Partida Rol por web

Tras el agobio inicial se tomó un momento para respirar y calmarse. Miró a su alrededor, fijándose en la caverna. A decir verdad le resultaba tan extraña como bonita. El azul del hielo relucía, dándole un toque etéreo a la sala. No sintió que hiciera más frío, algo que agradeció.

Avanzó lentamente, siguiendo la música. ¿Qué demonios hacía allí una cabaña? Bueno, a decir verdad ¿qué demonios estaba pasando?

Caminaba vigilando sus pasos para no resbalar, esperando que el resto estuviese en la cabaña y ella fuera la última en llegar.

Todo su cuerpo se estremeció tras la aprobación del monje.

Desde la posición de seiza Makoto se inclinó hasta apoyar su frente en el suelo.

- Incluso en esta oscuridad en la que me encuentro ha iluminado mi camino Sohei-sama. Estoy en deuda con usted.

Su cuerpo y mente asimilaban con naturalidad pasmosa unas capacidades que nunca dejaron de estar ahí. Ahora, al fin, lo comprendía.

- Los conocimientos que ha despertado en mi están concebidos para las buenas causas. Ahora lo sé.

Makoto se puso en pie y se inclinó profundamente.

- Domo arigato Sohei-sama.

Volvió por el camino por el cuál el monje le había conducido.

La mujer niega con la cabeza y dice con su melodiosa y calmada voz:

- Te confundes...tu alma esta formada por infinidad de espiritus, de seres del pasado, del futuro y del presente mientras yo soy un alma un unico alma. Tu puedes, posees el conocimeinto o al menos parte del conocimiento de muchos seres, los sentimientos y anhelos de todos ellos

La mujer mueve su mano y la estira colocandola con la palma boca arriba, en ese momento aparece una llama azulada en su mano y dice:

- Parte de mi esencia es poder ver a los espiritus, pero tu puedes hacer algo mas, tu puedes hablar con ellos, usarlos y controlarlos, pedirles consejo y pedirles que te permitan usarles, usar su esencia....dime deseas que te muestre como puedes ser uno con los espiritus?

La mujer que hablaba al ritmo de la musica que tocaba, mas que hablar parecia que canturreaba responde:

- Beni Suzaku es mi nombre, pero no es algo que importe realmente ya que ahora mismo no soy yo la importante, lo eres tu y el motivo por el que estas aqui...

La chica observa a Chris intensamente y dice entonces:

- Siento desconfianza en tu mirada, eres una persona desconfiada, pero has decidido aceptar la magia, dime, porque? porque un alma desconfiada y con miedo ha decidido abrazar algo tan...extraño como la magia?

Lia camina por la sala con extrema precaucion, realmente no sabe que es lo que puede encontrarse, la chica  se percata de que no hay mas salidas que por la que el ha entrado por lo que cualquier cosa que pudiera venir tendria que hacerlo por ahi si dentro de la cabaña no habia nada. El interior de la cabaña es bastante sencillo, el suelo es de madera y hay una tarima, el interior es el tipico de una tradicional cabaña japonesa bastante sobria.

En el interior hay una tetera que desprende un aroma bastante agradable, al lado de la tetera hay unos cojines para sentarse y al lado hay todo un juego de te preparado para servirse el te y tomarlo.

En un lateral Lia puede ver que es de donde proviene la musica, una joven asiatica con un llamativo kimono morado esta tocando un instrumento que Lia no identifica, la melodia es suave y acompasada, la mujer esta tocando con los ojos cerrados, se mueve acompasadamente y con movimientos muy preparados y meditados, parece que realmente la mujer disfruta tocando el instrumento.

La joven mira a Lia  y con un tono de voz suave y profundo, un tono de voz que parece de una persona mucho mas mayor dice:

- Bienvenida seas Giulia D´Altrui, pasa, toma un poco de te, te sentara bien para poder relajarte.

La mujer seguia tocando con tranquilidad, pero ahora tenia los ojos abiertos y miraba a Lia a los ojos, esta siente que la mirada es muy intensa, Lia siente como si le estuviese mirando mas alla de su cuerpo, en su interior, mas alla, en su propia alma. La chica asiente y dice:

- Veo inquietud y admiracion a la vez que esperanza en tu interior...tambien veo miedo y preocupacion, joven silfide que es lo que aflije tu alma y tu corazon?

Makoto camina hacia el exterior cuando nota algo extraño, no aparece en el lugar en donde el esperaba, aparece en el peuqeño campamento que Manuel habia preparado, el hombre estaba entretenido preparando la comida mientras no muy lejos Liz y Bene staban abrazados.

Manuel estaba a un lado pendiente de la comida, parecia que no prestaba mucha atencion a lo que hacian Ben y Liz, es entonces cuando caminando aparece Makoto, Manuel hace un gesto de saludo con la mano y dice.

- Parece que tenemos a otro mas que ha salido de la cueva, chico como te ha ido?

Así que ella no era como yo. Extendió su mano y de ella emanó una llama azul.

-Claro-respondí a su pregunta-¡claro que quiero! Muéstrame como.

La mujer dice a Kurt:

- Llamalo, pero no con tus palabras, sino con tu alma, ruega a los espiritus que acudan a ti, que te inunden con su sabiduria y su energia, su esencia.

La mujer se queda mirando como actua Kurt

-Con mi alma...-respiré profundamente cerrando los ojos-esta bien, allá va.

Con los ojos cerrados imaginé como debería ser mi alma y simplemente se me ocurrió un montón de auras de colores como una aurora boreal, inspirando y expirando profundamente, intentaba llamar a los espíritus.

"¿Hola? Por favor, espíritus, acudid a mi...esto...llenadme con vuestra sabiduría, quiero sentir vuestra esencia...¿Será así?"

No sabía si lo estaría haciendo bien pero no sabía como hacerlo exactamente, me sentía un tanto confuso

Estaba convencido de que había seguido los pasos del monje, de que había girado en el lugar adecuado... sin embargo...

- ¿Cómo he llegado aquí?

El olor a comida primero y, unos metros más adelante, el sonriente Manuel y sus compañeros a quien a estas alturas consideraba amigos, Ben y Liz, le hicieron darse cuenta de que la magia del lugar le había jugado una última sorpresa.

- Yo... - sonreía a la vez que se llevaba una mano a la nuca, rascándose el pelo mientras se acercaba - bien.

- Muy bien, la verdad.

- Fue... muy constructivo... - apenas era capaz de asimilar capacidades de las que jamás habría podido imaginar, pero más allá de eso, salía reforzado por el importante camino de introspección que acababa de vivir.

Cruzó las manos tras la espalda y se inclinó frente la comida que Manuel preparaba.

- Huele delicioso- dijo dedicándole una sonrisa.

Luego se acercó despacio hacia dónde la pareja se encontraba, cauto, no pretendía importunar, y tratando de no molestar se dirigió a ellos.

- Que tal vuestro... ¿viaje? - dijo casi bromeando. Estaba claro que había recuperado su ánimo habitual

Me sumerjo durante unos instantes en el calor del contacto con Elizabeth, rememorando esos sentimientos de los que trataran de hacerme dudar. Pero no, esto es real, y no renunciaré a ello. Nadie me convencerá de que es algo malo. Menos aún cuando me susurra al oído, y eso me hace sentir aún más calor. Es algo que me reconforta, que me da fuerzas. Y que también yo siento en mi interior.

No se muy bien qué pensar cuando se aparta y me mira con esos preciosos ojos, pidiéndome una promesa. Y lo que dice a continuación me lleva a pensar que su camino por la cueva le ha mostrado algo muy parecido al mío. Por un instante, siento el tremendo temor a que haya pasado lo mismo que yo, el mismo dolor, la misma prueba de sufrimiento y duda. Deseo preguntarle por ello, contarle lo que he pasado, que compartamos nuestras experiencias, para bien o para mal. Pero no creo que sea el momento ni el lugar. Y en este instante tengo demasiadas ganas de mirar hacia adelante, de aprovechar la fuerza que esa mujer ha insuflado en mi corazón.

Lo haremos, Liz -Prometo, con mirada decidida y una tenue sonrisa- Te lo prometo, pase lo que pase, nos esforzaremos y saldremos adelante.

En ese momento nos interrumpe la voz de Manuel, dando la bienvenida a Mako. Sin soltar a Liz, me giro y le veo acercándose de ninguna parte. De una puerta que no está, supongo, como nosotros.

Pues el mío... -Medito un instante cómo definirlo, pero no se me ocurre nada que edulcore la experiencia- ...no ha sido agradable, la verdad. Aunque sí he aprendido bastante.

Sobre mi naturaleza, sobre mis poderes... y sobre mí mismo.

Todo aquello me parecía extraño y hermoso a la vez, la cabaña, la música ... aquella mujer, me senté con cautela y sentí cientos de sensaciones - Estoy preocupada por mis ... amigos - dije casi de forma inaudible, no quería que ellos estuvieran en problemas - Por Lía - tragué saliva y bajé la mirada - ¿Como sabes mi nombre? - miré a la hermosa mujer y luego el instrumento, me encantaría saber tocarlo.

Entró en la cabaña, escuchando el crujir de la madera bajo sus pies. Al entrar se quedó quieta, sin escuchar a nadie, sólo aquella melodía. Escudriñó con la mirada el sitio, intentando acostumbrarse a aquella situación y haciéndose un mapa mental de cómo había llegado hasta allí y cómo debería volver. 

Miró el juego de te con curiosidad, como si estuviera listo para ella. «¿Ahora soy Alicia en el País de las Maravillas? ¿Aparecerá el conejo?» pensó para sí repasando la estancia. Cuando vio a la chica sintió como su cuerpo se tensaba, expectante.

Cuando aquella joven pronunció su nombre se sintió incómoda, a pesar de la suavidad de su voz. No parecía amenazante, y tampoco sabía donde se encontraba. Quizás era la primera en llegar... o quizás es que no iba a llegar nadie más. Avanzó hasta los cojines y se sentó, aun sin fiarse del todo de aquella chica.

Su mirada fija en ella le hacía sentir aún más incómoda. No se sentía a gusto, en absoluto. Aun así le sostuvo la mirada fijamente. No se había acobardado ante aquellos agentes, no iba a hacerlo ahora.

-Temo...-articuló, hablando con voz clara y evitando que sonara tan tensa como se sentía en realidad-Temo descubrir algo de mí, algo aterrador. No aceptarme, volverme loca con todo ésto-reflexionó, accediendo a sincerarse. Al fin y al cabo, estaba pasando alguna especie de experiencia mística-Me gusta saber que soy especial, que puedo hacer cosas que antes sólo habría podido soñar. ¿Pero y si se escapan de mis manos? Deseo ser fuerte, pero dañar a quien aprecio- desvió la mirada un momento al té. Había conocido a gente maravillosa en el castillo. Himiko era una dulzura, Chris y Kurt eran geniales y se sentía cómoda con ellos; el resto, aunque no había fraternizado mucho, al fin y al cabo eran buenas personas-La incertidumbre de no saber quién...qué soy me da miedo-abrevió.

El miedo a lo desconocido. Tan antiguo como el el propio ser humano.

-La gente es estúpida cuando no entiende las cosas -dijo Kyara puntualizando lo que decía su hermana- además, siempre nos asustamos de lo que no comprendemos, ¿qué te parece si tratamos de comprenderlo? -esbozó una sonrisa- ¿solo ha pasado una vez o te ha pasado más a menudo?

La mujer sonrie dulcemente y dice:

- Pequeña Himiko, te contare un secreto, en el alma de una persona si sabes mirar puedes ver su nombre y muchas cosas mas, su pasado, presente y futuro.

Asiente y añade con una dulce voz, Himiko entonces se da cuenta que estan hablando en japones, pero la mujer suena un poco extraña como a japones antiguo:

- Quieres a Lia y a los demas como querias a la gente de tu pasado, pero tu pasado no tiene porque repetirse...no estas en Kyoto, Europa es una tierra muy diferente, mas abierta, mas...viva, nuestra tierra es mas pausada, nos adaptamos de diferente forma a los cambios.

Sonrie de nuevo y deja de tocar, entonces dice.

- Dentro de ti hay una dualidad, el vampiro y la humana, los vampiros pueden ser seres oscuros o seres de la luz... Himiko, como te sientes cuando pierdes el control?

La mujer asiente y con un tono de voz dulce y armonioso que parecia canturrear con la melodia que tocaba responde:

- Y esos miedos son buenos, si no los tuvieras no podrias decir que eres un alma bondadosa, proque solo aquellos que no temen dañar a los demas son los condenados, los que estan condenados a no ser capaces de sentir, a los que estan condenados a la soledad, si posees a personas a tu alrededor a las que temes dañar eso quiere decir que te importan, que son importantes para ti, el resto, es algo que no debes temer.

La mujer vuelve a mirar a Lia y añade:

- Eres un espiritu bondadoso, un alma del viento, mas no eres efimera como el viento, eres mas resistente de lo que crees eres como la brisa que recorre los campos, con la capacidad de llevar la vida de un lugar a otro, pero tambien puedes llegar a descontrolarle, el miedo y la ira, esos son sintimientos peligrosos, eso es lo que debes temer no a ti misma ni a tu naturaleza, debes ser una con tu naturaleza joven silfide

La voz de esa mujer me hacía sentirme calmada y agusto, era bella y parecía muy lista. Me habla sobre el pasado y siento que no entiendo mucho a que se refiere pero asiento porque no quiero parecer una niña tonta.

Cuando habla de los vampiros mi instinto se despierta y estoy más atenta a sus palabras, ante su pregunta me tomo unos segundos para contestar - Bueno yo ... - ella sabía lo que yo era, ¿sería alguien que venía a ayudarme? - Mal ... bueno bien ... quiero decir ... - me mordí el labio inferior y jugué a entrelazar mis dedos nerviosa - Realmente me siento fuerte y traviesa, pero luego no me acuerdo ... - rasco mi barbilla con cierto nerviosismo - Me gusta ser fuerte porque así podría proteger a mis amigos o a mi misma pero ... cuando "ella" aparece yo no puedo controlarlo y eso me da miedo - hablo de ella como mi otro yo, alguien fuerte pero despiadado.

La llama azulada permanece en la mano de la mujer, la cual niega con la cabeza y dice:

- Parece que no estaba completamente en lo cierto en cuanto a tus capacidades, sin embargo...con entrenamiento podras desarrollarlas.

La mujer alza la mano como dejando escapar la llama azulada la cual asciende lentamente hasta desvanecerse y se pone en pie sin dejar de mirar a Kurt para decirle entonces.

- Dime, si te otorgo un poder que te permitiria ser mas poderoso, ser alguien capaz de defender a los demas o someterlos como actuarias?

Los ojos de la joven brillan y Kurt siente que aunque le pregunta a el no le interesa realmente su respuesta verbal sino la respuesta de su propia alma