Partida Rol por web

Diana nunca había recibido semejante golpe. Nisiquiera contra el minotauro al que se enfrentóhacia poco le había golpeado tan fuerte.
No solamente eso, sino que el impacto llevaba tanta potencia que la había hecho salir disparada casi una milla si no hubiera impactado contra la pared del edificio de enfrente.

En el momento del impacto pudo notar parte de la potencia del golpe, un ser humano normal apenas abría podido permanecer cerca del lugar, y mucho menos en pie. Pero donde una persona común yacería de rodillas, el se hallaba de pie, pues era Orin, Rey y primer guerrero de Atlantis, excepcional incluso entre los suyos.

Por suerte su joven compañera amazona parecía ser una gran encajadora, de no ser así, bien sabía el rey que ahora estaría rota y muerta en el momento del impacto, y no solo eso, si no que parecía consciente cuando el brutal golpe la lanzo por los aires.

La bestia era a todos los efectos un rival formidable, no había lugar para reservarse fuerzas. Con furia, el monarca cargo su golpe, tensando sus músculos tanto como le era posible. Era su única posibilidad de acabar con una amenaza así antes de correr el riesgo de salir herido gravemente,debía usar toda su fuerza, aun a riesgo de restar parte de su famosa precisión al golpear. No lo dudo más, salto contra la criatura, y trato de golpearla, acompañando la poderosa lanzada con su giro, su impulso, y la tensión de cada musculo.-Muere criatura.-Grito.

Al ver el tremendo golpe que había recibido Diana, Orin no se contuvo. Atacó con todas sus fuerzas esperando hundir el tridente en el cuerpo del ser.

No obstante, este no sólo no penetró en la dura piel, sino que se partió una de las puntas del mismo debido al impacto. El rey de Atlantis sabía que aquello era casi imposible.

El enorme ser no dijo nada. Simplemente se quedó mirando a Orin. Como diciendole que él sería el siguiente.

La figura oscura que habíais estado ignorando había estado quieta evaluando la situación. Aunque el golpe a la amazona le hizo reaccionar.
Miró al lugar donde había caido la maravilla de mujer y comprobó que todavía respiraba. Luego se volvió contra el enemigo y lanzó alguna clase de arma arrojadiza. No era un cuchillo ni nada similar, tenía una forma extraña.
Pero lo importante no era la forma, sino que al chocar contra el ser explotó.

No obstante, el enorme tipo no pareció ni inmutarse por ello.

Cuidado, no sólo es muy fuerte. Genera una especie de campo delante suyo que le protege.

Despues de decir eso, saltó a la oscuridad de nuevo.

Diana, aturdida, se quitó con sus manos los restos de escombros que tenía encima, producidos por chocar contra la pared de un edificio cercano.

Movió un poco la cabeza tratando de comprender lo que había pasado y sobretodo, cómo había llegado hasta allí.

Cuando su mente se centró, miró hacia donde estaba el monstruo que acababa de pegarle, vio que al menos su compañero monarca estaba en pie todavía, lo cual le alegró sobremanera, pero la sonrisa que mostró posteriormente no fue por esa alegría, sino más bien por verse involucrada en una pelea digna de los Dioses, donde podría sacar toda su fuerza sin tener que contenerse, ya que con sus hermanas siempre temía herirlas en los entrenamientos.

Su ceja se enarcó marcando su rostro con una mueca de satisfacción mezclada con la confianza de sentirse poderosa y capaz, a la vez de decidida.

No controlaba su vuelo todavía, pero eso no pasó siquiera por su mente, solo pensó en el ser que la había golpeado y en cómo iba a disfrutar viéndolo caer.

Echó un vistazo y vio al ser misterioso encaramarse al edificio del que saliera el monstruo, pero le quitó importancia, no sabía qué quería y ahora era mucho más importante acabar con aquel ser infernal.

No tuvo que pensar en volar, siquiera pensó en cómo salvaría la distancia que les separaba, simplemente puso sus puños delante, extendiendo sus brazos y se lanzó a la carga contra aquel ser monstruoso.

Diana no era una guerrera cualquiera. Era la princesa de las mejores combatientes que han existido, jamás se rendian. No importaba cuan fuerte o poderoso fuera el enemigo.
Por ello se lanzó sin miedo contra el enorme oponente.

El impacto hizo que los cristales de los alrededores se rompieran, e incluso uno de los vehiculos aparcados volcó. Pues tal era la fuerza de la princesa de las amazonas.

No obstante, el extraño ser que tenía delante no pareció notarlo. Pues no hubo reacción alguna. Simplemente estaba de pie enfrente de ellos.
Pero esta vez todos pudieron darse cuenta de que el golpe apenas llegaba a la piel de la criatura. Algo lo detenía antes, y se creaba justo donde iba a impactar el golpe.

No decia nada, no exigia nada. Eso era lo más terrorifico de él.

Estaba de pie frente a la criatura, le había atacado con todas sus fuerzas y pese a todo, tan solo había conseguido mellar una de las puntas de su tridente. "¿Qué clase de monstruo es este?". Pensó Orin ensimismado un instante solo, hasta que la explosión del artefacto de la sombría figura lo saco de sus pensamientos."¿Un hombre disfrazado?". Se sonrió para sí cuando volteo y vio a la figura saltar a la oscuridad tras señalar el inusual campo de fuerza que rodeaba al monstruo.

-Al menos, para esto no está en nuestra contra.- Hablo solo mientras Diana se recuperaba del golpe, y como una exhalación se arrojaba contra el ser para propinarle un tremendo golpe. La hubiese tratado de detener, pues poco sabían del campo de fuerza, salvo que casi quiebra su tridente, pero la chica era demasiado rápida en su vuelo, y nada pudo hacer, tan solo observar. Un alivio supuso que ha esta no le pasara nada, por lo visto, dicha barrera no actuaba sobre la carne, la de la joven al menos. No lo pensó más, cogió impulso, afianzando los pies, hasta hundir uno de estos, varios centímetros en el suelo, y trato de alcanzar con un derechazo al ser.

-Encapuchado, ciégalo.- Vocifero mientras retrocedía unos pasos tras su mal colocado golpe. Si le hacía caso y lanzaba una de sus bombas de humo negro, podría darles algo de tiempo para pensar una estrategia. El sabia más o menos cual era el alcance de esa oscuridad, y podría salir sin problemas, al igual que Diana si intentaba alejarse con esa velocidad, y de no salir ella de la negrura, aun sería mejor estar ante un enemigo en apariencia invulnerable y ciego, que ante un enemigo únicamente invulnerable.

Aprovechando su situación y su posición, y desoyendo las ordenes de Orin, la figura oscura atacó de nuevo.

Una vez más, la extraña arma arrojadiza impactó en el ser. Esta vez sin embargo, la criatura reaccionó como si hubiese notado algo. Miró a todos lados tratando de localizar de donde había venido el golpe, pero no logró descubrir el lugar donde se encontraba el caballero oscuro.

Mmmm. Interesante.

La criatura había reaccionado al ataque del encapuchado, pero no parecia que le hubiese llegado a hacer daño. Tampoco dijo nada, nisiquiera un gruñido. Simplemente se encaró a la joven maravillosa y lanzó un nuevo puñetazo en su dirección.

Pero esta vez, la habilidosa guerrera ya lo estaba esperando. Por lo que evitó el poderoso golpe del ser. Que simplemente hendió el aire.

Diana estaba algo sorprendida, al parecer algo paró su golpe antes de que golpeara la piel o lo que quiera que cubría a ese monstruoso ser.

Estuvo atenta a los ataques de los demás y se alegró que el ser misterioso estuviera también de su parte, pero no le gustó nada que entre tres no pudieran causar ni siquiera un rasguño al monstruo. De hecho ni siquiera se había movido con su tremendo golpe.

Aquello la mosqueó mucho más, nunca huía de un combate por muy fiero que fuera el oponente, pero tampoco nunca se había topado con alguien a quien no podía tocar.

Diana no solo estaba entrenada en el uso de armas y realización de complicadas maniobras cuerpo a cuerpo, sino que también había sido instruida en estrategias de combate para batallas complejas.

Se alejó de aquella cosa, acercándose a su compañero el Rey. Aunque sin dejar de estar a la defensiva y sin acercarse demasiado para no crear muchos ángulos muertos, simplemente lo suficiente para charlar con él.

- Orin, esto no me gusta, no podemos tocarle... ¿cómo puede ser eso? ¿Crees que se trata de un protegido de los Dioses? preguntó Diana mientras, miraba también al ser misterioso, seguramente aunque no estaba cerca, podía escucharles. ¿Qué opinas tú? ¿Acaso tus armas extrañas pueden dañarle? No me marcharé de aquí hasta que acabe con él, pero quizás tengamos que cambiar de estrategia, atacar de frente no sirve.

La criatura parecía invulnerable a todo el castigo que le estaban infringiendo. Con la potencia de sus golpes, y con la desmesurada fuerza de Diana, aquel ser debía hacer rato que hubiese sucumbido, ¿por qué aguantaba pues?.

El rey permanecía atento a la escena mientras atacaba sin éxito viendo como ataque tras ataque era desviado por el misterioso campo de energía, hasta que de pronto, el arma del encapuchado impacto al ser. Durante una fracción de segundo contemplo la posibilidad de reprender a la sombría figura, pues esta había desatendido su buen criterio y había lanzado uno de sus débiles ataques nuevamente.(Que se note la ligera inquina que le tiene Orin a Batman XDXDXD.)Pero no lo hizo, ese ultimo ataque pese a su inefectividad, podía establecer un cambio en las corrientes de aquella batalla, y traerles una buena marea al combate.

La joven princesa de las amazonas se aproximó a él tras eludir un ataque, mientras la bestia aun permanecía imperturbable en mitad de aquella lluvia de golpes.-Posee una barrera capaz de desviar nuestros ataques, me temo. Pero parece que solo funciona si esta advertido o puede ver la fuente del ataque. Apostaría lo que fuese a que él también se ha dado cuenta.- Dijo señalando con su pulgar atrás, como si su sombrío compañero estuviese allí.- Rodeadle, sobre voladlo o lo que queráis, yo lo distraeré para que podamos comprobar lo que os digo ,Diana.- No sabía si estaba en lo cierto, pero desde luego es la única diferencia que advertía en el ataque que el encapuchado había propinado esa ultima vez, con todos los demás. Sin pensarlo mucho, y viendo que cualquier intento de ordenar una estrategia con su elusivo aliado seria infructuoso, se lanzo contra su rival, en un intento por causar una abertura en aquel escudo que diera a Diana una oportunidad.

Oríon se lanzó a por el monstruoso ser tratando de agarrarle. Si lo conseguía Diana podría tener alguna posibilidad de tumbarlo. O por lo menos eso esperaba.

No obstante el monarca de Atlantis no pudo apresar de manera correcta debido a las puas que portaba el traje del extraño. Y eso unido a la enorme fuerza que parecia poseer hizo que no les costase lo más mínimo desenbarazarse de él al extender sus brazos y romper así el agarre. Orin apenas pudo mantener el equilibrio y quedó de nuevo al lado de Diana.

Sin duda era el oponente más fuerte contra el que se había enfrentado nunca.

Por su parte, la figura encapuchada observaba atento toda la escena. Parecia que el de la realeza había advertido también lo que pasaba. Aunque su solución para aprovecharse de ello era la que se podría esperar de alguien acostumbrado a darse de puñetazos contra los obstaculos.

Hay formas más faciles de hacer esto.

Sin decir nada más la figura aterrizó delante de Orín y Diana envuelta en su capa negra. De repente, la desplegó y al hacerlo no podían ver a la enorme figura de detrás. Lo cual vino bien, ya que en cuanto dejaron de verlo un potente destello surgió de detrás y posiblemente les habría cegado de no estar cubiertos por la capa.

Ahora deberíais poder hacerle algo.