Partida Rol por web

Dailen mantenia la vista sobre aquella espectral muchacha, tratando de mantener una sonrisa para que la chica estuviese comoda a la vez que escuchaba la petición de esta, enarcando un tanto la ceja derecha.

-Imagino que quieres pasar, claro... Podria intentar destruirla o al menos llevarla conmigo hasta dar con alguien capaz de destruirla y asi poder liberar a la muchacha -El muchacho miró a la joven espiritu, asintiendo despues-Cuenta conmigo pues, pero... ¿Donde puede estar ese objeto?

La chica baja la cabeza, algo triste

-Dije que era algo facil y dificil... la parte facil es destruirla, el objeto es algo relativamente comun, un reloj, no deberia dar problemas, la parte dificil... es que ignoro donde se encuentra. Tras la muerte del nigromante, varias personas se llevaron sus posesiones, pero por mucho que les gritaba, no parecian verme y mucho menos oirme. Con el tiempo, otra familia ocupo la casa y yo me "mude" aqui, donde al menos suele haber otros con quien hablar, pero esa seria otra historia. Supongo que en la oficina del gobierno tendran informacion sobre esas cosas, pero no he tenido oportunidad de comunicarme con nadie del lugar. 

Si tu me haces el favor, yo estare hablando con mis amigos sobre el hombre palido que buscas, ¿te parece un buen trato?

-¿Puedes decirme su nombre al menos? Eso facilitaria mucho el buscar sobre esa persona, así mañana a primera hora me pasare por la oficina a ver si me pueden ayudar a buscar el reloj, si no... Ya me las apañare, pero te voy a ayudar -Su tono trato de sonar respetuoso y animado, para que la fantasma se animase

-Zoma, el nombre que utilizaban para referirse a el era Zoma de Calavera-dice la chica mientras se esfuerza en mantener una sonrisa-Aunque no estoy del todo segura que fuera realmente su nombre...

-A primera vista era un hombre alto y algo siniestro, llevaba siempre una extraña armadura negra que le cubria todo el cuerpo (honestamente, no recuerdo haberle visto nunca el rostro) y era de pocas palabras, estaba siempre centrado en sus investigaciones o trabajos, pero conmigo era una persona muy amable y gentil... Si, ya se que la informacion que tengo es muy escasa, pero parecia empeñado en no dejar pistas sobre su existencia, como si estuviera ocultandose de alguien, y se le deba bastante bien, para nuestra desgracia

Dailen escucho a la chica con atención ante lo que decia, anotando esos datos mentalmente... Zoma... Aspecto siniestro... Armadura negra... Con una imperiosa necesidad de borrar toda huella... El muchacho asintio ante lo que decia la fantasmilla, esbozando despues una sonrisa.

-Bueno... Es por si me preguntan un nombre o asi, imagina que voy a preguntar y no tengo mas dato que es que era un nigromante con un reloj... ¡Se pensarian que les tomo el pelo! Eso si el encargado del sitio tiene alguno, claro...-Su tono era animado, tratando de hacerla sonreir-Ire mañana en la mañana ¿Vale? Hoy ya es tarde y necesito descansar

Llegando por fin a casa, tras un agotador día y parte de la noche, Vand no pudo sinó sentirse descansado al ver de lejos su casa.

El reloj de la torre seguía con sus manecillas paradas, a meros segundos de alcanzar las 12 en punto. Vand así había decidido que fuese para que cuando consiguiera hacerlo funcionar las campanadas se asegurarían de hacérselo saber a todo el barrio. La casa no era grande, pero sí que era alta, abarcando la planta baja y otros tres pisos por encima, aunque uno de ellos estuviese dedicando al completo a la maquinaria de aquel infernal reloj. Subió las escaleras pesadamente, el cansancio de lo acontecido cayendo sobre él como una pesada losa, hasta entrar en la habitación más extraña de toda esa casa.

Se trataba de una sala que ocupaba todo un piso, dividida laberíticamente por algunas estanterías colocadas a primera vista de manera arbitraria, aunque Vand sabía que eso no era así. Los libros que poblaban estas estanterías no parecían guardar ningún tipo de relación con sus vecinos aunque, de nuevo, Vand conocía más. Se preguntaba que pensaría su nuevo maestro de esta sala, su verdadero hogar.

Después de navegar ese laberinto de papel Vand llegó a la otra punta de la sala, donde descansaba un escritorio envuelto de hojas sueltas y velas al lado de un colchon echado sobre el suelo. No le preocupaba usar velas rodeado de tantos libros, podría frenar cualquier incendio con solo pensarlo, y así podía practicar día y noche sus conjuros.

Escogió, aparentemente al azar, un libro que se encontraba escondido tras otros en una estantería poco poblada en comparación al resto y con una palabra y un ligero movimiento de mano encendió una vela que parecía estar a punto de consumirse. Sabiendo cuales eran las fortalezas de su nuevo maestro se dispuso a absorber todo el conocimiento del único tomo que había encontrado respecto a la llamada "Vía de Creación". Este era un libro corto pero extremadamente complejo, demasiado según Vand, como si el autor tuviese miedo de que alguien llegase a entenderlo. No llevaba apenas un cuarto de hora leyendo cuando se dió cuenta de lo fatigado que estaba, así que queriendo no decepcionar a Balander recogió todas sus fuerza y, colocando sus manos sobre el libro, recitó un extraño conjuro que había leído en un papiro medio quemado. Sintió como las letras y figuras del libro penetraban en sus manos y se dirigían directamente a su cerebro, implantándose en él sin ningún problema. Tras todo ese ritual y sintiéndose satisfecho consigo mismo, al fin pudo conciliar el sueño, no sin antes apagar la vela que lo había alumbrado con un fuerte soplido.

Salí por la puerta, asegurándome de cerrarla bien, acompañada por Kutsushita y tomé mi camino a la academia. Por alguna razón, sentía que los vecinos nos miraba a Kutsu y a mi, como si fuéramos algo peligroso. Lo miré a el, y el parecía mirarme a mi. No sabía por que, pero me daba la sensación de que aquel gato y yo teníamos mucho en común. Le di una caricia en la cabeza y seguí caminando, como siempre, sin ningún sobresalto.

Vand se despertó a la mañana siguiente de que el meteorito oscureciese el cielo, preparado para dirigirse hacia la casa de su nuevo tutor, recordando todo lo que había insertado en su mente la noche anterior sobre la creación de criaturas y objetos. Aprovechó mientras se lavaba la cara para hojear un libros sobre grandes archimagos de los últimos tiempos, un tomo más divulgativo que instructivo, algo con lo que entretenerse y pasar el tiempo entre grandes lecturas densas y mentalmente drenantes. 

-Malnee y Daurat, los archimagos gemelos, poseían un conocimiento sin igual en su época, llegando a construir un gran castillo del tamaño de una pequeña ciudad, con sus descubrimientos firmemente sellados en su interior además de incontables reliquias mágicas que sostenían literalmente los pilares de esta masiva estructura. Después de que Daurat muriese en circunstancias desconocidas, Malnee prosiguió con esta construcción y pasó sus últimas decadas recorriendo sus estancias, desde donde se decía que controlaba el mundo a su alrededor, o al menos todo lo que ocurriese en el interior de su castillo, y en las cuales se creía practicamente inmortal...-

Acabando de asearse, dejando el libro en su estantería correspondiente, prosiguió a salir de casa y al ver que todavía faltaba un poco hasta que le llegase la hora de reunirse con su maestro decidió pasarse por el gremio de magos, el cual había visitado en pocas ocasiones y siempre bajo extrañas circunstancias, por ejemplo viendo como se llevaban a una antigua maestra acusada de algo que aún no llegaba a comprender. Se dirigió al hechicero con el que se encontró el día anterior, esperando que supiese dirigirle hacia una recepción o algo similar.

-Perdone, ayer no tuve la decencia de presentarme. Soy Vand Rivers, estudiante de la Academia y vivo en la casa con el gran reloj en el último piso, a solo un par de calles de aquí. Había quedado con el Maestro Balander esta mañana pero antes de ir se me ha ocurrido pasar para inscribirme oficialmente en el gremio y para preguntar sobre vuestra biblioteca.- con esto útlimo se le iluminaron los ojos a Vand, esperando que la colección fuese tan extensa e impresionante como se la había imaginado. -Sobre todo me gustaría conocer vuestra política sobre la adquisición o los prestamos de grimorios y libros de estudio. Además me interesaría saber si teneis algún programa de tutores aparte del de la academia al que me pueda unir. El Maestro Balander tiene su floristería y no me gustaría que soportase el sólo todos mis desvaríos y preguntas.-

El hombre que tienes delante no tiene mucha pinta de saber de lo que hablas, tal vez no sea la persona adecuada o simplemente esta dormido. Sin embargo, para tu sorpresa, parece dispuesto a intentar ayudar

-El maestro Balander no se ha presentado, pero puede esperarle si asi lo desea. Sobre el prestamo de libros, no esta permitido extraer el volumen original de la Arcana Biblioteca, pero si puede realizar una copia si asi lo desea, siempre que acepte que el Mago Consagrado que este vigilandola en ese momento le echa un hechizo de autodestruccion en caso de que pase dicha informacion a un tercero (politicas de privacidad y esas cosas, nunca se sabe que puede hacer el enemigo con la informacion)

De repente, se para y señala a otro hombre que bajaba las escaleras en ese momento.

-Ese hombre de ahi es un Alto Mago, se puede saber por el color de su tunica*, si le preguntas, deberia poder decirte que tutores estan disponibles

-Ju, ju, ju-se rie de ti mientras hace una mueca burlona-Estar vivo puede ser aburrido, eso de tener que descansar, comer y hacer necesidades, todo eso es algo que no echo de menos para nada~~

-Bueno, pues entonces nos veremos mañana, descansa bien, yo estare trabajando reuniendo informacion, pero no te enfades si no es la que buscas, que aunque la mayoria de mis compañeros son eternos, no todos prestan atencion a todo

Y para despedirse, da una media vuelta sobre si misma antes de darte otro intangible pero muy real beso en la mejilla

-Hasta mañana~~<3

Distraida con el animal, no te das cuenta de lo que tienes delante y, otra vez, la mala suerte no te abandona...¿o si?
Colision lateral, caida al suelo y una ligera humedad debajo por caer sobre un charco, pero lo importante era el obstaculo que tenias delante. Un chico alto, moreno, de cabello largo y liso se encontraba delante de ti, tendiendote una mano

-Esta usted bien, señorita? Estaba distraido y no la vi llegar, lamento mi error

Tras ayudarte a levantar, se fija en donde caiste

-Permitame-formulando un breve encantamiento, en seguida encuentras tus ropas limpias, es mas, casi parece que estan en un estado de perfeccion equivalente a su primer dia de uso-Una vez mas, lamento lo ocurrido, si puedo hacer algo para compensar mi error, estare mas que dispuesto a hacerlo, señorita... 

Dailen observo en todo momento a la chica con cierta curiosidad. Ante lo que dijo sobre las necesidades simplemente se encogió de hombros con una sonrisa mientras la escuchaba hablar, pensativo el mismo en donde podria haber acabado un reloj como el que tan agradable espíritu había descrito.

-Tranquila, no me enfadare si no se sabe lo que busco, el solo prestar vuestra ayuda es algo que agradecer enormemente, así como disculparme por interrumpir el descanso -El muchacho hablo en tono respetuoso, sonrojándose ante el beso de la chica, alejándose con una sonrisa algo boba. Sonrisa que no le hizo ver una rama y darse con ella en la cara, llevándose las manos a esta mientras se alejaba- ¡Dare mi mejor esfuerzo!

El muchacho trato de retirarse de la zona, tratando de dirigirse a su hogar para descansar, masajeandose con una mano la cara.

El corazon me latía extrañamente rapido. ¿Acaso estaba sufriendo un ataque al corazon? No, comía siempre con poca sal y mucha verdura, hacia ejercicio (levantamiento de libro) y siempre dormía mis 8 horas (minimo). Un ataque al corazón estaba descartado. Ademas, eso no explicaría mis mejillas sonrojadas ni la aparente imposibilidad de apartar la mirada de aquel chico. Espera, ya había leido algo como esto en alguna leyenda, algun mal con estos mismos sintomas. ¿Pero que era? Sea como fuere, la causa era aquel muchacho de ojos penetrantes y pelo azabache que me hipnotizaba con sus dulces palabras, así que mas me valía mantenerlo cerca para saber que era ese mal que me afectaba.

-Bu-bu-bueno-comencé a tartamudear. Otro sintoma mas, ¿Que me pasa?-, si quieres puedes acompañarme a la academia. Siempre me tropiezo con cosas, o con gente, o con gente que lleva cosas. Si me acompañas igual puedes ayudarme a que no me pase. Así estaremos en paz.

-Muchas gracias por tu ayuda, te lo agradezco.- respondió Vand con una ligera inclinación de cabeza, inmediatamente dirigiéndose hacia el Alto Mago que le habían señalado.

Intentando arreglarse la gabardina, que cuidaba con mucho esmero, se colocó al pié de las escaleras y dirigiéndose hacia el Alto Mago habló con una voz pequeña, ligeramente intimidado por el aura de poder que desprendía. -Buenos días, perdone la interrupción pero me llamo Vand Rivers y soy estudiante de la Academia... y vivo en la Casa del Reloj... y...- sacudiendo la cabeza levantó los ojos y se aclaró la garganta, hablando ahora con más fuerza y seguridad. -Buscaba inscribirme en el gremio, tanto por lo que me puede aportar como por lo que yo pueda ayudar.- mientras decía esto sacó dos tomos gruesos tendiéndole uno al Alto Mago. -El Maestro Balander ya me ha acogido como pupilo pero no me gustaría molestarle constantemente con mis dudas, por lo que me gustaría conocer vuestro programa de tutores. Además me gustaría consultar rápidamente vuestra Arcana Biblioteca antes de reunirme con el Maestro Balander para desayunar. Supongo que recolectaréis todo tipo de libros, este es una copia del "Ignis Khalis", el original lo tengo entre mis manos. Tomadlo como muestra de mi compromiso con este gremio, por si acaso no hubieseis conseguido aún ningún ejemplar similar.-

-Naturalmente, mademoiselle-dice el chico mientras hace una exagerada reverencia-Al castillo partamos*, pues.

A ritmo tranquilo, avanzas escoltada por el bello caballero, que te mira de reojo, tratando de igualar siempre tu paso, de forma que camina paralelamente a ti a cada momento. Cuando nota que le miras, te devuelve una sonrisa

-Disculpe mi osadia, pero podria darme la mano?-te acerca la suya-En las calles de la ciudad a menudo camina mucha gente y podria perderse antes de llegar-en ese momento no habia casi nadie por las calles

El mago te mira con curiosidad. Es un hombre anciano y su larga barba gris resaltaba mas ese hecho. Tras unos segundos de silencio que te parecieron eternos, el mago se digna a hablar

-Pareces un chico listo, seguro que varios tutores se pegarian por tenerte bajo su tutela.-te dice mientras revuelve el pelo con la mano-Lamentablemente, yo ya me he jubilado en ese campo, ya estoy muy viejo para andar de aventuras practicas, y si lo que buscas es simplemente conocimiento, cualquier libro podria decirte lo que yo. Mana, el archimago, es quien se encarga de gestionar las tutelas, pero como en estos momentos se encuentra descansando, supongo que podria revisar en su lugar. Y el libro, mas que darmelo a mi, deberias llevarlo a la biblioteca, mas personas podrias beneficiarse asi de su conocimiento.

Mientras habla, te hace un gesto y avanzais hasta una mesa cercana, donde te invita con la mano a sentarte. En ese momento, hace un gesto en el aire y un pergamino en blanco aparece en la mesa.

-Como supongo que sabras, la magia de trasporte automatico esta bloqueada, asi que para buscar informacion, solemos combinar un hechizo de creacion con otro de adivinacion-realiza otro gesto, y en el papel empiezan a aparecer rapidamente varias palabras-Vaya... hay mas maestros disponibles de lo que recordaba... parece que ultimamente hay pocos magos apuntandose, me pregunto por que... Bueno, dada la amplia variedad, supongo que podrias elegir tu quien prefieras ¿Cuales son tus preferencias? Imagino que un joven como tu querra una linda profesora tetona, ¿verdad?-te  guiña un ojo mientras señala disimuladamente un nombre de la lista

La vieja barba gris demostraba largos años de estudio de la magia, por lo que Vand escuchó detenidamente cada palabra que le dijo. Consciente del cumplido que acababa de recibir por parte del Alto Mago, esperaba que le aceptase como tutor, por lo que se llevó una decepción importante al saber de su "jubilación" de la enseñanza más práctica.

Al oir el nombre del Archimago, el líder del gremio, el corazón de Vand bailó un poco. Llevaba tiempo esperando verle en persona, habiendo escuchado maravillas de él. Esperaba que en algun momento en el que estuviese más libre pudiese pedir una cita, aunque sabía que las altas esferas no solían tener tiempo para los iniciados.

-No se preocupe, en cuanto encuentre un tutor paralelo al Maestro Balander lo llevaré directamente a la biblioteca, que se encuentra en...- fue frenando en su intensidad al darse cuenta de que no conocía el paradero exacto de la biblioteca, por lo que intentó convertir la frase en una pregunta dirigida al Alto Mago.

Intentó fijarse al máximo en los movimientos del Alto Mago cuando empezó a conjurar el trozo de papel de la nada pero le miró fijamente a los ojos cuando habló de la tutora que pretendía que escogiese. -Perdone, no es por desprestigiar a esa profesora pero preferiría una persona "dotada",- dijo Vand señalando su propia cabeza. -que una persona "dotada", no se si me entiende.- acabó colocando sus manos en su pecho como si sostuviese un par de voluminosos pechos, sonriendo ligeramente para aliviar la tensión que pudiese surgir. La verdad es que anteriormente si que se hubiese considerado un muchacho más normal, pero desde la aparición de "Fuego" todos los sentimientos más fogosos o carnales habían desaparecido casi por completo de la vida normal de Vand, a cambio de haberse multiplicado por 10 mientras "él" tomaba control.

-Mmmmm... entiendo, entiendo, entonces creo que podrias hacer buenas migas con esta otra profesora... si logras soportar su singular caracter-dice el anciano mago mientras suspira, como si al pensar en esa mujer sus fuerzas se vieran mermadas.-Actualmente se encuentra en la Torre, asi que podria llamarla si asi lo deseas

Mis ojos brillaban mientras miraba a aquel hombre. Era como si una fuerza desconocida me hiciera mirarlo como si fuera un trozo de carne, pero aun no estaba muy segura de que era. Y para empeorarlo, cuando me ofreció la mano mi corazón se acelaró aun mas. Entonces fue cuando recordé donde lo había leido: era en una historia cursi de princesas, en la que la princesa tenía los mismos sintomas que yo al ver al principe. Así que esto es amor. Pensé para mi misma. Bueno, es un sentimiento incomodo y extraño, no se por que tanta fascinación.

-Claro que esta bien-le dije sin poder evitar quitar la sonrisa bobalicona que me había salido en la boca. A cada sintoma que mostraba, me parecía que todo era cada vez mas raro, no sabía si era una sensación agradable o incomoda. Como fuera, no me fije en lo que me rodeaba y le dí la mano, continuando el camino al castillo.

Un paseo mas tarde, te encuentras frente a un edificio muy familiar para ti: tu casa. No es ni muy grande ni muy pequeño, ni destaca demasiado entre los demas edificios de la zona, es un simple lugar apacible y agradable, digno de ser llamado hogar. Es muy de noche, si nos despistamos, en menos de 3 horas se convierte en el amanecer, asi que optas por ir directo a la cama, que el descanso es algo necesario para una vida larga y sana