Partida Rol por web

Cuando el mediano creía que empezaría el banquete, el aburrido y soporífero discurso sobre ayudar o no a los elfos cambió de repente, y el tema empezó a girar en torno al anillo.

-Maldito cacharro-pensó con amargura.

Fue entonces cuando Légolas dijo que su padre se lo había devuelto, pero no decía por qué. Supuestamente ellos eran los sabios y poderosos, los que forjaron los anillos. No llegaba a entender por qué tenía que quedarse él con el anillo otra vez. ¡Si ni siquiera sabía qué hacer con él! Por eso entendía el enfado de su amigo Nomdil. Esa decisión no era lógica.

-¿Y por qué me lo devolvió? Yo no sé qué debo hacer con él. Además, ni siquiera me dijo nada, me lo metió en el bolsillo sin que me diera cuenta y ya está.

-Hermanos de batallas hay elfos y elfos, nosotros los elfos silvanos nos gusta el contacto con las plantas, los arboles, los Sindar les atrae el mar, pienso que esto es más para los elfos Puros, tambien conocidos como Los Noldor,- me dirijo a la sala trás las últimas palabras de mis compañeros y le asiento afirmativamente con la cabeza a Legolas. 

-No se los pensamientos de mi padre, pero si le devolvió el anillo a Sam es por que tiene otro plan para él, Lycyn a comentado sobre los Elfos Noldor, precisamente me dirijo allí a Rivendel, para hacer la misma propuesta que he hecho aquí. Así que me viene de paso el  darles   en  persona el anillo, si el pequeño sam y los demás me afirman en darme la custodia de este, con esta pesquisa le quitamos al pequeño la carga del anillo y Elrond seguro sabrá que hacer con él, vosotros ya os despreocupareis, y habréis cumplido con la misión.

me quedo pensando y comento despues de escuchar a Legolas

- Lorien tal vez os pille más cerca se dice que hay una  dama o   bruja blanca Noldor tal vez ella sea más útil que Elrond- dejo caer mi duda a los asistentes en la sala. 

Entre unos y otros se van discutiendo asuntos del reino hasta que la conversación da un giro inesperado ¡¡El anillo de Sam!! - Señores.... - comencé a hablar en tono serio - se suponía que el hermano Sam iba a que los señores elfos nos dieran pistas de que había que hacer con este anillo ¿y no han sido capaces de informar? solamente han dejado el anillo otra vez con su portador y ¡¡ala!! que nos apañemos.... - comenté en tono recriminante y seguí hablando - desde el principio, nuestra misión principal ha sido la de destruir el anillo que el mediano porta... ¡voto por ir directamente a Rivendell! nosotros llevaremos y escoltaremos al portador y al anillo a su lugar de origen para su destrucción -

Y mirando a Legolas - Mi señor, no se lo tome a mal, pero el portador del anillo se va a quedar con él, si su querido y amado padre se desentendió de ese objeto mágico, no creo que sea conveniente que usted sea el que deba cargar con esa responsabilidad - No voy a permitir que nadie porte ese anillo que no sea el mediano, si el padre de este elfo no lo ha querido, ¡¡por todos los valares que su hijo no lo va a tocar!! - pensé sin fiarme del todo de las intenciones de Legolas - Muy a mano nos ha venido este ahora para que encima quiera apoderarse de dicho anillo -

Ante la opción que el Rey Tritón I expuso, no me pareció mal pero.... - Mi señor Tritón I (primero de su nombre y rey bajo la montaña... tenía que decirlo, sino reventaba jajajajajaa) no veo mala opción la que usted está exponiendo, pero no creo que sea cuestión de arriesgarnos más a perder tiempo, si el padre de Legolas no supo que hacer con el anillo, no creo que nadie, excepto en Rivendell, nos sepan decir que hacer con él. Así que insisto en dejar de perder el tiempo y de buscar más peligros de los que ya tenemos encima y partamos hacia nuestro principal objetivo... ¡Rivendell! Mi señor Legolas, si no le importa y a los demás hermanos tampoco, será bien recibido para que nos acompañe hacia Rivendell - finalicé el pequeño discursito cruzando los brazos y recostándome en la silla.

Kryl asintió con su cabeza a las palabras de Malleus. Le parecía lo más sensato, al fin y al cabo Sam había estado cargando con el anillo todo este tiempo, por lo que era él el más apropiado para llevarlo hasta el final. Aún así, sentía que ser el portador de aquel anillo conllevaba mayores sacrificios que el resto del grupo... Aún recordaba las palabras que oyó en su interior durante los primeros días de aventura... palabras cautivadoras, aunque cargadas de odio que... probablemente, eran del propio anillo.

-Sí, vayamos a Rivendell.

Sam se quedó pensativo, mirando al suelo. No quería separarse de sus amigos, pero le parecía que ya había vivido demasiadas aventuras para un mediano.

Se quedó mirando las baldosas del suelo, pensando qué decir.

"Tal vez un aprendiz de mago sea capaz de aumentar su poder con el anillo" ó " Como mago podría poseer el anillo durante unos días con él fin de saber sus puntos más débiles como conjurador seguro que algo sacaría en claro" -Pensé durante unos segundos, pero intente disimular mis pensamientos. 

-Sea el camino que se escoja estará lleno de fuerzas oscuras, si el rey gris no a querido el anillo es por que sabe seguro que este las atraerá, Si las fuerzas de los nazgul estan en Dol Golour, la ruta a Lorien es la más peligrosa y el paso por las montañas a Rvendel estarán vigilados. Hay que decidir bien por donde pasar. -informo a los presentes. - La Hermandad es suficiente para esta misión no hace falta la ayuda de los Silvanos en estos asuntos.

Miro a los presentes pero sobre todo al conjurador.

- El anillo no es que atraiga la Oscuridad, la Oscuridad necesita de aliados, nececita del anillo, seguro que estarán los pasos de las montañas vigilados y los Nazguls al acecho, pero es raro que un aprendiz de mago, quiera que los elfos no intenten aportar algo en este asunto a no ser que tenga algo Oscuro o Oculto que esconder. - Y le miro despectivamente, para despues mirar a los demás para ver que opinan ante esta suposición.  

- No os dais cuenta pero lleváis mucho tiempo con el anillo y os esta afectando - vuelvo a mirar a Nomdil, quizás a unos más que a otros, necesitáis de nuestra ayuda. Al igual que nosotros necesitamos tropas que estorben a las fuerzas de los Nazguls. En su fortaleza del bosque negro.

Veía como el elfo y el medio elfo compartían algo más que palabras - Por todos los valares, Nomdil parece que tiene un rencor horrendo hacia los elfos.... - Mis señores - comenté mirando al elfo y al hermano conjurador - tenemos entre manos una importantísima misión y debemos dejar atrás rencillas personales de unas razas a otras, lo importante es lograr nuestro principal objetivo y lo antes posible. Creo que la compañía del elfo nos será de gran ayuda a la hora de enfrentarnos a cualquier peligro. - comenté mirando a Nomdil, el cual miraba despectivamente al elfo.

- Nomdil, de sobra es sabido que nosotros nos bastamos para hacer frente a cualquier reto, pero nunca hemos desestimado ayuda de alguien para llevar nuestros planes a buen fin. Si tenemos la oportunidad de contar con las habilidades de este elfo, no las voy a despreciar, porque no quiero poner en juego la vida de este mediano que lleva con nosotros desde el principio y que seguirá con nosotros hasta el final... ¿que opinais el resto? - miré a todos instándolos a que decidieran que les parece si Legolas nos acompaña o no.

Durante unos instantes no hizo más que cerrar con toda sus fuerzas los puños y  apretar su mandíbula, las palabaras del elfo fueron como flechas envenenadas.

Ojalá fuera solo el poder del anillo lo que me despierta tanto desprecio.  Pensó.

Pero las palabras de su amigo Malleus lo hicieron pensar un poco con serenidad, en realidad estaba  viendo todo desde su punto de cista personal. 

Inspiró profundamente y cerró los ojos.

-Puedes tener razón amigo,  nuestra  misión está por encima de todo. Apoyaré la decisión  que todos tomen, siempre que sea por el bien común. Será Rivendel entonces- les dijo a sus compañeros.

- Disculpas por mis comentarios ,  señor  - dijo mirando al rey  enano.

Se quedó sentado en  silencio, dejando que los más serenos tomaran  las decisiones importantes. 

-Así pues iremos a Rivendel juntos, pero antes yo y mis hombres nos desviaremos para encontrarnos de nuevo, pues pido permiso A la noble casa de Triton para pedir ayuda en su ciudad  de los hombres para reclutar a voluntarios y llevarnos la treintena de armaduras y armas que os prestamos para luchar contra los orcos en el bosque, y si es posible el baston con las que queden de las estatuas mágicas. Seria una buena ayuda también. -Espero el permiso de la casa de triton para actuar.

-El baston pertenece al grupo del heredero del trono, y las armas teniendo nosotros tan cerca las montañas plegadas de orcos también vendría bien a los humanos de la ciudad.

-¿Que opina el Heredero al trono?.

Kryl no pudo evitar mirar a Triton II. Lo que pedía el elfo era demasiado... No podían dejar a la ciudad desprovista de tal cantidad de armamento. Pero... al fin y al cabo, las armas eran de los elfos. Era una decisión difícil, y lo que decidiese Triton seguro que marcaría el futuro, tanto en las relaciones con los elfos como en la seguridad de la ciudad.

Sam miraba el cruce de acusaciones entre unos y otros, sin entender muy bien qué era lo que estaba pasando. De todos era conocido al rivalidad legendaria entre enanos y elfos, pero más allá de eso, el mediano no entendía nada. En otro momento le habría parecido interesante, o incluso divertido ese cruce de acusaciones pero ahora, en la situación en la que estaban, le parecía que no auguraba nada bueno.

Y todo por ese maldito anillo que encontró.

-Ojalá no hubiera encontrado el anillo-dijo en voz alta, aunque quería decirlo para sí mismo.

Pero eso no podía ser, no podía retroceder en el tiempo.

Veo como Legolas tras ver que el reino de Triton estaba momentaneamente en paz pedía ayuda a los enano para erradicar el mal en el inmenso bosque negro, luego dijo de recoger las armas prestadas y reclutar a los hombres del pueblo  pesquero.

Y es cuando se me ocurrió otra alternativa.

- Si los demás estais de acuerdo en darme la vara de las gargolas me iré con los míos a proteger los caminos y fronteras, mientras los distraigo el resto del grupo podría llegar al paso de Rivendel sin problemas, y así Legolas no hará falta que se lleve lar armas elficas ni ha de ir al poblado a reclutar hombres necesarios en el reino de triton.

Tras escuchar la petición del elfo y observar la reacción de los demás, la cual me pareció lógica, intervine - Estoy de acuerdo con mis compañeros. Mi señor Legolas... no es por no confiar en usted ni nada por el estilo, pero las armas de las que habla han permanecido en "La Hermandad" y no van a salir de ella. Pienso que se puede pensar una buena estrategia como la que propone el hermano Lycyn para el viaje sin necesidad de perder un poder que a la hermandad le ha funcionado hasta el día de hoy... -

Quedé a la espera de que el heredero al trono propusiera su opinión.

A Sam las armas y los pactos entre elfos y enanos le daban igual, lo único que ocupaba su mente era "¿Cuándo vamos a comer?". En el fondo sabía que, si no terminaba esa discusión pronto, se iba a eternizar, así que pensó que lo mejor era apoyar esa idea y así no estar dándole vueltas al asunto. Cuano antes terminasen, antes podrían ir a comer.

-Yo creo que Lyncyn tiene razón, así podríamos llegar a Rivendel sin problemas.

Tras escuchar me quede mirando a mi Hijo Triton II, Y Tras unos segundos de mirada de complicidad.

saque el siguiente mandato-

-He escuchado la propuesta de Legolas y de Lycyn, y son sabias las palabras de este último. Si estamos pues todos de acuerdo que mi hijo le haga entrega de la vara a Lycyn miembro de la Hermandad y asegure los caminos. Yo por mi parte gastare algunas monedas de oro para reclutar a mercenarios durante 30 días, como apoyo a la campaña de Lycyn y Legolas.

Comed descansad y Coged caballos, mulas de carga, bebida y comida y reponeros las carcasas de flechas y armas si se necesitan.

si se quiere alguna otra cosas pedirlo y se estudiará vuestra petición. 

¿Triton II, Hijo mio te quedarás con migo una temporada o partirás con tus compañeros a Rivendel?

Tras escuchar al rey 

- Cogeré algunas armas los caballos y partiré con Legolas de inmediato los mercenarios haced el favor de mandar los mercenarios lo más pronto posible- Tras esta palabras me despido de mis compañeros no sin antes decir - Nos veremos aquí dentro de un mes o mandad un mensajero para saber el nuevo punto de encuentro, Hermanos que los valar nos den fuerzas para que nos volvamos a encontrar todos en buenas condiciones - dicho esto doy media vuelta con Legolas agitando mi capa de montaraz y pongo en camino las gargolas. - Suspiro al ver la vara pues en verdad hecho de menos a Ergala y como la conocimos en aquella isla.