Partida Rol por web

Dailen se estirazo una vez se alejo del punto de reunión, con cierto mal sabor de boca. Miro a su alrededor mientras una sonrisa se dibujaba en su rostro al llegar al barrio en el que se hallaba su hogar, al menos podría descansar unas horas antes de tener que volver a sus labores. Apresuro el paso todo lo posible, pero lejos de dirigirse a su hogar, se desvió a un callejón del lugar. Una vez allí borro su sonrisa, comenzando a tornarse esta un gesto serio antes de inspirar y expirar lentamente mientras comenzaba a mover los labios a la vez que gesticulaba... Buscaba acumular zeon para así lanzar un hechizo bastante básico de su escuela, algo que esperaba pudiese ayudarle un poco en conjunto con otro mas para intentar localizar a ese infiltrado. - Que aquello que los vivos no han sido capaz de resolver, que los difuntos me ayuden a ver -pensó para si mientras acumulaba la energía necesaria, preparándose para el primer hechizo de dos que usaría para tal labor.

Mi mano estaba sobre mi oído, frotando ligeramente por el tono de voz que había usado el pequeño hada, cuando escuche a el joven al que había pedido también aquella mujer que le siguiera.

-Lihl.- Termino la frase del muchacho dando mi nombre.- No, no llevo mucho tiempo aquí. Aunque mi maestro me trajo hace unos meses a aquí nos fuimos a una misión bastante larga. Volvimos hace un par de días, aun estoy terminando de asentarme.

Petra pareció brevemente apenada por que Izarua no viniese con ella, pero con la ocurrencia de la otra mesmeria prontó volvió a animarse y voló hasta el blanco cabello que caía por la espalda de Crescentia, donde prácticamente se sumergió.

Fue trepando rápidamente hasta la parte superior de su cabeza, respirando pesadamente tanto por el esfuerzo como por la risa que estaba aguantando. La única reacción de Crescentia fue un suspiro resignado.

Una vez encima, se sentó con las piernas estiradas y agarró dos mechones de pelo de la joven para "dirigirla". Miró a la otra mesmeria.

-¿Una carrera?

Crescentia observó en silencio y muy seria a Zylo mientras le explicaba su historia.

-Trece años. -respondió a coro con Petra cuando éste le preguntó, la mesmeria sonrió divertida y se calló, Crescentia continuó hablando- Mi maestro utilizó un argumento como el de tu maestro. Tampoco se equivocó. Petra me ha salvado en más de una ocasión.

Dio un par de pasos antes de hablar de nuevo.

-Espero que teniendo conocimientos de convocatoria como has demostrado, no estés usando su verdadero nombre en público. -dijo con aquel tono levemente soberbio, refiriéndose a Izarua.

Por su parte, Lihl explicó sobre su misión y su inexperiencia en la ciudad. Pero Crescentia permaneció en silencio.

No así Petra, que se giró para mirar a la joven.

-¿Y qué pasó en la misión? -preguntó con curiosidad sin perder su sonrisa traviesa.

- ¿De verdad eres también nueva por aquí? Vaaaaaya. - Izarua no la miró hasta que lo hizo Zylo, pero era evidente que se refería a Lihl.- ¿Entonces por qué te sorprendes?

- ¡Eso, eso, hagamos una carrera! ¡Lihl, tú das la salida! ¡O mejor, la doy yo! ¡Hiá, hiá, hiá! - sacudiendo los mechones delanteros de Zylo como si fueran riendas, de manera aparentemente dolorosa. Ante la poca reacción de Zylo, protestó. - No pones NADA de tu parte...

- Señorita... Lihl, entonces.- dijo, confirmando con un asentimiento de la cabeza. - Creo que la sorpresa de mi ruidosa compañera y mía reside en que... Bueno, la actitud de la señorita Strauss se parece bastante al trato que los humanos recibimos fuera de estos muros. En mi experiencia, al menos.

- Tenía la esperanza de que estar poco habituada a ello se debiera a llevar mucho tiempo en la Academia. - terminó con una media sonrisa de disculpa y un encogimiento de hombros.

La seriedad regresó a su rostro cuando regresó la atención a su otra acompañante (o, mejor dicho, en plural).- No, y tampoco he intentado averiguar el Nombre de Petra, señorita Strauss. Me parece... maleducado, como una invasión de privacidad sin necesidad. - dijo con naturalidad, dedicando un breve gesto de saludo a la otra mesmeria. - De todas formas, tenía entendido que los Familiares están protegidos contra las intrusiones de la convocatoria externa... ¿estoy mal informado?

Los tirones de pelo de Izarua, finalmente, ganaron su atención. - Iza, te recuerdo que no sabemos a dónde hay que ir... - y, dicho eso y justo cuando la pequeña mesmeria iba a hacer pucheros para protestar, resopló como si fuera un caballo para hacer las delicias de su Familiar, con una sonrisa. - Yo también le debo mi vida en más de una ocasión a su presencia.

- ¿Petra es su única compañera? ¿Y usted, Lihl, también sabe convocatoria?

Me quedo pensativa durante un momento ante la pregunta del hada.- Fuimos hasta Gabriel a recoger un objeto y a por algunas personas que iban a incorporarse a la academia. Pero tuvimos muchos problemas... - Deje las palabras en el aire, el saber que alguno de nuestros compañeros había muerto en aquel viaje y que también lo había hecho uno de los alumnos que se iba a incorporar a nuestras filas... Algo me decía que era mejor no desvelar aquello. Aunque por otro lado también había rescatado a Yuto y había conseguido llegar hasta aquí...- Todavía tengo que visitarlo...-Murmure para mi misma mientras caminaba

Las palabras de Zylo me sacaro de mi ensimismamiento.- Mmm... Los años anteriores a estar en la academia no... no me relacionaba mucho con la gente. Y aun así ese trato al que te refieres, supongo que lo comentas por otras razas ¿no? Entre humanos no deberíamos tratarnos mal...-Dije mientras giraba mi cabeza para mirarle.

 Ante su pregunta sobre la convocatoria simplemente hice un ademan negativo con la cabeza. Si bien había leído sobre ella nunca lo había intentado.

Petra rió ante la reacción de Izarua tratando de hacer que Zylo acelerase.

Escuchó la breve explicación de la misión de Lihl. Sobra decir que no le bastó.

-¿Pero qué teníais que recoger? ¿Qué problemas pasaron? ¡No puedes callarte la parte interesante! ¿Y a quién tienes que visitar? -lanzó su batería de preguntas sin dar tiempo a responder ninguna de ellas.

Crescentia miró a Zylo.

-En mi experiencia, los humanos de mi asentamiento fuimos masacrados por los sobrenaturales. -luego miró de reojo a Lihl- ¿Crees que te he tratado mal? -le preguntó en un tonillo prepotente.

Miró de nuevo al chico.

-De todas formas, ella no lo diría. -respondió en referencia a averigüar su nombre.

-¡Me llamo Pepa! -exclamó Petra desde la cabellera de Crescentia. La joven la ignoró y ésta comenzó a canturrear "¡Booorde! ¡Booorde!".

-Y no, no estás mal informado. Pero nunca está de más la precaución. -le respondió la mujer a la pregunta que le había lanzado el joven.

-Lo que quiere decir es que es una paranoica... -dijo la mesmeria de Crescentia con una sonrisa- Y una borde. -agregó.

Zylo le preguntó si Petra era su única compañera. Pero Crescentia no pareció comprender del todo la pregunta.

-Depende de a lo que te refieras con compañera.

Mi mirada se desvió hacia un lado ante la declaración de Crescentia. Después de todo no parecíamos tan diferentes. El comentario sobre que su asentamiento había sido masacrado me recordó a mi misma, pero cuando menciono que si me había tratado mal no pude mas que volver a pensar en lo maleducada que era.- ¿Fuimos? No te veo muerta la verdad. Y el cómo te tratasen no justifica tu comportamiento.- "Recuérdate esas palabras a ti misma...".- ¿Realmente crees que tus formas son correctas?.-No recordaba cuando habia respondido a alguien de aquella forma por ultima vez. Probablemente habia pasado mas de cinco años.

Gire mi cabeza con cierta indignación hacia su Sheele, prestando atención a la retahíla de preguntas que estaba haciéndome.- No tengo ni idea de que recogieron, pero fue directo a la directora al volver, así que supongo que era importante. Y tengo que visitar a Yuto, es un amigo que hice por el camino. Cuando íbamos a recoger aquella cosa nos topamos con un nigromante que capturaba humanos para realizar experimentos.- Ciertos recuerdos pasan por mi mente  hacen que me lleve la mano a mi ojo derecho. Gracias a dios no había quedado cicatriz.

-Él consiguió salvarse, pero sus compañeros... no tuvieron tanta suerte. A decir verdad, tuvimos bastante de nuestra parte, me había separado del grupo principal y aparecieron justo a tiempo para rescatarnos a Yuto y a mi.- Explique a la pequeña. A diferencia de las historias anteriores de mi incorporación a la academia, no tenia problema en contar aquella... Al menos había salido bien. Siempre y cuando no contásemos las muertes de Neku, Ueman, ... Vale, quiza no habia salido tan bien.

-¿Alguna vez te han tenido atada en una camilla, te han acercado un bisturí...- "Bueno, técnicamente hizo algo mas que acercarse..."- ...y justo en ese momento ha aparecido la ayuda?.- Mientras lo narraba levante la mano y acerque el dedo a la frente de la Sheele hasta posarlo levemente sobre su cabeza. No tarde mucho en separarlo pues no sabia si le molestaría aquel gesto.

-En definitiva.- Dije mientras bajaba la mano y empezaba a mirar los alrededores, con intenciones de ubicarme.-Sobrevivió y vino hacia la academia, se que esta por aquí, pero aun no he podido verlo. Confió que antes de volver a salir a la siguiente misión pueda pasar a visitarlo.

-La magia es una compañera inseparable para mí, pero no es la "compañía" a la que me refería, tristemente.- dijo Vand mediante la conexión que había establecido Balander entre ellos. Le gustaba la sensación de novedad que le producía y esperaba en algún momento poder hacer algo similar, por lo que debía acostumbrarse a la sensación que conllevaba. -Me refería a "Fuego", mi fiel e inesperado compañero que ha decidido ocupar una parte de mi mente y no parece querer independizarse a corto plazo. "Fuego" soy yo, o eso creo, pero a veces "él" toma las riendas y "yo" soy solo un pasajero en mi propio cuerpo.- Vand sabía que su explicación puede que no tuviese mucho sentido, pero tampoco él entendía lo que le pasaba, desde aquella noche en que la purga llegó a su asentamiento su mundo había dado tantas vueltas que estar desorientado era el menor de sus problemas.

-"Fuego" es otra de las cosas que espero que la magia resuelva, aunque parece estar fuertemente relacionada con mi magia, así que no estoy seguro de querer librarme de "él".- admitió Vand. Quería con todo su corazón estar en completo control de todas sus facultades pero temía que deshacerse de "Fuego" implicaría deshacerse de toda la magia, y no estaba dispuesto a pasar por eso.

-Bueno, y respecto a mis conocimientos sobre la magia, he aprendido todo lo que sé de este libro.- señaló Vand, sosteniendo el grueso volumen que llevaba consigo para que el maestro pudiese verlo pero sin dejar que lo cogiese. -Diría que tengo una buena base en lo que el libro llama "La Vía del Fuego" pero desconozco por completo las otras "Vías", de las cuales tengo algún libro suelto.- pensó mientras señalaba su bolsa, aparentemente llena de libros. -Lo último que aprendí fue a consumir mi propia reserva de magia para potenciarme, aunque no consigo entender el siguiente hechizo, "Tormenta Ígnea"... parece demasiado complejo para mí.- dijo Vand, claramente contrariado por ese hecho.

La cara del joven se convirtió en una auténtica máscara de desconcierto; no en sus ojos con su brillo fantasmagórico, sino en su lenguaje corporal. No ante la explicación del terrible destino del asentamiento de origen de la señorita Strauss, ni ante su tono provocador ante Lihl. Tampoco fue por el que la chica de pelo celeste finalmente respondiera directamente a las pullas, ni por el subsecuente relato de su aventura, tras el velo del cual se intuían sucesos mucho más desagradables y truculentos de los que había dicho... No, en realidad, aquello no le decía demasiado. Casi todos los humanos en la faz de Gaia padecían alguna clase de abuso y maltrato, directo, indirecto, sutil o evidente...

No, su desconcierto vino ante la respuesta de Crescentia al asunto del Nombre. -¿Preguntar? ¿De qué diablos está hablando?- pensó para sus adentros, pero, prudentemente, no dijo nada al respecto. Sí, en cambio, se dirigió a Petra remedando la misma sonrisa que le dedicó a Izarua antes. - Pepa, - siguiéndole el juego.- para un humano, una dosis de paranoia es bastante sana. Confío, sin embargo, que no dejes que vaya demasiado lejos... Quiero decir, ¿no irás a permitir que Izarua haga mejor trabajo que tú en cuidar a su carga?

Y con Izarua haciendo una risa triunfal en dirección a la otra mesmeria, su atención regresó a las otras damas.

- Suena a toda una odisea, señorita Lihl; que regresara de tan lejos sin ningún daño permanente dice mucho de su habilidad.- la felicitó, sin una gota de sarcasmo en su voz.

Por último, respondió a la señorita Strauss. - Quiero decir, si después de Petra ha creado alguna Sheele más, o si tiene otras criaturas vinculadas a usted.

Básicamente, crees tener una doble personalidad, la cual presupongo que es más agresiva, y de cuando en cuando toma el control en tu lugar.

Hace una breve pausa.

Efectivamente, la magia puede ayudarte en ese tema de muy variadas formas. Conozco un hechizo capaz de estabilizar completamente la mente de una persona, conozco otro capaz de erradicar toda la maldad de la mente de una persona, también puedo modificar tus recuerdos si dicha personalidad tiene su origen en ellos, pero...

Erradicar toda la maldad de una persona la hace incapaz de defenderse, los recuerdos borrados pueden recuperarse en cualquier momento, y la estabilidad que te da un hechizo se pierde en el momento que dejas de invertir energía en él. Por no decir que reprimir cualquier tipo de sentimiento a la larga termina fortaleciéndolo.

A menos que sea una maldición o algún tipo de infección sobrenatural de la que pueda deshacerme, este tema requerirá medidas no relacionadas con lo sobrenatural para su tratamiento. Si notas que la segunda personalidad va a tomar el control en algún momento, tan sólo avisa un poco antes para que actúe de forma acorde si es que puedes. La magia sí puede echar una mano en ocasiones puntuales.

Y sobre las vías...

La vía del fuego es una de las vías que todavía no he estudiado, con lo que si deseas seguir desarrollándola tendrás que o hacerlo por ti mismo o buscar un segundo tutor que la conozca. Sin embargo, conozco muchas otras, y en bastante profundidad.

Con un gesto, hace aparecer una espada en su mano izquierda.

La vía de creación, por ejemplo, la cual en mi opinión es la más versátil.

La espada desaparece, y ahora Vand es capaz de ver tanto a Balander como a sí mismo a través de otro punto de vista.

La vía de esencia es otra. Muy interesante de estudiar, pues está relacionada con el manejo de las almas.

Al poco, Vand deja de poder ver a través del otro punto de vista.

Y además de esas, también he estudiado la del aire, la tierra y la oscuridad, y todas tienen alguna utilidad, algún encanto propio. Cuando quieras aprender alguna de ellas, tan sólo dímelo y haré todas las demostraciones que haga falta para que aprendas los gestos y palabras que emplean.

Crescentia se detuvo en seco con la respuesta de Lihl y se encaró a ella.

-Oh, oh... -murmuró Petra desde la cabeza.

Se acercó un paso, al ser casi igual de altas sus ojos quedaron alineados. Sin embargo, aunque había una intensidad en su mirada, no parecía haber rabia.

-Sobreviví gracias al sacrificio de mi madre. Después de que ella fuese devorada por dentro y desmembrada, mi padre llegó y me salvó. No hubo demasiados supervivientes. Y durante el viaje hasta Academia, muchos más cayeron por el camino. ¿Acaso te molesta que yo esté viva? -respondió sin mostrar un ápice de emoción- Y yo no hablo de forma correcta, hablo de la forma necesaria. -agregó- Mírate, al fin empiezas a mostrar carácter. Alguien que pese a tener los recursos para resistir el asalto psíquico de nuestro enemigo, hasta no hace mucho titubeaba al hablar y tan solo aspiraba a ayudante de la guardia.

Se giró y continuó el camino.

-No ha ido tan mal... -murmuró la mesmeria con seriedad.

Petra escuchó atentamente a Lihl, con la boca ligeramente abierta.

-¡Uooo! ¿Había zombis? -preguntó inocentemente cuando la muchacha mencionó a un nigromante.

Lihl le tocó la frente, pero Petra ni se inmutó. Seguía aparentemente concentrada en la historia.

-Algún día me tienes que contar toda la historia con más detalle. Incluyendo las partes que no nos has contado. -dijo con una sonrisa- Yo me he pasado toda la vida viendo entrenar a ésta. -señaló hacia abajo con el dedo, hacia Crescentia- Y nunca he podido vivir cosas interesantes. -explicó.

Por su parte, Crescentia escuchó las explicaciones de la misión de Lihl en silencio.

-Petra, cuando vives ésa clase de cosas interesantes, desearías no haberlo hecho. -le dijo con sequedad a su sheele. Luego miró a Lihl- ¿Fue por culpa de ésa misión que ahora crees que no eres útil? ¿Por la sensación de impotencia? -le preguntó con el mismo tono de voz.

Luego respondió a Zyro.

-No, no hay más sheeles. Poseo varias ataduras con otras criaturas, pero no son familiares.

Petra sonrió a Zyro. Sabía que le seguía la broma, pero aquello le hacía gracia. Pero rompió a reir con las palabras del chico.

-No puede ir más lejos ya. -dijo- Si yo te contase... -agregó divertida- De todas formas no soy competitiva. Así que... ¡Felicidades Izarua! -le levantó el pulgar.

No podría alegrarme de la muerte de alguien.- Respondí en cuanto se giro para continuar andando.- _{Y a ti al menos te salvaron... yo tuve que esperar tres años...}- Murmure en voz tan baja que, de no ser porque tenia una personita a un palmo de distancia de mi boca, nadie hubiera escuchado.

La conversación no estaba tomando un rumbo con el que estuviera cómoda, así que una vez mas me concentre en las preguntas de la mesmeria. Por desgracia, la primera, referente a los zombies, hizo que mi rostro se ensombreciera ligeramente. Mi única respuesta fue un asentimiento de cabeza, pues realmente aquella era una de las partes que había preferido evitar contar.

En ese momento Crescentia interrumpió antes de que pudiera decir ninguna palabra y, por un momento, me sentí en parte agradecida con ella. Únicamente por un momento ya que, como si hubiera tomado como deporte aquello, volvió a lanzar una pregunta en tono seco.- No, y posiblemente que te haya seguido es por lo que ocurrió en aquella misión.- Respondí mientras mi mano, como si fuera un movimiento involuntario, cogía la piedra del collar que portaba.- Antes de aquella misión probablemente no habría conseguido ni mirarte a la cara hasta trascurridos varios dias.