Partida Rol por web

Livia apenas movió un solo músculo de la cara.

- ¿Y que pasa si me niego?- Quiso saber.

Lo que más le asustaba era que realmente no le afectaba en lo más mínimo todo aquello. Aquella niña, lo que pudiera pasarle, o lo que le estuviera pasando, le daba absolutamente igual, ¿Desde cuándo ella era así, tan completamente desapasionada por el sufrimiento ajeno? No se reconocía. Recordó a su padre, en quien apenas se había parado a pensar ni medio minuto desde que dejara de verle. No era que el muy cerdo mereciese nada, pero... De ahí a dejar de preocuparse totalmente por él o por lo que pudiese haberle sucedido... Ella no era así. 

Joder, ¿Qué coño me pasa? Se preguntó a sí misma mientras apretaba los dientes. 

- Ese otro con el poder, ¿No puede ayudarte? - Esa era otra cosa que le importaba una mierda, aún así, hizo la pregunta. 

Clara sostuvo la mirada de al oriental, no había pretendido ofenderla pero si aquella mujer representaba un peligro para su abuelo quería asegurarse de que no le hiciera nada malo si colaboraba con ella.

- Voy a ayudarte Death- dijo tranquilamente- y no voy a pedirte nada...lo único que quiero es que cuando encuentres a Livia sigas tu camino, no se si me explico- le dijo muy seria para a continuación mirar de soslayo a su abuelo, lo quería mucho- me hago cargo abuelo, confia en mi... la persona a quien buscas se llama Livia Rodriguez, es una chica con el pelo blanco... no la he tratado mucho, pero al despertar del hospital cada uno de nosotros decidió irse por su cuenta, yo regresé a casa de mi abuelo, ella no dijo a donde se dirigía pero tal vez en el Hospital Infanta Sofía puedan decirme algo... o espera, lo mismo tengo apuntado su teléfono- dijo mientras sacaba un móvil y tecleaba la pantalla en la agenda.

Sonrío ante la reacción de Brok, me acerco pongo mi mano en su hombro y cierro los ojos.

- Voy a intentar recuperar mi poder... Le digo concentrándome en el lugar que quiero ir.

Tras el comentario de Livia la mujer se quedó unos segundos callada, aparta el teléfono y dice a la niña:

• naega , naegai yeoja wa jom deo manh-eun salamdeul-ege gyesog yaegi hal su-iss-eul ttae yeodongsaeng eul hochulhabnida. sidohago joh-a god sanate haji?

Se escucha como la niña pequeña al otro lado tose y con un hilito de voz dice:

• joh-a, eonni neun dangsin-i josim hago juuileul giul-yeoya salang

La mujer se guarda el teléfono con tranquilidad, entonces mira a Livia como examinándola unos segundos en los que no dice nada, Livia nota algo extraño, nota como si alguien estuviera observándolas desde lo alto, a asiática en ese momento dice muy seria y sin mirar a Livia mientras se ponía de pie:

• Toda decisión tiene unas consecuencias… y tu decisión las tendrá

La chica parece relajar un poco el gesto, cuando Clara le habla no dice nada, simplemente extiende la mano cuando esta le da el número de teléfono, lo observa unos segundos y entonces hace una leve inclinación de cabeza mientras dice:

• Te debo un gran favor y aunque no lo desees te lo devolveré, si algún día necesitas algo, lo que sea no dudes en llamarme… tu abuelo conoce la forma de ponerse en contacto conmigo.

La chica comienza a caminar para marcharse de allí dispuesta a seguir su camino, pero en ese momento algo sucede, las ventanas de la casa estallan en mil pedazos y un grupo de hombres entran, son soldados vestidos totalmente de negro, sin embargo, no iban armados con armas de fuego, sino con porras aparentemente de madera o alguna clase de plástico duro, además de que algunos de ellos parecía que llevaban bridas.

Brok mira a Iñigo extrañado mientras se mantiene a la espera y dice:

• Aunque puedas tele transportar no creo que puedas hacerlo a tanta distancia… la chica que conozco que es una tele transportadora está considerada un nivel 4 y no puede tele transportar a cualquier distancia, no conozco su límite, pero sé que lo tiene.

- Sí, supongo que sí. Incluso cuando otros las tomen por mí.- Respondió a la mujer.

A Liv le quedaba bastante claro que ella no era nada ni nadie en un mundo donde había gente capaz de matar a otro con solo desearlo, por eso, ¿Para qué preocuparse? Si la china quería matarla, la mataría, si quería obligarla a ayudar a la cría, la obligaría, y si no era ella, serían otros, los de la mesa de allí fuera, el tipo de la constructora, los cabecillas de poderosas organizaciones... Cualquiera. ¿Acaso no funcionaba así el mundo? ¿A base de hostias? Ella, como todos, se llevaría su ración. 

Al menos en su caso, no tenía que temer por la vida de ningún ser querido más. Estaba sola: Nadie por quién luchar, nadie por quién sufrir, nadie por quién nada. Eso tenía sus ventajas. Pero quizá  se había dado cuenta de que, efectivamente, tenía 19 años y estaba absolutamente sola, sin nada, sin nadie, ¿Y si era eso lo que le estaba pasando?

Parpadeó, se había olvidado de la china y de todo lo demás, volvió a su situación, al mundo real. Tenía que regresar al trabajo. 

- Suerte. - Dijo sin mirar a la otra mujer mientras se giraba hacia la puerta del reservado.- A las dos. 

Y salió. La música, las risas, las voces, el olor y el humo la envolvieron, casi hasta tragársela.

Asiento con la cabeza.

- Perfecto, tienes razón. Tampoco he probado tanta distancia. Entonces, vamos a la antigua... ¿Vamos andando?

Mi estilo de vida no me permite perder tiempo, y tampoco quería hacerlo ahora... Todo esto me tiene intrigado y con ganas de saber más de que es lo que ha pasado en este año inconsciente.

Clara sonrió a Death cuando le agradeció la ayuda, parecía que después de todo la cosa no iba a llegar a más lo cual agradecía... pensar en el ataque que sufrieron en la Institución le traía demasiados recuerdos amargos.

- No te preocupes Death, espero que todo vaya bien...- entonces irrumpieron aquellos militares en la casa, haciendo que sus peores pesadillas se hicieran realidad- pero...- balbuceó tan sorprendida como enfadada- ¿Por que demonios no nos dejáis en paz?- estalló irritada llamando a su don... cualquier cosa de metal que hubiera en la sala sería suficiente... o al menos eso esperaba... el problema es que los atacantes no portaban ningún metal...- abuelo...- dijo nerviosa.

Iñigo y Brok volvieron al coche y se pusieron en camino hacia el aeropuerto, durante el trayecto este activa le teléfono del coche.

• ¿Señor?... el objetivo estaba muerto, nos hemos encontrado en el lugar a Death.

Una voz de hombre bastante grave se escucha, a Iñigo le resultaba ligeramente conocida, aunque no terminaba de ubicar de que:

• ¿Ella? Que es lo que hacia esa mujer ahí
• No lo sé, señor, pero parece que cuando llegamos ella ya había encontrado lo que buscaba, no parecía realmente que ella hubiera matado al tipo, pero simplemente se marchó.
• Extraño… bueno, infórmame, ¿habéis encontrado algo más que pueda ser interesante?
• Si, así es, hemos encontrado unas direcciones en un par de ciudades, una de ellas en Nueva York que es a donde enviare a Iñigo, la otra está en…
• Muy bien, envíale a Nueva York y tu ven justo después a informarme en persona… por cierto, señor Iñigo Anartz me gustaría haber podido verle en persona, pero parece que tendrá que retrasarse… permítame que le dé la bienvenida a nuestra organización.

Aquellos hombres parecían dispuestos a atacar a los allí presentes, Death tira su sudadera al aire y en ese momento Clara casi sin darse cuenta atrae los pinchos que la asiática llevaba en ella y los apunta a los soldados como mortales perdigones metálicos preparados para ser lanzados.

Por su parte la asiática se queda observando la escena con los brazos cruzados.

El abuelo de Clara la mira y dice:

• Clara, no te preocupes… deberías marcharte, estos tipos no se andan con tonterías, pero puedo ocuparme de ellos con facilidad, ¿olvidas que soy un nivel 5?

Decía el hombre mostrando ahora bastante seguridad en sí mismo, los soldados parecían que estaban dispuestos a lo que fuera y se disponían a acercarse, en posición de guardia preparados, mientras que el abuelo de Clara estaba de pie y aparentemente no estaba haciendo nada, pero casi todos los elementos metálicos de la habitación, por muy poco metal que tuvieran estaban flotando, lo cual era una visión realmente increíble.

Clara estaba en tensión... no podía ser de otra forma... ya había visto a tipos como aquellos entrar en un sitio lleno de niños y actuar como si fueran máquinas. Gracias a Death disponía de unos buenos proyectiles con los que defenderse... pero parecía que su abuelo quería hacerse cargo sólo de la situación... verlo de aquella manera fue increíble.

- Abuelo... eres la persona en la que más confio... pero puedo ayudarte, no quiero dejarte sólo- se negaba a perder de vista a su abuelo, era demasiado importante para ella ¿Y si pasaba como con la chica a la que se le daban bien los idiomas?, el corazón le dió un vuelco y no pudo evitar lanzar una descarga de proyectiles contra aquellos soldados, para darle algo de ventaja al señor Expósito

Y el combate empezó ante la atenta mirada de Death la cual no se había marchado, pero no tomo parte por ninguno de los bandos. Los hombres se lanzaron a por la pareja de abuelo y nieta dos se dirigieron hacia Clara preparados para un combate cuerpo a cuerpo, la chica lanzo las púas metálicas con fuerza contra ambos impactando una gran cantidad de ellas en los cuerpos de los hombres, estos pese a contar con protección antibalas notaron los pinchazos de las pues.

A mismo tiempo el resto de hombres se dirigió hacia el abuelo de Clara, el cual casi sin imitarse comenzó a lanzar los objetos contra estos, los hombres parecía que no eran capaces de evadir todos los objetos e iban sufriendo fuertes golpes.

Pero Clara no podía distraerse demasiad ya que uno de los hombres lanzo su arma contra ella y le dio en la pierna haciendo que perdiera un poco el equilibrio mientras se disponía a dirigirse de nuevo al ataque con su compañero. 

Veo como Brok conversa con un superior por teléfono. - Esa voz... Pienso con extrañeza al resultar conocida, para luego de dar ciertas instrucciones dirigirse a mi.

- Muchas gracias señor, después de terminar con esta misión estaré encantado de conocerlo... Digo con cierta extrañeza.

Luego miro a Brok esperando me diga quien es el que estaba al otro lado del teléfono.

Clara se vio inmersa en el combate... era cierto que su abuelo estaba a años luz de ella, pero la joven Expósito tenía claro que eso de un gran poder implica una gran responsabilidad... iba con ella. El único problema podía radicar en que se emocionara demasiado y no controlara bien el metal... cuando los pinchos se clavaron en los hombres, se sintió fuerte... pero aquellos tíos eran buenos... tanto que uno de ellos consiguió darle en la pierna haciendo que perdiera el equilibrio... indignada, volvió hacer uso de su poder para arrojarle todos los pinchos que pudiera.
 

Finalmente llegaron al aeropuerto y allí Iñigo fue conducido hacia un avión privado, no era demasiado lujoso, pero al menos sí que era para él y le dieron tanto de comer como de beber y pudo descansar tranquilamente. El viaje fue tranquilo y aparentemente aburrido, aunque tenía periódicos y revistas para poder ponerse un poco al día.

Cuando llegaron al aeropuerto de Nueva York una de las azafatas le dio un teléfono móvil de última tecnología indicándole que a través de ese terminal le transmitirían las ordenes. Era de noche cuando llego y un mensaje de texto llego a su móvil:

Debes dirigirte al puerto de la ciudad, allí encontraras en el almacén 16 a un hombre de nombre Damien Dark, él sabe que vas para allá, aun así muéstrale este teléfono con este mensaje.

El lugar sin duda era un caos, algunos objetos volaban y golpeaban a los hombres, el anciano Expósito caminaba con tranquilidad mientras los objetos volaban de un lado a otro, los hombres parecía que trataban de acercarse y cuando estaban a punto algún objeto aparecía y les golpeaba.

Por su parte el tipo que corrió hacia Clara se dispuso a pegarle mientras esta se ponía de pie, los pinchos metálicos en esta ocasión no fueron muy acertados, Clara vio como el tipo prácticamente se iba a tirar encima suyo, pero una plancha le golpeo lanzándolo hacia atrás, el anciano dice:

• Clara márchate… para mí no son nada, pero para ti son demasiados… Death dices que le debes un favor a Clara ¿no?, o si hace falta yo pagare tu tarifa.

El hombre parecía que se estaba ocupando bastante bien de los atacantes y mira a su nieta mientras dice:

• Llámame al final del día por teléfono.

Al fin ya me encontraba física y psicológicamente preparado para continuar con la misión. Ya me encontraba en Nueva York.

- Mierda, esta organización también tiene recursos... Me siento a gusto hasta el momento integrando esta organización, y al fin puedo probar mis capacidades en terreno.

Camino por el aeropuerto en busca de un taxi para dirigirme al lugar indicado en el móvil que me entregó la azafata. Hasta el momento no encontraba nada fuera de lo normal de la operación.

Estaba claro quien era el señor de los metales... Clara no estaba a la altura de su abuelo, para poder llegar a ese nivel le faltaba mucho camino por recorrer... por lo que, a pesar de su orgullo herido, tuvo que acceder a la sugerencia del señor Expósito.

- Después de un año en coma... que esprabas abuelo?- dijo excusando su mal tino- te llamaré... y no se te ocurra perder- dijo a regañadientes... no le gustaba dejarlo sólo, pero tenía razón