Partida Rol por web

Cuando llego a la alianza, informe a Gornych de que no he podido localizar al bandido, pero que me he enterado, de que ha habido un asesinato en el pueblo, y que he localizado la fuente de vis.

Tras lo cual espero su cabreo, y su sentencia.

Gornych, a quien no gustó un pelo la respuesta de Eliatar en su día, continúa con su expresión de ira contenida, quizá relacionada con el cansancio derivado de haber estado fuera durante toda la estación. Por el momento, se limita a exigir explicaciones más detalladas sobre la fuente de vis y el asesinato, preguntándose si no estaría relacionado, precisamente, con el bandido, y si el joven Flambeau ha dejado el asunto sin investigar.

Respecto a la petición de Belin, no tarda en cuestionar qué sentido tiene para un Jerbiton imbuir un efecto de esa clase en un objeto, cuando debería ser sobradamente capaz de lanzar el hechizo en cualquier momento, aunque no se niega a la utilización del vis. Al parecer, parece preferir un despilfarro de recursos mágicos en investigaciones que imponer unas reglas estrictas que limiten la creatividad de los habitantes de la alianza, pero también espera una continua búsqueda de fuentes de vis por parte de los magos, y explicaciones sobre cada proyecto importante.

Le explica los hechos detalladamente a gornych (lo que ha dicho el master ;) ), y espera su reprimenda, aunque bien sabe que se ha esforzado, tambien era consciente que los campos en los que se le exigia resultados no eran sus puntos fuertes, aun asi intaba hacer todo lo posible.

- ¿Me habeis hecho llamar maestro? - preguntó Leonor a Gornych. Le habían informado que su señor quería verla, y en poco tiempo estaba frente a él.

Gornych asiente y, aprovechando que no hay nadie en la biblioteca, lleva a Leonor a las escaleras, para desconcierto de la joven. Tras un gesto, otras escaleras descienden del techo, revelando el sancta del viejo, que resulta ser una habitación enorme con símbolos arcanos tallados en el suelo y en las paredes, con un par de mesas repletas de planos, piedras y pergaminos, y estanterías llenas de objetos diversos, algunas joyas e incluso animales disecados, dos de ellos encerrados en una sólida jaula de metal.

Deposita algo de agua en unos viales, sin quedar muy claro donde la llevaba, y escribe algo en la tapa de madera mientras las escaleras del suelo desaparecen y su aprendiz curiosea. Es una habitación calurosa y acogedora, con una cama muy grande y asientos de buena calidad. En la parte más alta de las paredes cuelgan varias espadas extrañas y bastones, así como calaveras de animales grandes, algunos desconocidos para la joven. Una pequeña estatua que representa a un caballo comienza a mover las patas cuando sus ojos se posan en ella, trotando sin moverse del sitio, emulando de forma realista el viento moviendo las crines.

Una cerradura cruje y Gornych se pierde tras la puerta de piedra que hay en el centro, abandonando la estancia para aparecer en la azotea, rodeados por la gruesa cristalera octogonal y las impresionantes estatuas de elementales que vigilan los cuatro puntos cardinales. Cuando el viento les da en la cara, empieza a hablar.

-Esta estación comenzaremos tu instrucción en teoría mágica, donde aprenderás las bases de la magia hermética, qué es, como funciona, sus peligros y sus límites. Dominar mis artes me ha llevado décadas, ni por asomo creas que vas a hacer llover fuego sobre tus enemigos tras un par de años de estudio. A mi, y a todos, nos queda mucho por aprender, y al final el aprendizaje es la vida del mago. Por suerte, hay métodos más interesantes para estudiar que leer los mismos libros una y otra vez, y se basa en trabajo de laboratorio. Puede ser peligroso, pero resulta un reto divertido, sorprendente, desconcertante. Cuando alguien entra en un laboratorio, no sabe si va a conseguir salir entero, horriblemente desfigurado o extraordinariamente dotado. En el laboratorio, el mago mira a la cara al abismo, lo desafía, y si es lo suficientemente fuerte, lo suficientemente listo, puede adquirir poderes inimaginables. Todo mago debe dominar la investigación, mantener ordenado el laboratorio, saber construirse uno, personalizarlo, incluso especializarlo para sus fines. Ahora visitaremos el mío.

Dicho esto, empuja a la joven y la deja caer por el extremo de la torre, que se detiene en el aire a pocos metros del suelo y desciende con suavidad, aterrorizada. El viejo la sigue, y sin darle más importancia a lo que acaba de pasar, la lleva a los niveles más profundos de la torre, donde únicamente los magos tienen el acceso permitido. Después, continúan bajando largo rato, hasta llegar a la sala más grande de la alianza, una caverna de decenas de pasos de diámetro, con mesas interminables llenas de artilugios incomprensibles, al parecer situados al azar, y un aire en circulación que transporta extraños aromas. Lo contemplan desde el balcón que cuelga del techo, de forma que no es fácil alcanzar el suelo, y comienza su instrucción.

El primer sentimiento de Leonor es de júbilo. Acertó. En su momento supo como se llegaba a la habitación privada del mago, aunque por supuesto fuera incapaz de entrar en ella, o de llamar su atención. Casi se sonrió pensando en las noches que había estado bajo el lugar de donde habían descendido esas escaleras, meditando en como llegar hasta el verdadero señor de la alianza. Casi. Puesto que Leonor sonríe en pocas ocasiones, y ahora probablemente mas que en los últimos cinco años.

Con la cabeza al principio gacha sigue a su maestro, pero al ascender por esas escaleras que pareciera el mismo Gornych ha convocado a su presencia, levanta la cabeza, olvidado el servilismo con el que se ha visto obligada a actuar desde la muerte de su familia, para que una sensación distinta, y maravillosa, la invada. La sorpresa increible y espéndida de lo mítico e imposible.

Mientras Gornych sigue avanzando, con la calma y seriedad de para quien se ha convertido en normal lo extraordinario, Leonor se para cada poco tiempo, observado con deleite y estupefacción los símbolos arcanos, las estanterias, los animales disecados. Muchas preguntas le vienen a su mente, pero se las calla (alguna de ellas con dificultad, ¿por qué hay dos animales disecados en una jaula? ). Las espadas llaman poco la atención de Leonor, puesto que poco ha sabido de armas toda su vida, salvo de su arco, que varias veces le ha salvado de morir de hambre, y la extrañeza de las mismas, si bien la nota, no pasa de ser algo menor en medio de tanta maravilla. Sí le llaman la atención los bastones, las calaveras de animales ( ¿hay algo tan grande de verdad como ese bicho? ) e incluso la simple calidad de las camas y de las sillas.

- Se mueve, se mueve - no puede evitar dar un respingo cuando el caballo empieza a moverse, con el viento imposible en los crines. Es imposible, imposible y sin embargo ahí está. Y Leonor acerca su mano a las crines del caballo, pero no llega a tocarlo. Gornych sigue avanzando, y rápidamente la aprendiz sigue a su maestro tras la puerta de piedra que hay en el centro, abandonando la estancia para aparecer en la azotea, con gran sorpresa de la joven. Pero no hay tiempo para sorprenderse demasiado. Su maestro empieza a hablar y Leonor pone todo su corazón desbocado y su ágil mente al servicio de entender lo que su maestro le explica. Dos cosas quedan en su mente: estudio y laboratorio. Y que su maestro confía ya lo suficiente en ella como para empezar a enseñarle. Empezar a enseñarle. Empezar a enseñarle. Esa idea se marca en la cabeza de Leonor a fuego. Y entonces antes que la chica pueda reponerse tras la puerta de piedra que hay en el centro, abandonando la estancia para aparecer en la azotea le empuja por la azotea.

- ¿Tengo que morir para empezar a aprender? - se pregunta extrañamente Leonor mientras cae, y sin que pueda evitarlo su garganta grita de un terror que su mente siente como muy lejano el miedo que sin embargo su cuerpo siente como un hecho- ¿Los magos pueden volver a la vida a un muerto, y es entonces cuando se empieza a aprender?

Pero no. Pocos instantes antes de estrellarse contra el suelo, el viento recoge el cuero de la joven, depositándola con suavidad sobre el suelo. Leonor tiene que apoyarse en el suelo, aturdida, y mareada, y casi no ve como su maestro, con la seguridad y calma de quien sabe lo que va a pasar baja de la misma manera.

Y luego sin pararse a mirar siquiera como se encuentra sigue andando. Leonor se levanta aun algo aturdida, pero con una sonrisa. Abajo. Abajo. A los niveles prohibidos, a los laboratorios, a las mesas interminables en donde se acumulan objetos para desafiar a lo posible. A los aromas que invocan y evocan el mito.

A la magia

Leonor asiente cuando su maestro se para y con una sonrisa en los labios lo mira a los ojos

- Peligro, sacrificio y posibilidades de adquirir poderes inimaginables. Soy vuestra aprendiz, y estoy en vuestras manos. Decidme por donde empiezo. .- y se puso a atender con toda su alma y espíritu a las explicaciones de su maestro.

Como cada vez que empezaba una estación (y en realidad como cada dia) la aprendiz se desplazó a los aposentos de su maestro, a fin de que le informara de lo que precisaba de ella, así como de cualesquiera otras obligaciones que tuviera a bien imponerle u ordenarle durante la estación que comenzaba.

Leonor había ido aprendiendo los conocimientos que el señor de Contegum le había ido impartiendo, y progresaba poco a poco en los conocimientos de la teoría mágica.

Gornych parece haber recordado algo y se apresura a escribir una carta que entrega a la Mercere en cuanto puede. Después de esto, anuncia que visitarán Fudarus, Domus de la Casa Tytalus, y que perderán toda la estación yendo y volviendo, aunque aprovecharán para investigar zonas mágicas por el camino, así como recoger los peones de imaginem, entre otras cosas. Si pueden averiguar qué fue de Edmund y compañía, mejor que mejor, más que nada por curiosidad. Deja claro que ella debe encargarse de recolectar esa fuente de vis, sin esperar a que él se lo tenga que recordar, aunque no comenta que el problema es que sencillamente es muy posible que a él se le olvide.

El viejo pasa un tiempo excesivo mostrando mapas a su aprendiz, enormes pergaminos y pieles de animales con dibujos detallados de las montañas, ríos y ciudades, comentando dónde consiguió aquel trazado de las costas occidentales, cuanto le costó dibujar los límites de aquella otra montaña. Para cuando ha logrado señalar la situación de Fudarus, las estrellas bañan el cielo, y es evidente que su entusiasmo por dibujar mapas supera a su habilidad.

Leonor asintió a las explicaciones de su maestro mientras trataba de memorizar el camino que debían seguir hasta Tytalus, y el mejor punto en donde recoger los peones de vis. La idea de buscar zonas mágicas con su maestro le produce, aunque se cuida de expresarlo, una gran alegría. Está convencida que en compañía del mismo verá cosas auténticamente maravillosas, y aunque aun dista mucho de poder realizar ni el más mínimo conjuro por su cuenta, las cuestiones relativas a la teoría mágica dan vueltas casi con vida propia en su cabeza

Realmente habia recibido un duro golpe, habia visto lo que era la realidad de su poder, las consecuencias, y los sacrificios que requerian los secretismos que necsitaba la orden, pero no estaba dispuesto a ir impartiendo vida o muerte a diestro y siniestro, su poder no era tan sencillo de utilizar como esforzarse en conseguirlo, sino que tenia que aprender cuando gastarlo, y el precio de hacerlo.

Asi que mientras nadie le dijese lo contrario se iba a concentrar en su arte, se iba a centrar en apliar sus conocimientos, y a preparse para afrontar su tarea como mago de otra manera, con menos fantasia y mayor responsabilidad, cada cosa que hiciese de ahora en adelante la mediria, porque siempre habia consecuencias para todo el mundo, para si mismo, para los que le rodeaban, y para la orden, debia madurar aun mucho.

Pero antes tenia que hablar con gornych:

Maestro, lamento mi comportamiento, he sido un incosciente, y entiendo que estes decepcionado con mi proceder, voy a intentar mejorar mis habilidades, y ser de más utilidad para la alianza, cualquier cosa para la que sea requerida mi presencia, solo teneis que solicitarla, estaré en mi laboratorio o en mi sancta, y tal vez si hace buen tiempo mejorando mis artes, para el proximo torneo

Tras varios dias de estudio, vuelve a asomar la cabeza de los libros, y se dirige a gornych

Maestro querria mejorar mi laboratorio, y para ello necesitaria o plata o los productos para mejorarlo, se os ocurre que servicios podria prestar a la alianza para conseguir esto, o mejor he de hacer por conseguirlo por mi cuenta y riesgo.

-Lo mejor que podríais hacer es salir y tratar de conseguirlo por vuestros medios. En mi juventud, no me limité a quedarme en la alianza de mi Pater, esperando a que la generosidad de sus miembros y abundancia de sus recursos fuese suficiente para poder pagarme mis caprichos. Y no conozco a ningún Flambeau que dude de su capacidad para conseguir un puñado de lingotes de oro para pagar estas cosas -responde sencillamente el viejo.

Gracias por el consejo, procuraré ponerlo en practica.

Dicho lo cual se vuelve a sus aposentos, en terminar esta estacion se tendrá que plantear un cambio radical en sus actividades.

Tras pasar meses, estaciones, encerrado en el laboratorio, por fin el Verditius aparece de nuevo. Primero para dirigirse a Gornich.

-Señor! Las botas que pedisteis para el Mercere estan listas.

Y entrega al mago unas botas de cuero.

-Se ajustan al pie para resultar lo mas comodas posibles, aguantan mejor pues estan endurecidas por fuera, refuerzan el suelo que pisan y pueden realizar el paso sin huella.

Mira por un momento las botas antes de entregarlas, las limpia un poco.

-Espero que sean del agrado de su futuro dueño, al igual que del vuestro.

Parece pensasar un momento, tras lo que añade.

-Teneis quizas algo nuevo en mente?

El viejo agarra las botas y las zarandea enérgicamente, comprobando la resistencia del material, la flexibilidad y el acabado.

-Empezaba a pensar que este momento no llegaría nunca. ¿Cuál ha sido el gasto real en peones y tiempo de trabajo? -pregunta sin que su severa mirada muestre si está satisfecho o no con el resultado.

El mago enumera sin parpadear y como contando con los dedos.

- Se tuvieron que abrir como objeto mayor para poder imbuir varios efectos, por lo que se requerio una estacion solo para abrirlo, con sus correspondientres peones de vis vim.

-Para los efectos requeri dos estaciones mas.

-El gasto total es de 6 peones de Vim, dos de terram y dos de animal*.