Partida Rol por web

|Comedor|

Aplaudí entusiasmada, aunque seguía dándole vueltas al asunto de Walgior con la que, en esos momentos, era ya reina... Mis aplausos cesaron de repente, mientras mi rostro se volvía serio... Allí estaba Walgior, mirando asombrado a Farilynn, como la mayoría de los hombres que habían en el comedor.
¿Cómo demonios iba a decirle a Walgior lo que sentía por él si estaba saliendo con la reina? Se le veía bastante enamorado, al igual que ella, así que quizá lo mejor era olvidarme de lo que sentía...
- ¿Qué te parece si damos un paseo, Kith?- le pregunté al muchacho, contenta de que hubiera recibido el alta.
Ya notaba como la bebida me iba haciendo efecto...

|Cubierta del barco|

|CONJUNTA ENTRE LA PROFESORA DANA Y SIRIUS|

Dana: Sonreí, pues a pesar de que quería cambiar de tema, no iba a abandonar el tema así como así... Seguro que al joven le vendría bien desahogarse hablando con alguien, pero pensé que era mejor seguirle la corriente por el momento.
- Bueno, digamos que puedo sentir la tristeza, el dolor y la alegría de las personas, sólo de aquellas que no sean capaces de producir una barrera invisible en su mente... Así que he sabido que tú salías por tristeza- le expliqué, mirándole fijamente-. ¿Vas a contarme lo que te pasa?-.

Sirius: ¿Cómo iba a poder engañar a una persona a la cual no se la puede engañar? Por mi cabeza pasaron mil respuestas, una más absurdas que otras, y ninguna me convencía. No sé por qué, pero tenía la impresion que Dana sabía cada uno de los pensamientos que recorrían mi mente, ya que a veces, esbozaba una sonrisa como diciendo "esa es otra mentira".
Decidí entonces hablar, aunque no sabía muy bien que decir, intenté ser lo más sincero posible ante la mirada inquisidora pero dulce de la profesora. - Me siento triste. -, le digo mirándola a la cara. - No sé por que me siento así... veo a todos felices, bailando, festejando... y me veo a mí, sólo en un rincón. ¿Crees que aparte de ti, alguien más se ha fijado que no estoy? -.

Dana: - No debería preocuparte si alguien se ha fijado o no... Tienes todo el derecho del mundo a sentirte triste... Cada uno de vosotros tiene un pasado que puede ser más o menos duro, pero tienes derecho a no querer festejar nada...- le expliqué, poniéndole una mano en el hombro, para que sintiera mi apoyo-. El pasado siempre es el pasado, pero siempre estará presente en el futuro...-.

Sirius: Su mano en mi hombro me hace sentir mejor. Creo que es la primera persona que se interesa en mí de esta manera desde que... desde hace tiempo... Sólo puedo agachar la cabeza, mientras rozo con mi mejilla el dorso de su mano en el movimiento. - Tus palabras son sabías... -, le respondo. - y agradezco que me entiendas. -, termino mientras cierro los ojos con fuerza para evitar que otra lágrima se escape por ellos.

Dana: - A veces es bueno llorar y dejar salir los sentimientos fuera, ¿sabes?- le dije, mientras le cogía del mentón para que nuestras miradas se volvieran a encontrar-. No es bueno contenerse... Y sabes que a mi no puedes ocultarme nada... Sé perfectamente lo que sientes-.

Sirius: Abro lentamente los ojos, y dos lágrimas se escapan de ellos descendiendo por mis mejillas. Los ojos de la profesora se ven sabios a la vez que cautivadores tan de cerca. La manga de mi túnica pasa por mis dos ojos, secando las gotitas que salen de ellos. Inspiro profundamente, intentando normalizar mi respiración, mientras intento enfocar mis llorosos ojos en los ojos de la profesora.
- Yo... -, le digo mientras trago saliva. - No quiero contenerme... pero tampoco quiero que me vean llorar. Es por eso que salí aquí, para desahogarme.-

Dana: Sonreí.
- Pero conmigo no tienes por qué cortarte, sé perfectamente que tienes ganas de llorar y da lo mismo que te vea o no... Venga, anímate, seguro que tu madre está muy orgullosa de tí- le dije, con otra sonrisa, mientras le daba un fuerte abrazo para que sintiera mi apoyo.

Sirius: Oir de sus labios la palabra "madre" junto con su abrazo, hicieron que soltara todo el aire de los pulmones. Mi respiración comenzó a ser intermitente, mientras que mis brazos se cruzaron detrás del cuello de la profesora, cerrándose sobre mi cara. Las lágrimas comenzaron a aflorar como una cascada, empapando las mangas de mi túnica que cubría mi cara. Siento como mi dragón percibe mi tristeza y lanza un suave suspiro mientras se hace un ovillo.

Dana: Le di unas suaves palmaditas en la espalda, animándole para que siguiera desahogándose, mientras controlaba también que no viniera nadie... Si no quería que nadie le viera, yo me ocuparía de ello...
- Eso es, muchacho, llora todo lo que tengas que llorar... No es bueno reprimir dentro la tristeza...- le susurré, sin dejar de darle palmaditas y acariciándole también la cabeza, para que se tranquilizara y llorara agusto.

Sirius: Tras unos minutos de llanto, comienzo a tranquilizarme poco a poco. Vuelvo a secarme otra vez las lágrimas, mientras que mi respiración vuelve a la normalidad. Me separo lentamente de la profesora Dana, a la que miro con los ojos vidriosos y completamente rojos por el llanto, y trato de sonreir un poco. - Gracias. -, le digo mientras sonrio. - Gracias por entenderme. -

Dana: - No, hombre... No quiero que me des las gracias... Mis conocimientos de adivinación sirve para mucho, incluso para entender a las personas... Digamos que aparte de ser adivina soy psicóloga- dije, con una sonora carcajada.

[Comedor - Cubierta del barco]

Hacía ya muchas copas que había bebido demasiado. Aplaudí entusiasmado la coronación, aunque me daba exactamente igual quién gobernase sobre los elfos. De hecho, me daba exactamente igual quien gobernase en general. Pero la princesa estaba buena, la fiesta prometía, había muchas mujeres bien vestidas para la ocasión (siempre es divertido pensar en quitar un vestido que les ha llevado horas ponerse correctamente), y la bebida era excelente.

"¿Dónde estará Sirius?" pensé al cabo de un rato. "Para alguien que conozco... ¡A ver quién de los dos consigue encontrar compañía para esta noche antes!. Seguro que está fuera... habrá bebido demasiado y saldría a tomar el aire ¡será nenaza!"...

Al salir a cubierta (con una copa en cada mano), me encuentro a Sirius hablando con la profesora Dana "¡qué bien se lo montan algunos!". Me acerco a ellos intentando no parecer demasiado perjudicado:

-¡Eh, Ssiriuss! ¡Essperaba máss de ti, hermano! ¡En un barco no duraríass ni doss minutoss, no llevass ni una hora bebiendo y ya hass tenido que salir fuera! - Me giro hacia la profesora. "Esta es la simpática, la que nos perdonó las tareas domésticas. Comportémonos..." - ¡Exxcelente fiessta, professora! Debería entrar a divertirrse, ¡ya me quedo yo a cargo del pequeñín! - digo, mientras paso el brazo por encima del hombro de Sirius. "...Este no sólo ha bebido. ¡Cómo tiene los ojos de rojos! A ver si la profesora se larga pronto y comparte..."

[ Cubierta - Fiesta ]

Miro la condición con la que se me acerca mi compañero Cambaral. Uff, apesta a alcohol y además, está como una cuba. Miro a la Profesora Dana y le agradezco nuevamente su ayuda, mientras Cambaral coloca su brazo sobre mi hombro.

- Amigo... -, le digo mientras paso mi brazo por su cintura para que no se caiga. - creo que lo mejor será que vayamos dentro, no tengo intenciones de verte caer por la borda así como estás. -, termino mientras acompaño a mi compañero debajo.

Me despido con un ademán de la Profesora, diciéndole que espero volver a tener una charla con ella y con mi compañero colgado de mi cuello, me dirijo nuevamente al salón de la ceremonia.

| Comedor |

Aplaudí con fuerza desde el final del comedor, justo al lado de la puerta, depie y con una gran sonrisa en la cara.  Farilynn estaba realmente preciosa y deslumbrante, no pude evitar mirar a los demas chicos y sentir rabia por como la miraban... Pero no podia hacer nada tampoco. Tomé una copa y empecé a beber, luego otra... Mi mirada se mantenia en la nueva reina. Una vez que miré a Hanless creí apreciar que su mirada se cruzó con la mia y no me dedicó una mirada agradable, pero tal vez fué mi imaginación y no le dí importancia.
Tenía ganas de que la ceremonia terminase para poder estar con Farilynn un rato aunque fuese...

[Comedor]

Permanecí de pie durante toda la ceremonia, respetuosa con mi nueva reina. No es que me inspirara la mayor de las confianzas, a fin de cuentas nos había enviado a ciegas a un enfrentamiento contra nuestro peor enemigo, sin avisarnos siquiera, sin plantearnos una estrategia previa, sin explicarnos qué debíamos o no hacer. Si todas sus decisiones y planes iba a realizarlos así, sería un reinado muy turbulento.

Pero yo no estaba allí para juzgarla, sino para asistir a la coronación y presentarle mis respetos, y la lealtad que le debía. Mi familia siempre había permanecido fiel a la corona, y salvo fuerza mayor, así seguiría siendo.

Aplaudí discretamente, mirando con reprobación a los que aplaudían y vitoreaban como si se tratase de una taberna. ¡Aquella era una ceremonia solemne, por favor! Finalmente, colocando mi vestido* correctamente para que no se arrugase, me senté, y bebí un breve sorbo de mi copa sin alcohol. Fue entonces cuando fijé la vista en aquel joven, Walgior... ¡La pareja de la nueva reina bebiendo como un vulgar borracho! ... ¡Menudo comienzo para un reinado!

[Comedor]

Todo estaba saliendo a la perfección.  Una bonita coronación para una bonita princesa - pensé.

Como hubiera dicho un antiguo profesor en la torre de la alta hechicería, el trabajo es el trabajo.  Me acerqué a uno de los soldados sirenos que protegían a Melpénome, maldiciendo mi ignorancia sobre los protocolos con esta raza, ya que no sabia si tenían alguna costumbre extraña para mí.

Hice una reverencia en forma de saludo y me presenté:

-Hola, me llamo Fistandantilus.  Me preguntaba... -decidí ir directo al tema- ¿contáis con hechiceros entre los sirenos? ¿Utilizais la misma magia que nosotros?

Estaba quedando a la altura del betún, o esa impresión tenía yo, pero realmente sentía curiosidad.

|Comedor|

- Yo responderé a eso, muchacho... Mis queridos guardias no te responderán a tu pregunta, puesto que sólo están aquí para protegerme a mi y por si se les necesita en algun caso extremo- dijo la reina sirena, sentada sobre un sillón que aparentemente parecía estar mojado-. Con respecto a lo de la magia... Te diré que nosotros tenemos nuestra propia manera de hacerla... Es muy parecida a la vuestra pero nosotros tenemos que seguir unos pasos distintos...- explicó la reina, con una sonrisa-. Y ahora dime, ¿no vas a divertirte en esta gran celebración? Deberías aprovechar, pues en pocas ocasiones vamos a tener oportunidad de estar de celebración... Creo que no veremos sonrisas durante un largo tiempo- le dijo la reina sirena, con un cierto tono de tristeza.

|Cubierta del barco - Comedor|

Llegó aquel muchacho, Cambaral, bastante borracho ya.
- Demasiado pronto para andar dando tumbos, ¿no crees?- le pregunté al joven, despidiéndome de Sirius con un gesto de la cabeza, mientras dejaba un largo espacio de separación para entrar yo también al comedor, observando a todos los presentes. Vi a la pareja actual de Farilynn que comenzaba a beber, aunque lo veía una cosa bastante normal, estaba festejando la coronación de su pareja-. ¿Qué tal, Walgior? ¿Te sientes feliz por este acontecimiento?- le pregunté, mirándole fijamente a los ojos.

| Comedor |

Ya estaba terminando la segunda copa cuando la profesora Dana se me acercó. La saludé con un gesto de cabeza.
-Lo raro sería que no me sintiese feliz.-dije con un tono algo raro en mi, tal vez era simpatía.-Pero si ella es reina ahora...-paré un momento, pensativo.-¿Qué será de nuestra relación? Espero que se pueda llevar hacia delante y que no se interponga una coronación.-dí un largo sorbo a mi copa, terminandola.

|Comedor - Cubierta|

|Conjunta entre Farilynn y Hanless|

Hanless: Me acerqué a mi hija Farilynn cuando la coronación se llevó a cabo, mientras todos comenzaban a beber y a comer lo que servían los camareros elfos que habían acudido voluntariamente para hacerlo.
- Enhorabuena, hija mía- dije, abrazándola fuertemente-. Serás una buena reina y honrarás tu cargo, estoy completamente segura de ello-.

Farilynn: Sonreí mientras le devolvía el abrazo.
- Gracias mamá, eso espero- le contesté, con una amplia sonrisa en mi rostro-. Parece que la gente se divierte, ¿no?- le pregunté, separándome de ella para echar un vistazo a los presentes, y a lo lejos vi a Walgior.

Hanless: Vi como su mirada se dirigía hacia aquel muchacho que hablaba con la profesora de adivinación, Dana.
- Hija... Deberías olvidarte de ese muchacho y salir con otra persona que te convenga más- le dije, intentando suavizar el tono de mi frase, pues no me gustaba demasiado que saliera con él habiendo otros hombres de su edad-. Por ejemplo... Mark, el director del internado, es un hombre muy honrado y honesto... ¿Por qué no sales con él?-.

Farilynn: La miré, con los ojos entrecerrados.
- Mamá, ya hemos hablado de esto... No voy a dejar a Walgior, y mucho menos para salir con Mark... Ese hombre no tiene ni la mitad de la madurez que tiene Walgior- expliqué, indignada por la conversación que estábamos teniendo-. Y ahora, si me disculpas, tengo que atender a los invitados...- le dije, mientras me alejaba de allí y salía a la cubierta, pasando por al lado de Walgior.

|Comedor|

- No tienes de que preocuparte... Ella te adora y te quiere muchísimo... Seguro que no va a permitir que nada se interponga en vuestro camino- le expliqué, con una sonrisa-. No te comas demasiado la cabeza con ese tema... Lo que tenga que ser, será... Y si estáis destinados a estar juntos, lo estaréis- le dije, viendo como Farilynn había pasado por nuestro lado-. Ves con ella- le sugerí, mientras entraba más adentro del comedor.

| Comedor - Cubierta |

Escuché con atención todo lo que Dana me dijo, palabras tranquilizadoras sin duda... Asentí cuando se fué y salí en busca de Farilynn. Salí a cubierta y allí estaba, de espaldas ami mirando el horizonte. Su pelo agitandose levemente por la brisa marina al igual que su vestido. ¿De verdad aquella persona se podía enamorar de un simple muchacho que de lo unico que sabe es luchar? Me acerqué un poco hacia ella y me paré a su espaldas.
-Estas preciosa.-dije casi en un susurro.

La fiesta me estaba resultando un poco repelente, estaba todo lleno de elfos, era una fiesta hecha por elfos y para elfos, por lo que cogí un poco de carnaza y me sali del comedor sin decir nada a nadie y esperando a que nadie se diera cuenta. Seguidamente me dirigí hacía los jardines en donde daría un placentero y refrescante paseo.

[Cubierta / Comedor]

Aparté de buen humor el brazo de Sirius de mi cintura:

-¡Eh, eh! Vamoss a ligar, pero con chicass, que tú no me gusstass lo máss mínimo, moreno - me reí - No, en sserio, no te preocupess, una cossa ess que lleve un par de copass de máss, y otra que no pueda caminar perfectamente.

En ese momento entrábamos en el comedor, y me fijé en la chica más cercana (Hëndel). Me despedí de Sirius con una frase lapidaria:

-Mira, y aprende del maestro - hice un esfuerzo por comportarme como si no hubiese bebido, y me senté al lado de la chica con la mejor de mis sonrisas.

-¡Hola, preciosa! Me parece que aquí se han equivocado y han coronado a la persona equivocada, princesa - apoyé el codo en el respaldo de la silla, cómodo y despreocupado. Seguro de mi mismo para variar.

Bueno, está claro que las fiestas no me gustan, pero las palabras de Dana me reconfortaron bastante como para decidir quedarme aquí y no irme a mi habitación. Además, creo que mi amigo Cambaral me va a dar un buen espectáculo... je, je, je.

- Vamos, chico... -, le digo mientras me rio un poco. - ¡Nadie puede con el más guapo del internado! -

Me recuesto contra una de las paredes mientras miro la actuación de mi compañero, dándole sorbitos a mi bebida, y mirando, por que no, a las chicas que se han venido más guapas que de costumbre...

[Comedor]

-"Mis respetos, Melpénome".  -Hice una reverencia- "solo sentía curiosidad".  La fiesta está bien, pero mañana se habrá acabado.  El conocimiento es duradero y ayudará siempre.  No obstante, no significa que no pueda disfrutar un rato del banquete.

- No os molesto más.  Simplemente tenía curiosidad.  Gracias, y disfrutad vos también.

Cuando nos hubimos despedido me di media vuelta.  Había probado el licor elfo.  No era desagradable al paladar, ni mucho menos, pero embotaba rápidamente los sentidos.  Prueba de ello era Cambaral, que estaba bastante mal.  Se puso a hablar con una chica.

Yo di un par de vueltas, pero no veía nada que me llamara especialmente la atención.  Recordé el libro que dejé a medio leer en la biblioteca, antes de venir, pero no era apropiado ausentarme para ir allí.  Hubiera sido muy descarado.

Decidí gastar una broma a Cambaral.  Eso me levantaría los ánimos un poco, además de que quería hacer las paces por lo ocurrido.  Me puse a una distancia prudencial e intenté ejecutar un sortilegio de ilusionista (sus efectos no son reales, solo lo aparentan).  Se suponía que al chico deberían "salirle" cuernos y cola de colores tan chillones como los ropajes de un artista circense.

[Comedor]

Estaba muy feliz de estar allí con Naida, y tambien de la coronación de la princesa Farilynn. cogi dos copas de uno de los camareros que estaban repartiendo las bebidas. - ¿quires una?- Dije ofreciendole una copa a Naida que estaba junto a mi.

|Comedor|

Miré de reojo al joven (Cambaral) que se me había acercado. Resultaba bastante apuesto, pero en mi opinión, le daba mil vueltas Walgior...
- Perdona, si me disculpas... Estoy intentando pasarlo bien así que, si quieres tirarle los trastos a alguien, ¿te importaría hacerlo más lejos? No quisiera ser grosera pero... no me gusta que me tiren los trastos cuando está la gente borracha- le espeté, intentando ser suave.

|Cubierta del barco|

Escuché la voz de Walgior detrás de mi y provocó que un escalofrío recorriera todo mi cuerpo, de pies a cabeza.
Me giré lentamente, con la sonrisa dibujada en el rostro.
- Hola, no esperaba encontrarte aquí tan temprano...- susurré, cogiéndole suavemente de una mano. Aquello me hacía muy feliz, pues podía demostrarle el amor que sentía por él sin sentir que estábamos haciendo algo prohibido-. ¿Te ha gustado la ceremonia? Ha sido bastante emocionante, aunque ha sido un gran despliegue...-.