Partida Rol por web

 Antor avanzó rápido y sigilosamente hasta situarse cerca de ambos grupos de guerreros. Con la agilidad de un gato, el pícaro se subió a la copa de un árbol desde el que poder tener una visión amplia y clara.

Desde su sitio, preparó su arco y observó con atención al grupo atacante. Debía localizar al oficial al mando de los enemigos para intentar eliminarlo lo antes posible.

Atento, con la paciencia y templanza del gato que aguarda para cazar al pajarillo posado en la rama, Antor esperó hasta ambos ejércitos comenzaran la refriega para realizar su trabajo de manera rápida y eficaz.

- Amigos, ya os alcanzaré más tarde. No creo que a paso de burro lleguéis muy lejos.

Sin poder evitarlo, Bathalias miró al hechicero con preocupación. Quizás más por su desmayo que por haberlos descubierto ante el enemigo, aunque él esperaba que no los hubieran visto. Sin poder evitar echar un vistazo alrededor, se asegura que Moravius está bien y monta a su paciente yegua. Escucha Moravius, no te arriesgues tanto con tus hechizos. Nos eres más útil vivo, recuérdalo. -le dijo al hechicero, más preocupado que enfadado, antes de girarse y colocarse en su posición- Avanzaremos más juntos. Ailara, tu abrirás la marcha con tu lobo. Los otros estad atentos, si ese grupo de caballeros nos rodea a nosotros se acabó...

Y tras ponerse en su posición, Bathalias no pudo evitar pensar en el Capitán y cruzar los dedos para que sirvieran de distracción suficiente.

Bathalias estaba dando las órdenes de marcha al grupo, después de que el Capitán fuera alertado por el hechizo que Moravius había realizado, cuando al girarse para comprobar que todos le hubieran escuchado se dio cuenta de que Antor no estaba allí. Unos a otros se miraron, buscándole.

Abajo, en el camino principal, el aviso había alertado a Néomen, y éste empezó a dar instrucciones a sus soldados rápidamente, sobresaltado pero entendiendo la situación, y el grupo de emboscados tuvo que precipitarse al ataque, de un modo súbito y desorganizado, ya perdido el factor sorpresa.

Y mientras empezaba la refriega, le vieron: Antor había avanzado hasta situarse cerca de ambos grupos de guerreros, y se había subido a la copa de un árbol. Preparaba su arco y escudriñaba entre las ramas, dispuesto a dispararlo. Se giró un momento, y susurró:

- Amigos, ya os alcanzaré más tarde. No creo que a paso de burro lleguéis muy lejos.

Asintió con la cabeza a las palabras de Bathalias y luego sonrió al ver a Antor encima del arbol con su arco tensado.

Estas chiflado viejo amigo.

Le dio unos golpecitos a la gruma de su caballo y este se puso en marcha. Si descubrían al pícaro allí arriba estaría acabado, e incluso si escapaba seguramente guiaría a aquellos soldados directamente a ellos. Era una locura pero Moravius entendía perfectamente el porqué lo hacía, y eran las mismas razones por las que él habia intentado su segundo conjuro: Es preferible morir por hacer algo bueno que vivir una larga vida con el pesado yugo de la conciencia, recordándote aquello que debiste haber hecho y no hiciste.

Al pasar por el lado de la mula también le dió una sutil patadita en las posaderas y esta se puso en marcha.

Con un ágil movimiento, la joven druida saltó a la grupa de su caballo. A paso de trote se acercó hacia donde estaba Moravius y con una sonrisa picarona en su rorsto, le dijo.

-Me vuelvo a la vanguardia. Ni se te ocurra delatarme con tus fuegos artificiales, ¿eh?-

Acto seguido espoleó enérgicamente la montura para volver a ponerse con su lobo a captar todo lo que sus oídos y ojos pudieran discernir entre los árboles.

Al ver que Antor se retrasó respecto al grupo, Bathalias sintió que debía quedarse con él. No pudo evitarlo, y como sus compañeros ya estaban dispuestos a irse les apremió a seguir avanzando. Nos veremos pronto, no os preocupéis! -exclamó con una sonrisa, intentando sacar hierro al asunto. No le gustaba separarse del grupo aunque aún menos prefería dejar a Antor solo. Bajó de su yegua y encajó una flecha en su arco. Sin subir al árbol y des de abajo, le preguntó al pícaro.

Que pretendes hacer, Antor? Parece que Moravius logró avisarlos. Míralos, -apuntó con la cabeza hacia el ejército del Capitán Neomen- se están agrupando y preparando...

Merkus no habia perdido tiempo, estaba jalonando la colina con la mula tras el.
Cuando empezo abajo el  combate sintio esa necesidad imperiosa de bajar y combatir. No pidia evitarlo, vivia para el combate, y ahora mismo la refriega los excitaba muchisimo.

Vamos, que se queden los arcos, pero mejor sera que avancemos cuanto podamos.

Tenia una idea de lo que podia pasar abajo. O ganaban los buenos o los malos. Si ganaban los buenos no habria nada de lo que preocuparse. Y si ganaban los malos, estarian mermados y tendria que correr para alcanzarlos, y en ese momento los mataria a todos.
El dia para el iba a pedir de boca.

Una bruja nos espera, no la hagamos enfadar, jejeje.

Se reia mientras en la idea de rebentar los craneos de los soldados de otro ducado, eso siempre le animaba.

Antor, sin perder atención del enfrentamiento, dijo con voz queda y baja - ¿ves aquel que mueve los brazos de manera ostensible? Parece ser el que dirige el asalto. Creo que un par de flechas cuando yo diga no le vendrían mal, amigo – después tensa su arco y aguarda a que sus compañeros estén lejos de su alcance.

El combate se recrudece. Gracias al aviso, los soldados del conde pudieron tener una oportunidad, pero el número es inferior, así que empieza a decantarse de parte del enemigo – un momento más, aguanta un poco hasta que el resto este seguro y luego salimos a caballo en dirección contraria – Antor declaró sus intenciones a su compañero Bathalias.

A poco de perder de vista a sus amigos, y cuando la cosa, si no cambiaba, se les ponía de cara a los asaltantes, Antor comunicó desde el árbol - ¡Ahora, Bathalias! - soltando la flecha que tenía preparada.

La flecha voló hacia su objetivo, y el comandante rival se vió sorprendido por un ataque inesperado por su flanco desprotejido.

Totalmente atento a las palabras de Antor, Bathalias mantenía su limpia mirada fija en el objetivo. Tuvo en cuenta el suave viento que soplaba y la altura, fruto todo de su experiencia con el arco. Sin perder un segundo, al oír el aviso de su compañero, disparó su flecha, que voló rauda hacia el pobre jefe de los caballeros enemigos.

Belethia, te dejo aquí un mensaje que puso Dama_Isawa para echar una mano con la partida. Míralo y utilízalo si te sirve. Bórralo depués.

Saludos.

DRIZZ, este es el post de las tiradas, te lo dejo oculto para que te lo mires.

Manual:
Puntuación del combate/ataque del atacante + 1d8 - (Puntuación de combate/defensa del defensor + 1d8) = Puntos de vida perdidos del defensor.

Según el manual puedes dar plus por táctica, pero no sé si es obligatorio. No lo indica.

:)

El mago siguió adentrándose en el camino previsto flanqueando a la mula.
Cada pocos metros miraba hacia atrás, observando a sus compañeros y esperando que supieran lo que hacían les deseó suerte.

Ya se sentía lo suficientemente fuerte para hacer otro conjuro, pero su experiencia le decía que sería su último conjuro hasta que tomara un descanso prolongado. Así que debía de guardarlo para una emergéncia.

Observó hacia adelante, esperando que la vegetación del entorno empezará a dar muestras de estar acercándose a un pantano.

No tiene que faltar mucho para llegar.

Merkus volvio a apretar el paso.

No mireis atras, dadles un voto de confianza. Si no pareceremos abuelas cuidando de los nietos. Animaos, mañana a estar horas seremos leyendas.

Estaba hasta cierto punto de que esa ultima afirmacion seria verdad. O estarian criando hongos y lombrices o serian leyendas durante una semana o hastas que se les acabase el dinero y las putas. Lo que fuera primero.
Pero lo que si que tenia claro, es que eran todos mayorcitos para saber que podian dejar atras a los otros. Y mas si ellos lo habian decidido asi.

Temia mas no llegar a tiempo con el encargo.

La flecha de Antor pasó a un par de metros del comandante y se clavó en el suelo mientras que la de Bathalias, a pesar de dar en el blanco, fue repelida por la armadura del jefe de las tropas emboscadas. Este dio unos rápidos pasos hacia atrás para alejarse del fragor de la batalla y evaluar la situación desde un lugar un poco más seguro. Sólo le hizo falta observar la flecha clavada en el suelo durante un segundo para darse cuenta de lo que estaba pasando. Alzó la vista, descubrió a Antor y un movimiento lateral de la cabeza del comandante dejó claro que un examen del entorno del pícaro le había revelado la presencia de un sendero allí arriba.

Acto seguido dio un par de órdenes señalando hacia la posición de Antor y, aunque la mayor parte de las tropas emboscadas continuaron el ataque contra el capitán Neomén, un reducido grupo se introdujo en el bosque alejándose de la batalla desapareciendo de la vista.

Las flechas tampoco habían pasado desapercibidas para el capitán Neomén. Si los compañeros hubieran podido observar el rostro del capitán hubieran comprobado como se pintaba una profunda decepción cuando descubrió que había sido Antor quien había lanzado la flecha. - ¿Por qué? - parecía preguntar su rostro. Pero no tenía tiempo para preguntas en ese momento, tenía una batalla que librar. A pesar de su intento para interceptarlos, un reducido grupo de enemigos se adentró en el bosque y en ese momento sintió que las muertes de sus hombres y posiblemente la suya propia habían perdido todo el sentido.

- ¿Por qué? -