Partida Rol por web

Aprovechando los escasos intervalos en los que Sora acertaba a cruzar la mirada con Aiko, ella asintió como respuesta a su invitación al improvisado duelo. Esperó a que terminara de leer el mensaje y se alejó unos metros sin volver a tocar el suelo.

“Me está mirando de arriba a abajo todo el tiempo... tal vez, le guste.” Justo cuando se giraba para volver a encararlo, le guiñó un ojo de forma traviesa y agitó la cabeza con teatralidad como si tratara de acomodarse el peina. Una sonrisa pícara se dibujó en sus labios.

Su “pose” de batalla resultó ser simplemente mirarlo con los brazos cruzados a la espalda. Esperaba que el duelo fuera algo más mental al haber encontrado al chico inmóvil a gran altura, pero por su pose estaba claro que sería algo más físico.

- No sé dónde está. - respondió dubitativa al tiempo que un cuchillo salía levitando de su funda en la cadera de la joven - Sólo llevo unos días en la Academia.

Supuso que al ser un entrenamiento, debía dedicarse a marcar tan sólo los golpes en lugar de tratar de hacer heridas de verdad. Con eso en mente, en cuanto su contrincante se lanzó a la batalla, trató de mover su cuchillo por el aire apuntando únicamente a su ropa.

La emoción de la batalla llegó a su mirada que se tornó feroz y su respiración se aceleró por el esfuerzo a pesar de apenas mover un músculo durante la refriega. Sorprendentemente, al fin sentía algo, el gozo del combate.

Esos gestos por parte de Aiko solo provocan una mayor timidez en Sora, cuya postura pierde un poco de seguridad ante esos actos, mirando los zapatos de Aiko y poco más, asintiendo en respuesta a sus palabras antes de lanzarnos al combate.

Al principio, como si no supiese combatir, lanzo un pobre golpe que Aiko puede detener con facilidad, comenzando por golpear a un nivel bastante básico. Los proyectiles de la chica caausan cierto apuro para detenerlos, pues van simplemente demasiado rápido, pero antes de golpear pierden potencia hasta detenerse a centímetros de mí y caer, poder que de seguro no le resulta tan ajeno. Adapto mi fuerza a la suya de tal manera que hay ataques y defensas de parte de ambos, colándome en ocasiones demasiado rápido para sus escudos, como sus proyectiles para mis manos, generando violentas ráfagas de aire que se cuelan por entre las ropas de la joven. De alguna forma, ese ondear, a pesar de ser fruto de un golpe que se había frenado a escasa distancia de golpear, le da una extraña aura de poder, generando un efecto curioso.

Durante el combate, además, mi actitud tímida se desvanece, clavando mi ojo azul, también encendido por el combate, en los suyos. El otro sigue perdido bajo el cabello, que no parece moverse a pesar de las feroces acometidas.

Tras más de medio minuto de combate, queda claro que las capacidades psíquicas de Aiko son peligrosas, pero mi maestro me adiestró en mayor profundidad que a ella, por el momento, pero sin duda tiene potencial. Colocando una mano en gesto de alto, atrapo un último proyectil que ya estaba en camino, bloqueándolo con mi mano y atrapándolo cuando pierde energía.

- Eres fuerte. Quizás yo hubiese podido hacer cosas parecidas si... -el brillo de mi ojo repentinamente se pierde y desvío la mirada, esta vez no con timidez, sino con una sombra de tristeza- Debo irme. Gracias por el entrenamiento. -me acerco sin mirarle al rostro y le tiendo el cuchillo, esperando a que lo coja para retirarme.

Al llegar al templo, te encuentra a varios miembros del gremio agrupados. Tras acercarte, descubres una gran caja en la puerta, que parece temblar ligeramente, pero nadie parece tener valor o ganas de abrirla

-¿Y esto?-pregunta un miembro

-A saber, oi que llego un tunicas y que lo dejo ahi-contesta otro

-Si es cosa de los tunicas, seguro que es otra de sus "bromas" de envidiosos

-¡Eh! Se ha movido

-Seguramente es otra criatura magica, a saber que hara esta ¿La ultima no lleno todo el recibidor de cieno?

-Donde estaran los telepatas cuando hacen falta, no puedo creer que no haya ninguno entre nosotros, podria averiguar las intenciones de la entidad

-El fuego purifica todo, no me parece necesario pararme a leer mentes

-Si, y el bosque tambien, por eso los piromantes os teneis que controlar un poco o estar con un criomante que compense vuestros poderes

Y la discusion se eternizaba sin llegar a ningun fin, y la misteriosa caja seguia dando botes

Hitomi se adentró en el edificio y pronto se encontró con dos mentalistas que discutían frente a una gran y sospechosa caja.

La joven fue a saludar, pero al oír de lo que trataba la discusión sintió en seguida curiosidad.

<< Saludos... si lo deseáis yo podría ayudaros a saber si el contenido es seguro... >> dijo pese a que aquella caja era tremendamente sospechosa, más si se tenían en cuenta los antecedentes que habían mencionado.

Pese a que en apariencia esperó respuesta, en realidad realizó inmediatamente varios escaneos sobre lo que se ocultaba en el interior.

Los golpes de su oponente eran tan rápidos que apenas podía colocar el escudo mental para protegerse y él poseía una férrea defensa telequinética que bloqueaba casi todos sus golpes. Atosigada por la incesante avalancha de golpes y fluidos movimientos, las defensas de la chica se iba tornando forzada y deficiente hasta que finalmente Sora logró abrirse paso.

El combate deja en evidencia las carencias de control que posee la joven. Apenas ha podido arañar su potencial y los esclavistas desprevenidos que había vencido poco tenían para compararse con un alumno bien formado en la academia. Aquello sólo motivaba más a Aiko a querer estudiar allí.

Cogió la daga de mano de Sora mientras notaba cómo la euforia del combate se desvanecía rápidamente. Volvía a sentirse vacía de nuevo.

- Gracias a ti. Si quieres podemos repetirlo alguna noche, supongo que estaré por aquí.

Se dio cuenta entonces que se encontraban a más de una docena de metros de altura. Le dedicó un asentimiento a modo de despedida y comenzó a descender de vuelta al suelo.

En cuanto volviera a estar sola, buscaría un lugar tranquilo y oscuro en el que realizar sus rituales nocturnos.

Con la timidez recobrada de nuevo, toda la seguridad y ferocidad que desprendía en combate se ha desvanecido, por lo que sin lograr mirarla al rostro, con la cabeza girada hacia un lado, asiento simplemente ante sus palabras antes de ir volando a toda velocidad buscando transeúntes o guardias a los que preguntar, a pesar de la dificultad que implica para mí*.

Tras recibir la aprobación de los otros chicos, comienzas tu escaneo... nada. Sea lo que sea que se haya ahi dentro, parece resistirse. Lectura mental... mismos resultados. Pero no te rindes y procedes con un asalto psiquico... no notas que haya hecho mucho, pero si que ha penetrado la enorme fortaleza mental que tiene el contenido de la caja. Realizas varios asaltos extra para asegurar tu exito y pruebas una nueva lectura mental... con exito

Dentro de la mente de la entidad contenida en la caja, puedes ver los pensamientos que cruzan su mente en ese momento y lo que ves es "nada". Oscuridad a tu alrededor. Bueno, parece que estas viendo lo que ve la entidad, y si esta en un espacio cerrado, es comprensible que... un momento, un segundo vistazo revela una pequeña luz. Centrandote en ese punto, puedes distinguir algo, como un objeto pequeño sobre dos monticulos oscuros. Parece como un colmillo con una cuerda pasando a traves del extremo no puntiagudo, con dos pequeñas cuentas alrededor, una a cada lado. Por alguna razon, se ilumina y se apaga a intervalos irregulares... no, ahora se mantiene encendido ¿que será eso?

Tan pronto como percibió aquella imagen, Hitomi dejó de adentrarse en la intimidad de la mente del contenido de la caja... ¿Era una chica con un colgante? ¿Qué hacía allí dentro?

Pero si era una chica... bastaba con preguntar....

<< Hola... >> saludó mentalmente con algo de timidez << ¿Quién eres? ¿Y qué haces ahí dentro? >> preguntó con algo de duda.

Por alguna razon, no recibes respuesta, es mas, sientes como si tus "palabras" no hubieran llegado, como si una fuerte barrera impidiera la comunicacion

Hitomi quedó muy sorprendida ante ése hecho. Dio un paso atrás... y luego volvió a acercarse a la caja. Ésta vez golpeó un par de veces el lateral con la mano.

Luego puso las manos en forma de embudo y las pegó contra la caja. Colocó la boca entre ellas...

-¿H-hola...? -preguntó tímidamente con una voz dulce y con un fuerte acento de tu tierra.

Te separas del chico y aterrizas, viendo como este se desplaza rapidamente hacia el este. Pensando en tus cosas, caminas un rato hasta estar segura de que esta vez si estas sola, momento en el cual, por fin, comienzas tu singulares rituales.

Mientras vuelas, un rapido pensamiento cruza tu mente: " taberna El dragón de plata". Si se trata de una taberna, lo mas seguro es que este en el Este, en el barrio de tabernas y posadas, asi que rapidamente te diriges al lugar

-_Mm-mmmmmm

Pegando tu oido a la caja, escuchas algo dentro, pero no logras entender lo que dice, es como si algo obstruyera su boca. Parece que la unica forma de saber lo que contiene esta misteriosa caja es abriendola ¿Deberias hacerlo?

Comenzó a recitar los extraños versos que grababan los tatuajes sobre la piel. Aquel dolor que sufría cada día era el recordatoriao de que seguía viva, de que era libre.

A continuación, sacó los cuchillos que llevaba conmigo y los hizo flotas a mi alrededor. Con respiración calmada y acompañando el movimiento de las hojas de acero con el mío, las hacía moverse con suavidad, tratando de controlar al milímetro las posiciones que tomaban. Necesitaba aumentar su fuerza y control sobre sus propias armas. El alba la sorprendió mientras entrenaba aún más su concentración.

Antes de que el alba despuntara totalmente, comenzó el paseo que acabaría en el Gremio de Psiónica.

Hitomi se apartó de la caja, ligeramente contrariada. La observó en silencio mientras pensaba... lógicamente parecía que había un... algo, impermeable a la comunicación mental e incapaz de responder.

Lo más sabio sería dejar el tema en manos de mentalistas experimentados que realizasen una batería de pruebas mayor... y ella simplemente debería marcharse, pues tampoco deseaba reunirse tarde con la persona que la estaba esperando.

Pero por otra parte, ella era una mujer jóven, y la curiosidad por conocer el contenido de aquella caja era abrumadora.

Así que... quería abrir la caja, la curiosidad era demasiado grande. Aunque.... había escuchado de los otros hombres que en ocasiones, las sorpresas podían ser... desagradables. Así que había otro factor a considerar...

Se decidió y se comunicó mentalmente con ambos hombres.

<< Me resulta imposible discernir qué se oculta en el interior >> les informó << Parece algún tipo de ser, pero es impermeable a mis intentos de establecer comunicación mental, y aparentemente es incapaz de hablar, como si tuviese la boca cubierta por algo. Por otro lado, no parece tener una mente como tal... o al menos no funciona de un modo que pueda leer nada en ella. Tal y como dijisteis, podría ser una criatura mágica. Tan sólo pude robarle una imagen de su memoria visual reciente... >> les transmitió el recuerdo del brillante collar << Puedo ayudar a abrir la caja... usando un impacto telequinético sobre la tapa, la haría saltar desde una distancia segura. >> agregó mientras tomaba un poco de distancia.

Tras recibir la dudosa aprobacion de los otros psionicos, lanzas el impacto, lo que hace que la caja de un extraño bote y caiga hacia un lado, abriendose.

Una chica sale rodando de lado. Tiene el cabello azul, gafas y viste con un uniforme mas propio de un mago que otra cosa, pero lo que mas resalta es que estaba amordazada y con las manos atadas . Ante la atente mirada de los presentes, se levanta como puede, se agarra el collar del cuello con ambas manos y, tras arrancarselo de un fuerte tiron, lo lanza contra el suelo, momento en el que produce una pequeña explosion. Entonces, una onda psiquica, o mas bien una explosion con ella de epicentro sucede, levantando un fuerte viento en todas direcciones, rompiendo la mordada y las cuerdas.

-¿¡Y no podiais haber tardado mas!?-os grita, bastante enfadada. Sin esperar la respuesta, acomoda bien su ropa y entra al templo, ignorando a los presentes.

...

-Esa no era...-comienza, susurrando, uno de los guardias

-...la Mente Maestra?-termina su compañero, igual de atonito

A medida que te acercas, puedes notar la armonia que hay en el bosque. La naturaleza en este lugar, pese a estar amurallada, es bastante vivaz, puedes ver varios ciervos y liebres por el camino, incluso un lobo, que se dicen que son amistosos con los humanos, aunque no te acercaste a comprobarlo, mas que nada porque un fuerte viento lo ahuyento, aunque mas que fuerte viento parece alguna clase de onda de energia, o al menos asi se sintio.

En la entrada del templo se pueden ver a tres personas, frente a lo que parece una caja abierta. Dos visten una especie de uniforme de guardian, lo que parecia dar a entender que eran los porteros, mientras que la 3º figura era mas bien como una niña.

En las escaleras de la entrada, por otro lado, una 4º persona hace su aparicion. Con algunos tatuajes sobre el cuerpo, una mujer estaba avanzando hacia el templo.

Aiko subía las escaleras del templo con paso tranquilo a pesar de la impaciencia que gobernaba su mente en aquellos momentos. Había pasado casi toda la noche paseando por el bosque mientras trataba de entrenar sus dones, tratando de mover rocas pesadas o controlar con precisión milimétrica el movimiento de una hoja.

La espera hasta el alba le había resultado prácticamente eterna.

- Buenos días. - saludó a nadie en particular. Ajena a las costumbres de la zona y casi cualquier convención social medianamente civilizada, trataba de atenerse a los pocos conocimientos sobre interacciones personales y educación. - Ayer me dijeron que volviera hoy por aquí...

Hitomi observó con sorpresa a la mujer rodando por el suelo e incorporándose. La reconoció enseguida, lo que aún hizo más extraña la escena...

Ésta se desprendió de sus ataduras y se arrancó el collar, que desprendió un impulso psíquico. Probablemente era lo que había bloqueado los anteriores intentos de Hitomi de comunicarse con ella antes. Cuando comprendió ésto, y ató cabos con lo que sabía sobre ella y su "relación" con el archimago, e imaginando a grandes rasgos lo que probablemente había ocurrido no pudo evitar sonreír interiormente.

Ariel espetó su molestia hacia ellos y se marchó sin esperar respuesta, a lo que Hitomi simplemente bajó la cabeza ante ella y se quedó en aquella postura hasta que salió de la sala.

Se disponía a despedirse de los hombres y a marcharse cuando una chica entró desde el exterior. Ésta saludó e informó que se le había pedido que viniera por aquel lugar.

La pequeña Hitomi se dispuso a darle la bienvenida, y se acercó a ella con una agradable sonrisa y un cierto rubor en las mejillas.

<<¡Bienvenida!>> la saludó mentalmente mientras hacía una reverencia hacia ella <<¿Puedes darnos más detalles para que podamos ayudarte?>> preguntó, deseando serle de ayuda.