Partida Rol por web

Aquellos gritos y golpes no dejaban lugar a duda nuestro escritor acababa de despertar y al parecer no tendría el recibimiento afable en el que habíamos pensado, pero seguro que desconcertado y aturdido  si debía estar.
Miraba desde el pasillo la escena preguntándome si realmente aquellos había funcionado, no podíamos hacer otra cosa que esperar.
Cuando nos disponíamos a ir hacia el comedor Brown paso delante de mi y se fue directo a por el escritor propinándole unos buenos golpes para dejarlo OK, me cruce de brazos mirando la escena, la verdad es que visto desde fuera parecía que un hombre  en este caso Brown salía en ayuda de una mujer en apuros, dando una lección a un aprovechado. Solo esperaba que no se dejara llevar y se pasara…

Hanna asintio ante la idea de fingirse enferma para quedarse con la niña en la habitacion. La tomo de la mano y se encerro con la niña dentro, escuchando los gritos como musica de fondo. Seguro que los demas huespedes se despertarian con el follo y no queria estar presente en eso. 

Le daba pena el escritor, solo lo conocian de unos minutos y ya le habian metido en un buen lio.

¡Yo te...!.-afirmo el escritor, pero no lo bastante rapido antes de quedar fuera de juego. No obstante, Jeremiah supo que le habia reconocido pero ¿quien iba a creerse que lo secuestraron para emborracharlo y meterlo en la cama de una mujer?

- ¡Mi salvador!.- dijo la mujer, apestando a alcohol. Se colgo del cuello del negro y comenzo a besarlo, pegando sus pechos, con un tacto... poco natural, al cuerpo de Jeremiah. ¿Como podria agradecerselo?- pregunto con el tono de una ramera barata.

Miré a la chica y alcé la ceja... ¿Cómo podía recordarme tanto a mí? Saqué morritos y me dirigí contonteando las caderas hacia el lugar del desayuno... Lo malo de las zorritas es que no se soportan entre sí...

Me moví con mis tacones dejando que resonaran por el pasillo, mientras agarraba el brazo de Ryan dispuesta a desayunar algo rico, bajo en grasas para mantener mis caderas, que al parecer habían dado a luz ya un hijo.. Si había estado embarazada tendría que empezar a cuidarme. Quizá no recordara mucho... pero seguía siendo la mujer alocada y lujuriosa que era entonces. Al menos en parte...

Al parecer nuestro escritor no se había olvidado de Brown, afortunadamente después de el tremendo golpe que le dio lo dejo KO. Además después de la escenita de la rubia histérica ¿Quién iba a creer a un hombre con una resaca del tamaño de un elefante y que había querido aprovecharse de una mujer bebía, una historia como aquella? Sinceramente esperaba que nadie.
Sonreí y me fui tras Rachel y Murphy, dejando al “héroe” con su momento de gloria.

Yo... Ehum... Eeeee...

A través de las gafas lanzó una mirada asesina a Paterson por dejarle en aquella maldita situación, si hubiesen hecho las cosas bien desde un principio no estarían en aquella situación. Él acababa de hacer lo necesario para salir con bien de aquello y ahora estaba en esta maldita situación. De repente la idea de estar tras las lineas alemanas no le parecía tan mala después de todo.

Que se encuentre bien es suficiente señorita... ¡Señorita! Dijo casi manoteando para apartarla de encima suyo, además los supuestos compañeros le dejaban solo con aquella víbora rubia.

Con Rachel colgando del brazo y Peterson marchando tras nosotros, ignoré al escritor y dejé a Brown a solas con aquella mujer fatal... Yo ya había experimentado lo que era intentar escapar de sus garras y no quería repetir la experiencia... sonreí.

Brown de todas formas no tendría problema para huir de aquella... depredadora.

Mi menté voló de nuevo hacia el desayuno. Tenía algo de hambre, la verdad... ya iba siendo hora de conocer al resto de huéspedes.

Los cuatro se fazaron de la rubia y sus problemas, dejando al pobre escritor apaleado y completamente K.O

siguieron al resto de inquilinos, que parecia importarles una mierda lo que habia pasado. Asi era la gente rica, solo les importaban ellos mismo.

Ellos bajaron por la escalera, tediosos, como si el echo de no poder usar el ascensor les pareciera demigrante para su posicion social.

Al final, unos pocos pisos mas abajo, encontraron el salon comedor.

El comedor habia sido antes una sala espaciosa, no era el comedor original pero se habian esforzado en que lo pareciera, salvando todos los muebles posibles para dar una sensacion de normalidad.

Ryan esperó a que alguno de los ricos tomara asiento y se acercó para sentarse junto a él, mezclarse con el resto de ricos sería la mejor forma de pasar desapercibido.

Mientras observó a Peterson y Rachel, por si el primero tenía alguna orden, o la segunda quería indicarle algo.

Mientras, Jeremiah y Hanna se quedaban al cuidado de la pequeña Berlin. La niña miro a ambos varias veces, de forma alternativa, como si escuchara los pensamientos de ambos. Despues bostezo.

-A mi osito y a mi nos gustaria dormir un poquito mas... hasta que traigan la comidita para mi osito....¿puedo?. pregunto la niña al hombre negro.

La niña dirigio un guiño a Jeremiah, como si fuera un plan para dejarle a solas con la chica.

Alli estaban ya el resto de los inquilinos, habiais visto sus fotos en el informe, todos parecian ignoraros de forma estudiada pero se notaban las miradas a urtadillas.

Uno de ellos se acerco, era el deportista del informe. 

- No se si seria adecuado dar los buenos dias, dadas las circustancias... pero al menos dire que me alegro de ver a mas supervivientes. ¿Como estan?.- pregunto con interes.

Reparasteis que habia un tipo que no salia en la lista, Orphen estaba hablando con el, al fondo de la sala. Le visteis casi menguar al lado de este hombre. Le tenia respeto absoluto... miedo... no parecia que discutieran pero el lenguaje no verbal era aplastante. 

Hanna sonrio, era una niña adorable.- Claro que puedes cielo, ve a la cama y os arroparemos a los dos, a ti y al osito.

La huída de Jeremiah del cepo que había hecho la mujer rubia -para no llamarla otra cosa- había sido cuanto menos patética, había parecido que la mujer tuviese fuerza sobre humana y estuviese apunto de aplastarle. Al fin tratando de no ser demasiado brusco se la sacó del cuello y emprendió una patética huida sin mirar atrás.

Con las primeras palabras de Berlin, Brown aún estaba con la espalda pegada a la puerta bloqueando la entrada y respirando ajetreadamente. Miró a la niña como si fuese otra emboscada a la que le hubiesen sometido. Tragó saliva y acompañó a Hanna a acostar a la pequeña. Una vez ella y el puñetero osito estuvieron acostados y algo alejados para no molestar el descanso de la niña se hizo un silencio entre los dos, el hombre de color notaba que la mano le temblaba. Apretó el puño para evitarlo y miró a la joven.

¿Y ahora que? Preguntó sin querer hacer referencia directa. Sin saber muy bien el mismo si quería saber sobre la misión o sobre ellos mismos, ellos dos. No realmente quería saber sobre ellos pero era demasiado cobarde como para pregruntarlo directamente.

Mire el comedor intentando reconocer las caras con los informes que nos había facilitado el doctor, me llamo la atención un hombre que estaba hablando con Orphen, no se nos había entregado información sobre él por lo que tenía que ser alguien relacionado con Orphen. Parecencia atemorizado con la presencia de Orphen, supuse que no debería estar nada contento al no aparecer la pequeña Berlín en toda la noche, no sabía cuánto tiempo podríamos ocultarla pero tenía claro que no se la íbamos a entregar.
Mire al huésped que se nos acerco a saludar, lo reconocí enseguida era el jugador de baloncesto profesional, mire al tipo como si lo reconociera.
Ni en un millón de años habría pensado en que coincidiría con usted, tengo que admitir que no soy muy dado a los deportes, al menos a los de esta época, pero por lo poco que he le he visto tengo que admitir que es un autentico fenómeno.
Le agradezco su atención dada las circunstancias, la verdad es que aun estamos un poco afectados por todo lo ocurrido, pero hay que sobreponerse a las adversidades aprender de ellas y continuar adelante. ¿No le parece Sr Will?
Pero sin dejarle contestar continúe.
Pero… que descortesía por mi parte, le pido disculpas le presento a mis amigos. El caballero es el Sr. Rayan y esta hermosa mujer es la señorita Rachel y a mí me puede llamar Ethan, somos viejos amigo.
Dije presentando al grupo.

Ryan reparó en el tipo que hablaba con Orphen y se preguntó si sería el tal Adler del que había hablado el escritor, o quizá un descendiente suyo. Por un segundo pensó que todos los problemas se solucionarían con un par de disparos entre ceja y ceja... se lo llegó a planetar en serio... no dudaría. Pero sus superiores no querían llegar a esos términos... por el momento.

Escuchó a Peterson presentarle ante el deportista y giró la cabeza sonriente.

- Es todo un placer... - se levantó y alargó la mano para estrechar la del deportista. - ¿Le importaría firmarme un autógrafo? Es para mi hijo. - indicó Ryan. - Es todo un fan suyo. - Ryan buscó un bolígrafo cerca, o lo pidió a alguno de los asistentes y le tendió una servilleta a Will para que firmara.

Estaba seguro de que así todo quedaría más creíble.

Sonreí a Peterson, echando mis hombros hacia atrás para realzar mi pecho, y mostrando una amplia sonrisa.

- Es un verdadero placer conocerle. - Lo cierto es que sí, tenía debilidad por los deportistas... Por ellos, por los ricos, por los guapos en general, por algunos hombres de negocios... y por supuesto, por los médicos.

- ¿En serio? Gracias.- dijo con una sonrisa.- Reconocco que mi ultima temporada no fue todo lo brillante de me hubiera gustado... si, ganamos el titulo y me consideraron el mejor anotador de mi equipo pero, ya sabe, de no ser por la lesion habria batido el record.- se encogio de hombros

Es una pena que eso no sea lo peor que ha pasado este año.- comento con referencia a las circustancias.

Escucho la presentacion y ofrecio su mano para chocarla, a modo de saludo pero a la dama le tomo la mano y la beso como un caballero.- El placer es para mi ojos, por favor, digame que esta soltera y me hara un hombre feliz.