Partida Rol por web

-No pierdo nada por intentarlo, después de todo no habrá más hielo ahí delante del que ya he cruzado-Avanzó siguiendo a su hermana para girarse sobre sí misma mirando al resto-Rina es muy capaz de sobreponerse ¿verdad? La zorra psicópata no va a estropearle el viaje estando Kyara cerca-O es esperaba, después de todo el vínculo dependiente de Rina con Kyara y la declarada enemistad del zorro que yacía en la oriental limitaba, en opinión de Nyara, el grado de descontrol que podía adquirir.
-Os veo al otro lado así que ojo con lo que hacéis-era arriesgado. Una locura. Pero no era Manuel quien les había mandado allí sino el propio director así que su confianza invalidaba la preocupación de Janet.
-Kurt, recuerda que me debes una partida de billar más interesante que la última ¿eh? Para que no te escaquees solo por creerme en el otro lado

Alcanzó a su hermana y le dio un toque en la espalda aunque dudaba que lo hubiese sentido pero la decisión estaba tomada y ella quería saber más, no tenía la suerte de otros de saber a qué se enfrentaba... no del todo.

Avanzamos por el largo pasillo en silencio, y yo trato de prepararme mentalmente para lo que sea que vaya a pasar. Sin embargo, cuando alcanzamos la amplia sala azul queda claro que no estaba preparado para esto. Aparecen soldados, por delante y por detrás, incluso descolgándose del techo como si fueran los Hombres de Harrelson. Nos rodean, nos apuntan con armas de fuego, y mantienen las distancias. Veo a algunos de ellos con bridas en las manos, como si pretendieran esposarnos con ellas, e instintivamente me sitúo delante de Liz, pegado a ella.

Pero lo cierto es que no se qué hacer. Todo lo que he aprendido a controlar de mi naturaleza es una mierda en esta situación. No he logrado sacar garras, y sólo puedo generar escamas en una parte de mi cuerpo. Que tampoco es que me inspiren demasiada confianza frente a las armas que tienen estos tíos... Doy un respingo al ver a Himiko enseñar los dientes como si fuera un depredador. No, esto se va a desmadrar. Y creo que sería mejor si nos concentrásemos en ganar tiempo que en ganar una batalla. No todos los presentes tienen capacidades de combate, o al menos Liz no las tiene que sepamos. Si esta gente empieza a pegar tiros ¿cómo acabará la cosa? A lo mejor Himiko es como Rina y puede ocuparse ella sola de todos, pero no quiero jugármela a esa carta.

En cambio...

Vale, vale, vamos a calmarnos -Digo mientras levanto las manos con las palmas hacia delante, lanzando alternativas miradas a todos, tanto a los soldados como a mis compañeros y en especial a Himiko- No queremos que a nadie se le dispare por accidente una de esas armas ¿verdad? -Manuel dijo que estas cuevas sólo tenían una entrada, y salida. Si nos estaban esperando aquí dentro, significa que llegaron antes que nosotros. Pero para poder salir, tendrán que llevarnos de nuevo por ese camino. Eso supone el riesgo de encontrarnos con los otros, pero sobre todo con Manuel. Él es un miembro del equipo de seguridad, especializado en estas cosas. Dijo que controlaba una especie de poder sobre los elementos, puede convertirse en roca y cosas así ¿no? Y es un adulto plenamente capaz de controlar su poder, no como nosotros. Él sí puede encargarse de esto, y además puede avisar a la gente del castillo y pedir refuerzos. Me giro levemente hacia Liz, visiblemente preocupado pero sopesando opciones, aún con la confianza de que los demás tengan la misma sangre fría, así que le susurro una de ellas- Liz, si eres capaz de captar pensamientos, tal vez podrías enviar un mensaje también... -Bajo las manos y las junto delante de mí, por las muñecas- Nos rendimos, no nos hagan daño. Pero ¿qué piensan hacer con nosotros?

Caminé de la mano de Ben, nerviosa, expectante, deseosa de ver lo que nos esperaba en aquel lugar, hasta que llegamos a una zona más amplia. Aquel entorno azulado, en sosiego, y con aquella capa de fino hielo me pareció espectacular, llegando incluso a quedarme boquiabierta ante tanta belleza. Sin embargo, cuando nos fijábamos en la figura que se formaba en el hielo comenzamos a escuchar pasos, y toda la armonía del lugar desapareció.

De pronto nos vimos rodeados por soldados que venían de todas partes, y que nos apuntaban con armas de fuego, aunque a una distancia prudencial. Parecían estar al tanto de lo de Kyoto y no saber muy bien a qué se enfrentaban; el desprecio y el miedo eran visibles en sus palabras. De forma casi inmediata noté como Ben soltaba mi mano y se situaba delante de mí, quedando pegada a su espalda. Himiko reaccionó de forma similar, colocándose delante de Giulia, pero dispuesta a atacar en cualquier momento, o al menos eso parecía al ver la forma en que enseñó sus dientes.

Pero antes de que la pequeña hiciera nada, Ben se puso a hablar, levantando sus manos, tratando de calmar la situación de alguna manera. Me sujeté a su chaqueta con ambas manos, asustada, sin saber qué hacer; hasta que el oír cómo me susurraba me hizo reaccionar.

Eso tiene sentido, pero, ni siquiera he intentado lo de captar pensamientos…

Entonces vi cómo Ben se entregaba, situando sus manos para que así pudieran capturarle. Eso no podía acabar así, tenía que intentarlo.

Traté de repetir el ejercicio de la biblioteca, al igual que hiciera la primera vez que ví dónde estaban Rina y Makoto. Cerré los ojos, aprovechando que Ben me tapaba, y visualicé a Manuel. Le veía en la cueva, en aquella estancia anterior al arco. Ahora sólo tenía que concentrarme no en lo que él veía, sino en que me escuchara.

Ayuda…

Repetí varias veces aquella palabra en mi cabeza, esperando que funcionara.

Tras escuchar las palabras de Janet, me llevé mi mano al mentón, acariciándolo con mis dedos índice y pulgar mientras pensaba.

-Entiendo lo que quieres decir, no podremos controlar nuestros poderes si despiertan. Pero, según tengo entendido, ¿no es esa la razón por la que hemos venido aquí? Estamos lejos de la civilización, y da igual en que momento despertemos nuestro poder, cuando despierte, seguramente no sepamos controlarlo, por lo que a mi respecta, cuanto antes salga y sepamos controlarlo...esto....antes podrán estar los demás más seguros-Entonce me puse a caminar en dirección a Janet-¿Es o no es? Además...-Vi como las dos hermanas se adelantaban.-¿Qué remedio me queda? La curiosidad me matará si no lo hago yo.-Y pasé por al lado de Janet igualmente cabizbajo, resignado.

-En ese caso os acompañare, no te librarás tan fácilmente...-Contesté a Nyara.

Makoto no pudo evitar sonreír ante la última afirmación Kurt le dirigió a Janet.

- Kyara... - se dirigió en tono suave a la chica de piel canela y la miró con simpatía. Intentaba ser conciliador. Entendía perfectamente el malestar de su compañera pero, por lo menos entonces, Janet no parecía tener malas intenciones y quién sabe si iban a poder necesitar su ayuda.

- Esperemos que no - pensó suspirando al fin.

- Entendemos tu preocupación - intentaba relajar la tensión que se palpaba entre la mujer y sus compañeras - y te agradecemos tu advertencia. Nos mantendrá alerta y nos ayudará a enfrentar aquello que debemos afrontar.
Miró a Rina para averiguar como había encajado las palabras de Janet y añadió:

- Si alguien puede controlar tal poder, es precisamente ella - dijo con orgullo mirando fijamente a Rina, convencido de sus palabras- no tememos a Rina, la queremos precisamente por cómo es y cómo afronta las dificultades - hablaba en plural por pura vergüenza pues, obviamente, hacía referencia a sus propios sentimientos.

Inclinó levemente la cabeza a modo de despedida.

- Gracias por tus advertencias - dijo forzando una sonrisa - pronto podrás sentirte orgullosa de nuestro progreso - siguió los pasos de las hermanas y del alemán y apoyó su mano en el hombro de Kyara, intentando transmitirle tranquilidad, mientras observaba la reacción de Rina.

- Tú procura que tu hermana no resbale con este suelo asqueroso Kya, que ya estropeó un suéter - lanzó un guiño cómplice a Nyara, deseando que Kyara se calmara.

- Si la cosa se tuerce... - necesitaba que Kyara se mantuviera en calma y alerta.

Los ojos de la joven no levantaron la vista, fue un gesto que evidenciaba su sumisión ante su propia naturaleza, y aunque sus compañeros, o algunos de ellos, confiaran en ella, ella no lo hacía, Makoto había sido víctima de su propia ira, la ira, el fuego que subía desde sus entrañas y no reconocía a amigo o enemigo.

- tiene razón - anuncia  y levanta al fin su rostro de piel clara - soy un peligro para todos - ahora sus ojos se fijaban en la otra oriental, pero no era una mirada de de reto, sino, de tristeza, ella había resumido lo que era ella, un peligro para todos. Rina arrugó el ceño y les dio la espalda.

- buscaré la forma de controlarme, pero lo haré sola, cuando lo haga conseguido, volveré a estas cuevas, pero ella tiene razón, he perdido el control y mis manos están manchadas de sangre - había una certeza y una convicción conmovedora, era evidente que no cambiaría de opinión, y aunque había pensando en irse sin que se dieran cuenta, su personalidad arrojada le indicaba que merecían una explicación a la cara, sobre todo Makoto.- no espero que lo comprenda, pero exijo que lo respeten, es mi decisión - los miró sobre el hombro, no había una sonrisa en sus labios, aquella sonrisa de antes había sido irremediablemente reemplazada por un gesto blanco e inexpresivo.

Pero...

Entonces... Todo esto...

Me muevo en el suelo, tratando de recuperar un equilibrio que he perdido en la caída, el sentido de la orientación. El suelo se ha derrumbado bajo nuestros pies, justo cuando nos rodeaba un muro de hielo. Lo primero que pensé es que se trataba de Manuel, que acudía a rescatarnos, hasta que oí esa voz.

Todo es una visión, no es real, no está ahí...

Me incorporo ligeramente, apoyándome en uno de mis codos y mirando alrededor. Todo está terriblemente oscuro, pero tanteo alrededor con la mano mientras mis ojos se acostumbran a la falta de luz.

¿E-Elizabeth? -Digo con voz entrecortada y temerosa- ¿Chicos?

En la sala no habia nadie y solo podia ver el espejo que estaba delante suya, es entonces cuando escucha su voz que proviene del espejo:

- Buscando a esa chica, chico dependes demasiado de esa chica. No puedes seguir asi no te das cuenta que ella te esta retrasando demasiado

El espejo empieza a cambiar de forma y aparece finalmente el propio Ben, pero parece algo mas seguro de si misma, mas maduro, mas adulto, mucho mas seguro de si mismo, mira a Ben y dice:

- Asi que solo quieres marcharte de aqui para ver a Liz...y si te digera que no esa relacion no llegara a nada...sabes, serias capaz de estar con alguien que sabe lo que vas a hacer antes de que lo haga y te lea la mente? tu un ser mucho mas fisico y sobretodo mas de accion.

Se acerca caminando a donde esta Ben y le mira con superioridad

Cuando el suelo cedió sonreí, me encantaba esa sensación de vértigo al caer, por un instante había imaginado que eso era una prueba, que siendo un sitio mágico no podría entrar cualquiera ... pero mi instinto había aflorado y todos lo habían visto, me avergoncé un poco. - ¿Estás bien Lía? - pregunté abrazándola como si me fuera la vida en ello - Ben eres muy valiente - le dije con una sonrisa llena de admiración.

Miré hacia arriba - ¿podemos repetirlo? - pregunté emocionada.

El pánico se apoderó de mí cuando, tras perder la concentración por el golpe, aquellos hombres se mostraron aún más tensos y temí por nuestras vidas. Sin embargo, algo realmente extraño sucedió, liberándonos de aquella situación pero sumergiéndonos en otra igualmente rara. Una barrera se alzó para protegernos, y tras escuchar una voz que nos invitaba a decidir nuestro futuro y a ser uno con nuestra naturaleza, acabamos por caer al vacío.

No pude evitar gritar mientras descendía, hasta que de pronto ya no me encontraba cayendo, y todo lo que había a mi alrededor era oscuridad.

¿Qué está pasando aquí? ¿Era esto a lo que se refería con “un poco de magia”?

Comencé a ponerme en pie con sumo cuidado, palpando el suelo a mi alrededor, cuando escuché la voz de Ben. Aunque había conseguido no llorar, mis ojos estaban llorosos, lo que no me ayudaba a ver en aquella oscuridad, pero poco a poco mi vista se iba acostumbrando.

-¿Ben? Estoy aquí. – dije mientras sacaba el teléfono móvil para crear algo de luz, y en ese momento escuché a la pequeña. - ¿Himiko? ¿Estáis todos bien?

Entonces me di cuenta de que la luz del móvil se reflejaba en algo, situándome frente a una especie de espejo.

Himiko ve delante suyo un espejo donde se reflejaba ella, aunque no era realmente ella o al menos no lo parecia, era mucho mas oscura, poco a poco ve como va cabiando de forma y finalmente termina teniendo su forma, la niña le mira seria y por encima del hombro, la niña sonrie levemente mientras se acerca caminando a Himiko, entonces con su misma voz dice:

- Que haces aqui con tanta gente? eres tonta y una inutil, deberias de volver a tomar la sangre de Lia, ella se deja seguro y ya probaste su sangre cuando llegaste, es una sangre tan refrescante...y la de los demas, piensa que son todos criaturas y que cada uno tendra un sabor diferente.

La niña sonrie y añade:

- Seguro que tabien disfrutaste en el castillo cuando mataste a ese hombre verdad? lo sabes eres un monstruo en el fondo

Liz puede ver delante suya el espejo donde esta ella reflejada, se da cuenta que se mueve un poco diferente a ella. Es entonces cuando poco a poco comienza a cambiar de forma hasta que termina tomando la forma de ella, aunque fijandose un poco se da cuenta de que es ella misma pero algo mas mayor, como si tuviera algunos años mas.

- Ben? ese niñato no me digas que aun estas enamorada de ese...

Suspira profundamente y añade:

- Es demasiado poco para ti...no ves que no es capaz de complacerte siquiera...si quieres mejorar sera mejor que te olvides de el porque te esta limitando el desarrollo pensar tanto en el

Al ver como aquella figura se formaba en el espejo me quedé mirándola atentamente, sorprendiéndome al darme cuenta de que se trataba de mí, solo que al parecer con algunos años más.

¿Es así… como seré?

Comencé a fijarme en cada detalle, hasta que mi yo comenzó a hablar, pero hubiera preferido que no lo hiciera. Según mi reflejo, Ben no era bueno para mí, ni para mí ni para mi naturaleza emergente.

-¡E-eso no es verdad! – protesté nerviosa. – ¡N-no hay nadie mejor para mí! Me quiere, me cuida, y... y-y también me complace. – dije sonrojándome. – ¡Estás equivocada, Ben me ayuda a mejorar! Él hace que quiera ser mejor, y cree que puedo conseguirlo…

Aquello me aturdió bastante, no tenía claro si lo que estaba viendo y escuchando era verdad, si es que estar junto a Ben iba a repercutir negativamente en mí de alguna manera o se trataba de una simple advertencia ante un posible futuro.

Una fuerte carcajada se escucha y a continuacion dice:

- Que te complace jajaja, tan estupida era yo con tu edad?...si no recuerdo mal anoche no te quedaste satisfecha pero el si verdad?

Decia con tono bastante burlesco, camina hacia ella y se coloca frente a ella bastante cerca mientras dice:

- Seguro que aun estas excitada y cualquiera podria hacer que te excitases mas y mas verdad?

Extrañamente Liz notaba como se estaba excitando cada vez que hablaba, no sabia realmente porque pero se sentia asi, entonces su "otra forma" se aleja un poco y dice:

- Te equivocas eso es lo que piensas, pero te daras cuenta pronto, el hace que se frene tu potencial, tus habilidades lo dejaran atras facilmente, si quisieras podrias dejarle atras pero no te das cuenta, eres demasiado inocente aun para eso

Al escuchar la carcajada miré hacia arriba, dirigiéndome al posible responsable de aquello.

-¡Si esto es una especia de prueba, no tiene ninguna gracia!

Al mencionar lo de anoche me quedé estupefacta, nadie más sabía aquello, sólo Ben y yo. Entonces mi otro “yo” comenzó a acercarse a mí, hablándome de aquella forma que no hacía más que hacerme sentir avergonzada a la vez que indignada, pero la excitación fue abriéndose paso imponiéndose a estos otros sentimientos. Me encogí, agarrando mis brazos, como si me abrazara, intentando resistirme a aquello que estaba sintiendo.

-¡Para! ¡Para ya! No soy ninguna… No soy así…

Pero no se detuvo ahí, e insistió en que Ben sólo me frenaba, en que podría dejarle fácilmente atrás si me centraba en mis habilidades.

-¡E-eso no va a pasar! Él no haría eso. Quiere lo mejor para mí, lo sé. ¿Por qué dices todo esto?, ¿Qué te ha hecho Ben?, ¿Por qué me he vuelto así?

Tenía miedo a las posibles respuestas, pero el desconocimiento también me asustaba.

Una pesadilla toma forma ante mus ojos. Levanto la mirada y veo una esperar le de espejo, y mi reflejo poniéndose en pie cuando yo sigo en el suelo. Mi imagen avanza hacia el cristal, hasta atravesarlo, y continúa hacia mí. Presa del terror, gateo de espaldas, tratando de alejarme de mí mismo, de esa oscura imagen llena de decisión y arrojo, pero tan duras palabras.

Dice que me retrasa, que no tengo futuro a su lado, que nuestra relación es imposible. Y con cada nueva palabra retrocedo un poco más, hundiéndome en la desesperación. ¿Qué es esto? ¿Mi yo del futuro, viniendo a advertirme de mis errores? Pero no, no puede ser, estar con ella no puede ser un error.

¡¡No, aléjate!! -Grito desesperado- ¡¿Retrasarme de qué, de qué estás hablando?!

Me detengo un instante, recordando esa voz de antes. "El futuro no deberia ser asi, el futuro real es otro y vosotros sereis los que decidireis como sera..." ¿Y se refiere a eso? ¿A que debo estar preparado para cuando pase esto, ser todo lo fuerte que pueda para cuando este tipo de cosas sucedan? Y mi relación con Liz... ¿Me hace débil?

Me quedo mirándole, estupefacto. Le observo y me veo a mí, pero no soy yo. Es más adulto, más fuerte, mas decidido. Es todo lo que siempre pienso que quisiera ser.

Y sin embargo, algo no termina de encajar.

Comienzo pensando en eso que ha dicho, cómo estar con alguien que puede leerte la mente. ¿Es que acaso es imposible ser feliz junto a alguien así? ¿Qué tengo que ocultar, que callarme para que no lo descubra? Mis ojos empiezan a empañarse por la presión y el miedo, mientras pienso en ello. ¿Le he ocultado algo hasta ahora?

Me aclaro la vista pasándome el dorso de mi mano enguantada por la cara, y comienzo a ponerme de pie. Recuerdo las lecciones acerca de mis poderes, las palabras del doctor en el escáner, las de Andrea en la sala de audiencias. Pensar en aquello que provocó la primera manifestación involuntaria. Recuerdo mi mano, mi brazo, cubriéndose de escamas y mostrando unas garras afiladas. Recuerdo la situación, la compañía. Y me lo pregunto de nuevo.

¿Retrasarme? -El miedo desaparece, reemplazado por pura rabia, una mirada encendida cubierta por el brillo de las lágrimas derramadas- No tienes ni idea de lo que deseo para el futuro, no sabes nada de mí. No me importa si puede leer mi mente, ¡porque no tengo nada que ocultarle! -Cierro los puños con fuerza, enfrentando a ese desconocido que tanto se parece a mí, y tan poco- Ella no me retrasa, ¡¡me hace más fuerte!!

Grito mientras recuerdo lo mucho que me ha cambiado la estancia en este lugar, el valor que he encontrado, cómo he llegado a enfrentarme a un militar como Michael, o a buscar una salida cuando aparecieron los soldados con pura sangre fría. Cómo me interpuse entre ellos y Liz. Soy más valiente ahora que antes, por pura necesidad, por ella.

De repente, me doy cuenta de que todo mi brazo derecho, el que no tiene el guante puesto, está cubierto de escamas, con el puño cerrado con fuerza.

Janet estaba junto a Rina y sin mirar a nadie dice:

- Ya sois mayores yo os he advertido y recomendado lo que teneis que hacer, es vuestra eleccion seguir mi consejo o no, al menos parece que la Kitsune piensa mas que vosotros

La mujer empieza a caminar hacia la puerta por la que entraron antes. mientras tanto las dos hermanas se alejan un poco, pero algo pasa las dos sienten como cada vez les cuesta mas caminar, casi sin darse cuenta ni darles tiempo a reaccionar son tragadas por el liquido como si hubieran caido en algun tipo de hueco, mientras camina hacia fuera Janet dice:

- Os lo dige, no estais preparados

Las dos hermanas sienten un tiron de la pierna, es entonces cuando lo ven todo rojo a su alrededor, es una sensacion extraña, ambas se encuentran juntas en una sala totalmente roja, frente a ellas hay una niña pequeña

La niña le mira con ojos extrañados y con un tono de voz totalmente carente de sentimientos les habla:

- Quienes sois y porque habeis venido aqui? dejadme tranquila, no teniais que estar aqui

La niña mira a las dos chicas a los ojos y dice:

- No quiero volver a ese sitio yo no soy como ellos