quién le había enseñado a su madre a ser tan desquiciante? TJ solo quería salir de casa, el muy ingenuo albergaba la esperanza de que así hallaría tranquilidad... 

Pero Wendy parecía haberse propuesto llevar el agobio a un nivel que Theo nunca se había atrevido a vislumbrar. Había llamado a tíos, tías, a la abuela Tessy, e incluso a primos con los que ni siquiera se llevaba bien y llevaba años sin intercambiar más palabras que las de saludo y despedida. Su madre, cual bruja, había invocado una jauría de familiares que le siguió sin descanso hasta la costa y no dejaron de acosarle hasta que cruzó la mismísima pasarela de embarque del ferry. La mayoría solamente le dedicaba palabras de ánimo que solo lograron hundirle un poco más recordándole su escaso talento. 

Deberíais haber visto la conversación en el coche en el que viajaba TJ. Su madre en el volante, el tío Doug en el asiento del copiloto con su enorme papada y la tía Muriel y la abuela Tessy con él en los asientos traseros, una a cada lado, él en medio. 

-Bueno, bueno, hijito, a ver si en el programa éste basura al menos te ganas un dinerillo, que todo el mundo sabe que en los programas de la tele se consigue dinero. No te será difícil hacerlo mejor y ganarte algo más que con la tontería esa del grap que dices que te gusta, eso no es música ni ná, todo el mundo lo sabe. Música de verdad es lo que hacía Elvis en mis tiempos mozos y no hablar encima de una música que te hace una maquinita. Si al menos movierás la pelvis como él... aiiiiiis. Lo harás bien, Theodore, confiamos en ti. -Le dijo la abuela Tessy. 

-Pero mamá, si mi cariñín rima requetebién, a mi lo único que no me gusta es que el origen de esa música proviene de los esclavos negros. Si no fuera por ese imperdonable hecho... le apoyaría al cien por cien. -Dijo Wendy.

-Grrab, grrab, cranch, cruch. (Esto trata de ser un transcripción fidedigna del horrible ruido que emitía el tío Dug mientras comía un cubo de alitas de pollo muy tostadas en el coche.)

-Las dos tenéis razón, siempre tenéis razón. Jiijiji- Empezó a reír nerviosamente, como siempre, la tía Muriel, como si se hubiese dado cuenta de que ella había dicho algo que no debería haber dicho y se hubiese creado un silencio incómodo. Era una mujer cuyas intervenciones solían pasar desapercibidas o brillar por su ausencia, pues pocas veces aportaban información de utilidad. 

Con esto podéis haceros una idea del panorama que había en el coche y lo incómodo que llegó a sentirse TJ.

El viaje fue un infierno, y no se sintió a gusto hasta que se pudo deshacer de aquellos zombis que trataban de abrazarle, pellizcarle la mejilla y darle consejos, y hubo subido al barco. Las últimas palabras de despedida fueron de su madre.

-Cuidado con los negros, cariñín. En las islas se sienten como en casa, seguro que no tardarán en ir en taparrabos o peor, desnudos, portando alguna lanza que se acaben de construir recordando su infancia. Mucho ojoooo. 

Theo no pudo evitar pensar que sería mejor que alguien la matase y acabase con su sufrimiento. 

Cuando por fin estuvo en el ferry respiró aliviado. No había nadie más, solo un montón de comida. Primero eso le ofendió, después su mente conspiro-paranoica no tardó en sacar a la luz toda clase de pensamientos sin sentido: secuestro, comida envenenada, algún plan de su familia para deshacerse de él (ahí la efusiva despedida cobraba sentido). Cuando ya la sospecha le obligó a levantarse en busca del timonel del ferry se encontró a un hermano de color que se presentó como DJ. A TJ le cayó bien a primera vista, pero pareció ser que no era recíproco. DJ le dijo que no le gustaba, ¿pero que había hecho él para recibir esa bienvenida? Si se acababan de conocer... Luego le dijo que debía llegar a la isla a nado diciendo algo de su culo blanquito que no le hizo ni pizca de gracia. Blanquito era una de las palabras que menos le gustaban en el mundo. 

-Por supuesto que soy capaz de llegar hasta la costa nadando, hermano. Lo vas a ver con tus propios ojos, bro. 

Antes de saltar TJ quiso chocarle la mano en plan nigga a DJ tratando de confraternizar y ganar una amistad. 

Había sido una mañana estresante; mirar las maletas, cruzar los dedos para que no se te olvidara nada y despedirte de tus familiares, quienes te habían acompañado hasta la costa, donde el Ferri te esperaba. Un barco lujoso y lleno de comida que, sin lugar a dudas, habían preparado para ti. Realmente, ese hecho te ofendía ¡Ni que fueras esa tal Latifa y pudieras tu sola con todo esto! ¿Pero estabas sola? Alguien tenía que estar conduciendo este dichoso vehículo y, además, ¿cuánto tiempo hacía que estabas navegando? 

Te pusiste en pie, con la esperanza de que te dieran una explicación; la verdad que esto tenía mala pinta; en las películas de secuestros solían pasar esas cosas, cuando, de repente, un muchacho larguirucho y moreno entró por la puerta por la cual te disponías a salir. 

- Uoh, ¿qué pasa Zisis? ¿Tu nombre es egipcio o algo así? Mi nombre es DJ, diminutivo de Davy Jones, y soy ayudante aquí.- Dice acercándose a ti con pasos rítmicos. - Vengo a decirte que estamos apunto de llegar, pero me temo que las cosas no son tan fáciles aquí. Vas a tener que saltar del barco y nadar hasta la costa. Allí te espera nada más y nada menos que ¡Danny Mclean! Pero no te preocupes, es una prueba bastante fácil y tendrá su recompensa. En cuanto a tus pertenencias, no hay problema, yo mismo me encargaré de llevarlas a tu cabaña. 

Notas como el barco se para. 

- Bien ¿Lista? Tendrás que nadar por ahí. Rápido, que tenemos que ir a buscar al siguiente concursante. 

Y, al salir, ves como unos metros más allá te esperan en la orilla Danny, Lesley, Ashley, Neil, Dark Blood, Noiz, TJ, Holly y el cámara. 

Y mientras todos os ibais conociendo poco a poco -y otros no- llega el ferri, se escucha otro ¡Splash!, pero esta vez casi profesional, y viene nadando como un casi perfecto nadador olímpico TJ MC. 

- Aquí llega nuestro sexto concursante ¡EL MC MÁS SUPREMO DE TODOS! ¡NUESTRO NIGGA BLANCO, TJ!- Dice mientras este sube las escaleritas de madera y el ferri emprende su camino hacia el próximo concursante. Notabais quizás una especie de... ¿entusiasmo exagerado por parte del presentador? 

Lesley se acerca a TJ. - Oooh, tío. Me encanta el rap ¿Puedes rapearme algo? ¿Eres de los chungos? 

Si alguien hubiese podido ver la cara de decepción de TJ y como poco a poco se iba convirtiendo en una expresión de ofensa tras un agravio cuando DJ se dio la vuelta haciendo caso omiso a su choque habría sentido verdadera pena por él. El muchacho se hizo el duro y saltó al agua como un valiente, pero por dentro su corazoncito soltaba más lagrimas que agua había en el mar. No le costó llegar a la costa todavía dolido, nunca había sido un mal nadador en su antigua escuela, cuando hacían clases de natación en educación física lograba buenas puntuaciones y eso que jamás puso esfuerzo en ello. 

Para su sorpresa, al llegar a la playa, fue recibido con unas efusivas palabras del gran Danny Mclean. ¿Había dicho nigga blanco? ¿De verdad? A TJ le salió una sonrisa de oreja a oreja. Por fin alguien que entendía su esencia. Ese Danny Mclean parecía un gran tipo. Quizá sería su mayor apoyo en la isla. Quizá sería un... amigo. 

Theo miró a Lesley de soslayo sin saber como reaccionar. La chica parecía la típica chica boba. Quizá solo fuera una falsa primera impresión. 

-Quizá no sea el momento. No quiero eclipsar a los demás antes de empezar, aunque tengo letras muy buenas, la verdad. -Le salió una risita algo nerviosa. -Sí, sí, de los chungos, ya te enseñaré alguna foto con mis colegas del barrio, con nuestras pistolas jaja. -Nadie tenía porque saber que lo de la foto era un encendedor con forma de arma de fuego para la hierba. 

Ya había allí otros concursantes de los que había visto en el programa de la tele. Estaban las dos tías mal rollistas, el ciber héroe, la chica pija y el fascinante Neil el metralleta. Cuando se dió cuenta se sorprendió a si mismo suspirando mientras miraba embobado a Neil. Debía concentrarse. Pasó la vista por todos con un burda mueca que pretendía ser una sonrisa y acabó diciendo: 

-Hola, hermanos, que ganas de que estemos todos y empezar.- De golpe sintió que esa especie de saludo había sido muy estúpido y tuvo ganas de reír nerviosamente. Consiguió contenerse. ¿Qué pasaba? ¿Se estaba convirtiendo en la tía Muriel? Sería mejor no decir mucho más hasta que llegasen los demás participantes. 

Dark Blood, sin maquillar, se refugiaba debajo de su sombrilla negra y a su vez bajo la sombra de la palmera más cercana, no se movió en absoluto del lugar en el que estaba, con su mano izquierda por debajo del codo derecho, levantándola únicamente para hacer un saludo desdeñoso hacia los que iban llegando a la isla, con una medio sonrisa. Aunque fuera un asco de programa, quizá si se iba a divertir, esto era igualito que el instituto, lástima que no tuviera a mano un ordenador para publicar en su blog sus primeras opiniones.

Después de haber recibido muchos besos de mis padres por la despedida y haberme subido al barco, vi un montón de comida puesta ahí para mí. ¿Era toda para mí? ¿¡Me estaban llamando gorda en mi propia cara!? A demás no parecía haber nadie, ¿Me estaban timando o qué? 

Cuando estaba a punto de cabrearme, vino un chico negro presentándose. Por los pasos rítmicos pensé que sería bailarín, pero se ve que era un ayudante de Total Drama. 

— Sí, bueno, mis padres cogieron la idea del nombre de la diosa Isis egipcia y lo modificaron. Encantada, Davy. — Esperé a que me explicara lo que debía decirme— ¡¿Saltar del barco?! ¿CÓMO PRETENDÉIS QUE HAGA ESO NADA MÁS LLEGAR? ¿Y LAS MALETAS? — Me relajé mucho más cuando me dijo que él se ocuparía de las pertenencias. — Ah... — Cuando el barco se paró, suspiré. Sabía que tenía que saltar. No esperaba que metiesen tanta caña solo al llegar.

Me tiré del barco, comprobando que seguía viva. Cuando mi cabeza sobresalió del agua pude ver un montón de gente esperando en la orilla. De los que más me fijé fueron ese chico tan guapo (Neil, si no recordaba  mal), Danny, el presentador mono y al cámara, al que había rechazado. Esta vez debía ganármelo, pero prefería no besarle ni nada así. 

Me dispuse a nadar. Aunque fuese al estilo perro, porque yo no era de hacer mucho deporte y tampoco había practicado mucha natación. 

La temperatura era agradable para nadar y Holly tenía un buen estilo, estaba claro, pero si no fuera por su bandera los demás igual habrían pensado que lo que se aproximaba hacia ellos era un tiburón, siempre con la sonrisa de dientes extremadamente blancos.

Tras lo que fueron, sin duda, algunos minutos, por fin llegó a la orilla, apoyando el asta de su bandera de calzoncillos morados en la arena y observando en derredor con su inquietante sonrisa hasta que el presentador se dirigió hacia ella. Se esperó hasta que el hombre paró de hablar, sin mudar en absoluto su expresión hasta que por fin le cedió el turno.

- Hola - grandes palabras para sus supuestos "fans". Al fin y al cabo, el éxito de sus vídeos radicaba en las risas que se echaba la gente al burlarse de una loca -. Son los calzoncillos de Bobby - respondió al preguntar por la bandera, ante lo que aumentó su sonrisa espeluznante -. Hola, Bobby.

El momento de intimidad con la cámara pasó, pues pronto otro de los concursantes se acercó para darle un beso en la mano.

- Bff, vaya tía, es un ligón. ¿Este no era el que soltó todas esas trolas? Se veía mejor en la cámara. Aunque me cae bien, se ve un cabroncete.

- Hola, Neil. Lo siento por tu pez.

- No dijo nada de ningún pez, su historia no tenía nada que ver con peces.

- Seamos amigos - no era Bobby pero quizás valdría para ponerlo celoso.

- ¡Tía, tía, ahí está el asiático! Ese sí es mi tipo.

- Ahora vuelvo, Sally quiere hablar con ese chico - sin perder su aire de ida se acercó al chico asiático. La verdad era que no compartía para nada el gusto de Sally -. Hola. Sally dice que le gustas. No es que sirva de mucho que lo sepas pero por si acaso.

Y mientras Holly habla con Sally y con Noiz, Dark Blood se esconde bajo la sombra de una palmera con sus sombrilla, y los demás escuchan como TJ se presenta, Lesley corre hacia las escaleras mientras alguien nada perfectamente hasta allí. 

- TÍAAAAAAAAAAA.- Lesley ayuda a subir por las escaleritas a Zisis Mercury. - SOY SUPER SUPER SUPER FAAAAN. - Sí, a esta mujer le encantaba todo, menos la pobre Dark Blood y Noiz, al que no le había hecho mucho caso. 

- Aquí está nuestra séptima concursante, Zisis Mercury. Dime nena, ¿El agua estaba mojada?- Bromea el presentador Danny Mclean. 

El cámara la saluda con una sonrisa radiante y Lesley vuelve a dar saltitos de emoción mientras le botan las tetas. 

- ¡Que bien me lo voy a pasar siendo ayudante aquí!- Exclama Lesley. 

Había sido una mañana estresante; tus padres estaban muy pesados con mirar lo que llevabas en las maletas, cruzaban los dedos para que no se te olvidara nada (¡Que rabia, con lo organizado que tu eras y te lo estaban desordenando todo!). Te obligaron a despedirte de tus familiares, quienes te habían acompañado hasta la costa, donde el Ferri te esperaba. Un barco lujoso y lleno de comida que, sin lugar a dudas, habían preparado para ti. Realmente, ese hecho te ofendía ¡Ni que fueras esa tal Latifa y pudieras tu solo con todo esto! ¿Pero estabas solo? Alguien tenía que estar conduciendo este dichoso vehículo y, además, ¿cuánto tiempo hacía que estabas navegando? 

Te pusiste en pie, con la esperanza de que te dieran una explicación; la verdad que esto tenía mala pinta; en las películas de secuestros solían pasar esas cosas, cuando, de repente, un muchacho larguirucho y moreno entró por la puerta por la cual te disponías a salir. 

- Hola celebrito- Dice acercándose a ti con pasos rítmicos. - Vengo a decirte que estamos apunto de llegar, pero me temo que las cosas no son tan fáciles. Vas a tener que saltar del barco y nadar hasta la costa. Allí te espera nada más y nada menos que ¡Danny Mclean! Pero no te preocupes, es una prueba bastante fácil y tendrá su recompensa. En cuanto a tus pertenencias, no hay problema, yo mismo me encargaré de llevarlas a tu cabaña. Por cierto, mi nombre es DJ y me verás mucho por aquí.

Notas como el barco se para. 

- Bien ¿Listo? Tendrás que nadar por ahí. Rápido, que tenemos que ir a buscar a la siguiente concursante. 

Y, al salir, ves como unos metros más allá te esperan en la orilla Danny, Lesley, el cámara, Neil el Metralleta, Dark Blood Mistress, Ashley Hastings, Holly Dallas, TJ MC, Noiz y Zisis Mercury. 

¿Qué de qué? ¡Joder, la loca! Menudo susto que le había dado, tan concentrado que estaba pensando en tetas que botaban. Y encima venía a decirle que a una amiga suya le molaba. Él se encogió de hombros.

 -Pues vale, no es la primera.

Al menos era a una amiga suya y no a ella. Porque con esa mirada siniestra iba a tener pesadillas. Y mientras llegaba el rapero blanco que iba de negro, Noiz intentaba escurrirse la camisa un poco. Como se pusiera malo con aquella mojadura les demandaría. Y si encima la loca era la que le cuidaba en su convalecencia, contrataría abogados de los buenos.

Cuando dejó el escurrimiento de ropa por imposible, justo llegó otra tía más al grupo. ¿No era esa la mandona con cara de petarda? Joder, como acabaran todos esos en su equipo se iba a pegar un tiro…

Al parecer no tuve problemas para nadar bien, lo único que me preocupaba era mi maleta que tenía ese tío, Davy Jones (aunque pareciera preferir que le llamaran DJ yo le llamaría Davy Jones). Al llegar a tierra firme me estrujé la camiseta que llevaba y me tiré el pelo hacia atrás para que no me molestara mojándome la cara. 

Fui bien recibida, al menos de parte de la chica rubia tonta (la cual no recordaba el nombre) y del cámara, Charlie. Aquella tía parecía estar desesperada por que le dedicase algunas palabras. 

—¡¿Sí?! ¡Qué bien!, encantada... ¿cómo te llamabas? — Mostré mucho entusiasmo, pero realmente me daba igual porque eso de tener fans me pasaba un millón de veces al día. Pero aproveché las cámaras para que todos viesen mi "súper amabilidad con los fans". 

Cuando Danny me presentó, saludé a la cámara con una sonrisa, y sin que me pidieran que dijera nada, me adueñé de la cámara, dirigiéndome al público — ¡Muy buenas a todos! espero no coger un resfriado...— Dije entre risas. — ¡Y sobretodo espero que disfrutéis del programa y pasármelo bien!— y respondí a el comentario bromista de Danny : — ¡Más mojada que el Titanic!

Después saludé a Charlie con la mano y una sonrisa, en eso no tuve que fingir, me hizo ilusión ver a alguien un poco más conocido allí. Pero como no podía quedarme hablando con él puesto que tenía que grabar, me dispuse a hablar a todos los que estaban concursando conmigo.

—Supongo que todos me conoceréis ya — dije creidamente. — Dando eso por hecho, os podéis presentar vosotros a mí. ¿Nombres? — Dije mirándolos con una ligera sonrisa. 

Un frío recorrió mi espalda. Las nubes comenzáron a tapar el sol y todo el sonido ambiente había dejado de escucharse, como si el mundo entero se hubiera detenido. La tía loca me había "friendzoneado". Era la primera vez en mi vida que sucedía algo así. ¿Era este el fin de mi juventud? ¿Ya era momento de que me agarrara a la primera mujer que pudiera interesarse en mi y casarme?

¡No! Esto sólo era una piedra en el camino. Un bache que ponía la vida para que yo me superase. Iba a luchar y el mejor contraataque es la indiferencia.

-Sí, hasta luego Holly. -Dije posiblemente tarde, pues ella ya estaba hablando con el... ese de... que hacía... el robot.

También había llegado un... ¿Qué demonios era eso? ¿Era un concursante? Me recordaba a una especie de Johnny Macarroni albino con problemas... Con problemas. Recordé después que debía ser el hijo de la jefa... Ya le saludaría más tarde... Pero ese estaba descartado como compañero de ligues.

Tenía que aclarar mi mente y pensar en un rumbo de ataque. Analizar personas y situaciones. Aprender del entorno y adaptarme a él. Lo difícil de esto era que todos me conocían por los castings pero... algo haría.
En mitad de mis pensamientos salió esa chica que también había apuntado en la lista. Zisis. Cumplió con todas mis espectativas con su forma de actuar, pero no me hizo gracia lo de que nos fueramos a presentar todos a ella. No iba conmigo el unirme a un montón.

"Recuerda Neil, interesante, eres un tipo interesante".

Me levanté y me acerqué a Ashley.

-¿Sabes? Estás demasiado callada. Deberíamos hablar de... ¿tí?
 

Mennuda panda de raritos. Ashley no sabía qué mirar que fuera digno. Cada uno de aquellos "personajes" le parecía peor que el anterior. Intentó disimular una cara de hastío al pensar que debía compartir un lugar al lado de aquellas personas. Por suerte estaba Neil, que además había aceptado dormir cerca de ella. No era para menos, por supuesto. 

Miró a Neil cuando se dirigió nuevamente a ella. Por supuesto que debían hablar de ella. Era la que más valía la pena. A todas sus padres deberían regalarles un mes de tratamiento facial y corporal. Pero sonrió, feliz y contenta de ser el centro de atención del guaperas.

- ¿Sí, verdad? Pienso lo mismo. Pero me guardo las cosas interesantes sobre mí para las noches sin poder dormir. Si te cuento todo sobre mí tan pronto, podrías perder interés.- JA. Nunca nadie podría perder el interés por ella pero se haría de rogar. El juego del flirteo se le daba bastante bien.- También hablaremos de ti. Secretos por secretos. ¿Qué te parece?

Y llegó el día de partir… todo aquello era un tanto engorroso, pero ya que iba a ir, haría las cosas de la única forma que sabía, intentando ganar con todas sus ganas. Lo primero fue un solitario viaje en barco, que fue bastante cómo y tranquilo, el poder disfrutar solo de él casi se agradecía y finalmente apareció un tal DJ, ¿Qué clase de nombre era ese?, ¿Serían sus iniciales?, ¿Sería un DJ? No lo sabría al menos por ahora pues tampoco sentía suficiente curiosidad para preguntar al respecto.

Entonces le puso la primera prueba que se resumía en nadar un poco. Tampoco se parecía excesivamente difícil y habiéndose concienciado ya con que iba a tener que hacer cosas como esa, por lo que tras estirar un poco, simplemente corrió hacia el borde y saltó al agua sin miramientos y comenzó a nadar hacia la orilla. Eso sí, optimizando sus energías para no gastarlas demasiado para no cansarse demasiado rápido.

Que ruidosa.... Dark Blood Mistress por aquí - Saludó Dark Blood a la recién llegada Zisis levantando una mano. Apartada del grupo, bajo la sombra de una palmera y a la sombra de una sombilla negra. Toda ella en ropa interior enseñando su blanca piel.... esperaba tener su maleta pronto.... porque la tendrían.... ¿VerdaD?

Y ahí llegaba el siguiente concursante, aterrizando sobre la blanca arena de la playa sin más pena ni gloria que el resto de ellos. Dark Blood le recibió desde sus sombra con una sonrisa.