Partida Rol por web

Era claro que aquello era a lo que temía Marion, y si ella le tenía miedo era que las cosas empezaban a ponerse chungas de verdad. Miró un momento a Marion, se zafó de su agarre y dio un paso lateral y hacia aquella cosa de modo que se colocó entre ella y aquella especie de aparición.

Sería lo más fácil irse de ahí, si los niños ya estaban perdidos simplemente deberían irse, si asustaban a Marion era mejor salir del lugar pero algo dentro de él se revolvió, no era el demonio que tenía dentro, era simplemente que su mente no podía permitirse la simple idea de dejar los niños atrás. Además... Le jodían los matones que acojonban a sus parejas.

-Mira amigo... No se quien eres o a quien sirves aunque parece que os conoceis- dijo con una tono que le sorprendió a él mismo. ¿Celos? No mejor dejar aquello para luego.

-Los niños no son de nadie, tienen la oportunidad de recuperarse de eso y no han hecho ningún mal a nadie o sea que seas quien seas amigo no te vas a llevar a esos críos -dijo sin dar un paso atrás-.

No sabía quien o que era o porque Marion le tenía miedo. La idea de que pudiera barrer el suelo con él no era agradable pero no iba a permitirlo, no, no los niños.

La sombra se rio como si supiera algo que tu ignorases.

- Al menos este tiene mas agallas que el otro.- dijo refiriendose al anterior tipo que habia recibido la inmortalidad y a quien tu mismo habias matado.

- ¿Por que quieres arriesgarte por unos niños que no son tuyos?.- pregunto el ente oscuro.- Su sufrimiento y su miedo son alimento para mi señor pero ¿de que te sirven a ti?¿Que harias con ellos si te los doy? ¿Crees que puedes salvarlos?... ¿y luego que?

-Luego lo que hagan con su vida será cosa suya, pero van a tener la oportunidad por si mismos.- Dijo a modo explicación y dando el tema por zanjado. 

-Ahora seas quien seas lárgate y busca alimento para sea quien sea tu amo en otro lado- repuso calmado –no tengo ni idea de quien coño eres y quizá me puedas pegar una paliza pero yo tambien tengo dientes. Cuenta si te sale a cuenta el riesgo porque yo no me muevo de aquí –dijo asentando bien los pies en el suelo- ¿Qué va a ser? ¿Valdrá la pena el trabajo para tres críos? Ahora te toca responder a ti.

- Se alimenta de dolor y sufrimiento... - te explico marion pegandose a ti, mentalmente.- Es poderoso, su amo intento derrocar a mi padre hace un par de lustros, casi lo logran... escaparon del infierno para evitar el castigo. Podrias hacerle daño con el poder que mi padre te dio pero no quiero que te lastime.

- Podemos llegar a un acuerdo.- dijo aquel ser.- Ciertamente no nos falta el alimento despues de lo que a pasado... y siendo un perro de presa no te importara hacer un trabajo para nosotros. Uno de nuestros hermanos se metio en el cuerpo de un hombre y se a escapado de nosotros, se alimenta sin dar nada a nuestro amo... si lo cazas para nosotros te cederemos a los niños. ¿Que me dices, hijo del pastor?.- pregunto con sarna.- Te aseguro que ningun mal les pasara a los crios durante... digamos ¿48 horas? Si no apareces entenderemos que te rendiste y son nuestros. ¿Trato hecho?

La idea de servir a otro demonio no era precisamente algo que le agradase. Las opciones eran claras, luchar con aquel ser o directamente hacerle el trabajo sucio aunque... quizá cazar a otro devorador de almas podía no estar tan mal.

Su mente iba a toda velocidad tratando de recordar fragmentos de la biblia en que se hablaran de más demonios o de guerras entre ellos. Había aún muchas cosas de las que no sabía y más aún eran las que nadie le había contado. Instintivamente se giró y miró a Marion, si ella que era hija de quien era temía a aquel ser debía ser formidable. Una oleada de frustración le envolvió llevándole a preguntarse cuantas cosas no le había contado.

Demasiado poco tiempo, tuvo que admitir que apenas sabía que podía hacer con sus nuevas habilidades, luchar con alguien a quien ella temía podía ser una locura y por mucho que le apeteciera mandar al séptimo infierno a aquel enano estaban los tres niños.

-Primero veré que los niños estén bien, y luego encontraré a tu novio. Si te acercas a ellos aunque sea solo a una decena de metros te arrancaré esos dos ojos chillones que tienes.-

- Los niños estan bien.- aseguro Marion con ganas apremiantes de largarse de alli cuanto antes.

En tu mente su voz sono suplicante.- Puede ser una trampa, Jeremiah... vamonos... -

Adael se aparto y dejo el camino libre para que pasaras.- Si quieres.... podemos hacer algo mejor. Te llevas a uno como pago por adelantado y los otros dos cuando regreses.

Sono tentador como el infierno pero entonces comenzaste a escuchar pequeños puñetazos en la puerta metalica del fondo. Sollozos infantiles que sabias que no era posible escuchar para un humano llegaron a tus oidos.

- Dijo que todos estabamos en peligro si subiamos a la atraccion.- dijo Et escuchando las ambulancias de fondo.- Ella sabia que esto iba a pasar de algun modo ¿pero por que nos aviso solo a nosotros?.- se pregunto buscando una respuesta que no encontraba
 

Estuvo apunto de añadir que no lo iban a estar si los dejaban con aquella cosa. Hizo un ademan para que Marion se calmara mientras él mismo se repetía que era lo mejor para los críos hacer algo, que si se giraba y empezaba a correr sería el fin de los tres mocosos por no negar que si tenía que codearse con los habitantes del averno mejor sería que empezara a labrarse una reputación.

-Muy bien seas lo que seas... ¿Como se llama y quien es ese desertor que quieres que atrape? Dame los detalles de una puta vez para que pueda largarme de aquí.- Dijo cruzándose de brazos.

Se llama Odael, solia residir en los barrios bajos y alimentarse del dolor de la escoria que vive alli. Hace unos meses un pandillero disparo al conductor de la ambulancia que iba a llevarse a un herido de una banda rival. A Odael le parecio divertido tomar ese cuerpo mortalmente herido para alimentarse del dolor de sus compañeros y familiares cercanos pero por algun motivo decidio quedarse dentro. Se ha quedado con la vida de ese humano, vive en su casa, duerme con su mujer, hace su trabajo conduciendo la ambulancia pero a renegado de nuestro señor y se queda con todo el dolor para el.

El ser tomo un segundo pensando si podia decirte mas o no.- Mi señor cree que esta atesorando ese poder para el pero no podemos tocarlo mientras sea humano... Ya sabes, por el gran pacto.

-Cosa que yo si puedo hacer- dijo termiando la frase de la cosa de ojos brillantes. La situación era clara, él no entendía muy bien de política entre los jefazos del infierno pero sin duda aquella escoria estaría mejor fuera de las calles.

-Muy bien, lo cazaré para tí- decidió. -Pero como hagas algo a los niños él va a ser el peor de tus problemas...- 

No apartó la mirada de aquella cosa. -Marion comprueba que los críos están bien.- No se atrevía a apartar la vista de aquella cosa, tensó como un muelle estaba dispuesto a saltar sobre él antes de que Marion corriera el más mínimo riesgo.

Ya no se consideraba a él mismo ni siquiera buena persona o que su alma tuviera la más mínima posibilidad de redención pero al menos Jeremiah haría las cosas a su manera. Estaba dispuesto a cumplir su parte pero no iba a ser el perro fiel que espera en casa a que su amo le vuelva a arrojar el hueso. Sonrió fiero y decidido a que al menos su condena sirviera para algo.

Marion cumplio tu orden, volvio rapido a tu lado pensando que podias estar en peligro sin ella.

- Estan bien, asustados... pero vivos.- aseguro la chica

- Si quieres, te permito que Marion ponga un sello en la puerta. Si algo intenta pasar por ella lo sabras de inmediato. Espero que tengas suerte en tu cometido.. por el bien de todos - dijo con una sonrisa cinica y un segundo despues desaparecio.

En cuanto se marcho Marion respiro ondo.- Te juro por mi padre que no sabia que ese ser estaba aqui, lo prometo.- aseguro la chica con total sinceridad.- El es... otra cosa, no es como nosotros. Nosotros somos Demonios, angeles caidos... ellos son diablos, ellos estaban antes en la tierra, cuando solo habia oscuridad y crateres de fuego. Entonces llego Dios y trajo la luz. Eso mato a miles de ellos, el resto tuvo que... adaptarse.- aseguro Marion explicandote la situacion.

Ellos odian a los humanos, se alimentan de su dolor, de su desesperacion... algunos se aliaron a nosotros hace siglos, otros nos odian por considerarnos hijos del mismo padre... ya me entiendes.- Marion se mostraba muy nerviosa.- Hace años se dio una batalla en los dominios de mi padre, un golpe de estado que pretendia hacerse con el mando del infierno... entonces la tierra era una mas de dolor, durante la segunda guerra mundial, por lo que ellos estaban mas fuertes y casi lo logran.

Algunos escaparon, se hicieron muy poderosos porque siendo menos tienen mucho alimento y pocas bocas a repartir. Ahora, con todo este desastre no paran de darse atracones dia y noche... Tengo que informar a mi padre.- concluyo.- ¿Puedes comenzar a buscarle sin mi?.

Brown asintió sin apartar la vista de aquella cosa y luego del lugar de donde había desaparecido. Pensó de nuevo en todo aquello que no sabía y en que coño debía ser aquello del gran pacto. Si el mundo, su mundo, ya no era completamente complicado ahora resultaba que los demonios y los diablos campaban por él a sus anchas. Llegó a la conclusión de que si Marin tenía que hablar con papa la cosa estaba jodida de verdad.

Casi por un segundo estuvo apunto de decir una gilipollez como "ves con cuidado" pero se repitió que ella no era un ser humano normal sino un demonio, una criatura de Dios caída en desgracia... Borró tambien aquello de la mente, no se reconocía en su modo de pensar, tenía que centrarse en los niños o se volvería loco. Además el mundo sería un lugar mejor para todos sin aquel Odael suelto. Cerró los puños y cogió aire.

-Muy bien, ves a avisarle. Yo me ocuparé solo de ese Odael- dijo rotundo aunque tenía claro que no sabía muy bien donde se estaba metiendo. -Reúnete conmigo cuando puedas.-

Se dispuso a salir del lugar con grandes zancadas, se detuvo un momento a pocos metros de Marion y sus pies quedaron congelados en el sitio. Quiso decir algo pero las palabras quedaron atoradas en la garganta, quiso moverse pero sus pies se negaron. Masculló algo para si y tras mirarla durante un segundo reemprendió la marcha a buscar la moto y luego cazar a Odael.

No te costo nada dar con el.

Le seguiste y se metio en un callejon, tenia un abrigo largo y negro como su alma. Podias oler lo podrido de su alma a kilometros, siglos de causar dolor y de alimentarse de el le seguian.

A mitad de camino, entre aquellas gruesas paredes se dio la vuelta, cosciente durante todo ese tiempo de que seguias su rastro como un perro de presa.

- Dejame adivinar, te mandan de "abajo".- dijo con cierto tono de broma y añadio.- Aunque debes ser nuevo, no me suenas... en fin, dile a tu jefe que ya presente mi renuncia hace tiempo. No le debo nada, no quiero nada y ya soy del circulo de lectores.
 

Le sorprendió encontrar tan deprisa a Odael, de alguna manera esperaba que aquella cosa se escondiera en el agujero más profundo, la impunidad con que aquella cosa maldita se movía con total por la tierra de los vivos era un insulto a Dios y a cualquier cosa en la que hubiese llegado a creer.

-Me importa una mierda a quien le hayas llevado esa carta de dimisión colega- le espetó Brown -vengo por cuenta ajena amigo. Vas a venir conmigo, con libros o sin libros pero se acabó el alimentarse de esos pobres desgraciados demonio, diablo o lo que coño seas.-

-Tu decides, por las buenas o por las malas. Que coño... Prefiero por las malas pedazo de mierda.

- Ya no me alimento de eso.- aseguro y supiste que era cierto.- Vera.... señor autonomo. No se quien es usted pero parece que alguien le ha contado una historia algo sesgada. Ahora tengo un cuerpo humano, soy humano y llevo una vida normal.- miro su reloj de pulsera.- De hecho llego tarde a recoger a los chicos.

Chasqueo lengua y apunto.- No le recomiendo que intenten ningun ataque, conservo mi poder y no me costaria reducirle a polvo pero eso seria en contra de mi nuevo estilo de vida.