Partida Rol por web

La escena rápidamente coge un toque desquiciante. Condemorl intenta avanzar con cautela por la montaña de libros hasta coneguir atrapar el busto.

Chico, esos modales!

Mientras se libra una rápida batalla por tomar asiento en la alfombra voladora que parece surcar el aire sin control alguno.

Fiuuuuuuuu Fiuuuuuuuuu

A su paso se arremolinan papeles de alguno de los libros que habeis usado para construir el colchón, cae algún cuadro e incluso os parece ver la peluca ovejil del busto sobrevolando vuestras cabezas. Chim cae presa, de nuevo, de un torbellino arremolinado de Trolop y cae justo encima de una pila de cojines llenos de polvo, soltando una nuve grisácea provocando en el pobre lutín una tos totalmente incontrolada.

De nuevo un inciso de la llegada de Rudesindus.

- Esto de aquí, Vúlcimer, se llama cardillo tuerto de la sierra - dice Rudesindus señalando con su cayado una planta espinosa - de gran utilidad contra espíritus benignos. Tiene propiedades que aún estoy estudiando. Recuérdame que luego te de un tarro de poción de cardillo.

La gran armadura negra por la que sale humo en cada intersticio asiente con gravedad y levanta una mano como agradecimiento.

- No hay de qué. -dice el viejo Rudesindus- Vamos, el tiempo apremia. Ya casi estamos allí.

A lo lejos se alza la torre del mago, tranquila y sobria en medio del bosque frondoso.

Bien... -Digo para mi mientras sostengo el busto... Ahora viene lo dificil. Bajar sin espicharme... Así, con el busto agarrado, y con muchisimo cuidado, comienzo a bajar despacio... Muy despacio...

Espero no tropezar...

- ¡Egoiiiiiiiss...iiiiihhh!!- exclamó Chim al ver el tortazo que se iba a pegar. Agitó las manitas en el aire como si fueran alas, pero eso no le impidió meterse un costalazo en su estimadísimo (para él) culo. Y encima, tenía alergia al polvo.

De repente no había nada más en el mundo: el dolor de culete y el odio hacia Trolop. Y los estornudos.

- ¡Te vas a enterpfchis!- empezó a gritar sin pensar mucho- ¡Le voy a decir a Rudesindus que esto es culpa tutchuá! ¡Te vas a comer tu sombrero rojo! ¡Y luego te torturaré durante días haciéndote cosquillas en los ¡atchuá!... ¡pies! ¡Y también te arrancaré los pelos! ¡De los pies, si! ¡Pfchuá!

Antes de pensar en ello, levanta las manos e invoca su poder para empapar de una vez por todas al felpudo y a Trolop.

Sin percatarse de a dónde fue a aterrizar Chim, ni de sus acciones vengativas contra él, Trolop continuo capeando por toda la habitación, los vientos que él mismo generaba bajo la alfombra.

-¡Eeeeee Condermorl! Le gritó a su compañero. ¡Déjate caer que te dejamos en el suelo con un loop de triple giro con sentido en oblicuo inversamente proporcional* que se caga la súcubo!

Y dicho aquello entrecerró los ojos mientras intentaba dirigir la alfombra hacia Condemorl, que se encontraba descendiendo por la pila de libros.

-¡YIIIIIIIIIHAAAAAAAAAAAA! Gritó al cabalgar sobre la alfombra.

Pirita miró impresionada el caos en el que se había convertido el grupo. Era imposible prestar atención a cualquier otra cosa. Agua por un lado, lutines volando por el otro, la alfombra descontrolada... esto iba derecho al desastre.

-¡Basta!. ¿Qué haceis?. Nos la vamos a cargar. Esperad a que Rudesindus vea este desastre. Jopetas Chim, deja de mojarlo todo, eso después hay que limpiarlo. Y esa alfombra va a romper algo- les regañó la lutin azul.

Al menos su queridísimo e idolatrada Karabás se comportaba con algo más de corrección.

Me detengo en mi bajada, y miro a Trolob de arriba a abajo un momento. Después, continuo con mi lento descenso, tras sopesar las posibilades, digo- Casi mejor que no ¿eh?. Hala, seguir peleando, pero no me interrumpaís...

Si hasta que no la líen, no pararán...

Con el corazón en un puño veis como las habilidades de Trolop lo harían capaz de trabajar en un circo... o es la alfombra que se deja llevar? Condemorl, precavido, intenta descender la montaña de trastos con el busto en la mano que, sin saber cómo, se ha puesto la peluca en los ojos para no ver lo que está pasando a su alrededor.

Chim lo intenta pero de sus manos no salen má que pequeñas gotas de agua que sólo consiguen dejar un pequeño charquito en el suelo.

Y de repente...

CLINC CLINC CLINC!!!!

suena la campana... y parece que no viene de muy lejos, de la habitación de la trampa quizás.

Aun está por los suelos, estornudando con furia y escuchando las reprimendas de todos, cuando oye la campana.

- Ooooh, en serio? ¡No quiero ir!- y mientras lo dice se va levantando perezosamente para ponerse en camino, no sin dejar de refunfuñar. Como está enfadado con el resto, echa a caminar hacia donde cree que está la campana sin mirar atrás, con la cabeza bien alta, en una pose de enfado bien estudiada. Igual Goblop tiene otro trabajito que pueda hacer solo y se libra de el resto. Ojalá no fuera un trabajo muy duro...

-¡La campana! ¡Adelante Torbellino, nos reclaman en otro sitio! Le gritó Trolop a la alfombra olvidando busto, compañeros, cuervos, y hasta a Rudesindus. ¡Es momento de surfeeeeaaaaaaar el vientooooo!

Tirando de un lado de la alfombra, el lutín le indicó a la misma el siguiente giro a hacer para salir de allí rumbo a las escaleras, y bajar raudos hasta el lugar del que provenía el sonido de la campana sin más demora.

La campana, el mensaje de alerta al que todo lutín al servicio de Rudesindus debe acudir. Últimamente el servicio no está muy concurrido así que de camino a la sala de la trampa tampoco aparcen demasiados de los vuestros: algún lutín despistado y enfurruñado que camina con mil potingues en la cabeza.. o el otro que parece una montaña de motas de polvo.

Quien más quien menos se dirige como puede a la habitación indicada y... cuál es vuestra sorpresa al ver la campana en el suelo... y nada más.

Cuando sonó la campana Tobías se ecnontraba aún escondido... Unas horas antes había decidido que ya había trabajado bastante, y sibilinamente había conseguido escapar de las miradas ajenas de sus compañeros para refugiarse de nuevo en el fondo del baul...

Allí, tapado bajo unos trapos pensó...

"Hummm, aquí podré echar un sueñecito, esos lutines son unos pesados y unos pelotas, sólo piensan en trabajar, parece que no le sgusta divertirse... - Y así siguió gruñendo un rato, hasta caer rendido por el sueño- Hihihip bfluffff, hihihip bflubffff..."

Y sin más, salió corriendo como alma que lleva el diablo, hacia la preciada campana...

¡De repente! Un ruido agudo y ensordecedor, que le taladró el tímpano le hizo levantarse de un brinco...

"¡La campana! ¡La campana! ¿Cuánto tiempo he estado dormido? ¿Se habrá dado cuenta de que me fuí? ¡La campana, la campana!"

Al llegar...

"¿Pero qué es esto? ¿una bromita de mal gusto? ¡Si no hay nadie!"

Cuando Trolop llegó al lugar, se sorprendió al igual que todos de encontrarse con la campana sin dueño, y dándole unas pequeñas indicaciones a la alfombra, hizo que esta descendiera hasta el suelo para bajar de la misma.

-Ala chica, ya puedes irte a volar por ahí un rato, o a descansar, o a hacer cosas de alfombras. Le dijo acariciándola un poco. Creo que ahora tenemos un caso por resolver que necesita de toda nuestra atención. Le dijo entrecerrando los ojos y caminando hacia la campana.

Cuando Trolop llegó a la susodicha campana, se puso a mirar a un lado o a otro, la miró por arriba, por abajo, por el centro y a dentro, y finálmente se quitó el sombrero y se rascó la cocorota

-¿Dónde está Goblop? Preguntó.

De un grácil salto, aterrizo en el suelo sin mucho esfuerzo. También es cierto que el suelo sólo me queda a escasos centímetros, por lo que no es algo muy complicado. Rápidamente, me dirijo, con busto y todo a ver que pasa con esa maldita campana.

Cuando estoy a mitad de camino, me doy cuenta de que el busto, aparte de que no se estará callado, sólo me estorvará si tengo que hacer algo útil, por lo que le dejo al lado de la puerta del almacén, mientras le digo- Ahora quédate aquí, y calladito. Luego vendré a por tí

Dicho esto, me encamino malhumorado por la interrupción hacia el lugar por el que ha sonado la campana...

Chim llegó arrastrando los pies, se encontró a Tobias y Trolop solos con la campana.

- ¿Qué habéis hecho con Goblop? ¿Se la habéis robado y ahora nos gastáis bromitas? ¿Has sido tú, Tobías?- dice poniendo los brazos en jarras- Ya decía yo que hacía mucho rato que no te veía... ¡Se lo diré a Rudesindus! ¡Has robado la campana!

-¿Qué pasa? ¿Qué pasa?

Karabás llega acalorado y nervioso por su primera llamada de campana, arrastrando tras de sí la "oveja" del busto, complemento que embellece sobremanera al futuro regalo para el amigo del maestro.

-¿Una broma? ¡No tiene ni pizca de gracia! - exclama ofendido.

Efectivamente la habitación parece completamente desierta. En el suelo, cerca de la llave que tanto os trajo de cabeza al marchar Rudesindus, la Campana de la Llamada parece haber sido dispuesta allí después de hacerla sonar. ¿Pero quien? Y Góblop? Os preguntais muchos de vosotros. Él era el portador!

Al instante entra el mismísimo Góblop por la puerta

"A vosotros quería veros yo! Me habeis robado la campana! Me habeis dejado inconsciente y cuando he despertado no estabais ni vosotros ni mi querida campana! Y encima ahora la haceis sonar para mofaros de mi como si yo fuera vuestra marioneta!"

-¡Ha sido Tobías, Goblop! ¡Yo lo he visto! ¡Dale su merecido!- dice apuntando a Tobías con su dedito. - Sabía que este lutín no era trigo limpio, desapareciendo así como así...

Chim cruza los brazos satisfecho de haber resuelto un misterio y de, por un vez, no estar en medio de un fregao.