Partida Rol por web

Le mira, no demasiado convencida...

-No sé.. No estoy muy segura... -Mira a su alrededor...-De todas formas.. Iré a casa...No sea cosa que... Bueno.. Surja algún imprevisto...-Sonríe tenue..-Nos veremos por allí...

El chico se despide de ti y te marchas cuando llegas a la puerta la luz del sol te quema los brazos, la cara... todo te arde pero solo es un momento, de pronto ves pasar una limusina muy conocida, es tuya.

Para un poco más adelante y de ella sale un hombre mayor, Alfred tu mayordomo y leal amigo, que te abre la puerta y te invita a pasar.

Hola señorita, ¿cómo ha dormido? - dice muy amable - su padre está preocupado, no sabe donde te metiste, aunque con unas cuantas carantoñas... creo que lo camelará señorita - el hombre conoce muy bien a Melisa por lo que intuye donde ha pasado la noche - la encuentro más hermosa que ayer, ¿y esa joya que adorna su dedo?

El dolor que causa el sol, la hace ponerse de mal humor, hasta que divisa la limusina y sus malas vibraciones se difuminan en una tenue sonrisa...

-Buenos días, Alfred...-Sube al vehículo, acomodándose en él...-...Hum... Vaya... Así que papá no está de humor... Bueno.. Seguro que lo arreglamos pronto eso...-Sonríe, dulce..-He dormido... Uhm... No sé... He tenido un sueño extraño.. Y no me ha gustado en absoluto...-Suspira, y escucha la pregunta del mayordoma respecto al anillo...-..Ah... Eso..?-Se la nota nerviosa, quizás un busca de una vía de escapatoria posible...-No... No es nada...-Ríe, nerviosa, se quita el anillo y lo guarda en algún bolsillo...

El vehículo estaba acondicionado para el bienestar de sus pasajeros, ventanillas para que la luz del sol no penetrase y aire acondicionado para que el calor del desierto de Las Vegas no dañase la piel.

Te mira con cara de amor y cariño.

Señorita, sabe perfectamente que debe llevarse el antídoto a donde vaya, si no podría morir - al extender su mano muestra un frasco de color rojizo que se hace llamar en todo el mundo "Remedio Solar", al inyectarlo la luz del sol no afecta a los vampiros solo les molesta un poco, tiene unas horas de duración.

El Remedio fue inventado por unos científicos Europeos muy famosos aunque para los vampiros jóvenes se desconoce hasta sus nombres.

No importa, ¿cómo se encuentra? - le tiende un cepillo para peinar su pelo.

Mira a Alfred con cara de buena niña...

-Ya.. lo.. Lo sé...-Sonríe tímida y toma el "Remedio Solar" entre sus manos, pensativa... Suspira, y también toma el cepillo que se le tiende...-Bueno... La verdad es que... No muy bien Alfred... Estoy... Nerviosa..? Preocupada...? No lo sé con certeza...

Delante de ti se alza con gran majestuosidad una imponente mansión , ese es tu hogar, en la que el gran Max Montana tiene su sede y la máxima protección posible.

Tiene una gran verja y cámaras de seguridad por todo el recinto, guardias con perros recorren cada hora la zona. La limusina se detuvo delante y el mayordomo bajó ayudándote a descender.

Uno de los guardias se acerca a ti y te dice que tu padre estaba preocupado, toda la noche sin saber nada de ti.

Él era uno de tus preferidos, era leal y muy bueno, no solo patrullando.

La joven "toma aire", antes de encaminarse hacia el edificio, un último acomodo de peinado, sonriendo sensual al guardia que se le acerca...

-Hey, Jack...-Continúa sin borrar su sonrisa, pese a estar algo nerviosa, procura que no se le note...-No te preocupes... Tampoco he hecho nada malo... Que una ya es mayorcita...-Le guiña un ojo, pícara.

-¿Me acompañarás hasta ahí, o voy sola? ¿Realmente está de mal humor?-Juguetea con un mechón de pelo, mientras aguarda una respuesta...

Aunque, en realidad, lo que intenta es ganar algo de tiempo para pensar bien su jugada...

 Jack con una amplia sonrisa ladeó la cabeza - que nos conocemos... Melisa - tu nombre sonó con cariño y peligro, ya que a todos los de la mansión se les tenía prohibido el relacionarse con ella, de una u otra forma, cosa que a ti te parecía atractivo - seguro que has tenido una noche desenfrenada con algún chico.

Después tendió su mano para acompañarte hasta donde se encontraba tu padre, Max Montana, de camino continuó hablando - pues la verdad es que tu padre está como loco creo que a uno de sus chicos lo ha mandado directo a la enfermería para una trasfusión de sangre por no encontrarte... así que imagina el panorama - dice con una sonrisa burlona - creo que yo te hubiese encontrado, seguro que has ido con tu amiga a un casino y te fuistes como premio.

Al llegar a la puerta paró y esperó respuesta.

Melisa exhala aire...

-Hum... ¿Y a ti te importa de dónde vengo o a dónde voy...?-susurró a su oído, más peligrosa aún que como sonó su propio nombre anteriormente. Mientras caminaba, iba sopesando la información que Jack le daba... Le miró de reojo... Realmente era MUY apetecible... Tanto, tanto... Que sin importarle mucho a dónde iban y por qué, lo pilló del cuello de la camisa, lo apartó a un rincón oscuro y le besó, bastante desenfrenada... Cuando sus labios se separaron volvió a susurrar:-Estoy en líos... En líos gordos... Sé que te he dicho que no pero... Voy a necesitar tu ayuda... ¿Me ayudarás?-Le miró con ojos suplicantes, como un corderillo desvalido...

Luego se separó de él, se había cuidado muy bien de que nadie les viese... Ni cámaras ni nadie... No esperó a que contestase, pero realmente deseaba que algo dijese...

Ahora sólo le quedaba enfrentarse a su padre...

"¡Qué pocas ganas...!"

 La miró con ojos extrañados.

Claro que te ayudo, ¿qué necesitas? - dice serio esperando su propuesta.

Procuró una vez más, no estar a los ojos u oídos de nadie, y en un tono que sólo él pudo oír, señaló:

-No... No recuerdo nada de lo que pasó anoche... Normalmente no me pasa eso... Y menos... Menos despertarme al lado de un... Completo desconocido que... Resulta que justo hoy va hablar con mi padre...-le mira, esperando su reacción...-Y... Eso no es todo...-aguarda a que él diga algo...

No se atreve a seguir...

 Jack mira a la muchacha con incredulidad.

Eso no es algo muy normal en ti, Melissa, normalmente sabes controlarte con la bebida, ¿no será que te hechó algo en la bebida? - dice aun perplejo por la acumulación de información.

Mira su reloj preocupado ya que Max le comentó que dentro de unos instantes llegaría alguien que tendría que ser acompañado hasta su despacho - creo que tenemos poco tiempo, tu padre me ordenó que acompañase a un chico a su despacho.

Melisa alzó la mirada:

-A mí sólo se me ocurre lo que has dicho de la bebida...-Escucha entonces lo del chico...-Seguro... Que es él...

Se lleva una mano a la cabeza, preocupada...

-No tiene pinta de mala gente... Pero... Por las dudas... Estaría bien que, si puedes, averigües algo... En fin... Supongo que es mejor dejar de intentar evitar lo inevitable... Vamos allá...

Al decir eso Jack recibe un aviso por rádio de que tiene que ir a la recepción de un chico.

Ya no puedes evitar más lo inevitable tienes que enfrentarte a tu padre que te espera en su despacho.

La habitación que tan poco conoces porque siempre está reunido en ella o te hecha de allí porque está de papeleos, la cuestión erradica en que nunca tienes tiempo para mirar a tus anchas en ese cuarto.

Es un lugar muy amplio y poco luminoso, en el centro una gran mesa rodeada de sillas, presidiendola un gran sillón de cuero marrón en el que siempre se sienta tu padre. Por todas las paredes hay estanterías, que van desde el techo al suelo, repletas de libros de todos los estilos y autores, de muchas ediciones. Al fondo es donde se puede divisar la figura de tu padre, sentado en una silla de despacho frente a una mesa del mismo tipo. Todo es de madera de roble oscura.

Tu padre te mira desde la lejanía expectante.

 Tu padre alza la voz muy grave aunque dulce - ven hija, me tenías muy preocupado, sabes que no me gusta cuando desapareces toda una noche... aunque hablé con tu amiga Hanna y me dijo que os quedasteis en su casa. ¿Bueno no vas a darme un abrazo?

Al abrazar a tu padre caes en la cuenta de que tienes un anillo que no habías visto en tu vida, aunque pensándolo mejor si que te sonaba de algo... Las capillas de Las Vegas, donde por poco dinero tienes una boda rápida y fácil pero sobre todo, valida.

Sonríe leve, acercándose a él.

-Lo... Siento por no avisar, padre...-Señala dulce, a la par que le abraza... Entonces nota el anillo y se lo quita disimuladamente, guardándolo luego en su bolsillo.-Es que... ya sabes... A veces a Hanna y a mí se nos va la hora... Hablando de tantas cosas...-ríe leve, natural.

-¿Cómo estás tú? ¿Tienes mucho trabajo hoy? ¿O podemos dar un paseo?-Mira a su padre sin perder la sonrisa...-Hace mucho que no hacemos cosas juntos...

Mientras le hablas llaman a la puerta y Jack entra aclarandose un poco la voz, dejando ver solo su rostro.

Señor Montana, siento molestarle pero es que tiene aquí al chico que esperaba - dice entrando y mostrando al que sabías iba a ser el hombre con el que habías pasado la noche.

Aunque sabía que su hija no era una santa, no podía otra cosa que mirarla con buenos ojos.

Hija hoy vienen unos compradores a cenar - dice mientras abre una pequeña cajita de donde saca un puro cortando una de las puntas y encendiendolo, el olor nunca te ha gustado pero le has cogido cariño ya que lo hueles en tu padre - creo que tendrás que comprarte algo bonito para esta noche, ¿por qué no vais tu amiga y tu a por algo de ropa? - le dice acariciando el bello rostro de su hija - como puedes ver tengo ahora algo que hacer.

Intenta no mirar al que sabía que iba a ser "su problema", mientras señala, dulce:

-De acuerdo, iré a ello...¡Hasta la noche! Suerte en tu labor!-Sonríe y abraza a su padre. Espera que el chico recuerde su promesa de "silencio"...

Sale de la sala mirando a Jack de reojo. Tendría que pillarle y hablar con él...
Pero también con su amiga... Quizás ella recordase algo...

 Al ver que la reunión con el desconocido iba para largo, pensaste en cual de las dos opciones podía ser la mejor por lo que hiciste una mezcla de ambas.

Mandaste a Jack que te llevase con tu amiga y así poder hablar con los dos.