Una figura se movió desde la cortina, revelando poco después a un joven de cabellos castaños que te miraba fijamente.
- Bienvenido Dobroslav de Hudec -fueron las únicas palabras que dejó salir mientras tomaba asiento en una vieja silla demadera forrada en una piel lisa y rosácea.
Quedo viendo a la humana mientras filosofa, incluso su rostro enrojecido por la ira me da hambre. Esa pasión que demuestra al responder aviva mis sentidos muertos. Tiene tanta potencia por vivir su alma que la vena de la garganta salta sin que ella lo sepa y me provoca una hambrienta admiración y el deseo irrefrenable de poseerla y beber de ella.
Mi voz afectada por lo que ha despertado la muchacha responde Si no os parece lo que decis. Probadlo. A menos que sean solo como charlatanerías o respuestas propias de un corazón adolescente. Por algo vos os encasillasteis en un barco lleno de hombres a merced del mar. Si deseabais probar algo, lo hicisteis. Si quereis que tus palabras no sean solo basuras hoy, haced como dices. Y prueba nuevamente la verdad de tus labios.
Sastre no puede decidir por vos. Pero vos tampoco podéis decidir por él. Y al mismo tiempo el mundo es más grande que ustedes dos. ¿no os parece perfecto para un juego de Dios?
La mueca que deja ver mi rostro hubiera parecido como el tórrido bombeo de un corazón excitado por ver la vida.
Además no podéis engañarme pues oigo los latidos de tu corazón tan claro como el galope de un semental. Salvad al mundo Mirella.
Tirada oculta
Motivo: Fascinación (Especialidad)
Dificultad: 6
Tirada (10 dados): 4, 5, 6, 9, 1, 4, 6, 5, 2, 2
Éxitos: 2
Una vez ambos están fuera, alejados de la mirada de Katarina, Flavio mira a Mirella.
-En otra circunstancia puede que os abriera mi corazón, pero si es lo que el enemigo desea, las puertas de mi corazón deben estar tan cerradas como el amanecer para uno de los nuestros.
Flavio camina acompañado por Mirella, prestando especial atención (Auspex) a no ser seguidos.
-Debemos buscar otro refugio, seguro y alejado de la luz. Debemos crearos una identidad alternativa, elementos que dificulten lo máximo posible al enemigo el acercarse. Dada la circunstancia, luz y sombra deben darse la mano y colaborar por un bien común. Debemos buscar a Elinor, su amigo sacerdote bien puede maniobrar durante el día mientras otros lo hacemos durante la noche.
Busco a Elinor, o a algún otro jugador, con idea de seguir teniendo roleos entre nosotros.
Kavi miro a la mujer mientras terminaba de ponerse en pie, los ojos del Ravnos recorrieron todo el lugar – Esa pregunta es difícil de responder cuando acabas de llegar – Respondió sin más rascándose la barbilla – Supongo que usted mi Señora es oriunda de esas tierras o las conoce mejor que mi persona – Inquirió – Podría ser de ayuda para atender a los heridos, también podría decirme dónde es que encallamos -
Hizo una pausa
-Lamento mi poca etiqueta, Mi nombre es Kavi Ianko... hijo del viento y lider de la kum..- sus recuerdos volvieron, du hijo, las tierras.. todo parecia volver en aquel preciso momento.
- Ragusa -respondió concisamente mientras miraba tus prendas- Dime, ¿vos sois de aquellos que os estrellasteis contra las rocas en la costa?
Camino a un lado tuyo mientras te observaba - Porque del incidente han pasado meses y vuestros heridos quedaron en la ciudad a manos de un fornido humano de cabellera rubia, junto a un viejo decrépito que pronto será llevado por la muerte.
Ianko es un nombre gitano, eres del linaje de Ravnos ¿no es así -casi jurarías que la piedra donde ella había estado apoyada se movió un poco.
- Debes tener verdadero apuro, para internarte en estas tierras peligrosas. Es mejor que no deambulen solos por las noches azota los caminos un diablo reencarnado.
- ...Salvad al mundo- murmuró repitiendo las últimas palabras de Katarina. Habían calado hondo y atontado a la muchacha, quien ahora traía la mirada perdida, como si las palabras rebotaran una por una dentro de su mente. La humana estaba agitada, ansiosa, desorientada. Mientras era posible oír como la sangre recorría de manera más rápida por sus venas.
- ¡Pues no me abras tu corazón! al cuore non si comanda, lo dije en el barco cuando subieron todos por primera vez. Salvaré a Roma, con o sin vos.
Empieza a caminar delante de ti, sin esperarte apurando el paso como si deseara huir de algo, quizás de ti o de las palabras de katarina. Con el auspex no solo te preveniste de posibles emboscadas, sino que pudiste ver la mezcla de sentimientos que katarina había alzado en la mortal, una mezcla de deseos, pasiones, miedos y gallardía.
Adelante notaste la figura de una anciana apoyada contra una gran roca y a Kavi Ianco levantándose del suelo.
xD katarina tiene la culpa.
Asintió con la cabeza mientras murmuraba alguna cosa para si, - He aquí a los desafortunados que el mar atrajo hasta las rocas – explico – demasiadas palabras acertadas que parecen revolver mi mente Mi Señora, pero como dicen algunos si usted no es parte de la solución se convierte en parte del problema – Camino unos pasos más hacia el barco.
-Va acompañarme? Quizás algo más de ayuda sea bien recibida – explico – quiero volver con mi familia eso es todo-
- No es al mar a donde tenéis que ir, sino a los carpatos, romaní -la mujer mira a la distancia y si sigues la mirada puedes divisar a Sastre y Mirella caminar hacia donde éstas. La humana se nota molesta. - Dobroslav de Hudec, se ha internado en una peligrosa tarea, Rom baro.
Sastre divisó la figura de Ianko unos metros más adelante, el ravnos hablaba con una mujer entrada en edad, la noche la vestía y la maldición de Cain también. Estaba apoyada sobre una gran roca y parecía no estar incómoda por tu llegada o por la presencia de Mirella.
- Buenas noches-saludó con una mirada enigmática en el rostro.
-La noche nos reune y las sombras nos vigilan - Murmuro - saludos compañerop de viaje - recito hacia Sastre. Quedo pensativo por lo de Dobroslav y aquella mision en la que se habia internado.
Flavio no responde a las palabras de Mirella, mucho menos cuando encuentra al Ravnos y a su enigmática compañía.
-Salud Kavi. Hemos tenido un largo viaje y la noche no para de traer sorpresas. Mi nombre es Flavio señora, ¿quién sois?
La mujer mira a la mortal, luego a Sastre.
- Flavio, la noche siempre trae sorpresas -muestra una media sonrisa en su rostro- me conocen como Virstania. -hace una pausa y continúa hablando- Le decia a vuestro amigo que es mejor que no deambulen solos por las noches pues azota los caminos un diablo reencarnado.
Se cruza de brazos, la túnica cuelga de las mangas.
- Decidme ¿quién os envía hasta estas tierras?
-Visiones, una mujer, o el hecho por mi parte de proteger a mi Familia- Comento el Gitano – Es muy inconcluso todo pero la buena ayuda siempre es bien recibida – Aclaro mientras hacía un gesto con la cabeza para saludar a su compañero.
Mirella se cruza de brazos, se le nota enojada, un poco fuera de sí - ¿Y, Buena Señora, dónde es que está este diablo del que tanto habláis desde hace noches? -la cruz en el pecho emite un brillo que los incomoda.
La italiana escucha al ravnos - No es una mujer cualquiera. Es una Dama, mi familia. -se pone las manos a la cintura- Una noble. Hablad con respeto. -dirigiéndose a la anciana- ¿Cómo la rescato?
- Las visiones de un mejor porvenir Mi Señora- Respondió el Ravnos mientras se cruzaba de brazos – Visiones, pasatiempos, todo es un mensajero y alguien que nos envía a este lugar – Agrego mientras observaba a los que allí estaban.
El Malkavian hace una reverencia a la enigmática mujer.
-Virstania, un placer. Disculpad que no nos hayamos presentado ante el Príncipe de la región, sólo somos viajeros... hemos venido desde lejanas tierras en el oeste, y viajamos hacia el este, con idea de preservar la vida de una mujer que está en peligro, un poderoso enemigo va tras ella, y tras nuestra. Marcharemos en breve, no queremos ser un problema para la Estirpe... aunque nuestro enemigo bien puede serlo para vosotros en caso de que fracasemos.
-Creo que con el diablo os referís, probablemente, a nuestro enemigo. ¿Y vos, Virstania, es nuestro encuentro casual o buscáis algo de nosotros?
Incluyo a todos ya que Kavi los incluye. Doy por hecho que están presentes.