Partida Rol por web

Tristram

Acto IV: Regreso a Tristram

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25/01/2020, 06:58
Roland

Después de salir del infustuoso humo, se alejaron unos metros para así poder ver desde una colina la aldea de Tristam y de esta forma estratégicamente planificar un plan. Pero Ethiel allí encima de la colina lo abrazó y besó sus ardorosos labios, y Roland acompañó aquel gesto poniendo sus brazos sobre la cintura de la maga y devolviéndole un beso igual de ardoroso que el que le dió ella. Cuando le dió las gracias Roland sonrió enamorado: - No hay porqué darlas Ethiel es mi misión salvar a las personas y combatir el mal. Le comentó mientras con su sonrisa quiso presentarle en tan alto grado de estima que tenía a la maga. También vieron acercarse al nigromante que los acompañó para divisar en lo alto del cerro donde vieron a las tropas del Rey Leoric alejarse del lugar. Roland le quiso hacer unos gestos en el cerro para que volvieran acompañados de un grito: - ¡REY VOLVED!, NO ABANDONÉIS TRISTAM... Gritó a pleno pulmón pero al parecer sus gritos cayeron en saco roto.

Cuando vió a Ethiel salir para alcanzar el ejército que marchaba... Roland corrió tras ella mirando antes al nigromante: - Vamos Kazhaj venid con nosotros. Le comentó para que no se sintiera fuera del grupo.

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25/01/2020, 07:11
Roland

Roland acompañó a Ethiel pero no podía correr tanto como la maga en parte por su pesada armadura, y cuando llegó vió a Ethiel parada con dos soldados que se habían quedado custodiándola, mientras el ejército del Rey seguía avanzando sin haberse dado cuenta de los dos soldados que habían dejado sus filas. 

Roland comprendió que si hubiera habido alguna forma de hacer parar al Rey Ethiel lo había conseguido, así que abandonó toda esperanza de seguir detrás del ejército del Rey y se presentó a los soldados. - Roland Paladín es un honor teneros en nuestras filas. Comentó a los soldados mientras que Ethiel le ponía al corriente de lo sucedido.

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25/01/2020, 09:08
Kazhaj

La hechicera no logró evitar la huida del Rey Leoric, pero convenció a dos de sus hombres para que se unieran al grupo. Viendo la destrucción que asolaba Tristram... Toda ayuda sería bien recibida. Una gran jugada por su parte. 

-Hora de reunirnos con los demás en el centro, prepararnos para el combate y dar jaque a ese loco del Zhar.

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25/01/2020, 09:30
Ethiel Daailen

- Sí, debemos avanzar hacia el centro de Tristam..., Vamos cuanto antes, el resto de nuestros compañeros quizás estén en problemas, debemos parar a Zhar... - dijo la joven con determinación, observando al soldado y al arquero recién adheridos al grupo, a los cuáles les dedica una sonrisa, pero no tan intensa como la regalada a Kazhaj, a quien ya estimaba como un buen amigo, y desde luego tampoco comparable con la mirada de deseo que la hechicera tenía siempre reservada para el atractivo Roland, un guerrero fácilmente deseable por fuera, e indudablemente noble y cálido por dentro.

Así fue como el grupo entero se separó de las tropas del rey y avanzaron hacia el lugar donde aquel maldito hijo del diablo les esperaba con la piedra del alma, un artefacto que deberían destruir.

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25/01/2020, 10:38
Garrohk

Habían conseguido salir de los escombros y de nuevo escucharon unos gritos que venían de más adelante a donde se encontraban.

Hay lucha hacia el norte, ¡tu delante Garrohk! 

¡En marcha!- gritó mientras salía corriendo hacia la dirección de los gritos.

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25/01/2020, 21:35
Director

Otro estrépito más: el techo de la herrería cede y sepulta en su interior todo el valioso equipo que pudo albergar. No hay tiempo para detenerse: los tres aventureros marchan al norte y directos al foco de la conmoción. Conforme se aproximan, divisan al oeste a la otra mitad de su grupo, con un soldado y un arquero desconocidos acompañando a Ethiel. Todos parecen estar en ilesa condición.

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25/01/2020, 21:36
Director

Las recientes incorporaciones se arrodillan con sumo respeto ante el paladín, y después se introducen incómodamente al nigromante, quien les causa mayor inquietud. El tiempo apremia y todos están de acuerdo: el camino les lleva de vuelta al corazón de Tristram mientras la taberna, la herrería y los hogares del pueblo siguen venciéndose ante las llamas. Poco antes de llegar, al este, divisan a la otra mitad de su grupo. Todos parecen estar en ilesa condición.

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25/01/2020, 21:36
Director

Cinco aldeanos hacen rueda entorno a la fuente de Tristram, cuyas aguas presentan una corrupción similar a la vista en el atrio de la catedral. Todo lo han perdido y nada tienen a que acogerse más que su pena y lamento. Son espectadores de un combate que ocurre a escasos metros de ellos y observan a los dos contendientes con una mirada perdida entre el duelo fúnebre y el éxtasis guerrero: una armoniosa danza de golpes y espadas; una rosa doliente portadora de un pálpito sangriento y desgarrador.

Bajo una luna roja y mística, Aidan y Zhar están luchando a muerte. Los estocadas del príncipe vuelan una tras otra haciendo gala de rigor académico: los cortes son ejecutados a la perfección y rasgan las ropas del bandido, quien parece defenderse sin ganas. Zhar sostiene su cimitarra exhausto y la utiliza para desviar algún que otro ataque, recibiendo la mayoría de ellos casi sin pestañear. Su otra mano aguanta la Piedra del Alma: afilada, negra y ominosa.

Una habilidosa finta por parte de Aidan termina desarmando a Zhar pero este, aún desfallecido, se niega a caer. Muerde una pequeña cuerda que sujeta el báculo de mago a sus espaldas y, asiéndolo junto con la Piedra, lo clava en el suelo. Surgen grietas en todas direcciones, la tierra tiembla y una sacudida sísmica echa a tierra al príncipe. Zhar busca hincar el bastón en el rostro de Aidan, pero el ataque es bloqueado en el último instante por el escudo heráldico. 

Los aldeanos se miran preocupados y los soldados que acompañan a Ethiel enseguida reconocen al heredero de la corona. Viéndolo en apuros y siguiendo la obediencia que debe el vasallaje, todos acuden a una en auxilio del soberano...

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25/01/2020, 21:38
Director

Notas de juego

Nota sobre ataques: Si no se conoce la clase de armadura (como ahora) pero se quiere intentar igualmente, basta con lanzar el 1d20 para impactar y no especificar ninguna dificultad. Para los hechizos no es necesario:)

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25/01/2020, 23:19
Darna

Darna no se lo piensa ni un momento. La urgencia manda.

De forma veloz toma la flecha y la coloca en el arco apunta y dispara.

Quizás a apuntado demasiado rápido el tiro no parece acercarse.

- Tiradas (1)
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26/01/2020, 09:59
Ethiel Daailen

Tras llegar hasta el centro del pueblo y reencontrarse con el resto del equipo, se encuentran una danza de sangre entre el príncipe y Zhar, donde el primero parecía tener ventaja, usando el segundo sus malas artes para darle la vuelta a la cuestión, aquella piedra del alma que clavada en el báculo del mago casi daña a Aidan.

- Hay que matar a Zhar... - dijo la hechicera comenzando a conjurar una saeta de hielo, la magia más exacta que no dañaría a los demás que en ayuda del príncipe iban -...

Volvamos a Tristram la calma,

recuperemos la piedra del alma,

con esta saeta quiero matar

a aquel apodado con el nombre de Zhar....

 

- Tiradas (2)

Notas de juego

Tiré el daño y una tirada genérica de D20..., nunca aprendo los sistemas...jajajajajaja

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26/01/2020, 10:26
Kazhaj

Con el Rey Leoric dando la espalda a su pueblo y el príncipe Albrecht criando malvas, el destino de Kandhuras pendía de un hilo. Su único heredero, Aidan, a punto de caer en combate. Tumbado en el suelo, vulnerable frente a Zhar. Ese enemigo parecía un hueso duro de roer y en posesión de aquella Piedra cualquier cosa podía ocurrir.

-¡Proteged al príncipe! 

Aferró su bastón con ambas manos y lo clavó en la tierra. Dobló una rodilla y bajó la mirada al suelo. Suplicó:

-Rathma, Guardián del Equilibrio. Acero contra magia no es lucha justa. Bendice al valiente guerrero con tu protección.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Lanzo Armadura Ósea para Aidan. Ya sé que le estoy dando un puntapié a las reglas jaja. Si lo ves excesivo cámbialo por Debilitar a Zhar.

Armadura Ósea = Ajusta la defensa del lanzador a 2 (Inicial: 5) durante un combate entero. Debe anunciarse y tirar inteligencia (éxito = 18 o menos) 

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26/01/2020, 13:51
Jowen el Elementalista

Después de tanto saltar obstáculos llegamos al lugar esperado, Zhar, quien era el responsable de todas las desgracias en Tristam se enfrentaba a Aidan y a pesar de la gran habilidad de este los ataques a Zhar parecen no tener efecto mayor, sin embargo, Jowen se percata de algo que le llamo la atención y es que Aidan logra desarmar a Zhar, lo deja sin su cimitarra a lo cual este saco un bastón, pero, un bastón no es tan poderoso para un combate cuerpo a cuerpo o sí?, o al menos a Jowen no lo ha funcionado muy bien y aparte este tenía la piedra del alma, por lo que, que pasaría si?...

 

Jowen enfocado en esta oportunidad en el bastón en lugar de Zhar, inicia su conjuro de  Proyectil mágico. 

Luego de lanzar su proyectil se da cuenta de como al principe Aidan le salen unos huesos de armadura, ese conjuro le era familiar por lo que buscando con su mirada encuentra a Kazjah y al mismo tiempo ve como una flecha de hielo va rumbo directo al enemigo, esa sin duda debía ser Ethiel, el equipo estaba nuevamente reunido gracias a él.

 

- Tiradas (1)
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27/01/2020, 16:34
Roland

Roland acudió en ayuda del príncipe Aidan, acercándose de forma estratégica a Zhar para hacerle una embestida, pero no a su persona, sino al objeto que sostenía la piedra para que esta se alejara del impostor... ya fuera cayendo en una de las grietas o alejándola lo suficiente para que no pudiera manipularla. Sabía que el poder de Zhar provenía de aquella maléfica piedra y su combate era contra los demonios que residían en aquella piedra demoníaca. De esta forma Roland se acercó sorteando las grietas hasta estar en la zona de Zhar, y embestir al báculo que sostenía la piedra.

- Tiradas (2)
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27/01/2020, 17:25
Garrohk

Tras encontrarse con el resto de sus compañeros, todos fueron testigos de cómo el príncipe luchaba a muerte con Zhar, el maldito desgraciado que estaban buscando. Ambos estaban tan enfrascados en la batalla que apenas se dieron cuenta de la presencia de los aventureros. Mientras que la mayoría comenzaron a atacar a distancia, Roland salió disparado para embestir a Zhar. A la misma vez, Garrohk también salió corriendo, pero no para embestir, sino para atacar a Zhar una vez Roland le quitase la piedra de sus manos.

¡¡¡¡AAAHHHHHHHGGGGGGRRRRRRR!!!- aulló Garrohk mientras saltaba hacia Zhar-. ¡ESTE ES TU FIN, MALDITO! - añadió al aterrizar mientras comenzaba a girar sobre sí mismo.

- Tiradas (5)

Notas de juego

Como puedo hacer 3 ataques en una ronda, voy a atacar con el hacha que más daño hace. Master, por dios, dime que está todo bien (aunque me falta sumarle el bonificador del salto que hace 2 más de daño pero no sé si debo añadirlo o no, tú me dices)

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27/01/2020, 18:18
Director

Notas de juego

Todo perfecto caballero:) sí, puedes sumar la bonificación, pero entre todos ya sumáis daño más que suficiente, yo lo dejaría así.

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27/01/2020, 18:32
Director

Zhar intenta traspasar las defensas del escudo, pero una necromántica barrera de huesos desvía todos sus golpes. Por más que se ensaña, sus horas están contadas: una flecha de amazona cruza silbando entre él y Aidan y, aunque trata de reaccionar, el esfuerzo es inútil: con una ráfaga de proyectiles mágicos, el elementalista le arrebata su báculo arcano y, sin su protección, el ladrón maldito está condenado.

La hechicera le atraviesa el costado con una dolorosa estalactita de hielo, inmovilizándolo y anclándolo a su próximo final. Luego es sorprendido por una furiosa embestida del paladín que desprende la Piedra de Alma de sus dedos y le aboca a una inevitable caída en la que, tras un enérgico salto, le esperan las hachas del bárbaro. En ellas, Zhar el Loco halla finalmente su muerte.

La Piedra de Alma rueda por tierra con caprichosos giros y, guiada por una oculta voluntad, llega hasta los pies de Aidan. El príncipe la toma entre los guantes y sus pupilas pronto se pierden en la oscuridad del artefacto y sus tentadoras mentiras: la invitación a conocer un poder prohibido, la propuesta de ser uno con él, la promesa de participar por siempre de su perfección...

La contemplación obsesiva pronto es compartida por los demás. Los cinco pueblerinos, seducidos por semejantes ofrecimientos, empiezan a acercarse a la escena: primero lentos, torpes y tímidos, luego corriendo apresurados como fantoches sin cerebro, todos guiados por un único anhelo: poseer la Piedra de Alma y adueñarse de su favor.

Pero el príncipe no parece dispuesto a compartir su pérfido regalo: su rostro noble y piadoso se ha transformado en una caricatura vil y sádica y, con la espada alzada, ordena el alto a los aldeanos que corren hacia él como una bandada de perros rabiosos y hambrientos. Los desdichados ignoran la advertencia y el arma retoma su danza mortal, esta vez cambiando su elegancia por un nervio frenético y asesino...

La sangre tiñe de granate el suelo de una Tristram que ya no distingue bondadosos de malvados: un hombre cae al suelo con un corte en el cuello y, tratando de recobrarse, es pisoteado por otro que le precede. Este acaba sufriendo el mismo sino que el anterior, desplomándose sobre el enloquecido heredero, quien ahora trata de quitárselo de encima... Los otros tres aprovechan la distracción y acaban quebrando su delicado equilibrio.

La pugna termina siendo una patética maraña de patadas y puñetazos sin rumbo ni acierto. En el caos, el soberano se da cuenta de que, en cualquier momento, perderá el preciado artefacto... Entonces toma una nefasta resolución: por un arranque egoísta o, quizás, el subyacente anhelo de proteger a los demás, Aidan clava la Piedra de Alma en su frente... Y el mal vuelve a caminar sobre el mundo.

El ambiente se llena de una niebla lívida y maligna. Los villanos retroceden y, con caras tristes y muecas arrepentidas, toman los cuerpos sangrantes de sus amigos. Un sentimiento desolador ocupa los corazones y desgarra las almas. El tiempo parece detenerse. Algunos ríen sin motivo, otros lloran sin consuelo: es un momento fatal y renegrido en el que se desgrana el destino de toda la humanidad. 

Las partículas se concentran: ahora el aire es pesado y, la niebla, pura oscuridad. Las corrientes se hacen visibles y pueden distinguirse trazando círculos que giran alrededor de Aidan. El príncipe lucha por sostenerse, pero es sobrepasado: atormentado por su imperdonable error, su cuerpo doblegado se aflige en vómitos y espasmos epilépticos. En ellos se ve una clara intención de lucha: quiere resistir y contener el mal en su interior... Quiere, pero no puede.

La luna roja y mística se tiñe de escarlata, su vehemente y enfermizo carmesí desciende hasta invadir el espacio. Los rostros se miran preocupados mientras las gotas de sudor resbalar por sus mejillas. La temperatura aumenta insoportablemente: algo horrible está a punto de ocurrir. Los aventureros vencen el estupor y corren a refugiarse al primer resguardo que encuentran. Aidan exhala su último aliento consciente.

Primero un resplandor profético, luego una formidable explosión, increíble y apocalíptica. Anillos ígneos trazan su circunferencia sin contención ni límite alguno: todo arde a su paso y el fuego es tan desbordante que el mismo mundo parece convertirse en el peor de los infiernos. Los oidos ensordecen en una inexplicable cacofonía de gritos y brasas en la que todo perece: del pueblo ya no queda nada, y de sus habitantes tan solo cuerpos calcinados. Tras lo que parece una eternidad, las llamas comienzan a cesar en su ímpetu destructor...

Ahora todo es desolación.

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27/01/2020, 19:18
Diablo

Bajo el humo de la calamidad se discierne una forma monstruosa. Gigantesca, maligna y cornuda, atreve a esbozar una sonrisa insidiosa en su rostro perverso y contrahecho. Gruesas extremidades, anchos músculos y afiladas garras: la bestia es una imponente manifestación de la guerra, el odio y el terror, y su tamaño sigue creciendo... Alcanza ya los cinco metros y amenaza con llegar hasta los cielos.

La Piedra del Alma se yergue enterrada en la frente del Demonio Mayor, las cuencas de sus ojos brillan imitando su fulgor rojizo y cruel. Hilos de baba cuelgan de la mandíbula, sus letales dientes ansiosos por triturar y despedazar. Adoptando una postura animal, da con todo su vigoroso peso sobre las cuatro patas y la tierra se estremece. Depredador, rastrea a los aventureros uno a uno, decidiendo cuál de ellos será el primero en morir... 

¿El curioso nigromante...?

¿La valiente amazona...?

¿El sabio elementalista…?

¿El forzudo bárbaro...?

¿La poderosa hechicera...?

¿El recto paladín...?

Luego una voz infecta y cargada de sarna retumba en las consternadas mentes:

- Ni siquiera la muerte puede libraros de mí...

- Tiradas (1)
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27/01/2020, 19:46
Director

Notas de juego

Se agradecerán mucho las tiradas de iniciativa.

1d20 para impactar los guerreros sacar 13 o + (Incluyendo mercenarios de Jowen y soldados de Ethiel, si estos impactan su dado de daño es 1d8+1). Los magos que intenten un ataque físico necesitan 16 o + para impactar.

¡Buena suerte!

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27/01/2020, 19:52
Ethiel Daailen

Ethiel pensó que la muerte de Zhar traería la paz al pueblo, pero nada más lejos de la realidad, la piedra del alma aún podía corromper, y así vio la mujer cómo varios aldeanos se lanzaban hacia el suelo para conseguirla, mientras el príncipe, el recto y valiente Aidan, sucumbe ante la oscuridad, matando inocentes y reclamando para sí la joya, aquella que incrustaría en su ser, haciendo que todo a su alrededor ardiera, trayendo de los infiernos una criatura reflejo del mal. El diablo les observaba y buscaba su nueva víctima.

- ¡Vuelve al infierno del cuál has venido!... - chilla la mujer viendo como los soldados que le seguían se lanzan al combate, conjurando ella misma su saeta de hielo. Combatir a una criatura del infierno con fuego no iba a ser una buena idea.

- Tiradas (6)