Partida Rol por web

La lucha termina por fin, trabajamos bien en equipo y le hemos dado una buena paliza a esos monstruos. Me paso la mano por la frente porque la noto mojada de lo que creo que es sudor, pero lo que consigo es extender todavía más la sangre salpicada sobre mi cara. Pero ahora eso no me preocupa, y es que cuando arranco mi arma del último de esos monstruos al que acuchillé, me la encuentro rota. Miro el cuchillo con disgusto.

- Se me ha roto el cuchillo. - murmuro para mí. Voy a necesitar otro.

Y ya que Omar ha encontrado algunas cosas en una mochila, me pregunto si los demás monstruos tendrán también algo útil. Busco yo también.

No hay nada de valor en los otros caminantes. Comida en algunos, agusanada. AJ encuentra otra mochila con un par de latas de alubias, y Ruby lo mismo. Bueno, eso os ayudará en el viaje. Menos es nada.

- Después de todo, tenemos suerte -afirma Ruby.- Va, Violet, alegra esa cara, nena. Mira, judías…

Omar busca más, pero nada- ¿Quién les mataría? Mirad...les han disparado...o hay puñaladas.

Es verdad. Pero no son transformados de hace una semana. Estos presentan un aspecto deteriorado...a saber, más de un año...es difícil de calcular.

-¡Silencio!- Es Nadia. Ella y Louis se ponen en alerta, los demás también. El viento trae el rumor de más gruñidos.

-Joder.

Aparecen entre los árboles, todavía lejos. Unos pocos pero...eso nunca se sabe. 

— Jod... —contengo la rabia mordiéndome la lengua. Le permito a AJ maldecir todo lo que quiera porque le ayuda a autocontrolarse, pero a mí me sigue siendo incómodo usar palabrotas si hablo con él. Saco mi cuchillo del cinturón y se lo ofrezco al niño. — Toma, quédate este. Te encontraremos algo pronto.

Y eso hago, ponerme con Omar a buscar y a examinar los cadáveres, así como recuperar mis flechas usadas, pero no tienen mucho que ofrecer. Son supervivientes que no duraron demasiado, y por el tipo de heridas que presentan, lo más seguro es que ya fueran saqueados antes de volver a levantarse.

Nadia lanza un aviso que nos paraliza a todos y se acaba cumpliendo la peor pesadilla del momento: más caminantes. Ahora sí que no, no nos obligarán a gastar energías cortándonos el paso. Vamos a gastar la poca fuerza que nos queda en poner distancia entre nosotros.

— Corred, o caminad rápido, pero tenemos que dejarlos bien atrás —me acerco a Vi y le paso el brazo por la cintura para cargar con ella si es necesario. Debe ser la más agotada de todos. — No me sueltes, ¿vale? Yo te llevo.

Nadia y Louis cubren la retirada. Sus armas atraviesan y destrozan cráneos. Clem ayuda a una renqueante Violet, AJ se mueve rápido, cuchillo en mano. Ruby también corre junto con un cansado Omar.

Más monstruos van saliendo de la espesura. Parece que hubiéseis azotado un nido de avispas. Son lentos, eso sí. Pero no es que vosotros seáis muy rápidos. 

¿Hacia dónde? Ni idea. Pero hay que salir de aquí.

Los monstruos llevan algo de comida que se puede usar, dentro de unas latas, aunque no llevan ningún cuchillo con el que pueda reemplazar el que se me ha roto. Por suerte Clem me da el suyo y yo lo acepto, pero tomo nota mental de que tengo que encontrar otro igualmente para que los dos tengamos un cuchillo cada uno.

Parecía que la batalla había terminado, pero resulta que hay más monstruos a lo lejos. Bueno, no tan lejos ya. Vienen hacia nosotros, y Clem indica que nos pongamos en marcha.

- Aún vamos al pueblo, ¿no? - pregunto a Clem, y señalo hacia el noreste. - ¿Los rodeamos?

Si aún existe la posibilidad de encontrar algo útil en el pueblo, no quiero simplemente huir...

— Será un camino más largo, pero no podemos pararnos a pelear otra vez sin descansar —respondo a AJ, aceptando el camino que indica. Parece más despejado que el camino directo. — El que sienta que no puede seguir el ritmo de andada que pida soporte a un compañero —aferro mejor la cintura de Vi para llevármela.

Sonrío triste a Ruby cuando trata de animarme. A pesar del genio que puede llegar a tener, a la vez es la chica más dulce que he conocido. Tan distinta a mí, tan apañada e inteligente, tan capaz de apreciar las cosas más simples...

Mientras que yo ahora me veo como una inútil, hasta me tienen que ayudar a andar, y replicar sólo conseguiría que acabáramos discutiendo, por que lo sé, por que conozco a Clem... Tal vez esa sea la única forma en la que pueda ayudar a mis amigos, explotando y sirviendo de carnada. Es lo poco que no me supondría demasiado esfuerzo, por que al fin y al cabo estoy al límite, mental y físico. Lo único que me retiene es el pensar en ponerles en peligro también, por cabezones que sé que serían al respecto, pero no puedo ignorar la carga que soy sin más, pues aunque Clem trate de extenderla a los demás, me siento más aludida que nadie. 

- Clem... No puedes cuidar a todos siempre. - Miro a AJ, y a Ruby, y finalmente a la pierna de mi amiga, mientras trato de seguir el ritmo con mi brazo rodeándole los hombros. - Tú misma estás herida. Louis puede ayudarme. - Trato de no sonar tremendamente catastrófica, pero a la vez hablo en voz baja, sin querer poner ningún sentimiento de carga sobre los demás. 

Ruby ayuda a Omar. Renqueante, su herida se hace sentir. Hay sangre en el costado, se le ha abierto. Nadia cierra la retaguardia junto con Louis. Se mueven ambos con rapidez, sudorosos, mortíferos, pero humanos al fin y al cabo, también se cansan. De manera que nadie puede echar una mano a Clem para tirar de Violet. El pequeño AJ bastante tiene con no separarse de las dos chicas, vigilando con mil ojos el camino en derredor.

Los monstruos van quedando atrás. Omar se retrasa, él, Ruby y Nadia se quedan algo atrás. -No...no puedo...Me quema el costado...-farfulla Omar. Louis lo agarra por la cintura y carga con él.

No parece posible, pero los caminantes aumentan su número, parecen salir de agujeros, como hormigas gigantes, como sabandijas al olor de la sangre. Ya sea de un lado o de otro, incluso delante. Igual que la emboscada de un enjambre. Solo hay dos formas de cruzar, luchando o corriendo y esquivando.

Me carga más el derrotismo de Vi que su propio peso, la verdad. Después de tanto tiempo, priorizar al grupo antes que mi propia supervivencia y la de AJ es un esfuerzo consciente que debo hacer. Recuerdo un tiempo, hace pocos años, en el que me convencí de que yendo sola estaba perfectamente. Es difícil no pensar en ello.

Mi herida... Ni siquiera la considero como tal ya. Me tiene cojeando, siento la rigidez de mis músculos en el muslo tratando de compensar la desigualdad de peso y me resiento, pero no me detengo. Los caminantes serán tercos, pero yo lo seré más.

Nuestros bufidos, jadeos, pasos torpes por el cansancio se oyen demasiado para mi gusto y me invitan a parar, armarme de nuevo. No puedo: sobrevivir depende de que superemos estos dolores y sigamos.

— ¡Vamos, vamos! —trato de alentar al grupo, incluso a mí, cuando me percato de que el número de amenazas aumenta.

- Sí que puedes, - le digo a Omar girando la cabeza por un momento. Sigo caminando junto a Clem y Vi, pero he escuchado a Omar quejándose. Lo entiendo, es porque le duele, pero no se puede quedar aquí porque lo alcanzarían los monstruos. - luego haremos algo con tus heridas. Pero tienes que seguir. - le digo, con un tono de voz serio y alzando la voz solo lo suficiente para que me escuche. No quiero atraer a los monstruos con mi voz.

Y es que de repente hay muchos, están saliendo por todos lados. Hay que salir de aquí.

Joder, estos momentos de desesperación, cuando todo se pone cada vez más en tu contra, son lo puto peor. Corro con el agarro de Clem, pero cuantos más caminantes se aproximan más pienso en que esto me hace una carga, un dos por uno con un mal movimiento, así que trato de separarme de ella y sacar fuerzas y concentración de donde sea para superar este momento. - ¡Vamos Omar! ¡Tú puedes! - Aliento a mi amigo, que tan mal lo está pasando también. Tenemos que creérnoslo los dos. 

Omar se retrasa. Nadia protege al chico y a la huída del grupo junto con Louis. Los demás corréis, golpeáis, vais tumbando caminantes, sembrando el suelo de cadáveres putrefactos. Incluso Vi, pálida y agotada, se separa de Clem y colabora en la lucha. Se abre un hueco que aprovechan Ruby y la esforzada Clementine.

-¡Por aquí!- grita Ruby. 

Louis sigue a ambas muchachas. Vi también aprovecha la oportunidad, corriendo, extenuada, al límite de sus fuerzas. AJ lo intenta, pero se atrasa, el muchachito ve de pronto bloqueado ese camino, los monstruos se le echan encima. Tiene que retroceder junto con Omar y Nadia. La pelirroja se encuentra rodeada de enemigos de bocas hambrientas y brazos como zarcillos sarnosos se le echan encima. Lo intenta con la lanza pero no tardará en verse sobrepasada en número. 

De repente, seguro que por la diferencia en nuestros ritmos, los caminantes cortan en dos nuestro grupo dejando a tres rezagados en una terrible posición. Ya había tenido que ceder soltando a Vi para que peleara pero no estoy dispuesta a conceder muchas más libertades cuando se trata de AJ. Nada más darme cuenta freno en seco y giro sobre mis pasos para ayudar a los tres a abrirse paso con el arco.