Partida Rol por web

Siguió los pasos del monje hacia el interior de la cueva; un corto paseo que, entre ese agobiante entorno y la tensión vivida hacía un momento, le parecía interminable.

Cuando tras sentarse el monje clavó su mirada en él, sintió de nuevo esa sensación de fragilidad.

Makoto se sentó frente aquél enigmático chico adoptando la posición de seiza, con las rodillas en el suelo y las nalgas sobre sus talones. Apoyó las manos en sus piernas y respiró profundo, intentando comprender y asimilar todo cuánto el monje le decía.

Cuando le mencionó la oscuridad que su propia preocupación por la Kitsune le estaba provocando, no pudo más que asentir. Él mismo había notado cómo su carácter alegre se había ido ensombreciendo por momentos.

- Hai - acompañó la reflexión con un suave gesto de afirmación con la cabeza.

Cerró los ojos y despejó su mente intentando dejar esa preocupación a un lado mientras escuchaba al monje con atención.

- Algo... más... dentro de mi - dijo de forma introspectiva, aún con los ojos cerrados.

- Gran Oni - susurró.

Meditaba en imágenes de libros de folclore popular, en historias y leyendas que le eran conocidas. Pensaba en cuánto de real habría en aquello y cuanto de imaginación del hombre... y en cuánto podía haber algo de relación con lo que él estaba viviendo ahora.

Con os ojos cerrados pensaba en las fábulas y dichos populares que trataban a la enigmática figura de los Oni cómo seres de las sombras y tinieblas, de fuerza abrumadora y fiereza brutal, aunque también en algunos cuentos se oía que algunos ayudaban a las buenas personas.

Con los ojos cerrados meditaba y se contestaba él mismo.

- Qué hay en mi interior. - Lo sé.

- Gran Oni. - Muchos te consideraran Ogro y Demonio. - En mi corazón hay una sombra. - Paz.

- Las leyendas. La mayoría de los descritos son malvados Demonios. Algunos se redimen. Algunos son buenos. - Quién eres. Quién soy.

Estuvo reflexionando largo rato reuniendo en su mente todas las imágenes e historias que des de niño había oído al respecto. Intentando encontrar un nexo de unión.

Abrió los ojos y miró fijamente al monje. Habló con templanza.

- Estoy preparado Sohei-sama.

La llegada a la cabaña es tan brusca que parece haber cambiado el mismo mundo a mi alrededor, como si hubiera dado un salto y recorrido medio planeta para terminar en un pequeño templo oriental a kilómetros de distancia de la cueva. Incluso, antes de entrar, me tomo un instante para quitarme algo de ropa de abrigo y las botas, y entrar ligero y descalzo al lugar.

Allí me encuentro, como me temía, a una mujer. Está tocando música, pero cuando me mira comienzo a sentirme incómodo, como si pudiera leer en mi interior. Me invita a tomar té, por mi nombre, y tomo asiento en los cojines dispuesto a servirme una taza. Pero cuando cojo la tetera y estoy a punto de servirme, me lanza una pregunta tan complicada que me quedo mirando en fino chorro de liquido mientras cae en el interior de la taza.

Un chorro tembloroso como la mano que sostiene la tetera.

¿Qué me causa pesar, qué me aflige? Es difícil de precisar. Todo ha ido demasiado rápido, demasiadas cosas en tan poco tiempo. He pasado de ser un pringado de pueblo a... otra cosa. He pasado de tener sueños sencillos y sin ambición a... otra cosa. Y esas cosas que se han puesto delante de mí están muy lejos, muy arriba, en un pico lejano y pedregoso.

El vértigo. -Digo, ensimismado, aún sumido en mis propios pensamientos- T-tengo vert... tengo miedo. -Confieso finalmente, sosteniendo la taza ante mí tras dejar la tetera en su sitio- Miedo a no estar a la altura. A no poder dar todo lo que se espera de mí. -Recuerdo esas palabras del otro Ben, acerca de lo mucho que se nos iba a exigir a Liz y a mi- Miedo a tener que pagar un precio demasiado alto, a no poder controlar todo esto, a dejar de ser dueño de mi propia vida.

A perder a Liz.

El monje niega con la cabeza y dice:

- Porque supones que estas preparado? nunca se esta preparado...es algo que debes aprender...se puede estar mentalizado, con el corazon listo y presto, pero preparado...nunca estaras preparado tan facilmente.

Se pone de pie de un salto y mueve sus manos para hacer aparecer una flauta de bambu en sus manos, el monje comienza a tocarla con habilidad

Makoto comenzaba a sentirse atraido por la musica, sentia como aquella melodia le rodeaba, como las notas revoloteaban a su alrededor, era una sensacion realmente extraña, como si la la misma musica le hablase, en su mente la voz del monje retumbaba

- No estas preparado... debes ser mucho mas... solo lo estaras cuando encuentres cual es tu esencia no como Oni ni como humano, tu autntica esencia, Makoto Yuchi dime una cosa...que harias si la Kitsune pierde el control? sacrificarte? no...necesitas fuerza, necesitas poder...pero dime, que harias con ese poder

La mujer seguia tocando mirando a Ben ante sus respuestas la mujer sonrie levemente y comienza a hablar, su voz parecia ser parte de la muscia que tocaba, cantaba con una gran musicalidad:

- Tienes miedo...eso es bueno...el miedo nos hace prudentes, nos hace no precipitarnos al abismo y ante eso nos encontramos todos

Realiza una larga pausa para seguir hablando poco despues:

- Se esperara de ti lo que tu determines que los demas esperan de ti. Tu sangre es poderosa, eres uno de los descendientes del dragon en tu tierra lo llamais Gaasyendietha, uno de los hijos de los dragones y tu posees su poderosa sangre, porque sientes tanto miedo de ti mismo?

La mujer mira directamente a los ojos a Ben de nuevo y añade:

- Si tienes miedo a no poder llegar alto despliega tus alas y vuela, si tienes vertigo no mires abajo, tu vida la controlas tu, dentro de tu interior esta ese poder y mucho mas, un poder del que no eres consciente un poder interior que va mas alla de tu fuerza o de cualquier otra fuerza, dentro de ti descansa tu alma, eso es lo que es realmente poderoso.

La mujer recorre con su mirada a Ben en su totalidad, entonces este se da cuenta que tiene los ojos como los de un zorro y dice:

- Escondes un gran poder en ti...pero lo temes...eres como esa chiquilla como esa Kitsune, temes tu interior, temes tu verdadera naturaleza y ese temor te destruira, pero dentro de ti hay una luz muy intensa, el deseo...el deseo de proteger... Benjamin eres un dragon, majestuoso y poderoso, porque te comportas como una gacela?

Kyara no pudo evitar mirar a Nyara mientras ésta hablaba, pero lo peor era que parecía ser ella y no recordar que hubiera sucedido eso. Con uno de esos gestos que solo se entienden cuando llevas toda la vida juntas, quiso preguntarla si se acordaba de que eso hubiera ocurrido.

-No pasa nada, no eres un monstruo -esbozó una sonrisa- como dice mi hermana, los monstruos no lloran por hacer cosas sin querer, ¿entiendes? -esbozó una sonrisa amable y siguió intentando alegrar a la niña- Vamos, que seguro que no vuelve a pasar nada -estuvo a punto de hacer una comparación entre Makoto y Rony, pero se mordió la lengua.

La chica retomó la palabra, haciendo que su voz fuera una con la melodía. Sonaba de forma muy dulce, pero lo que me dijo en primer lugar no lo era para nada.

Al comenzar mi rostro se entristeció, ya que me confirmaba que no era capaz, pero aquello no era lo que quería decir, sino que era yo misma la que me lo estaba impidiendo.

-¿Porqué yo lo deseo? P-pero, eso no es así… De verdad… - dije, casi a modo de súplica, apurada por llevarle la contraria.

Prosiguió, ampliando su explicación, empleando metáforas que no me eran muy cercanas, pero creía estar empezando a entender. Entonces negó con la cabeza, rematando lo que trataba que entendiera.

Desde el principio me había dicho que no era capaz de hacer nada, que no había ayudado. ¿Sólo porque los resultados que obtenía no eran palpables y visibles para otros?, ¿Por qué no podía enfrentarme físicamente a cualquier adversario que se nos presentara? Pero todo esto había empezado con aquel sueño, sin el cual hubiéramos tardado mucho más en saber qué era lo que pasaba en Kyoto, quizás demasiado tarde… Y había sido mi posterior búsqueda la que nos reveló qué sucedía con los chicos, y también habíamos sabido por mí qué es lo que Rina pretende. No, no había utilizado fuerza bruta ni magia ofensiva, ¿Eso significaba que no había hecho nada? Claro que no.

-El brazo… - dije extendiendo el mío y mirándolo. – ¿Te refieres al brazo ejecutor? Creo que ahora lo entiendo… Mi habilidad no está en el físico. – Comencé a mover mi brazo hasta mi pecho, colocando mi mano sobre el corazón. – Está en los sentimientos, y estos llegan mucho más allá…

Caminé entrecerrando los ojos en la oscuridad esperando ver algo, pero no fue hasta unos momentos cuando vi una luz. Inmediatamente fui hacia ella esperando encontrar una salida o algo, pero dicha luz emanaba de tras el techo formado por hielo, evitando así que eso fuese una salida. La verdad era que aquel sitio era bastante bonito y cautivador con aquel tono que iluminaba el pequeño riachuelo que salía tras una cascadita en la pared.

Empecé a a oír una melodía tranquila, bonita, proveniente de una cabaña en medio de una gran cúpula. Lentamente me acerqué a ella observando todo a mi alrededor, con cuidado por si me tragaba algo o aparecía cualquier cosa, en un lugar como aquel uno podía esperarse cualquier cosa.

Kurt camina por la sala con extrema precaucion, realmente no sabe que es lo que puede encontrarse, el chico se percata de que no hay mas salidas que por la que el ha entrado por lo que cualquier cosa que pudiera venir tendria que hacerlo por ahi si dentro de la cabaña no ahbia nada. El interior de la cabaña es bastante sencillo, el suelo es de madera y hay una tarima, el interior es el tipico de una tradicional cabaña japonesa bastante sobria.

En el interior hay una tetera que desprende un aroma bastante agradable, al lado de la tetera hay unos cojines para sentarse y al lado hay todo un juego de te preparado para servirse el te y tomarlo.

En un lateral Kurt puede ver que es de donde proviene la musica, una joven asiatica con un llamativo kimono morado esta tocando un instrumento que Kurt no identifica, la melodia es suave y acompasada, la mujer esta tocando con los ojos cerrados, se mueve acompasadamente y con movimientos muy preparados y meditados, parece que realmente la mujer disfruta tocando el instrumento.

La joven mira a Kurt y con un tono de voz suave y profundo, un tono de voz que parece de una persona mucho mas mayor dice:

- Bienvenido seas Kurt Rainer, pasa, toma un poco de te, te sentara bien para poder relajarte.

La mujer seguia tocando con tranquilidad, pero ahora tenia los ojos abiertos y miraba a Kurt a los ojos, este siente que la mirada es muy intensa, Kurt siente como si le estuviese mirando mas alla de su cuerpo, en su interior, mas alla, en su propia alma. La chica asiente y dice:

- Dime, hay algo que no termina de convencerte de este lugar y de haber estado aqui...toma asiento y dime, que te inquieta en realidad

La mujer mira a los ojos a Liz y asiente con una leve sonrisa:

- Has comenzado tu camino joven Elisabeth...pero es un camino mucho mas largo que eso

Deja de tocar el instrumento y vuelve a mirar fijamente a Liz, en esta ocasion esta siente que no puede moverse, como si alguien le estuviera sosteniendo. Con tranquilidad la mujer extiende su brazo con la mano abierta y dice cerrando los ojos:

- Eres una persona que puede ver mas alla de lo que cualquiera puede ver, pero no puedes ver lo mas cercano, aun no, pero necesitaras un poco de ayuda, yo te ayudare

Liz siente un escalofrio recorrer todo su cuerpo y entonces un pequeño escozor en sus ojos, entonces se da cuenta de algo, frente a ella la chica tiene justo detras suya 7 colas de zorro de color blanco, estas parecen ser etereas o fantasmales, ademas unas llamas de color azulado estan a su alrededor:

- Te he otorgado el regalo de la vision verdadera, es una habilidad que debes poseer y espero que uses bien

Liz nota de nuevo como ya puede moverse, la mujer se pone lentamente en pie y dice:

- Antes de marcharte te hare una pregunta que son varias en realidad....¿para que deseas poder controlar tus habilidades, que es lo que hay dentro de tu alma?

Des de la posición de seiza en la que se encontraba, Makoto atendía y empezaba a comprender las respuestas que el Sabio le transmitía.

Aquél extraño hombre tenía razón. El joven estaba dispuesto pero a pesar de que en su fuero interno creía estar preparado... ¿lo estaba en realidad?

Cuando la aguda melodía del instrumento rebotó dentro de aquella caverna el eco del sonido de la flauta pareció adquirir forma dentro de su cabeza. De nuevo cerró los ojos.

Las notas se tornaban enigmáticas palabras.

- ¿Qué haría con un poder capaz de controlar una Kitsune?

Unos días atrás, si alguien le hubiera hablado de la existencia de tal poder le habría tratado de loco. Y ahora... ahí estaba él.

Las palabras se agrupaban entre las notas de la música dentro de su cabeza, formando un diálogo mudo que le embriagaba en un tono hipnótico.

- ¿Qué haría con ese poder? - Ni siquiera tenía la certeza de estar pronunciando esas palabras. Las pensaba, pero le daba la impresión que no salían a través de su garganta.

- La debilidad me ha convertido en responsable de todo lo malo que ha sucedido a mi alrededor. Si fuera digno de ese poder podría llegar a cambiar y evitar que eso sucediera - era un pensamiento de madurez, no de lamento.

- ¿En eso consiste Sohei-sama? No sé trata de ser más. No se trata de ser menos. Se trata de afrontar las cosas importantes que nos vayan a ocurrir y de vencer a las adversidades - la sonora melodía abarcaba todos los rincones de su cerebro - - y con un poder de esas características, ayudar a vencer a quienes no pueden hacerlo por sí mismos - concluyó.

Al entrar, me encontré lo que parecía toda una decoración japonesa y en un lado, la fuente de aquella melodía, una joven japonesa muy bonita, la cual me invitó a sentarme y tomar un poco de te del que estaba allí preparando.

Acepté su invitación sin dejar de mirarla pues su cautivadora mirada me invadía, como si me atravesase y no podía dejar de hacerlo también.

Antes de hablar sonreí por su afirmación.

-Bueno, si me dices eso, me da que pensar que sabes más que yo sobre mi. Y con esos ojos, esa mirada, me llega hasta intimidar la situación, pero de una forma agradable al tratarse de tal belleza.-hice una pausa-Pues para empezar...en si el sitio ya es bastante raro para mi, ya que fuera de videojuegos y la ciencia ficción en general, la magia no es una cosa que sea de mi entorno y pues...-Me empecé a servir un poco de te-el arco en la entrada, un charco de sangre que engulle a la gente, personas invisibles, la clon de Janet, puestas que aparecen ha lugares extraños, para terminar tomando te contigo tan tranquilos, pues...deja que me sienta un poco inquieto y que no me convenza este lugar...-Y con una risa por lo que había dicho terminé de hablar y di un sorbo intentando no quemarme al te.

Por la respuesta de la chica supe que estaba en lo correcto. La verdad es que no comprendía cómo no lo había visto antes, me encontraba claramente remando en la dirección equivocada.

La joven dejó de tocar, para mirarme fijamente y extender su brazo con la mano abierta, a la vez que sentía que no podía moverme. Dijo querer ayudarme y comencé a sentir un escalofrío por todo mi cuerpo y un leve escozor en mis ojos, tras el cual pude comprobar que tras la chica se encontraban las siete colas de un zorro rodeadas por una especie de aura azul.

Visión verdadera…

Me otorgó aquella habilidad y pude volver a moverme. Parecía ser la hora de marcharme de allí, pero la chica se puso en pie y me formuló una pregunta que quería que respondiera antes.

-Yo… Al principio tenía miedo. No tenía interés en cambiar, quería seguir siendo la misma de siempre, pero… En realidad es esto lo que soy. Además, con todo lo sucedido en el castillo de Kyoto, me he dado cuenta de que hay cosas que puedo hacer por los demás. – me detuve unos segundos, tratando de sintetizar. - Quiero saber quién soy y quiero poder contribuir a evitar cosas como esa, y eso sólo lo lograré aprendiendo a controlar mis habilidades.

Tomo un sorbo de té mientras la mujer habla del miedo como algo positivo. Después nombra a ese dragón, el Gaasyendietha, del que ya había oído hablar antes. El hecho de que sea una leyenda canadiense tiene sentido, siendo yo de muy cerca de allí. Debería buscar información sobre él en la biblioteca, cuando vuelva.

Siempre me he considerado poca cosa -Comienzo a decir, suavemente, con calma y un atisbo de tristeza- Un chico demasiado normal, que no destaca en nada, que vive en un lugar que casi ni aparece en el mapa -Me quedo mirando la taza, las hondas que genera el movimiento de la taza en la superficie del té- Luego, cuando parecieron las escamas y las garras, tuve miedo de convertirme en un monstruo, de no encajar. Pero todos me decían que podría controlarlo, que podría manifestarlo y hacerlo desaparecer a voluntad. Y después, cuando me dijeron lo de ser un dragón... -Se me escapa una sonrisa al pensarlo- ...recordé todas esas ilustraciones de mis manuales de Dungeons & Dragons, esos majestuosos seres de largos cuellos, cuerpos robustos, amplias alas, escupiendo fuego. No se, me gustó la idea. Pasar de ser el pringado de clase a un enorme dragón. Ser respetado. -La sonrisa desaparece- O eso creía que quería. Pero ese respeto en el que pensaba estaría más bien basado en el miedo, y en el fondo no quiero eso. No quiero ser temido, quiero ser querido.

Aparto la mirada de la taza, pero no me veo capaz de mirar directamente a la mujer. En su lugar, echo un vistazo fuera de la cabaña, al exterior, a la cueva, recordando el encuentro con esa visión distorsionada de mí mismo, ese Ben Foster del futuro, adulto, hiriente, duro.

Al venir a esta cueva, me he encontrado con... no se lo que era, una especie de visión de mi futuro yo. Y no me ha gustado lo que he visto. No es eso lo que quiero ser. -Recuerdo su forma de actuar, amenazante, dispuesto a causar daño sin pestañear, sin preocuparse de las consecuencias. Daño físico o emocional, de forma indiferente- Tampoco me gusta lo que he oído. Primero me ha dicho que me estaba retrasando, como si esto fuera una carrera y tuviera que controlar mi naturaleza cuanto antes. Luego, todo lo contrario, que debía ir poco a poco, que si no controlaba mi poder podía ser peligroso. Ahora tú me dices que soy como Rina... -Recuerdo el incidente del comedor, cómo perdía el control momentáneamente, y lo que podría haber pasado. Me imagino con ese mismo problema, incapaz de controlarme a mí mismo. ¿No es para tener miedo?- Ahora... no se qué pensar.

Miro al suelo, pensando en la metáfora del dragón y la gacela. Pensar en animales me ayuda a centrarme, es mucho más sencillo que exponer sentimientos, me deja pensar con mayor distancia.

He sido una gacela toda mi vida -Digo finalmente, y al fin levanto mi rostro y miro a la mujer directamente a los ojos- Quiero aprender a ser un dragón... -Trato de armarme de decisión- ...pero no olvidar cómo es ser una gacela. No quiero ser el dragón que ataca a la gacela porque la considera insignificante, quiero ser el dragón que la protege, un dragón al que le sigan importando las cosas pequeñas. -No quiero volverme tan duro que me vuelva frío e insensible.

La mujer asiente y sonrie levemente, mira a Liz y dice:

- Muy bien...has dado un gran paso hacia delante pero no debes quedarte ahi, debes seguir caminando, no puedes quedarte estacanda como el agua en un estanque, debes ser como un arrollo, debes fluir como el agua, debes ser tranquila y pausada, pero constante, no debes quedarte parada, es importante, muchos depende de tu vision.

Hace un gesto con la mano y la habilidad que habia activado en los ojos de Liz se "desactiva", la mujer añade:

- Recuerda que este es el inicio del camino...pero el final es algo que no sabes el futuro es algo que construimos, debes ser tu la que lo desee y construya.

Se acerca a Liz caminando con tranquilidad, esta puede notar que transmite una sensacion de poder, se agacha a su lado y le susurra:

- Mirar demasiado al futuro es peligroso, puedes llegar a perderte el presente y no ser consciente del futuro

Mueve su mano y en la pared mas cercana surge una especie de puerta, a traves de ella puede ver a Manuel terminando de preparar el campamento, la mujer dice:

- Cuando lo desees puedes continuar tu camino

La mujer asiente y dice mientras deja de tocar:

- Esa imagen es la representacion de tu interior, tu subcosciente y es como eres ahora mismo en tu interior, tienes la dualidad, las dos caras de una misma alma.

Comienza a levantarse lentamente mientras dice:

- Tienes la duda en tu interior y miedo de ti mismo, eso es algo bueno, pero siempre que no sea excesivo, en tu interior hay una llama muy poderosa, pero tu exterior no lo es tanto, no debes ser alguien que usa su poder contra los demas. Esa imagen que has visto es uno de tus futuros pero....

Comienza a caminar lentamente hacia Ben mientras dice:

- Puedes elegir tu futuro, el futuro es como el mar, inmenso, inabarcable con una irada y mutable, sin ninguna forma predefinida, ahora dime joven dragon...que futuro escogeras? piensalo, no tienes que responderlo, es una pregunta que nunca conoceras la respuesta, solo te aproximas o alejas a ella.

Hace un gesto con la mano y una puerta aparece, tras ella puede ver a Manuel terminando de preparar el campamento

La mujer observa a Kurt mientras toca el instrumento y dice:

- Comprendo, es normal que te sientas extraño, que sientas que este no es tu sitio...la magia no es algo que sea intrinseco a todo el mundo, tal vez no sientas la magia, pero si sientas que eres diferente.

Mira intensamente a Kurt y sonrie levemente mientras dice:

- No conoces tu naturaleza y eso es lo que atormenta tu alma y todo tu ser, pero pronto podras descubriras cual es tu esencia...aunque te preguntare algo

Mira intensamente a Kurt y dice:

- Dime, que es lo que quieres? porque decidiste venir al castillo y a la cueva?

Escuché atentamente los consejos de la Kitsune, admirando su sonrisa mientras en mi cara se formaba otra. Dejé de ver lo que de verdad tenía ante mí y continuó hablándome, esta vez sobre el futuro, además se acercó a mí, notando su poder, y me susurró al oído la importancia del presente frente al futuro.

Todo está empezando, no debo perderme en lo que va a suceder, tengo que centrarme en el ahora sin detenerme.

La chica movió su mano y apareció una puerta, a través de la cual pude ver a Manuel, y me invitó a que continuara cuando quisiera.

-Muchas gracias, me has ayudado mucho. – me incliné para hacer una reverencia, tal y como había visto hacer a Makoto. - ¿E-es así no? – pregunté algo avergonzada.

Di un paso hacia la puerta, y volví a mirar a la chica, y al hacerlo no pude evitar retroceder para preguntarle.

-Entonces… ¿Qué eres? ¿Tienes habilidades como nosotros y te transformas en Kitsune o eres un Kitsune y haces que te vea así? ¿Podría ver la naturaleza de mis compañeros? – tomé aire y continué. – Yo… Quisiera darte un abrazo. – dije algo sonrojada.

El monje mira a Makoto y dice:

- No terminas de entenderlo, pero lo entenderas, no debes depender tanto de los demas ni ellos de ti...debes elegir tu propio camino, no debes pensar unicamente en los demas ni en la Kitsune, debes pensar en ti mismo, que es lo que realmente quieres conseguir

El monje hace aparecer en su mano una piedra mira a Makoto y dice:

- Dime, que es lo que mas representa tu alma, la piedra o la flauta?

La mujer mira algo extrañada y dice:

- Si, soy una Kitsune como Rina pero...algo diferente, mi nombre es Beni Suzaku y quizas nos volvamos a ver en el futuro, tienes un gran potencial que no deberias desaprovechar pero estos no incluye ver la naturaleza de tus compañeros ya que ellos son realmente humanos pero si son tambien otra cosa mas, por lo que solo les veras a ellos.

Cuando le pregunta por el abrazo dice:

- Preferiria no ser abrazada, sabes como somos los japoneses con el contacto fisico, no es algo que nos agrade especialmente

Me quedo mirando a la mujer, horrorizado por sus palabras, hasta que hace un gesto y miro a un costado de la cabaña, viendo cómo una puerta en la que ni había reparado se abre y al otro lado muestra a Manuel en el lugar donde le dejamos. Me pongo en pie, dando un par de pasos hacia la puerta, pero me detengo, tragando saliva como si tuviera un nudo en la garganta.

Entonces, ese tipo... No es yo en el futuro, es una parte del yo del presente, algo que tengo en mi interior. Ni siquiera se cómo debería hacerme sentir eso. Pero también es una posibilidad para el futuro, una de muchas.

Elegir mi futuro... -Susurro como un pensamiento que se escapa entre mis labios. Hay muchas posibilidades. No veo cómo puede ser algo que elegir ahora, tan sólo algo en lo que pensar, y un camino que marcarme en función de lo que surja ante mí. Una forma de afrontar mis problemas. "No debes ser alguien que usa su poder contra los demás", esa frase me cala hondo, como también "dentro de ti hay una luz muy intensa, el deseo... el deseo de proteger".

Yo... Todo esto de la cueva... -Dudo un instante, girándome hacia la mujer, mirándola a los ojos- Creo que no entiendo todo lo que ha pasado, pero... espero que sí lo básico. Y seguiré pensando en ello, teniéndolo en cuenta en adelante -Teniéndolo como una norma de conducta a respetar, mediante la cual forjar al hombre en que espero convertirme en el futuro. Alguien con poder, pero que no lo use contra otros, sino para cuidar de ellos- Muchas gracias por todo.

Le doy las gracias sinceras, escapándoseme una media sonrisa, antes de comenzar a caminar hacia la puerta, hacia el campamento y hacia Manuel.