Partida Rol por web

Os encontráis en la carretera, dejáis VillaOso atrás pero parece que vuestros compañeros no han tenido tanta suerte. Algo ha impactado contra su coche y luego parece haberlo lanzado por los aires. Pero no pudisteis distinguirlo bien.

Dar la vuelta no parece la mejor opción, cada vez aparecen mas zombies, pero quizás vuestros compañeros necesiten ayuda. Lo mas sensato parece continuar el camino, pero la pregunta es ¿que haréis vosotros?

Alek miró el otro coche, pero quedó boquiabierto cuando este sale despedido por los aires. Los otros le importan un carajo, pero le habia cogido cierto aprecio a la doctora. Ella habia elegido ese vehiculo, pudiendo estar con ellos ahora... Trato de percibir cualquier detalle, algo que le dijera que estaban vivos...

-Mierda muchacha, porque no te quedaste con nosotros- penso apretando sus dientes. Los zombis formaban ya una marea, era imposible que sobrevivieran... ¿Estaba dispuesto a volver a por ellos? ¿Arriezgaria su vida? No lo creia. Pero aun asi, observo, esperando ver algo.

Bufff otra vez estas cosas, que fue lo que dio contra el coche, .... miro preocupado a todas partes buscando algo que me indique que fue lo que le paso al coche.

Hernán conducía como un loco esquivando aquella oleada de zombis y apenas pudo estar atento a si el otro coche venía con ellos. Unos movimientos rápidos y una mirada de reojo tras un giró le dejó con la idea de haber visto algo raro.

Siguió un poco mas y luego paró unos instantes cuando parecía todo tranquilo.

- Joder! ¿Qué ha pasado? Ya no nos sigue el otro coche.. - dijo mientras miraba por el retrovisor. No había visto bien lo que era pero no tenía muchas ganas de volver.

La verdad que estaba cagado y no tenía ganas de volver atrás, aunque sabia que ir juntos era la mejor opción para sobrevivir. El sin su banda no era mas que un matón con poco futuro.

Os alejáis demasiado rápido y el caos lo inunda todo. Pero logras ver algo, parece que el coche de vuestros compañeros ha salido volando a causa de que algo ha impactado contra el. ¿Un zombie? No, no puede ser. Sin embargo, eso es lo que parece, una especie de zombie de un tamaño y fuerza descomunal ¿¿¿Que demonios está pasando aquí???

San Lorenzo se gira y echa una ojeada hacia atrás -¿que a sucedido? dios santo!!- dice alterado.

-Tenemos que ayudarlos! pero quizás ya sean una de esas cosas!- las palabras surgían de su boca sin pararse a pensar, el miedo era evidente en su voz.

No lo distingue muy bien, pero San Lorenzo se queda paralizado unos instantes, mudo de terror. A sus compañeros... su coche ha salido volando por los aires... porque... ¡Les ha atacado el mismísimo demonio! No puede ser, tiene que ser irreal, pero es lo que San Lorenzo está convencido de haber visto: Un demonio bajado a la Tierra para destruirles...

-¡Es el asqueroso padre de todos los putos zombis!- grito con una mezcla de miedo y asombro-. Era enorme, jodidamente enorme...

¿Como podia haber algo asi? Era imposible. Ya los zombis eran un problema, pero esto era irse literalmente a la mierda. La doctora... No podian volver... Sintio como su corazon se contraia. ¿Un ataque cardiaco? Eso si que seria la gota que derramara el vaso. Pero no era eso, era la culpa, el saber que no volveria, que abandonaria a todos.

-No podemos volver- dijo serio y casi sin mover los labios-. Ellos tienen buenas armas, podran encontrar la forma de escapar- era una puta mentira, nadie podria escapar de algo asi, nadie.

Lorenzo se queda paralizado por el pánico, lo que veía era el mismo diablo. Se encoge hacia delante con las manos entrelazadas, cierra fuertemente los ojos y comienza a decir una oración entre susurros y sollozos.
-En el nombre de Jesucristo, nuestro Dios y Señor, fortalecido por la intercesión de la Inmaculada Virgen María, Madre de Dios, del Bendito Miguel, el Arcángel, de los Benditos Apóstoles, Pedro y Pablo, y de todos los Santos, confiadamente nos aprestamos a la tarea de repudiar los ataques y engaños del diablo….- comienza a balancearse hacia delante y hacia detrás como si de un loco se tratara.
Finalmente alza la mirada – ¡tenemos que volver! ¡Tenemos que volver!- repetía esa frase una y otra vez, estaba en estado de shock.

Hernán hundió la cabeza entre sus brazos. En un principio no había tenido intención de volver, pero no pudo quedarse tan tranquilo después de oír la "maldición" de ese sacerdote.

Agarró la cruz dorada que le colgaba del cuello y con los ojos cerrados se la acercó en la frente y empezó a murmurar algo.

Hernán se sentía un condenado, sabía que Dios no podría perdonarle mucho de los pecados que había cometido a lo largo de su vida, aunque tras sobrevivir a aquel apocalipsis que había diezmado la población mundial, pensó que el todopoderoso le había dado una segunda oportunidad.

- ¡¡Redención!! - se puso a gritar entre los aspavientos y gritos del sacerdote. Parecía un coche de fanáticos religiosos en estado de shock.

Apretó el acelerador y dando un giro rápido mientras chirriaban las ruedas en el barro, giró y volvió por donde habían venido. Con una de sus manos apretaba la cruz con ferviente fuerza.

-.....- Alek no pudo decir nada, solo aferrarse a donde podia mientras tanto el padre como Hernan gritaban como locos. Su mente se poblo de insultos para estas dos personas y el todo poderoso que, muy arriba, debia estar muriendose de risa de la cara que estaba poniendo. Aun tenia sus armas, asi que apenas pudiera las empuñaria y se lanzaria a los tiros...pero estaba seguro que no servirian de nada ante "Eso"...

Hernán reconduce el coche, con decisión, para ayudar a vuestros compañeros, pero cuando estáis a punto de adentraros de nuevo en VillaOso, todo hace ¡¡¡BOOOM!!!

Cuando os despertáis, os encontráis dentro del coche. El vehículo está destrozado pero no parece que vosotros os encontréis muy heridos...

Iban derecho hacia su muerte, Alek lo sabia, lo presentia, pero no podia hacer mas que aferrarse y maldecir a todos los curas, pandilleros, dioses y valientes del jodido mundo. La explosion lo cego y la onda expansiva hizo que todo su mundo diera varios tumbos. Cuando reacciono estaba de cabeza y con un sabor metalico en la boca. Le costo unos segundos darse cuenta de lo que habia pasado, cuando lo hizo.

-¿Estan contentos? Malditos estupidos mal nacidos, ojala esten todos muertos o mejor, vivos pero con terribles dolores- penso mientras trataba de acomodar su cuerpo y ver donde mierda estaban.

Miro a su alrededor, temia encontrarse otra vez con esa cosa horrible y enorme de hace unos momentos.

Lorenzo estaba en estado de shock el accidente lo había vuelto rápidamente a la realidad, nota como un liquido caliente y viscoso recorre su rostro- oh…mi cabeza…- se queja a la vez que coloca una de sus manos sobre su frente, se notaba aturdido y no sabía que había sucedido. Se da cuenta que el coche a dado vueltas de campana y que está destrozado.

Mira a su alrededor para ver como se encuentran sus compañeros de viaje- ¿estáis bien?- pregunta a la vez que zarandea la cabeza, ese maldito dolor no desaparecía.

-¡Claro que no estoy bien!- exclamo en voz baja mientras seguia mirando hacia afuera-. Estamos en un puto auto destrozado, seguro que rodeados de zombis y con un grupo de idiotas.

El pequeño estallido en voz baja le sirvio para calmar un poco la tension, pero aun no lograba ver nada, quizas cuando el polvo se asentase pudiera ver algo mas claramente... esperaba que fuera agradable.

- Mierda! ¿Qué paso wey? - dijo entre toses mientras salía arrastrándose entre el coche. Hernán estaba en shock cuando salió del coche y no recordaba bien como habían tenido el accidente.

Al salir no se preocupó de ayudar a nadie, simplemente miró a su alrededor a ver si veía con que se habían chocado.

No veis nada a vuestro alrededor, hay bastante humo y en general el paisaje es algo desolador. La explosión parece haber acabado con los zombies y probablemente con todo... Todo está escalofriantemente tranquilo.

No tenéis coche pero tampoco podéis quedaros parados en mitad de la carretera.

Podéis seguir por la carretera o ignorarla y adentraros en el bosque que la rodea. También podéis volver sobre vuestros pasos y entrar de nuevo en el pueblo para buscar otro camino...

Despues de asegurarse que ningun podrido anduviera cerca, Alek salio del auto, escupio a un costado alarmandose un poco al ver que la saliva era rojiza. Tal vez tenga daños internos...o solo se haya mordido la lengua. Pero viendo como estaba todo a su alrededor era el menor de sus problemas.

-No creo que nadie saliera vivo de alli- murmuro mirando los destrozos y lo que antes era un pueblo. ¿Que demonios habia pasado? De repente todo se lleno de zombis y esa enorme cosa... casi pareciera el frente de un ejercito...-. ¿Aun quieren ir a ese condenado laboratorio?

Esperaba que no, sobre todo teniendo en cuenta que su grupo estaba terriblemente reducido y ya no contaban con un doctor.

-Mierda doctora, tendrias que haber venido con nosotros- penso por enesima vez. Luego se encogio de hombros, reviso su arma y se preparo para largarse de alli, no queria que nadie lo viera, sea vivo o muerto.