Partida Rol por web

Vas cojonudamente, y por el palco vip se opina lo mismo:)

Y Ethiel confió en ellos. No le pasó desapercibida la mirada entre ambos hombres, aunque por su preocupación y el intentar observar el artefacto no se percató de los matices que parecían transmitirse.

- Yo no tengo motivos para desconfiar de él y vos le secundáis Jowen, relajáis pues mis nervios, dejemos la magia entonces en sus buenas manos... - determinó finalmente ella, dando la conformidad todo el equipo arcano del grupo, los demás no deberían pues objetar -... Kazhaj vuestra palabra es más que suficiente para que os apoye... - reafirmó, y es que si no se apoyaban entre ellos, nadie más lo haría -... Continuemos... - y siguió a Jowen de cerca para no quedarse atrás

Al ver a Ethiel detrás Jowen recuerda rápidamente sus bolas de fuego, las de Ethiel, el no tenerla disponible sería un problema al momento de atacar rápido y perderíamos un tiempo valioso, por lo que se detiene y voltea para decirle, Ethiel es buen momento para que te tomes la poción no sabemos que nos toca allá adelante y es mejor sorprender que ser sorprendidos!

No sabíamos cuales eran las habilidades de Zhar el loco y el conocía ya las nuestras pero de igual manera utilizaríamos nuestras mejores cartas contra el! Estaba un poco nervioso, el Bárbaro y Roland no habían dicho nada en un rato, al parecer se quedaron estudiando los huesos a ver si había algún corte que pudieran identificar como de hacha o espada, cada quien con sus técnicas pensó, pero por el momento al frente Jowen no temía dar la cara, en efecto, Jowen jamás te mio.

Vas cojonudamente, y por el palco vip se opina lo mismo:)

Miedo escénico me da :0

Le pareció buena idea prepararse antes de un posible combate. Cerró los ojos, dejó su mente en blanco... Se concentró. Todo su ser, su alma. Todo lo que era en aquel momento... Se perdió en la delgada línea que separa el Bien y el Mal, el Orden y el Caos. La Vida y la Muerte:

-Rathma, mi señor. Guardián del Equilibrio. Un siervo te implora, escúchame: deseo los restos de aquellos que se fueron. Concédeme su protección.

Su túnica ondeó levemente. La brisa elevó partículas de polvo que flotaron, a la luz de la antorcha. Una calavera pareció temblar horrorizada. Un pequeño hueso, tal vez una falange, se escapó entre los dedos de Roland. Se posó sobre el hombro del nigromante. Al igual que muchos más, atraídos hacia él. Acudiendo a su llamada.

Abrió los ojos, eran grises. Una cortina de hueso cubría su torso.

Garrohk se preparó para la batalla que puede que aconteciese en breve

Decidida la suerte de la vara ósea, el grupo avanza una vez más en formación - algunos de los aventureros ya han preparado sus cartas y hacen bien... Llevan largo tiempo serpenteando por los subterráneos; el final debe estar próximo y cualquier cosa podría suceder.

Las montañas de huesos se desmontan y levantan formando una coraza protectora alrededor de Kazhaj - Roland y Garrohk avanzan con los demás a sus espaldas, Gharbad y los mercenarios con las armas listas; Ethiel y Jowen con sus hechizos preparados...

A penas han dado quince pasos y el último pasadizo se acaba abruptamente. Una muralla de piedras desprendidas corta el camino, quizás parte de la montaña bajo la catedral o tal vez una avalancha accidental: lo cierto es que el alud hace que sea positivamente imposible seguir avanzando.

Los guerreros relajan los brazos. Lo último que puede ofrecerles la catacumba maldita: los dos últimos hombres de Zhar, ambos fallecidos.

El primero de ellos ha sufrido, igual que Gharbad, un avanzado grado de transformación y, a juzgar por el carcaj a su espalda, era el arquero de la banda: una de sus propias flechas se halla enterrada en su frente sobre un hilo de sangre muy reciente.

El segundo, por el contrario, conserva su forma humana y ello indica que podría ser un mago conocedor de un hechizo para controlar la mutación. Por desgracia, su conocimiento ya no podrá compartirse: Tiene heridas abrasivas por todo el cuerpo y rostro, todas profundas y supurantes. La causa de su muerte pudo ser tanto la infección como el inimaginable dolor.

A los pies del hechicero caído están los restos de un pergamino: vestigios de piel animal con símbolos y runas azules inscritos por medios mágicos. Los trozos están esparcidos por doquier, muchos de ellos quemados y fragmentados... Mas su comprensión no es imposible: un esfuerzo conjunto del grupo y un golpe de fortuna podría reconstruir la lectura del papiro...

¿Es esta la llave que buscan? Más lo vale: el tiempo corre en su contra.

Al final del camino estaba al frente, al lado de 2 cuerpos a los cuales la muerte había abrazado recientemente una con forma de Cabra al igual que nuestro nuevo amigo y otro que había logrado evadir la maldición, al parecer el mago del equipo, no podía ser de otra manera, las posibilidades que podía alcanzar una persona mediante el uso de habilidades arcanas era casi ilimitado, incluyendo burlar maldiciones.

Jowen ve el pergamino y piensa de inmediato que Zhar lo daño para evitar que alguien pudiera seguirlo, sin embargo, se podía restaurar con el trabajo en equipo por lo que sin dudar dice, muy bien amigos, tenemos tarea, es hora de armar esto, permitanme darle un ojo para que empecemos pues algo me dice que sin esto no podremos continuar.

Jowen empieza a buscar la manera de armarlo y le es muy fácil guiarse, tiene nociones del conjuro por ello sabe que no demorará mucho restaurarlo, amigos, vengan ayudenme un poco acá.

-La unión hace la fuerza -dijo mirándolos a todos. Adelante.

Veamos qué conseguimos sacar de aquí- dijo.

- Tened cuidado este pasillo es muy estrecho y podríais pisar un trozo sin querer... ¡mira ahí hay otro! - la magia escolástica no es uno de los fuertes de darna, pero sabe reconocer la forma en una rotura de pergamino y por ende rehacer un puzzle - Ese borde es muy limpio y hay un margen hasta los símbolos, no lo pongáis en medio debería ser de la parte exterior.

-Se nos escapa algo... Todo ésto es tan extraño... -​​​​​pensó en voz alta.

Miró hacia el muro de piedra que bloqueaba el camino. Zhar podría estar justo al otro lado, escuchándolos. O quizá no... Recordó la entrada de la caverna, dos posibles caminos que conducían a ella.

Se acercó a Darna y le habló al oído:

-Sois una exploradora consumada. Conocéis bien cualquier entorno. Un derrumbe semejante debería haber retumbando en todo el subterráneo, ¿verdad? ¿Alguno de nosotros lo escuchó? -puso la mano sobre el hombro de la amazona y continuo: Que los guerreros vigilen retaguardia mientras desciframos el pergamino. Somos unos conejos atrapados.

- Hablas con razón, no hemos escuchado el derrumbamiento. Pero no sabría que decirte, estos lugares manipulados con la magia se escapan a mi experiencia, igual que tu has movido los huesos para cubrirte estas rocas podrían haber sido desplazadas. - Darna se queda pensativa.

- ¡Tú! ¡hombre cabra! - espetó -  ¿Has estado en esta cueva antes?

Ethiel hizo caso a Jowen con el tema de la poción revitalizante, bebiéndola para recuperar sus hechizos  estar preparada para el combate.

Tras ello siguieron su avance llegando a una muralla de piedras que cerraba el camino, mientras dos nuevos cadáveres mostraban el sufrimiento que habrían padecido en los últimos minutos de existencia. Definitivamente los hombres de Zhar morían solos si seguían así solo tendrían que enfrentarse a él, ¿sería eso una ventaja?

Los restos de un pergamino aparecieron, tenía runas azules, claros signos mágicos que la muchacha podría interpretar junto con sus compañeros -... Hay que recoger los trozos..., es como un puzzle, no debe ser complicado... - y aunque los demás montasen bien todas las piezas, Ethiel se empeñaba en poner algunas runas del revés, como si todo cambiado de sitio tuviera más sentido, y es que no le sentaba bien dormir poco, quizás fuera su cansancio lo que le impedía pensar con claridad, a pesar de la poción que acababa de ingerir -...¿queréis dejar de poner las piezas al revés?... Dejadme a mi, que lo tengo claro...

El medio monstruo y medio humano oye la pregunta de Darna pero calla, seguramente ignorando la respuesta. El subterráneo es donde campan las artimañas de la oscuridad, aunque también es posible que el derrumbamiento ocurriese hace mucho y que esta sala acabara convertida en cementerio simplemente por ser el final del camino para los muchos fugitivos que intentaron escapar la catacumba.

Tras un enorme y erudito esfuerzo, las inscripciones comienzan a cobrar sentido. Al pronunciar satisfactoriamente la última sílaba, las palabras arcanas del pergamino se iluminan intensamente y dan lugar a un destello azul y sonoro que invade por completo la estancia. Tan rápido como la luz, el resplandor comienza a adoptar formas: primero una circular, luego una ovalada... Finalmente su geometría se estabiliza a modo de portal mágico:

La enigmática puerta fluctúa como las olas de un mar embravecido y funciona como enlace inmediato a otro lugar, como se dice que lo hacen los misteriosos agujeros de gusano. Sin duda, su brillo cobalto promete un camino rápido y seguro de vuelta a la superficie... Sin tiempo que perder, Aidan penetra en su interior: se escucha un leve y distante sonido, luego desaparece al instante. Es el turno de Gharbad, pero el Hombre-Cabra parece tener otros planes...

- ¡Ahhh, oooigo su llamaaada! - Un tono de locura tiñe su habla bufona y su expresión rabiosa. - ¡Jujú! ¡Gharbad pensar mejooor! ¡Gharbad reclamar pieeedra para él sooolo! - Su brazo tenso sujeta la cimitarra en el aire. - ¡Primero moriiir vosoootros, lueeego príncipe! ¡Jujú! - Con arrebato psicótico, la hoja del arma desciende buscando el cuello de Ethiel.

-¡Reclama ésto hijo de cabra! - lanzo un debilucho golpe de bastón contra su cabeza.