Partida Rol por web

La cosa parece detectar la poca sinceridad del muñeco y en vez de soltarle, empieza a apretar con su tembloroso cuerpo de gelatina las piernas de este, subiendo cada vez más arriba. No le gustan las mentiras. Comienza a burbujear imperiosa mientras estira el resto de masa para tocar a Iron Man, como queriendole presionar para que actúe.

- Bien... Pues llévame con los demás. - Ordena mas que pide, pues también había captado la pequeña mentira que parecía haber puesto extremadamente nerviosa a la masa verde. Parecía que aquel juguete no podía hablar, pero estaba claro que escuchaba a la perfección. Le caía bien aquella cosa, parecía tener un sentido de la justicia bien desarrollado, y eso era algo de agradecer en un mundo en el que ese tipo de juguetes tendían a ser los villanos de los juegos de Max.

- Tengo algunas cosas que preguntarle a los chicos de la Green Company...

VALE VALE..VALE..OS LLEVO A LA GREEN COMPANY!!!! pero sueltame...o te veras metida en muchos jaleos...soy la autoridad...recordad...la autoridad local

Os esperaba , pero la verdad es que no queria quedarme solo, ya que he intentado detener a todos porque querian salir de la habitacion y que la green company fuera explorando antes de nada. No queria reconocer que me sentia solo...un poco "con miedo" agacho la cabeza
ahora, creo que me merezco una disculpa ahhh señalando a los dos y de esto ultimo ni una palabra

La masa se retira avergonzada, burbujeando una disculpa. Por lo que consigue entender hay más juguetes cerca, asi que en seguida empieza a dar vueltas en círculo por la alfombra, ansiosa, dejando manchas verdosas a lo largo de todo el recorrido. Lleva mucho tiempo atrapada en esa habitación, sin ver del exterior más que lo que ha podido ir atisbando a través de los empañados cristales y ahora cada minuto de espera le parece un suplicio. Cambia su ruta de pronto, arrastrándose con rapidez hasta la puerta, donde se detiene impaciente.

Iron Man HulkBuster recuerda entonces al cochecito, del que todavía no ha tenido noticia. Si hubiese muerto le habría visto. Un rastro de óxido, como un sendero zigzagueante, se pierde en el oscuro hueco entre las dos columnas de cajones.

Iornman se detiene un momento, escuchando las palabras del pequeño clic, al que observaba desde su altura pero sin realmente llegar a verlo. En su cabeza había otra imagen que le impelía a actuar recurriendo a sus más nobles sentimientos... si es que los juguetes tenían sentimientos. Alguien podría estar en verdaderos apuros y algo le decía que era el único que podría hacer algo.

- Chicos... Seguid sin mi, tengo algo importante que comprobar antes de salir del cuarto. Nos vemos al otro lado, no creo que tarde demasiado tiempo... - Les hace un par de gestos con las manos para que se vayan sin esperarle, decidido a investigar aquel rastro que había visto perderse entre los cajones. - Amigo... Volveremos a vernos, no te preocupes, será cuestión de unos minutos. - Aquellas últimas palabras iban dirigidas única y exclusivamente a la masa verde, que había llegado a caerle bien al muñeco de coleccionista. Parecía ansiosa por salir de allí así que no tenía intención de retrasar su marcha. Además, los otros estarían por ahí fuera, seguro que acababan encontrándose.

La cosa vuelve deslizándose con el muñeco que había hecho posible que ella estuviese ahí en ese momento, en vez de atrapada sin remedio en el cajon de los abandonados. Se extiende hacia él y le apreta levemente con sus cortos tentáculos verdes, vibrando tristemente. Después de un rato de temblores continuos, la masa empieza a calmarse un poco y, reticente, se aparta del juguete con lentitud, reptando hasta donde se encontraba el pequeño playmobil. Con un último burbujeo, la gelatina empieza a empujarimpaciente a su nuevo acompañante hacia la puerta.

miro a la cosa como me empuja.Ok....ire....pero por seguridad de nivel alto.....mi cuarto es ese y no quiero escapar de aqui se notaba como malhumorado. El playmobil era de la vieja escuela y con el paso de los años se volvio asi....solo alguna veces era mas cariñoso....pero pocas

Alzando toda su masa sobre las palmas de las manos para avanzar más rápido ya que la movilidad que le proporcionada el detallado pedestal que sustituía sus piernas le concedía una movilidad mas que limitada, IronMan se adentra en la sombra que proporcionaban aquellas dos columnas de cajones. No estaba muy seguro de qué es lo que esperaba encontrar, pero solo el cochecito de metal podría haber dejado un rastro así. ¿POr qué lo habían abandonado los demás? Era algo que esperaba averiguar aquí y ahora...

El coche murmuró algún improperio cuando descubrió que aquella supergrapadora le había encontrado de nuevo. No me vas a dejar morir en paz, ¿Verdad?

No espera la respuesta, porque ya la conoce. Simplemente bosteza, sale como mejor puede de aquel huequecillo, y se encara a su insistente benefactor. Sin embargo, no puede mantenerle la mirada.

Vaya. Toda mi vida acumulando sufrimiento. Cof, cof. En el óxido de mi chasis, en el desgaste de mi carcasa, en cada torcido en los alambres, en el desconchamiento de la pintura. El dolor me llevaba a luchar, y toda mi vida he luchado. Estúpido de mí, nunca dejaba de luchar. Al principio luchaba por ser libre. En mi época de iluso adolescente, cuando todavía creía que mi vida tenía algún sentido, aparte de sufrir. Luego, era el sufrimiento mi obsesión, y sólo quería entumecerme, dejar de sentir. Dormir, o morir, o lo que sea. Esa etapa me duró hasta aún después de cambiar de dueño.

Entonces deseé compartir mi sufrimiento con el universo. No transmitírselo, sino expresárselo. Toda mi vida he sido un necio, buscando un objetivo sabiendo que no podía acometerlo. En el fondo lo sabía, pero necesitaba tener fé para no volverme loco. Fé. Casi escupe la última palabra. No parece tenerla mucho cariño.

Y entonces se vieron confirmadas aquellas esperanzas en las que no creía en absoluto, y me ví gritando al mundo. Fui feliz, y ya podía morir. Había expresado todo ese dolor que tenía dentro... pero no puedo dejar de tenerlo, porque hace mucho que renuncié a ello. Y no puedo ser feliz, porque hace muchísimo más que renuncié a ello.

Ya sé que suena estúpido, pero... toda mi vida he estado reduciendo mis aspiraciones, amoldándolas cada vez más a lo posible. Y he descubierto que quien tiene elevadas metas nunca es feliz, y sin embargo yo ya estoy... -Suspira- completo.

¿Ahora me entiendes? -Su aspecto recupera esa amargura tan poco amigable.

IronMan escuchaba la historia del cochecito con creciente preocupación. Todo lo que decía aquel veterano de tantos juegos era duro y difícil de comprender por alguien que llevaba tan poco tiempo en la Tierra como él. Quizá con el tiempo suficiente, el muñeco de colección acabara pensando igual, o quizá es que los juguetes de aquella época estaban hechos de otra pasta mucho mas melancólica... No podría saberlo.

- Soy joven. Aún no he tenido tiempo de sufrir o de rebajar mis expectativas. Tampoco de tener eso que llamas fe... - Algunos de los conceptos que había tratado aquel coche de policía viejo y oxidado se le escapaban, pero pensaba esforzarse hasta el final aunque lo suyo no fuera pensar - Pero solo te puedo pedir que mires a tu alrededor... Estamos hablando, como lo hacen nuestros dueños. Nos movemos, captamos nuestros entorno... Tenemos, por primera vez, dominio de nuestros destinos, voluntad propia.

- Las cosas han cambiado. Entiendo que quieras dejar de sufrir, pero no comprendo que te sientas completo en tu situación... ¿Solo querías expresarle al mundo tu dolor? Ya lo has hecho. ¿Y ahora pretendes morir sin mas? ¿Cómo se hace eso? - Parecía realmente desconcertado, pues si aquel juguete sabía como se moría, quizá también supiera como se llegaba a vivir.

- ¡Debes vivir! - Exclama golpeando un puño contra el otro con energía - ¡Eres el juguete mas antiguo que he conocido hasta el momento! ¡Has visto cosas que los demás jamás podremos ni imaginar! ¡Eres la voz de la experiencia que todos necesitamos escuchar para evitar cometer errores! No puedes simplemente rendirte y renunciar... - Niega con su enorme cabeza blindada, creando un sonido siseante de plástico contra plástico que acompaña su gesto - ¡Tienes que luchar! ¡Luchar por esta nueva situación! ¿Tienes óxido en los ejes de las ruedas y la pintura desconchada? ¿Te falta alguna pieza?. ¿Y qué? ¡Eso no significa nada!

- He jugado con Max algunas veces en el garaje. Se que allí hay... herramientas... - No parecía muy seguro del significado de aquella palabra, pero si de su función - Se que su padre arregla cosas allí dentro con esas herramientas... Ahora nos podemos mover, así que podemos ir a ese garaje y coger esas herramientas para quitarte el óxido y arreglarte...

Le tiende la mano con firmeza, dispuesto a llevarse a aquel coche a la espalda si fuera necesario al garaje para ayudarle a recuperar las ganas de vivir. IronMan había sido diseñado para el combate, para luchar mano a mano con otros juguetes más grandes y fuertes que sus otros modelos. No había sido diseñado para pensar o para tener cientos de complementos. Pero había algo que todos los muñecos de esa gama compartían: Un sentimiento de responsabilidad y la necesidad de que todo estuviera bien.

- ¿Vamos?

Stretch Armstrong despierta, todavía un poco sofocado, pero sintiéndose mucho más fresco, y sintiéndose capaz de recorrer centímetros y centímetros. La siesta le ha venido muy bien. A corta distancia, en el hueco entre las dos columnas de cajones, ve a Iron Man charlando con un vetusto coche de juguete.

Se sacude casi inconscientemente los pelos caninos que han pasado de la alfombra a él.

El coche reflexiona hondamente antes de contestar.

Entiendo. Si no puedo vivir por mis metas, viviré por las vuestras. Calla de nuevo, aunque vuelve a toser. He visto que eres muy lento. Yo no soy un coche rápido, pero puedo llevarte sobre mí.

Stretch se estira (ja!) después de la siesta.

-Um, eh, ¿donde estoy? ¿que ha pasado?

Al parecer su larga travesía desde la habitación del monstruo chupador le había dejado agotado...

Mira a todos los lados y ve que la mayoría de sus compañeros se ha marchado, haciendo caso omiso de sus advertencias sobre la hermana de Max.

-Maldita sea...- ¡oh vaya! todavía queda algún juguete cerca... Se acerca hasta Ironman y el coche.

-Erm... hola, buenas noches ¿todos los demás han salido de la habitación? Insensatos...

IronMan estaba a punto de aceptar el ofrecimiento del viejo coche cuando un nuevo juguete al que no conocía de nada se acerca hasta ellos. Por su aspecto parecía un muñeco de acción, como el teniente y Spider, pero sus brazos y piernas parecían... Blandas. En parte también le recordaba a la masa verde. Qué sujeto tan extraño.

- Si, solo quedamos nosotros dos despiertos - Informa sin cautela alguna, pues no creía que un juguete como aquel pudiera representar alguna amenaza - El resto ha salido haca algún tiempo y ahora mismo estábamos a punto de seguirlos. No se lo que harán los demás, pero yo voy con él - Señala con uno de sus enorme pulgares al desvencijado cochecito - al garaje. Vamos a intentar repararlo.

Stretch mira a su alrededor... allí no hay nadie...

¿Quedarse solo? Eso no es una buena idea...

-Será mejor que os acompañe... el exterior es peligroso.- dice haciéndose el valiente...

Conmigo. El cochecito sale pesadamente de su oscuro escondrijo. Va conmigo.

- ¿Has estado en el exterior?- Pregunta con cierta sorpresa, colocándose al lado del viejo coche, haciéndole un gesto con la cabeza a este para comenzar su viaje hasta el garaje - ¿Cómo es?

- Yo llevo algún tiempo en aquel cajón y ando un poco descolocado... Hace mucho tiempo que tampoco veo a Max... - Cosa que parecía entristecerlo en cierta medida, pues su tono bajó una nota mientras pronunciaba el nombre del chico - Cuéntanos todo lo que sepas sobre el exterior mientras salimos de aquí. Cualquier conocimiento sobre el terreno y lo que nos podamos encontrar nos dará una ventaja para poder actuar habiendo predicho los acontecimientos.