Partida Rol por web

Tras las lomas

Capítulo 2 - Caminos y viajeros

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13/05/2014, 17:11
Gortnus

Tras un rato inspeccionando la rocosa pared de la cueva, Gortnus parece intuir por donde pudo haber escapado la arpía. Pero por alguna razón no es capaz de encontrar ningún lugar por donde poder el pasadizo. -Parece que en esta ha puesto más esmero.- Gruñía el enano todavía con mal humor.

Ante la falta de recursos, el comerciante trata de empujar la puerta escondida con la esperanza de poder abrirla. Pero algo le decía que no sería suficiente...

Notas de juego

Y por las malas sería con explosivos o a golpes?

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13/05/2014, 17:38
Harpálice

En cuanto ve empujar al enano , Harpálice se prestó a mostrar de nuevo sus habilidades como forzuda. Empujó con todas sus ganas, usando la frustración pro la jugarreta de la harpía como acicate.

 

Notas de juego

Si hay que tirar me dices, yo tampoco tengo esperanzas.

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13/05/2014, 17:41
Director

Notas de juego

A las malas es como se os ocurra xD.

Harpálice, tira.

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13/05/2014, 17:45
Harpálice
- Tiradas (1)
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14/05/2014, 17:59
Director

La guerrera intentó empujar la pared de roca, mas esta no se movió un ápice ante sus esfuerzos. Sin lugar a dudas, haría falta algo más que un empujón para mover aquella roca, que parecía sólidamente encastrada en la pared de piedra. 

Notas de juego

Espero alguna opción más, si no siempre podéis volver a reuniros con vuestros compañeros. 

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14/05/2014, 18:26
Gortnus

El enano agradeció la ayuda de la intrépida Harpálice pero a pesar del empeño, la inmisericorde roca no cedió ni un solo milímetro. Al percatarse de lo inútil de sus intentos, Gortnus desistió.

No podían darse por vencidos tan fácilmente. Entonces el comerciante cayó en la cuenta de que se les había pasado por alto. Puede que fuese un esfuerzo igual de inútil, pero no perdían nada por intentarlo. -Tiene que haber algún mecanismo que la abra. Que me parta un rayo si esa arpía puede mover esta piedra a pulso.- También existía la posibilidad de que el pasadizo estuviese sellado con magia pura, pero era una posibilidad que el enano aun no estaba dispuesto a contemplar.

Notas de juego

Busco cerca del lugar donde intuyo el pasadizo, sobre todo por donde está ese arroyuelo que brota de la pared. 

P.D. Que igual estoy metiendo la pata, pero todo sea por intentar cosas XD

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08/09/2014, 14:56
Director

Las horas pasaban en la oscuridad de la gruta, mientras nuestros héroes luchaban por no desesperar. Parecía que nada podía sacarles de allí: ni los conocimientos del enano ni la fuerza de la guerrera, ni desde luego los conocimientos del mago. ¡Ah, qué duros momentos! El aire parecía agotárseles a cada momento, y el ánimo se les minaba poco a poco.

Hubieron de pasar unas cuantas horas aún, hasta que el mago despertara: parecía sano, aunque aún algo aturdido por el efecto del veneno. Pero estaba vivo, ¡que no era decir poco! Aquello devolvió el ánimo a nuestros jóvenes héroes, que ya temían por la vida del alocado Fizban. Pero no fue suficiente para sacarles de allí, y pronto el desánimo reinó de nuevo.

No se rendía el tozudo enano, cuyos improperios llenaban el espacio de la cueva, mientras los demás se hacinaban en el centro de la cavidad, tratando de adaptarse a la oscuridad, pues hacía ya tiempo que apagaran las antorchas, gracias a los consejos del enano, quién les evitó morir ahogados. Aunque, según parecía, sería la inanición la que causaría su final... pero nuestros héroes no estaban destinados a tan desatinada muerte, como pronto descubrirían.

Ya hasta el enano se había rendido, entre maldiciones y exabruptos, y aceptaba que no les quedaba otro remedio que esperar un milagro. Sus ojos se habían acostumbrado a la escasa luz de la cueva, que parecía proceder de unos extraños hongos luminiscentes adheridos a las paredes. Fue entonces cuando, con un rugido, algo pareció moverse, sacándoles de su ensimismamiento con un sobresalto. Creyéndose atacados, nuestros valientes se alzaron, tomando las armas al tiempo que se volvían hacia el lugar del que provenía tal sonido, pero no vieron a nadie. Sin embargo, ante sus ojos se había abierto, de nuevo, una gruta en la pared. ¿Era tal vez la misma gruta por la que había escapado la mujer serpiente? No podían estar seguros, pero de su interior procedía una luminiscencia verdosa, y una corriente de aire fresco, que duró apenas unos segundos... a buen seguro, no tendrían otra oportunidad.

Notas de juego

¡Retomamos la partida!

Podéis postear lo que queráis (pensamientos durante el encierro, algún diálogo corto incluso) pero terminad con lo que hacéis justo cuando se abre la puerta.

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08/09/2014, 19:06
Fizban

Fizban despertó de sus pesadillas, aún tenia los ojos cerrados y una sensación de mareo que impedía que pudiera levantarse.

Se sentía diferente, tenía una sensación de como que algo dentro de sí hubiese cambiado, ha perdido algo de cordura al haberse encontrado con tal horripilante y monstruosa criatura, esto ha hecho que cambie algo dentro de si, o quizás se aquel veneno que ha hecho mella en su cabeza. Lo que estaba claro es que ya no se sentía igual que antes de su experiencia cercana a la muerte.

Pasados unos minutos pudo abrir los ojos, miró a su alrededor estaba todo oscuro pero en la penumbra pudo ver a sus compañeros. - ¿Que ha pasado? - Estaba algo confuso. Justo cuando dijo esas palabras se escucho un terrible rugido, como si la tierra se moviese bajo sus pies.

Como pudo Fizban se incorporó todavía algo mareado y observó que se había abierto una gruta en la pared por donde salía una luz verdosa.

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09/09/2014, 02:22
Cassim

La voz del mago sorprendió a Cassim estirado sobre sus piernas. Su mano izquierda posaba cinco dedos oscuros y alargados sobre el muslo blanco de Fizban; Claro, que estaban en la oscuridad de la cueva, y el anteriormente durmiente hechicero no podía percatarse de que el visirtaní tenía su daga curva preparada en la mano derecha. Cuando se despertó, sobresaltando a todos, el ladrón estaba diciendo:

— Yo iempesiaría por aquí. Pariese más gordo y sabroso. Lo diemás no nos daría ni para ...

Antes de que los ojos del mago se adaptasen a la luz de los hongos, Cassim guardó como una centella la jambiya y la sustituyó por una sonrisa de oreja a oreja. Iba a dar la bienvenida al hechicero cuando la luz verde lo inundó todo sobrecogiendo los corazones de sus compañeros.

Como un gato, el ladrón se acercó lo que pudo a la grieta esmeralda pensando que quizá pudiese ser no sólo una salida sino una salida a un tesoro de jade, que sería mejor aún.

— ¡Gortnus! ¡Fizban! ¡Miujeres! ¡¡Podemos salir!!

Y echó a correr por la abertura, como si estuviese poseido...

Notas de juego

¡Bienvenido, X, a las alocadas aventuras de estos cinco chiflados! :)

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09/09/2014, 03:18
Gortnus

Gortnus no había hecho más que malgastar saliva soltando improperios en cuanto su paciencia llegó al límite. Lo cual ocurrió con bastante rapidez. Tan solo hizo una breve pausa cuando la luz de las antorchas se extinguió y la oscuridad decidió hacer el relevo. Con tales condiciones, solamente el enano podría moverse sin problemas y tuvo que asistir al grupo para no empeorar todavía más la situación con un desgraciado accidente.

La mejoría de Fizban lo animó visiblemente y renovó en parte sus fuerzas para seguir buscando una salida. La oscuridad no era un obstáculo y la piedra era un elemento afín a su raza. Pero, por lo visto, esta piedra no ha visto a un enano en su vida pues parecía resistirse a todos los intentos del comerciante para descubrir sus secretos. Y de nuevo volvieron las palabras malsonantes, pero esta vez en su áspera lengua materna. Gortnus se movía buscando, palpando e insultando a la piedra. Todo un espectáculo para sus compañeros, quienes no pudieron disfrutar al completo de él por la grave ausencia de luz. Aunque seguramente les serviría para saber en un futuro si un enano les está faltando al respeto de la manera más descarada posible.

Finalmente hasta el testarudo enano desistió de seguir buscando. Incluso el entusiasmo que ponía en su ataque verbal a la piedra que los tenía allí confinados se había apagado, convirtiendo su voz en poco menos que un murmuro. El ambiente no podía ser más deprimente y desolador. ¿De verdad llegaba hasta aquí la hasta ahora breve historia de Gortnus el comerciante? ¿Era acaso una cruel broma del destino que un enano encuentre la muerte a manos del elemento al que veneran? "-¿Que ha pasado?-" ¿Dejará Fizban de interrumpir los profundos pensamientos del enano? Ni siquiera el joven mago era capaz de estar moribundo como es debido. ¡Ya no se repeta nad...! "Un momento." Pensó Gortnus interrumpiendo el torrente de reflexiones. -¡Fizban, amigo, estás despierto!- Exclamó el enano con alegría al percatarse de la mejoría del mago. Y no solo eso. El despertar de su compañero venía acompañado de otra agradable sorpresa. Una gruta se abría ante ellos. Pudo ver que la salida se encontraba allí por donde estuvo buscando. Una parte de sí quiso pensar que la aparición de una salida sería un efecto retroactivo de su intensa búsqueda. Pero otra parte le decía que no pensase en tonterías y que aprovechase la oportunidad. Gortnus se levantó a la vez que Cassim exclamaba eufórico y salía corriendo sin ninguna precaución. -¡Cassim, espera, la arpía!- Le advirtió en vano mientras perdía de vista al visirtaní. -Maldita rata imprudente...- Murmuró entre dientes. -Vamos, no tenemos tiempo que perder.- Dijo apremiante mientras empuñaba su hacha y se disponía a alcanzar a su escurridizo amigo.

 

Notas de juego

Gotnus está de vuelta por fin! Espero no haberme olvidado de como llevarlo ;P

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09/09/2014, 10:07
Harpálice

La desesperación hacía que Harpálice perdiera la poca paciencia de la que solía hacer gala y contestaba a los improperios que lanzaba el enano en general levantando la voz y gritándole que era un inútil. Dejó que Nehira se ocupara de la salud del mago y de protegerlo de las habilidosas y atractivas manos de Cassim mientras ella discutía con el enano a ciegas.

- Voy a tirar esta puta pared abajo, ¡lo juro por el manto blanco de la Doncella!- La mujer, incansable, golpeaba la pared con todas sus fuerzas pero no había manera de salir de allí. La negrura comenzaba a acabar con sus esperanzas. ¿Jamás volvería a ver la Luna y el manto de estrellas? Se acurrucó junto a la paladina, mostrando pro una vez su debilidad. Justo entonces se despertó Fizban y Harpálice volvió a encenderse como una hoguera en la que aún quedaban brasas.- ¿Estas bien, amigo?- Dijo mientras palpaba en la oscuridad sus cara y su poderoso pecho y brazos musculosos, tan extraños en un practicante de su arte. Cuando la luz se hizo y Cassim salió, fugaz, tras la salida a pesar de las advertencias de Gortnus, Harpálice cogió lanza y escudo y salió en pos del ladronzuelo.- No te preocupes Gortnus, voy tras él.- Quizá el enano estuviera preocupado por no poder seguir su ritmo con esas cortas patas, pero el aire fresco excitaba a la mujer lobuna pues significaba la vida misma.- ¡Daos prisa vosotros también!- Que el enano y la paladina, con su pesada armadura, se hicieran cargo del convaleciente mago. Ella daría caza a esa Harpía y si no, daría caza a Cassim en su lugar.

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09/09/2014, 16:48
Director

¡Al fin, libres de su encierro! Eso es lo que debieron pensar nuestros amigos cuando vieron abrirse una gruta, y de ella escapó la luz y sintieron correr el aire. El primero en abalanzarse hacia ella fue el alocado Cassim, el visirtaní, del que puede decirse sin duda que tan poco amor le tenía a su propia vida como ganas tenía de salir de allí. De muy cerca le siguieron Harpálice y Gortnus, quienes trataron, sin éxito, de advertirle sobre el peligro que entrañaba tan alocada incursión. Más tardaron Fizban, que aún se encontraba débil, y Nehira, en seguirles, aunque tampoco demoraron en demasía su marcha, pues no era cuestión de volver a quedarse encerrados.

Lo que vieron al alcanzar la puerta fue, de nuevo, un espectáculo de lo más sorprendente, pues ante ellos se abría un estrecho pasillo excavado en la roca, que descendía sin asomo de dudas, y a cuyos lados crecían los mismos hongos luminiscentes que habían visto en la primera estancia, sólo que aquí había miles de ellos, confiriéndole al lugar la luz que al anterior le faltaba. Tan intensa era esta, que los primeros en llegar, sobre todo los más precipitados, quedaron deslumbrados, sufriendo un momentáneo aturdimiento.

La senda subterránea que descendía ante ellos era irregular, y desde luego no era de manufactura enana, ni de ninguna otra clase. Sin duda, la naturaleza había excavado aquel tunel. Una mirada hacia el final del mismo, que descendía por más de un centenar de metros, revelaba la humedad que dominaba las rocas, y una abertura en el otro extremo. Si seguían por él, se hundirían aún más en la tierra, pero no parecía que hubiera alternativa...

Notas de juego

"Empujo" a Fizban con sus compañeros, aunque si alguien quiere quedarse atrás, es libre de hacerlo.

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10/09/2014, 02:56
Gortnus

El grupo había seguido adelante a través de aquella puerta espontánea siguiendo el tenue brillo verde. Pero cuanto la atravesaron se encontraron con un gran resplandor que provenía de una especie de hongos que poblaban las paredes de la gruta. -¡Por las barbas del Encarnado! ¡¿De donde demonios sale tanta luz?!- Exclama tras recibir el impacto lumínico. Lo último que se espera uno al adentrarse en las profundidades de la tierra es encontrarse con una luz más intensa que la del mediodía. Y Gortnus dejó bien clara su sorpresa.

De todos modos, y pese a su queja, el comerciante no tardó en acostumbrarse al contraste de luz. Pronto pudo ver por donde continuaba el túnel, que seguía llevándolos hacia el interior. -Parece que no tenemos muchas alternativas para seguir.- Comenta ante la evidencia. -Iré yo delante por si la luz empieza a escasear de nuevo o si el túnel se vuelve inestable allí abajo.- La arpía tuvo que haber huido por este mismo camino, así que cabía la posibilidad de que este túnel los llevase de nuevo a la superficie en algún momento. Pero no sabía cuanto tardaría en ocurrir eso y mucho menos si se toparían con algún obstáculo en medio. -¡Cassim! Tú ven detrás mía. Tu oído puede resultar útil.- Dijo el comerciante, designando así la cabeza del grupo. Para un Gortnus moverse por un subterráneo no era en absoluto un problema. Pero incluso un enano debe andarse con cuidado si no conoce el lugar que pisa.

- Tiradas (1)

Notas de juego

La idea es que vaya yo delante para evitarnos cualquier sorpresa natural o artificial, en caso de que la haya. Y Cassim para detectar cualquier enemigo que se nos pueda acercar.

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10/09/2014, 13:10
Harpálice

El inicial ímpetu de la mujersalvaje se tornó pronto en precaución al ver el camino que se le ponía por delante. Así que enseguida dejó paso al enano para que liderara la expedición. Harpálice se puso tras el huesudo culo de Cassim sin poder reprimir una ligera sonrisa. El hombre era más flaco que el mango de su lanza.

Como lo tenga todo así...

Sin embargo, su exótica belleza seguía teniéndola prendada y, como era costumbre en su comunidad, cuando una mujer quería algo lo tomaba. Que se resistiera si quería, mucho mejor. El encanto de la caza estaba, en parte, en la tensión de no saber nunca el resultado. Cassim era imprevisible. Pero primero tenían que salir de allí.

- Fizban detrás de mí.- Ordenó implacable, dejando así a la paladina ir la última. Fizban aún debía ir convaleciente así que entre las dos mujeres estaría seguro. Seguramente el estrafalario mago no se hubiera visto jamás en una situación semejante, entre dos mujeres de armas tomar.

 

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11/09/2014, 09:47
Fizban

Fizban con gran esfuerzo debido a sus heridas y que todavía seguía algo aturdido, siguió a sus compañeros a través de la gruta. Al atravesar aquella puerta que se había abierto, se quedó estupefacto al ver aquella luz verde proveniente de los hongos que poblaban el suelo y las paredes de la gruta. - ¡Increible! - Fueron sus únicas palabras que le salieron al ver aquello.

Cuando Harpálice le ordenó que se pusiera detrás de ella, hizo un gesto de asentimiento y se puso entre ella y la paladina.

Espero que Gortnus pueda sacarnos pronto de esta cueva - Pensó.

Creo que recogeré algunos hongos luminiscentes de estos para estudiarlos mejor, puede que nos puedan servir para curar nuestras heridas. -  Fizban se acerca a una de las paredes y recoge algunos hongos.

 

- Tiradas (1)

Notas de juego

Recojo algunos hongos y uso la habilidad de herbolario. A ver si esto sirve para poder curarnos ;)

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11/09/2014, 09:59
Cassim

El ladronzuelo se encogió de hombros mientras se ponía la mano delante de sus ojos a modo de visera contra la luz. Al enano siempre le gustaba ir abriendo paso, pero ambos sabían que a la hora de correr, Cassim le sacaría una larga ventaja si quisiera. Pero si se empeñaba, se empeñaba. Agachándose ligeramente se apoyó en el hombro de Gortnus mientras expulsaba aire fuertemente por la nariz, limpiando sus fosas nasales. Era fundamental tenerlas limpias en momentos como aquellos porque así, el olor hediondo de cualquier criatura, el fuerte gusto olfativo del ácido de una trampa, o incluso el aroma del oro — sí, Cassim podía olisquear grandes cantidades de oro junto — delataría los peligros o vicisitudes camino adelante.

Tras sonarse sintió la mirada intensa en su cogote de Harpálice, pero no quiso girarse. Se le erizaron los pelos del cogote mientras se interrogaba acerca de porqué aquella mujer le miraba con ojos de querer cocinarlo para la cena. ¡Si el que más grasa tenía estaba claro que era el mago! ¡Y tampoco demasiada!

Colocándose su daga curva entre los dientes, el visirtaní avanzó por el pasadizo palpando las paredes con ambas palmas de las manos y tratando de estar atento a cualquier olor o movimiento al frente.

- Tiradas (1)

Notas de juego

- Detectar trampas y fosos por encima del enano

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11/09/2014, 19:44
Director

Avanzaban nuestros héroes por el pasadizo, guiados por el enano, quién era el más ducho en la ardua tarea de caminar por los túneles, aunque sin duda este no era el tipo de pasadizo que frecuentaba Gortnus en su hogar. Tanteaba el enano el suelo a cada nuevo paso que daba, cuidándose bien de asegurar cada paso, mientras su mirada buscaba con empeño cualquier indicio de un mecanismo que pudiese traer la desgracia al grupo. Por fortuna para ellos, la única amenaza que escondían aquellas rocas era la capa de humedad que las cubría, que las tornaba peligrosamente resbaladizas. El enano notó esto en seguida, y advirtió al grupo, que pudo descender sin riesgos, pisando firme, y ayudándose con las manos.

Mientras bajaban, Fizban se detuvo, recogiendo algunos hongos con ayuda de su daga, y guardándolos en el interior de su bolsa. Tenía la sensación de haber leído acerca de este tipo de setas, pero en ese momento, con el mareo y las prisas que Nehira le metía desde atrás, no logró recordar para qué podían servir. Notó, eso sí, que continuaban brillando en el interior de su bolsa aún después de extraídos.

Recorrer el pasadizo les llevó un rato, pese a no poseer este una gran longitud. Cuando alcanzaron el otro extremo se encontraban extenuados, y al volver la vista atrás se percataron de cuánto habían descendido. Recorrer el camino de vuelta parecía una mala idea, y era algo que no podrían hacer a gran velocidad. Desde donde estaban, podían ver con mayor claridad la abertura que habían detectado desde arriba: no muy grande, podía ser atravesada por un hombre acuclillado. Al otro lado de la misma, el sonido del agua fluyendo les llegaba con claridad, y al asomarse podían percibir una luz parduzca en el interior.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Fizban puede apuntarse tres dosis de hongos luminiscentes en su equipo.

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16/09/2014, 10:41
Harpálice

Harpálice se desesperaba con la lenta marcha. Como si clavara su lanza en el esquelético cuerpo del ladronzuelo para espolearlo, clavaba su dedo índice en sus magras carnes.

- ¿No podemos ir más rápido?- Apremiaba al Cassim al oído, para que se lo dijera al enano. La mujer era impaciente e impulsiva. Pero se le bajaron los humos cuando en un resbalón casi se abrió la crisma con las paredes de roca. Así avanzaron pues lentamente, tanto que al mago le daba tiempo para recoger extraños especímenes vegetales. Al llegar al final del túnel se escuchaba el sonido del agua.

- ¡Agua!- Todo el mundo sabía que el agua era vida. Su curso podría haber horadado en la piedra una salida.- ¿Qué ves Gortnus?- Cuando perdieron la vista a la Harpía sólo escuchó el sonido del agua corriente.

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16/09/2014, 14:46
Gortnus

Por suerte para el grupo, el túnel no presentaba mayores riesgos que una superficie algo resbaladiza. Pero aquel obstáculo era fácilmente superado con un avance lento y cuidadoso. Gortnus acudió a sus conocimientos heredados por sus ancestros para guiarlos en el trayecto que describía aquella gruta que no hacía más que descender.

Con pasos cautelosos y dando indicaciones cuando era necesario, llegaron a ver por fin una abertura por la que entraba luz y un claro y refrescante sonido de agua corriente. El comerciante sonrió satisfecho, pero su alegría pronto se esfumó al escuchar la exclamación de Harpálice. "Parece que se ha olvidado de la arpía que nos encerró allá arriba..." Gruñó mentalmente ante el descuido. El entusiasmo era perfectamente comprensible, pero no debían olvidar a la criatura que seguramente haya escapado por el mismo sitio por el que lo estaban haciendo ellos mismos. -Deja que me acerque primero, mujer.- Le respondió con un susurro malhumorado. Gortnus empuñó su hacha con ambas manos y se acercó hasta el borde con mucho cuidado hasta poder observar a través de la abertura lo que les esperaba más adelante.

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16/09/2014, 15:30
Director

Ah, cuán sorprendido quedaría el enano al ver lo que aguardaba al otro lado de la sala. ¡Nunca lo habría imaginado! Y es que la estancia que venía a continuación era mucho más regular que la anterior. Su suelo era liso, y en él podían verse pieles de animales extendidas. Iluminábase la estancia con la luz de varios candiles estratégicamente dispuestos, y al fondo podía verse una cascada subterránea, que caía sobre un estanque que ocupaba por completo la mitad de la sala más alejada del lugar desde el que el enano observaba la estancia. No se veía a nadie en su interior, aunque sin duda resultaba extraño que un sitio como este estuviese abandonado. Fuera como fuese, no había peligros a la vista, y ni siquiera la infravisión del enano revelaba amenaza alguna.

- Tiradas (1)