Partida Rol por web

Tributo de Sangre (II)

Heraldos de Paz

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30/01/2009, 00:56
Antor PielGris

 Antor no había perdido el tiempo y cuando Bathalias terminó de impartir sus órdenes, él ya había atado a su montura y estaba descargando las alforjas que portaba el animal. Tomó uno de los pellejos de vino y después de un enorme trago, tras limpiarse la boca con el dorso de la mano, contestó:

- A mí no me importa hacer el primer turno de guardia. Pero creo que deberíamos dejar claras unas cuantas cosas, para que lo de hoy no vuelva a repetirse. Tenemos una misión que hemos aceptado cumplir, así que lo prioritario ha de ser salvaguardar nuestra carga hasta llegar a nuestro destino sin ponerla en peligro. Lo de hoy ha sido un riesgo innecesario que no hubieramos debido correr, y o todos lo tenemos claro o la situación puede volver a repetirse y tal vez no tengamos tanta suerte.

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30/01/2009, 03:41
Alfren Niubar

Cuando se acercó a Bathalias, él se negó a prestar ayuda a los hombres, pero diciendo a Alfren que al ser hombres de armas, con el aviso seguro que acabarían con los ladrones sin problemas, y que además su misión o era esa, era transportar y custodiar el cofre; tranquilizó un poco a la muchacha. No obstante, hubiese preferido hacer más, aunque sabía que Bathalias era más sabio, y que seguro que no se equivocaba. Estaba segura de que cuando lo pensase friamente, daría toda la razón al elfo. No obstante, ahora estaba aún con la idea muy reciente en la cabeza. Necesitaba dormir y relajarse, mañana sería otro día.

Cuando decidieron parar para descansar, la muchacha se bajo del caballo, bastante cansada. Había sido un día muy estresante, demasiadas emociones y sentimientos experimentados en muy poco tiempo. Un descanso la sentaría de perlas, aunque fuese en un lugar tan tétrico y lúgubre como este.

Mientras bajaba los fardos del caballo, Antor empezó a decir que deberíamos dejar claras unas cuantas cosas. La sangre de la muchacha se encendió en ese momento. No podía creer que encima de no haber querido ayudar, protestase. Sin poderse callarse más, miró al pícaro, y le espetó- Claro que lo prioritario es la misión, pero, ¿tú puedes dormir pensando que has abandonado a su suerte a un grupo de hombres "solo porque es su misión"?. Yo desde luego no, porque creo que tengo una cosa llamada conciencia, que al parecer, Antor Pielgris, tu no tienes, o no escuchas más de lo que debieses. Pensaba que eras de otra manera Antor, no así. Esos hombres merecían más de lo que hemos hecho por ellos. Aún así, debemos conformarnos y tener fé en que todo ha salido bien.

Además, piensa una cosa Antor. -La muchacha ya se había tranquilizado un poco, pero aún así, el tono de enfado todavía estaba presente en su voz- Si atacan a los pobres que hacen de señuelo, y los matan, ¿qué crees que harán?. Enfurecerse y buscar el verdadero cofre. De esta forma, si nadie queda con vida, seguirán pensando que ellos son los portadores reales, con lo que ganaremos tiempo -Este último razonamiento no gustaba del todo a la aspirante a caballero, pero pensaba que si al menos hacía ver las cosas al pícaro desde un punto de vista similar al suyo, quizás no le importase lo ocurrido hoy.

No obstante Antor, hoy he descubierto algo, y me has decepcionado. Te veía de otra manera. Ahora veo como eres realmente, para mi desgracia. Una pena...

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30/01/2009, 09:23
Ailara Sotobosque

La joven druida atendió la orden de Bathalias así que desmontó y ató a Acram a un árbol junto al resto de caballos - Gracias por llevarme todo el día - Le dijo acariciándolo.

Cuando empezaron a discutir sus dos amigos Ailara saltó sobre Alfren para intentar calmarla. - Déjalo Alfren, creo que hemos hecho lo correcto y lo volvería a hacer - Entonces se giró para mirar al pícaro- Creo que todos salvo tu estamos satisfechos con los resultados de las acciones de hoy, tal vez eres tu quien debe tener claro lo que ocurrirá si nos encontramos con una situación parecida en el futuro.

Una vez la situación volvió a la normalidad, Ailara comenzó a preparar el campamento y se quitó la armadura de pieles que la protegía. - Yo puedo hacer el último turno, no me importa madrugar - Le dijo a Bathalias.

En esos momentos su foco de preocupación se enfocó a lo que había ocurrido antes. Debo congraciarme con la naturaleza, no entiendo como pude fallar un hechizo tan sencillo. Espero no haber hecho nada que moleste a mi diosa.

La muchacha compartió su comida con su querida Mazgul, que ya se preparaba para tumbarse a su lado como hacía todas las noches. Una vez se asentaron se hizo a un lado para meditar y rezar a la naturaleza y así poder congraciarse con ella de nuevo.

No volveré a fallar...

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30/01/2009, 22:03
Antor PielGris

 Antor sabía de antemano lo que iban a provocar sus palabras, por eso se mantuvo impertérrito ante el chaparrón de palabras que Alfren vertió sobre él y tampoco movió un músculo cuando Ailara puso el colofón. Nadie que le conociera un poco daría crédito a lo que estaba sucediendo, no se creerían que podía permanecer impasible mientras alguien le hablara de esa manera, pero Antor en el fondo apreciaba mucho a las muchachas y por ello esperó pacientemente a que hubieran terminado para tomar su turno de palabra, y lo hizo con voz tranquila y suave para no encender más aún la discusión

-- Tenéis demasiado buen corazón señoritas, y eso os honra, pero sois demasiado jóvenes para entender algunas cosas. Dentro de unos años recordaréis lo sucedido hoy, y tal vez entonces entenderéis mi forma de pensar. Yo no le deseo mal a nadie que no lo merezca, y esos pobres guardias no lo merecían, pero tampoco voy a dejarme matar si puedo evitarlo, y si alguien tiene que quedar expuesto para salvarnos a nosotros que así sea. De todos modos, respeto vuestro parecer y espero vosotras podáis respetar el mío aunque no lo compartáis, aunque de todos los presentes quien tiene la opinión de más peso es nuestro amigo elfo, que nos dirige siempre con buen juicio, por eso espero a que de su opinión al respecto.

Las últimas palabras las dijo mirando fíjamente a Bathalias, pero antes de que el elfo pudiera hablar, Antor se volvió a las muchachas y con voz firme y profunda añadió

-- Pero antes de que Bathalias hable señoritas, que les quede una cosa bien grabada en sus cabecitas, Antor Pielgris jamás mata por matar. A nadie. No lo olviden nunca.

Y cogiendo el pellejo de vino que llevaba en la mano, se volvió hacia Bathalias, esperando sus palabras antes de echarle un buen trago ...

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01/02/2009, 19:26
Bathalias de Emdelis

Bathalias escuchó con atención las palabras dictadas por Antor y por Alfren, pues sabía que ambos tenían razón, y aunque él tenía la certeza de que habían hecho lo correcto, no se le podía quitar de la cabeza la doble impresión de por un lado haber puesto en peligro el viaje, y por otro no haber ayudado lo suficiente a la Caballería del Conde. Por fín, se resolvió a hablar.

Antor, tienes razón en lo que dices, pues ha habido un momento en que han estado a punto de descubrirnos, sin embargo, me he puesto en la piel de los jinetes que iban por el Camino Real. Sabeís perfectamente lo mal que se pasa cuando se es víctima de una emboscada, y por tanto, sabreís lo que agradeceríamos nosotros mismos el aviso si los atacados fuéramos nosotros, ¿verdad?.

Por otra parte, debeís de daros cuenta que los asaltantes parecían cazadores, y los atacados eran hombres de armas montados, seguramente mucho más preparados para la guerra. Es fácil suponer que una vez recobrados del primer ataque por sorpresa, los Guardias del Conde cerrarían filas y acabarían con la profesionalidad que se les supone con todos y cada uno de los atacantes. Creo que con nuestro aviso hemos salvado algunas vidas de lo que de todos modos sería una sangría. Y no os olvideís de que hemos ayudado a quién nos paga, y esos favores son siempre ases guardados en la manga.

Y Antor, debes recordar cómo somos, amigo mío, si lo prioritario fuera lo material, hace tiempo que estariamos sirviendo a cualquier noble de forma permanente, en lugar de estar viajando por todo Imledyr. Piensa que, de una u otra manera, siempre cumplimos las misiones encomendadas.

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01/02/2009, 21:41
Merkus

El Asmita descabalgó, dejando que sus compañeros hablasen mientras recogía ramas secas y cañas para hacer una hoguera, pero sin perder palabra de lo que se decía. Con la experiencia de sus muchos viajes, buscó un lugar seco y resguardado, cubierto por matorrales y facilmente defendible en caso de lucha. Encendió un pequeño fuego tras asegurarse de que no era visible desde la distancia.

Mientras sacaba el tasajo y el pan de las alforjas, comenzó a hablar, sin mirar a nadie en particular.

- Un hombre que sirve a un Señor sabe cual es su camino: El sirviente, hacer lo necesario para el bienestar de su amo. El Hechicero, explorar los misterios arcanos que le ordene su Señor. El soldado, obedecer a quienes mandan. El que sirve no puede dejarse llevar por lo que crée o lo que siente, puesto que debe obedecer. La Obediencia a los Mayores, a los Sabios, a los Señores, es lo que mantiene el mundo unido. Obedece a tus Mayores, dice mi pueblo, porque ellos ya han recorrido el sendero que crées ser el primero en pisar.

Dejó dos trozos de pan junto a las llamas y colocó una piedra sobre el fuego, colocando encima la carne seca.

- Cada hombre elige a quién obedecer, ya sea un Señor o un amigo. Si el Señor ordena ir al encuentro de la muerte, el hombre leal y valiente obedecerá, porque eso es el Honor: Servir y Obedecer cuando la muerte es el resultado cierto.

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02/02/2009, 03:25
Alfren Niubar

Alfren estaba más calmada y mucho más contenta por la explicación que Bathalias había dado sobre los hechos, y su opinión de los mismos. Aunque había sido una opinión bastante imparcial, la muchacha entendió que el elfo estaba más de parte de los que querían defender a los hombres del Conde que dejarlos a su suerte para salvar nuestra vida.

Antes de que la pelirroja joven dijese nada, Merkus se adenlantó, dando un consejo. Pero Alfren no estaba del todo de acuerdo con lo que había dicho el bárbaro, y le contestó- Aunque sepa lo que es el honor Merkus, si puedo hacer algo sin faltar a mi palabra, ¿por qué no hacerlo?. Además, si no hubiesemos hecho nada para ayudar a esa gente, también habría quebrantado el honor más importate que yo pueda conocer jamás. El mío propio. Si no hubiesemos ayudado, me habría fallado a mi misma, y eso es algo que no puedo tolerar. He dado mi palabra de defender el cofre, y así será. Pero también mi sino es el de defender a los inocentes y a los desvalidos, por lo que no podía dejar tirados a esos hombres sin avisarles.

Tras contestar al bárbaro, Alfren miró a Antor, y lo único que le dijo fué- Me agrada saber que no matas por matar Antor, pero recuerda tú también una cosa, y es que no evitar una muerte si está en tu mano, te convierte en un ser igual al asesino.

Una vez aclarado todo, la muchacha se dirijió a su caballo, donde terminó de descargar todo lo que tenía en las alforjas. Después, buscó un buen lugar donde poder pasar la noche. Una vez tenía un sitio, se acercó a los demás, y dijo- Bien, ¿cómo haremos las guardias?. Evidentemente esto no puede quedar sin protección. Ailara, tu has dicho que no te importaba hacer la última de las guardias, ¿verdad?. Yo estoy agotada, pero no me importa hacer cualquiera de las guardias. Vosotros diréis...

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02/02/2009, 09:48
Bathalias de Emdelis

Bathalias miró complaciente a la joven aspirante a paladín, pues comprendía perfectamente el significado de sus palabras, así cómo todo aquello que abrumaba su mente.

Así es Alfren, lo que nos diferencia de los asesinos es que no matamos por el simple placer de matar, sino que barajamos cuando podemos si lo haremos o no. Debemos valorar antes de nada que toda vida es valiosa, que hasta la más insignificante de las mariposas merece su vida pues es el más preciado de sus bienes. Es por ello que tras tantos años de lucha, aun recuerdo cómo si hubiera sido ayer, la primera vida que robé. Tengo muy presente que nunca he matado innecesariamente a nadie, y sólo espero que cuando me llegue el día y esté ante la balanza que portan los Dioses, el fiel de mi vida seas propicio para mí y no me envíe al lugar de las penitencias.

Observando a Merkus, el viejo elfo no podía más que sonreir ante el sentido del honor del noble guerrero.

Razón no te falta, Merkus, la lealtad y el honor son dos grandes virtudes, pero no dejes que estas cieguen al resto de las que tengas, pues la obediencia ciega no lleva al hombre más que a la esclavitud.

Bien, descansaremos poco, que cuando entreguemos el cofre ya tendremos tiempo de hacerlo en condiciones. Seis horas de descanso serán suficientes para recuperar fuerzas. Haremos dos turnos de guardia de tres horas cada uno.

Bathalias señaló a su astuto compañero.

Antor, te has ofrecido para la primera guardia, y así lo harás. No pierdas ojo de los alrededores y mantente siempre alerta y en silencio. Confío en que no te encuentres lo suficientemente cansado, amigo mío. Yo haré la siguiente guardia, y os despertaré al amanecer para proseguir el viaje.  Ailara y Alfren, mañana os tocará a vosotras.

Y ahora, antes de un merecido descanso, sería prudente que cenásemos algo, ya que el hambre no es buena compañera de viaje.

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02/02/2009, 23:27
Antor PielGris

 El final de las palabras de Bathalias fue saludado con una gran carcajada por parte de Antor, la tensión había desaparecido de su rostro y con tono alegre y desenfadado contestó al elfo

-- ¿Cansado yo? bromeas amigo, ja ja ja ja, ¿desde cuando el viejo Antor se encuentra cansado para pasar una agradable velada escrutando la oscuridad, al calor de la lumbre? Descuidad, que yo haré el primer turno -- y dando un gran trago de su pellejo de vino, lo depositó en el suelo apoyado junto al árbol donde había dejado todas sus cosas -- y aquí se queda este querido amiguito con su preciosa carga. No temáis, no volveré a probarlo hasta el final de mi turno !!

Otra carcajada coronó sus palabras al tiempo que rebuscaba en sus alforjas. Después de unos instantes pareció encontrar lo que quería puesto que cerró las alforjas y las dejó a un lado, para luego dirigirse hacia donde se encontraba Alfren ultimando sus preparativos para el descanso nocturno.

-- Querida Alfren, te parecerá extraño pero aunque a menudo discutamos por nuestras diferencias de opinión admiro profundamente tu sentido de la solidaridad para con los demás, aunque a veces no lo comparta. Sigo pensando que con el tiempo me comprenderás mejor y hasta llegarás a pensar como yo. Y por todos los dioses que intentaré conservarme vivo para entonces, aunque dudo que lo consiga chiquilla jajaja -- esta vez la carcajada fue menos extensa pero igual de sincera, y cuando terminó de reirse rebuscó entre los bolsillos aquello que había sacado antes de las alforjas y se lo tendió a Alfren -- Toma. Espero que lo lleves siempre contigo y te sea útil, así alguna vez recordarás mis palabras de esta jornada y puede que hasta llegue el día en que estés de acuerdo con ellas ... y si nó ... siempre será un buen ornamento, brilla tanto como tu mirada cuando defiendes aquello en lo que crees.

Y antes de alejarse a su puesto de guardia depositó en la mano de Alfren un hermoso broche para capas, hecho de plata brillante, con forma de dos espadas cruzándo sus filos y entre sus dos puntas una pequeña esmeralda verde de gran brillo.

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03/02/2009, 04:18
Alfren Niubar

Gra... Gracias Antor -dijo entrecortada la joven, mirando el reluciente broche. El regalo la había pillado por sorpresa, y en ese momento no supo como reaccionar. Además, el colgante era precioso. Sin lugar a dudas, era un gran y valioso regalo. Entonces, contemplando el broche, Alfren recordó algo. Que, pese a lo ocurrido, Antor era su amigo. Aunque no pensasen igual, le apreciaba y le tenía cariño. No podía enfadarse con él, en el fondo, sabía que era buena persona, aunque a veces le costase hacer cosas para demostrarlo.

La muchacha alzó la mirada, y antes de que el pícaro se fuese, le dijo- Antor, pienso que aunque no llegue a pensar como tú, creo que te entiendo, incluso te comprendo. Tú no eres ningún caballero armado ni nada por el estilo, además, tienes mucha más experiencia que yo. En cambio yo, me he impuesto la misión de proteger a los inocentes y a los débiles. Es algo que yo me he impuesto, pero solo me lo he impuesto yo. Los demás sois libres de hacer lo que queráis. Aunque quisiese, no puedo cambiar como sois. Porque, en el fondo, es por vuestra forma de ser, y es por vuestras virtudes y vuestros defectos por lo que os aprecio. Mi misión es convertirme en paladín, pero es mi misión, no la vuestra. Si no tenéis porque arriesgaros, entiendo que prefiráis tomar el camino más sencillo. Yo en cambio, tengo que arriesgarme, es mi código y es mi honor. A partir de ahora, intentaré no hacer nada que pueda poner en peligro la misión. Pero si alguien corre peligro, tendré que ir a ayudarle, así que os pediría, tanto a tí como a todos, que no te os enfadéis por ello.

Volviendo a mirar el broche, e intentando cambiar de tema, Alfren dijo a Antor- Desde luego es un gran regalo. Descuida, cada vez que lo mire, me acordaré de ti Antor Pielgris. Te doy mi palabra de ello. Ahora vamos a cenar, no se tú, pero yo estoy hambrienta y cansada. ¡Vamos a preparar algo suculento para la cena! -Diciendo esto, la muchacha se reunió con los demás acompañada de Antor.

No puedo intentar cambiarlos. Son mis amigos y los quiero tal como son. Y creo que ellos deberían de comprender lo mismo. Si se vuelve a dar una situación como la de antes, y tengo que ir yo sola, no los culparé por no acompañarme. No puedo obligar a nadie a hacer algo que no quiera por mi culpa. Ellos no son aspirantes a caballeros. Cada uno tiene sus objetivos, y yo no soy quien para interponerme en ellos mientras sean objetivos honorables. Solo espero que sus metas no incluyan nada deshonroso. No quisiera pensar que pasaría si alguno se descubriese como un malvado... ¡No!, eso no pasará. Los conozco lo suficiente para saber que, aunque a veces no veamos las cosas iguales, siempre buscamos lo mismo, ayudar y hacer el bien.

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03/02/2009, 09:35
Ailara Sotobosque

Ailara se alegró de que por fin quedase zanjado el asunto de la emboscada, no soportaba ver a sus amigos discutiendo - Amigos... es curioso que os llame así cuando hace tan poco que nos conocemos. Me habeis abierto vuestro corazón y me habeis acogido sin reparos. Ahora mismo sois mi familia y no pienso fallaros como a mis padres.

 A pesar de que lo que más me apetece es reunirme con vosotros alrededor de un buen fuego, es posible que no sea buena idea encender uno. Es posible que haya más grupos de bandidos buscándonos.  - Ailara dijo esta al aire pero sabía que tomaría la decisión de que hacer sería Bathalias y todos le haría caso.

El detalle que ha tenido Antor con Alfren ha sido precioso, estoy segura que le habrá encantado. Me pregunto de donde lo habrá sacado, me extraña que no lo vendiera cuando pasábamos penurias.

Después de haber meditado para congraciarse con la naturaleza, la joven druida se sentó con el resto de sus compañeros para compartir la conversación mientras acariciaba a su fiel loba.

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03/02/2009, 20:19
Bathalias de Emdelis

A Bathalias tampoco le hubiera importado el estar esta noche alrededor de un buen fuego, rodeado de aquellos a los que quería y por los que sin pensarlo daría la vida con tal de protegerlos.

Pero el elfo era más que consciente de que no estaban en el lugar ni momento adecuados para hacer una hoguera, así que encandilaría a los demás con sus artes musicales y narratorias en otra ocasión.

Tras engullir el último pedazo de pastel de carne frío traido entre lo que acapararon del Conde, sabía que el simulacro de velada había llegado a su fín.

Será mejor que descansemos desde ya, pues no sabemos lo que mañana nos pudiera acaecer. Si me disculpaís, yo ya me retiro.

El viejo aventurero buscó un sitio seco y resguardado donde pasar la noche. Mientras se arropaba con un par de mantas, aun le dió tiempo de comentarles a los demás sus últimos pensamientos del día.

Abrigaos bien, que al no estar bajo el resguardo del fuego, la noche será muy fría. Antor, cuando tu guárdia esté próxima a su fín, no te olvides de despertarme. Que los Dioses os sean propicios esta noche.

Y tras darse media vuelta, se dejó vencer por el sueño mientras sonreía pensando si el presente ofreciso por Antor a Alfren era parte de un pequeño juego de seducción.

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03/02/2009, 23:34
Antor PielGris

 Con el último bocado de cena aún reciente Antor se dirigió al árbol donde había amontonado sus cosas y de entre ellas sacó su enorme capa de pieles, la cual, aunque ya algo deslucida por los muchos años que ya atesoraba a sus espaldas, seguía proporcionando a su dueño el calor que necesitaba en las largas noches de vigilia. Ciñó su espada a la cintura, y colocó cuidadosamente sus dagas en los sitios de costumbre, una en cada una de sus botas y dos entre las cintas habilitadas a tal efecto en su chaleco. Como había aprendido a lo largo de los años, un buen vigía no sólo debía estar preparado para escudriñar y dar la alarma, también debía estar listo para luchar.

Después se dirigió al puesto que había escogido para hacer su guardia y que no era otro que el tronco de uno de los árboles entre los cuales se hallaban acampados. Desde allá arriba tenía una visión un poco más amplia del terreno circundante y los sonidos lejanos le llegarían con más limpieza. 

Mientras se dirigía hacia allí echó una mirada alrededor, para comprobar que todos se hallaban ya acomodándose para pasar la noche:

-- Descansen ustedes, el que quiera el desayuno en la cama por favor que lo diga ahora ja ja ja seguro que nuestro querido Bathalias estará encantado de servírselo cuando acabe su turno de guardia ja ja ja

Y con esa última carcajada comenzó a subir al viejo árbol para acomodarse en su puesto de vigía.

Notas de juego

 Antor se mantiene alerta en todo momento. Presiente que la noche puede albergar problemas, no se fía así que agudiza sus sentidos ya que está convencido que algo extraño podría suceder. Tiene un mal presentimiento.

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04/02/2009, 15:39
Ailara Sotobosque

Ailara corria riendo a través del bosque con ganas de volver a ver a su familia y a su lado su fiel loba Mazgul.

No podía estar más contenta, estos últimos días todo había ido viento en popa y pronto estaría en casa - Que raro, eso es mucho humo para las chimeneas del pueblo - La joven druida apreto la carrera para comprobar que es lo que ocurría.

Al subir la última loma se le cayó el alma al suelo, las casas de lo que ella llamaba hogar estaban ardiendo, su familia al completo yacía inerte en el suelo con claros síntomas de violencia. Buscó con la mirada a sus amigos y solo pudo taparse la boca con ambas manos mientras caían las lágrimas por su cara: los cuerpos de Alfren, Antor, Bathalias Merkus completaban la escena de destrucción.

¡Moravius! el aun debe estar con vida - Pensó mientras atravesaba la dantesca imagen.

Cuando por fin llegó al centro del poblado se quedó sin palabras, una mujer vestida con ropajes negros y con un bastón en una mano luchaba con su amigo ambos con desplegando un poder mágico nunca visto por la habitante de los bosques.

Ailara comenzó a correr en su dirección para prestarle su ayuda pero parecía que no iba a llegar nunca, era más lenta que nunca. En ese momento, la malvada hechicera lanzó un terrible rayo que brotó de su bastón y con él atravesó a su amigo por el pecho.

Noooooooooo!!!! - En ese momento despertó la joven, sudando y con síntomas de haber llorado. Miró rapidamente alredor hasta darse cuenta de que todo era una pesadilla.

Intentó como pudo volver a conciliar el sueño mientras pensaba - ¿quien era esa mujer?...

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05/02/2009, 00:01
Bathalias de Emdelis

Bathalias, en brazos de un sueño reparador, y arropado hasta las estilizadas orejas, era feliz mientras soñaba.

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05/02/2009, 02:27
Alfren Niubar

Desde luego, esta no era la noche más cálida que Alfren había vivido, ni mucho menos. No paraba de dar vueltas en su saco, aunque estaba arropada hasta las cejas, no podía dormir bien. Pero quizás no fuese culpa del frío, imágenes inconexas se arremolinaban en cabeza...

Era un bonito día de primavera. Todo era verde y florido, los pajarillos cantanban, el sonido de un riachuelo cercano podía tranquilizar al más desgraciado de los hombres. Estaba en un mundo precioso, lleno de belleza y hermosura. Un paraiso ideal. Allí, Alfren pudo ver a niña pequeña. Era pequeña, de pejo rojizo y pecas en la cara. De repente se reconoció a si misma, pero con la mitad de su edad actual. En lugar de extrañarse, se acercó a la niña, pero cuando llegó hasta donde estaba la pequeña, había desaparecido, al igual que todo lo que la rodeaba.

Cuando miró alrededor, la aspirante a caballero vió el bosque en el que estaba, solo que cambiado. Todo estaba desolado, los árboles marchitos, el suelo estaba seco y sin vida, y ya no se oían el alegre de los pajaritos, en lugar de eso, de vez en cuando se oía un desagradable y escalofriante graznido. Pero había algo que tampoco se oía, el riachuelo. Cuando se acercó a donde se supone que estaba pequeño río, se dió cuenta de que ya no estaba en el marchito bosque. En lugar de eso, estaba en una sala, rodeada de caballeros de brillante armadura. Uno de ellos, el más grande y poderoso de todos, se acercó a ella, yelmo en mano.

Alfren Niubar -dijo la voz- levántate. Esto era diferente, la muchacha si sabía donde estaba. Era el día en el que la negaron entrar en la orden. Alfren alzó la vista, y sin decir nada, se puso en pie, mirando al hombre, el cual la sacaba una cabeza de altura.

Bien, estás aquí para entrar en la Noble Orden de los Caballeros de Ayris. Bien, no dudamos de tus capacidades, pero me temo que por conseso, hemos decidido que no puedes entrar en la orden. Tu lugar no es este, como mujer deberías saberlo. Lo siento, pero será mejor borres esta idea de tu cabeza. Los Caballeros de Ayris nunca han aceptado a una mujer, y nunca lo harán. -Concluyó el gigantesco caballero- Ahora, puedes marchar en paz, Alfren Niubar

Alfren volvió a dar otra vuelta en su saco. Había algo que no la dejaba descansar bien, y no era el frío. Algo que a la mañana siguiente no recordaría, como era costumbre en ella, perturbaba su mente. Una pena que al despertar, no se acordase de nada. ¿O quizás era mejor no recordar hechos tan traumáticos?...

Notas de juego

Que me pasen por la quilla, jamás había roleado lo que sueña mi pj...

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06/02/2009, 00:49
Antor PielGris

 Antor se arrebujaba como buenamente podía bajo la gruesa capa que le proporcionaba algo de calor en la fría y húmeda noche. Al mínimo ruido escrutaba la oscuridad con denodada atención. Era cierto que presentía que algo podía suceder aquella noche, aunque conforme pasaban las horas tenía la esperanza de haberse equivocado una vez más. Eso sí, lamentaba profundamente haber dejado el pellejo de vino allá con sus cosas, un buen trago le aliviaría la sequedad de la boca y sobre todo la soledad de la noche, pero sólo con pensar en bajar y volver a subir a su puesto de vigilancia se le quitaban las ganas de vino, sobre todo pensando que en un rato le tocaría el turno a Bathalias y él podría saciar su sed, para luego dormir a pierna suelta, cosa que por cierto parecían incapaces de hacer las dos muchachas, tanto Alfren, como Ailara no cesaban de revolverse en sus mantas, y juraría que alguna se había medio despertado en alguna ocasión. Todo lo contrario que los demás hombres del grupo, estos parecía estar muy a gusto en su descanso y apenas se rebullían. Lo mismo que iba a hacer él en breve. Este pensamiento hizo que Antor sonriera ante la perspectiva de su próximo descanso ...

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06/02/2009, 01:34
Director

Sendas tiraditas de INTELIGENCIA...

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06/02/2009, 09:50
Bathalias de Emdelis
Sólo para el director

Bathalias, se mueve, inquieto, en un continuo duermevela.

- Tiradas (1)

Tirada: 1d8(+3)
Motivo: Inteligencia
Resultado: 4(+3)=7

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06/02/2009, 23:39
Antor PielGris
Sólo para el director

 Inteligencia 6 + 8 tirada = 14

- Tiradas (1)

Tirada: 1d8
Motivo: INTELIGENCIA
Resultado: 8

Notas de juego

 Como no has dicho dificultad ni nada más, simplemente tiro 1d8 y con el resultado haces lo que tengas que hacer. No se si tendría que hacer mi tirada de otra forma, pero bueno en vez de pregunarte y retrasar la partida, hago la tirada como tengo que hacerla y luego si está mal ya me corriges y para la siguiente ya la haré bien.