Partida Rol por web

Eres bueno en tu trabajo, de eso no había duda. Acabas tu labor mas rápido de lo esperado y todo parece estar en orden.

Increible - comenta uno de tus escoltas. Te parece recordar que se llamaba Luis, según lo que les oiste comentar a sus compañeros mientras trabajabas - si que eres bueno, tío. Volvamos al pueblo, tendremos que venir al menos una vez al día a revisarlo pero con lo bueno que eres no creo que haya problema.

Todo parece ir bien, demasiado bien, quizás. Y entonces es cuando se desata el infierno y tus mayores temores se hacen realidad.

La última imagen, al menos en vida, que tendrás del bueno de Luis, es su imagen descompuesta expulsando por la garganta un grito desgarrador, consecuencia del zombie que acaba de arrancarle medio cuello.

Los otros dos guardias reaccionan, pero es demasiado tarde, los zombies se les echan encima. Cuentas al menos cuatro de esos seres putrefactos. ¿Pero de donde coño han salido? ¿Es que ahora esos cabrones pueden moverse sigilosamente? ¿Que está pasando? Pero no tienes tiempo en pensar en respuestas a todas esas preguntas, pues en cuestión de segundos, los zombies dejarán de saborear a los guardias y se centrarán en ti, y entonces estarás perdido.

¡Tienes que actuar rápido!

Te despides de Marco y sales a la calle. Puedes escuchar una fuerte explosión, proveniente del Centro Comercial. Parece que tus compañeros se han puesto en marcha.

No tienes un mapa del pueblo pero mas o menos ya tienes claro como es. Aparte del Albergue donde dormís, el Ayuntamiento, el Hospital y el Centro comercial, en el pueblo también hay una Iglesia, una Oficina de Correos, un Mercado, una Comisaría de policía, una Biblioteca y una Escuela, aparte de múltiples casas, bastante parecidas entre si. En las afueras del pueblo se encuentra el lugar conocido como la "Central", que es donde se encuentran los generadores que dan electricidad al pueblo.

La cabeza me da vueltas, y pienso que ir a coger un libro a la biblioteca estaría bien, pensaría en otra cosa y me ayudaría a dormir. compruebo que tengo el arma en el bolso todavía, meto la mano hasta dar con él. si...aquí está. luego me pongo en marcha, dirección la biblioteca. leer algo me sentará bien.

La biblioteca no se encuentra muy lejos del ayuntamiento, aunque la verdad es que en este pueblo nada parece estar muy lejos.

Puedes ver desde aquí el centro comercial y es inevitable que por tu cabeza pasen temores acerca del destino que aguardará a tus compañeros.

Entras en la biblioteca para encontrarte con una pequeña sala con múltiples estanterías repletas de libros. A la entrada se encuentra situadas una mesa, tras la cual te observa una anciana.

- Vaya, ultimamente nadie visita este lugar - te dice con voz cansada - Eres nueva por aquí ¿verdad? ¿Puedo ayudarte en algo, jovencita?

Cuando el guardia lo alabo por su trabajo su rostro se mostró tan agrio como siempre, pero una gota de orgullo quemo sus venas, como casi siempre le pasaba con respecto a su oficio. Obviamente jamás exteriorizaba las cosas buenas que sentía, sino mas bien todo lo contrario.

Mientras volvían, en su mente se formaban nuevas ideas y mejoras para el generador. Sabia que con suficiente tiempo podría hacer que trabajara con menor consumo de combustible y sin perdida de tensión. Claro que para eso necesitaría muchas herramientas que en ese momento no tenía. A pesar de que su mente parecía vagar en estos planes, otra parte de ella estaba en constante alerta, era la parte animal y primitiva del ser humano, dormida después de tantos milenios de tranquilidad y comodidad. Fue este instinto el que le hizo detenerse, sintió un escalofrío en su espalda recorriendo todo su cuerpo. Fue cuando atacaron.

Escucho con claridad como la carne era desgarrada de un mordisco, mientras los gritos de dolor se mezclaban con los gruñidos de ansias de las muertas criaturas. Cuando esos ojos blancos cayeron sobre él, sintió un nudo en el estomago, como si una zarpa helada se hubiera enterrado en sus entrañas.

El reflejo de un arma lo tienta, pero el avance de los muertos le hacen desistir casi al instante. No tiene sentido tener un arma si alguna de esas cosas te muerde. Con toda la rapidez que podía con su enorme cuerpo, trata de dejarlos atrás, mantener una saludable distancia, volver como pueda hasta el campamento.

En que orden posteamos master?

Me acerco a la señora que está sentada y saludo.

Hola, si que soy nueva aquí, mi nombre es Emmy Stone. sólo quería ocupar mi cabeza en algo que no fueran zombies. intentaba sonar amable y simpática pero mi voz inevitablemente también sonaba desanimada y triste. ¿quizás me pueda aconsejar un buen libro? intentaba no seguir con el tema de los zombies y que no siguiera por ahí nuestra conversación.

Me acerco a la puerta del supermercado rapidamente, compruebo que que no este cerrada, si es asi, si me queda algo del explosivo, pongo una pequeña cantidad en la cerradura e intento volar la verradura, para despues entrar en el supermercado, abriendo la verja, y cuando estemos todos volviendola a bajar.

No sabes si es el miedo o cual es la razón, pero no eres capaz de llegar muy lejos. Intentas pasar entre esos monstruos para huir y no alcanzar el mismo destino que tu escolta pero te caes estrepitosamente al suelo.

Y ahí estás, intentando levantarte tan rápidamente como puedes pero sabiendo que no te va a dar tiempo. Es tu final...

Y entonces, escuchas un disparo...

Una mujer sostiene, con firmeza, una pistola en sus manos. Y uno de los zombies que iba a atacarte se encuentra en el suelo. Su rostro es menos reconocible aún que antes.

La mujer te grita:

¡Rápido, sal de ahí!

No hay mucho tiempo para pensar, los zombies parecen desconcertados pero en cuestión de segundos intentarán atacarte de nuevo...

- Le recomiendo "La Sombra del viento", señorita. Un libro muy bonito, si. La ayudará a relajarse un poco. Espere que se lo busque - y sin darte a tiempo a responder, se aleja.

Mientras aguardas el regreso de la anciana, algo parece inquietarte...

Thomas mira hacia atrás, agradecio con la mirada al guardia que le quitó al zombie de encima. Estaba hasta arriba de sangre y se acercó hasta la valla junto al resto del grupo. "Demonios, ese cura nos ha dejado aqui solos..."  Tras llegar a la valla y ver las intenciones del chico del pelo blanco se hecho a un lado tapandose los oidos. parecía que le gustaba muchisimo reventar cosas y eso era algo inestable, ya que se parecía mucho al explosivo que trataba. 

-Esto cada vez se pone peor! hay que darse prisa! 

La mujer me aconsejó "la sombre del viento" y sin darme mucho tiempo a decidir, fue a por él.

Me sonaba mucho esa novela, se hizo en mi mente una imagen de la portada. una calle con un niño y un hombre en tonos blancos y grisis. también recordaba haber leido la sinopsis, estaba ambientada en Barcelona y en otra época. Era nuevo el libro, quizas del 2004 o 2005 y era best-seller. no recorda más, pero me pareció una buena elección. Bueno...seguro que es un buen libro.

Sus piernas se mueven pero no las siente bajo suyo, es como si su cuerpo se hubiera separado de su alma y mente quedase allí con los zombis mientras lo demás trataba de huir. Pero no alcanzo a hacer ni diez pasos cuando el suelo tapizado de hojas muertas termina siendo su único paisaje. Eso que dicen que vez tu vida pasar frente a tus ojos cuando estas por morir son puras mentiras. Alek solo pensaba en el dolor que iba a sentir de un momento a otro, en la agonía de estar vivo mientras era devorado, en la gran posibilidad de pasar la eternidad vagando en un cuerpo putrefacto sin alma. Pero un disparo se escucho, mas magnifico que el coro de mil Ángeles, salvándole la vida. Alek hizo otro esfuerzo y se levanto, el rostro lleno de tierra mezclada con sudor. Hecho un vistazo a su salvador, una mujer de mirada dura y fría. Pero no había tiempo para agradecer, era tiempo de huir. Mientras mas rápido mejor.

San Lorenzo sigue en la entrada junto a los guardias, se sentía paralizado por el pánico y no podía hacer ni un simple paso- qui...qui...quizás estaria bien avanzar un poco para despejar el camino...- dice a los guardias con la tez pálida.

Mirando a Thomas le digo No te preocupes muchacho, lo interesante esta por llegar, son solo cuerpos, piensa que son como nosotros pero mas tontos y mas lentos, si les metes un tiro mueren, y si les derrumbas un pasillo en cima quedan aplastados, esperemos que no tengamos que llegar a eso, o que alguno se transforme en cebo.

Hernán observó la cerradura de la verja que había en el supermercado. No era la primera vez que manipulaba una puerta cerrada, aunque tampoco se consideraba un experto. Eso sí, tampoco se iba a molestar si iban a volar también esa puerta, por lo que se quedó expectante a ver que hacían sus compañeros.

De mientras, agarró el rifle y comprobó que estuviera cargado y listo para disparar, pues aquellos zombies se acercaban y aunque ya hacía tiempo que había aprendido a como tratar con ellos, no quería olvidar que cada vez era una ocasión de vida o muerte.

- ¿Vas a abrir eso o que? - dijo impaciente.

Mientras tanto San Lorenzo...

- Preferimos estar aquí, cura. Es mas seguro - dice uno de los guardias en respuesta a la sugerencia de San Lorenzo.

-Además, no nos diga que hacer. No está cumpliendo su parte del trato así que no está para hablar, se suponía que debía entrar con sus amigos ahí dentro... ¿Le ha fallado Dios o algo? - ambos sueltan unas burlonas y exageradas carcajadas a raíz del comentario.