Partida Rol por web

| LAGO |

Le sonreí a la chica del pelo claro, alzando una ceja al estudiar su cuerpo centímetro a centímetro. Era una chica espectacular, pero mi hermano y yo sabíamos las tácticas a utilizar en éstos casos. No siempre se presentaba la oportunidad de que los dos tuviéramos una cita en el mismo momento.

- Somos Meldon y Sailon Jencks- dije, señalándome a mi primero cuando pronuncié mi nombre, señalando después a mi hermano-. Encantado de conoceros, y estoy seguro de que mi hermano coincide en lo mismo... Bueno, bienvenidas a Deeteth. Hemos oído que estudiábais en un internado, donde os preparaban para la lucha... Nosotros vamos a una academia de adivinos, pero lo hacemos por simple tradición- le expliqué, mirando a mi hermano para que continuara con la explicación, mientras yo me acercaba con una sonrisa a la joven de pelo claro, la que se hacía llamar Naida.

Dejé salir medio cuerpo fuera del agua para que pudiera admirar mi estupenda figura. No es que estuviera muy fuerte o tuviera unos músculos bien marcados, pero me ocupaba de mantener una figura esbelta.

| LAGO |

Le sonreí a mi hermano Meldon, después de que dejara a mitad su explicación. Nos entendíamos perfectamente sólo con mirarnos, pero también podíamos utilizar la mente para ello.

- Mi hermano quería decir que nosotros llevamos siglos viviendo en paz, sin batallas ni luchas que solo sirven para que muera gente, para destruir vegetación y seres vivos...- dije, aunque miraba concretamente a Lilith, la chica morena-. Nosotros cuidamos de la madre naturaleza como si fuera lo único que nos queda... Y la amamos como si fuera nuestra propia madre... Por eso podéis contemplar un paisaje tan bello, aunque estoy completamente seguro de que la madre naturaleza os estará envidiando en este preciso momento...- dije, con voz suave y poética. A algunas chicas les gustaban los chicos sensibles, y esa era la táctica que utilizábamos Meldon y yo-. ¿Os gusta Deeteth?-.

| APOSENTOS DE JAIRON |

Le miré, escrudiñándole con los ojos, en busca de algún indicio que me hiciera pensar que se encontraba mal... Pero parecía estar seguro de lo que me estaba pidiendo. Aún así, el lazo que había aparecido entre él y yo era demasiado fuerte como para marcharme a la primera de cambio.

- Jairon... ¿Estás seguro de que estarás bien? - le pregunté, pero me di cuenta de que, me dijera lo que me dijera, no me marcharía. Así que, sin pensarlo dos segundos, ordené a los clones que se marcharan y nos dejaran solos. Me senté en una butaca cercana a la cama y apoyé las manos en el posabrazos, mirando con detenimiento al muchacho-. Yo misma me quedaré aquí... Markwolf y Cassandra podrán arreglárselas sin mí- dije, mostrando una sonrisa diabólica al pronunciar el último nombre.

Miré de nuevo su rostro... No podía ser que de verdad me gustara aquel muchacho. Los hombres nunca me habían gustado, todos me caían mal y no les soportaba... Pero la relación que mantenía con Jairon era mucho más especial que la mantenida con Markwolf hasta ahora... Sentía que debía protegerle, pero intenté convencerme de que eso sólo significaba que le apreciaba, nada más.

[El lago]

Sailon y Meldon, parecian dos chicos muy agradables, o almenos eso aparentaban, por lo menos se podía mantener una conversación normal con ellos.. Sonreí al hermano rubio y dije- ¿Que si nos gusta? ami me encanta, es todo tan bonito y maravilloso-miré hacia mi alrededor y dije- definitivamente es precioso y no solo eso, me  transmite una paz y tanquilidad que hace mucho que no sentía. Debe ser una suerte nacer y vivir para siempre en esta isla- Terminé de hablar mirando fijamente a Sailon con una sonrisa  y sin dejar de mirarlo le pregunté a mi amiga, que estaba en muy buena compañía- ¿Tu que opinas Naida?- Estaba segura de que ella tambien echaba de menos una poco de diversión.

| CASA DE DANA |
| Conjunta entre Fistandantilus y Dana |
| Nota: No apta para hipocondríacos... xD |

Dana: Sonreí, satisfecha por su respuesta. Me interesaba mantenerlo distraído, apartarlo de la visita que me había hecho Nacilë, así que sólo se me ocurrió una manera... Aunque Fist no era un chico tonto, ni mucho menos.
Le cogí del cuello y lo arrastré hasta el barreño lleno de agua, colocándole justo a mi espalda mientras caminábamos, con su cuerpo pegado al mío.
En el barreño cabíamos los dos, aunque bastante apretados... Pero estaba claro que era justamente eso lo que pasaría...
Metí cuidadosamente un pie y después el otro. El agua estaba perfecta, así que tiré de la mano a Fist y le obligué a entrar conmigo.
- ¿Importarme? ¿Decías?- pregunté, soltando una pequeña risotada, besándole con euforia.

Fistandantilus: Me metió de un tirón con ella, y me besaba. Yo la correspondía. Le dí la vuelta y apoye sus manos sobre el borde del barreño, inclinada.
Besé su espalda, bajando por ella. Me levanté y la cogí por los pechos mientras pegaba mi cadera a la suya, penetrándola.
Bajé mis manos hasta su cadera, me separé y volví con fuerza, removiendo el agua bajo nosotros.
- Oh... Dana...-

Dana: Gemí al notar que su ser entraba en el mío, sintiendo que nos volvíamos una sola persona, que me envolvía con sus brazos y sus caricias...
Escuché los susurros que salían por su boca y cómo el agua se removía debido al movimiento que adoptaban nuestros cuerpos durante la penetración.
Clavé las uñas en el barreño, mientras dejaba escapar un grito de placer con la última embestida. Arqueé la espalda, adoptando una mejor postura para obtener mejor placer...
Mis gemidos cada vez eran más intensos al mismo tiempo que aumentaba el ritmo de sus embestidas.
- Fist... Ohh... Másss...- logré susurrar entre gemidos, con la voz entrecortada. Aquella vez estaba resultando más excitante que la anterior.

Fistandantilus: Cada vez que nuestros cuerpos mojados chocaban se producía aquel sonido, similar a una palmada, estandarte del placer.
Estaba desbocado, sentía el calor de su cuerpo, los latidos de mi corazón a punto de salirse del pecho. Quedaba poco para llegar al punto deseado. Aquella mujer me excitaba tanto...
Salí de ella y le dí la vuelta, poniendo su mano sobre mi miembro mientras la besaba y yo acariciaba el suyo.
- Solo un poco más...-

Dana: Suspiré cuando se separó de mí y me obligó a darme la vuelta, cada uno tocando el miembro del otro. Le sonreí, maliciosamente, queriendo llevar a cabo la idea que se me acababa de ocurrir.
Besé su pecho lentamente, mientras recorría con mi lengua todo su cuerpo hasta llegar a su miembro... Dediqué unos minutos a jugar con él, arrodillada en el barreño, dejando que el agua me cubriera casi completamente.
Después, me levanté y le obligué a tumbarse en el barreño, mirando hacia el techo, y me coloqué justo sobre él... Me agarré de nuevo al borde de aquel objeto que nos estaba brindando aquel momento y puse en movimiento mis caderas, sintiendo de nuevo la penetración...
De nuevo, el agua que nos rodeaba comenzó a moverse como si fuera un maremoto... Mis gemidos volvieron a intensificarse, mientras jugaba con sus labios, dándoles suaves mordiscos.
- Cariño...- susurré, entre gemidos. Notaba que estaba casi llegando al punto límite, donde explotaría como jamás lo habría hecho, pero aún quería seguir disfrutando de aquella situación.

Fistandantilus: Su reacción me pillo totalmente por sorpresa. La tenía sobre mí, moviéndose liviana, con la gracilidad que se lo permitía el estar en el agua. Era tan intenso que de no ser por estar con Dana no hubiera sabido si me estaban torturando.
En aquellos momentos solo sabía repetir su nombre, y entonces me abalancé hacia adelante, dejando caer sus piernas a mis costados, estallando con ella todavía encima, abrazándola tan fuerte como podía.
Me quede cogido a ella unos segundos. El mínimo movimiento provocaba en mí intensos espasmos de placer.
- Quieta... quieta. Así estás bien, amor.-
Unos segundos después, todavía abrazados y con mi cabeza en su pecho empecé a reirme.
- Eres increible... Jamás hubiera imaginado que eras así...-

Dana: En tan sólo unos segundos, los dos estallamos por segunda vez aquel día, mientras los temblores dominaban nuestros cuerpos. Apreté los dientes, para reprimir un chillido que alertaría a cualquiera que pasara cerca de la casa, y agarré fuertemente sus cabellos cuando llegué al punto final de aquel momento...
Solté mis manos de sus cabellos para colocarlas en su espalda, clavándole las uñas levemente en la piel, sin apenas darme cuenta. Y, por fin, llegamos al final...
Suspiré, mientras intentaba tranquilizarme y detener los temblores, pero no podía... Reí al escuchar sus palabras, y la risa sonó entrecortada.
- Yo sí sabía que eras así de espectacular...- dije, separándome de él para sacarle la lengua con burla. Volví a reir, aún con unos leves temblores en mi cuerpo, y le besé lentamente en los labios-. Te amo con locura, Fist...

Fistandantilus: Suspiré, mejor dicho, resoplé, agotado.
- ¡Tú juegas con ventaja, tramposa!-
La besé, contento de tenerla a mi lado. Cogí un poco de agua entre mis manos y le froté el cuerpo, retirando el sudor que sin duda daba testimonio de loque acababa de pasar.
Le dí un cachete.
- En fin, si te tienes que ir, ve, pero no tardes mucho, ¿de acuerdo?-.

Dana: Sonreí y le imité, retirándome el sudor con el agua del barreño. Salí del agua y me coloqué otro vestido que tenía guardado en el baúl de la ropa, que aún no había guardado en el armario. Era blanco hasta los tobillos, con unas mangas que me llegaban hasta los codos y un discreto escote. Me recogí el largo cabello en un moño y me acerqué de nuevo a mi amado, dedicándole una nueva sonrisa.
- No te preocupes, no tardaré... No te vayas muy lejos del lago o no podré mantener la protección de tu mente- le dije, besándole tiernamente en los labios-. Eres increíble, amor... Te amo, para siempre- le susurré, mientras le daba otro beso y me marchaba de allí, despidiéndome con la mano al salir.

| APOSENTOS DE JAIRON |
| Conjunta entre Jairon y Mae |

Jairon: Sin abrir los ojos aún, supe que la auntentica Mae se habia sentado en una butaca. No me trataba nada mal, despues de todo... Habia algo extraño.
-No es necesario que te quedes, de verdad.-empecé a decirle, con los ojos cerrados.-Ni tus clones. Sé defenderme solo y dudo que me ocurra nada.-sonreí, con mis manos tras mi cabeza.

Mae: Sonreí, viendo la actitud que tenía.
- Jairon... Sé que no es necesario, pero creo que es adecuado que alguien se quede contigo... Por simple seguridad, ya sabes- dije, encogiéndome de hombros-. Nadie ha puesto en duda que sepas defenderte solo... Creo que lo demostraste en el internado cuando tuviste que llevar a cabo tu misión... Y también creo que Markwolf no te ha recompensado como te mereces-.

Jairon: No pude evitar sentirme halagado.
-Gracias, Mae. Un placer oir esas palabras de una guerra como pocas quedan.-aquello fué bastante sincero.-Bueno... No puedo negarte que me esperaba más por parte de mi señor, pero no me importa solo con saber que hice lo que debia.-en ningun momento abría los ojos.

Mae: Sonreí. Tenía un carácter perfecto, capaz de dominarse. Si sentía odio por algo o por alguien, no se notaba en ese momento. Sus ojos seguían cerrados y pensé que quizá debería callarme ya para dejarle tranquilo. Pero tampoco podía conseguirlo.
- Algún día te darán el reconocimiento que debió darte en estos momentos... Aunque debo decir a su favor que te tiene un enorme aprecio y que jamás permitiría que te hicieran daño, a pesar de que a veces no lo demuestre- le dije, intentando animarle. Mi trabajo se trataba de garantizarle seguridad mientras escudriñara en sus visiones, pero estaba molestándole y entreteniéndole-. A veces las personas se ocultan tras una careta para no sacar a la luz lo que de verdad sienten... Suele pasar muy a menudo. Markwolf es una de esas personas, prefiere ocultarse tras esa faceta de mujeriego que intenta dar a los de su alrededor... Pero eso no significa que no tenga sentimientos... Por muy frías que parezcan las personas, siempre hay algo- dije, emmpezando a notar que hablaba de mí misma.

Jairon: Amplié mi sonrisa sin apenas darme cuenta.
-Sé perfectamente que no conosco a Markwolf en absoluto... Aunque no me incomoda, ya que el ami tampoco. Estamos en igualdad, por así decirlo.-me callé unos segundos.
Su presencia allí me gustaba, resultaba tremendamente comodo tenerla allí.
-Dime una cosa... ¿Qué es lo que hace que trabajes para Markwolf?.-una pregunta peligrosa, pero debia intentarlo... Lo merecía.

Mae: Me quedé paralizada. Habíamos llegado a un punto de la conversación en la cual yo no podía seguir hablando... Mis planes personales eran demasiado privados y no quería que nadie se enterara de lo que pretendía conseguir tras haberme aliado con Markwolf.
- Uhmmm... Eres un chico curioso... - dije, eligiendo las palabras con extremo cuidado-. Se podría decir que él lucha por conseguir su deseo, que es gobernar... Y yo lucho por conseguir otro, aunque para hacerlo tengo que seguir el mismo camino que él... ¿Contesta eso a tu pregunta o debería ser más concreta?- le pregunté, relajándome un poco y sonriendo de nuevo, sin dejar de mirar su rostro.

Jairon: Ni abrí los ojos, ni hice desaparecer mi sonrisa en ningun momento.
-No es necesario que concretes. Cada uno tiene su objetivo. El problema es... que estoy empezando a olvidar el mio.-la cosa se podría poner tensa, pero algo me decía que estaba fuera de peligro.
¿Qué demonios me pasaba? Debia de ser más cauto. Ella estaba en el bando de Markwolf, pero algo habia en su respuesta que me hizo pensar y arriesgar... ¿Qué es lo que ella quería?.

Mae: No sabía por qué, pero aquella revelación no me sorprendía para nada. Algo en su comportamiento me había avisado de que algo le sucedía.
- Jairon... A mí puedes contarme lo que quieras... Yo no soy fiel a Markwolf, sólo persigo mis propios intereses...- le confesé al joven, incorporándome en la butaca para sentarme en un lado de la cama de Jairon-. Mira... Quizá tu destino no sea estar a su lado después de haber ganado, pero cuando todo acabe podrás decidir qué hacer con tu vida y si quieres seguir permaneciendo a su lado... No deberías atormentarte ahora con eso- le dije, acariciándole la frente. Al escuchar sus palabras sentí un tremendo pánico por ser testigo de cómo se marchaba, abandonándonos a todos, incluída a mí-. Si no estás seguro de lo que quieres y deseas marcharte... Dímelo-.

Jairon: Abrí los ojos por fin. Tenia que mirarla a los ojos fijamente despues de todo lo que me dijo.
-¿Cómo te sentirias si te enteras que tu misión era matar a tu hermano?.-le pregunté, con un tono distinto a los de antes. Se podía notar el dolor.-Maté a la razón de lo que soy, sin saberlo y solo porque una persona me lo ordenó.-no quise apartar mi mirada de sus ojos ni un momento.
Tal vez todo lo que ella me dijo era mentira y despues de mi rebelación me mataría o me llevaría a Markwolf para que lo hiciese personalmente. Pero como ya dije... Lo merecía.
-De todos modos... No quiero marcharme.-no quise decirle la razón de porqué no quería irme. Así arreglaba un poco lo de antes y le hacia pensar que apesar de sentir aquello seguia siendo fiel.

Mae: Agaché la cabeza, suspirando lentamente.
- Yo no era partidaria de esa estrategia... Por eso no sigo a Markwolf, sigo mis intereses... No estoy de acuerdo con sus métodos, pero sí comparto su camino- admití, levantando de nuevo la mirada, para clavarla en sus ojos-. Tú no tienes la culpa de que él te utilizara para llevar a cabo aquella misión... Tú ni sabías que podría ser tu hermano, así que no te sientas mal... Podrías imponerte un nuevo objetivo, uno con el que también consiguieras compartir camino con Markwolf sin comprometerte demasiado con el suyo... Una cosa es ser un siervo y otra muy distinta un colaborador, ¿entiendes lo que quiero decir?- le pregunté, guiñándole un ojo.

Jairon: Dí un pequeño bufido.
-Si me culpo porque yo más que Markwolf quería acabar con él. Walgior era mejor luchador que yo y lo sabia... Odiaba el pensar que fuese más bueno.-
Pensé un instante lo que me dijo y negué con la cabeza.
-No tengo ningun objetivo, Mae.-mentí, ya que mi objetivo era la venganza.-No hay nada que pueda ayudarme a seguir en el mismo camino que Markwolf. No saco nada provechoso de matar a la gente.-me enfadaba por momentos.
Mi comportamiento era absurdo. Estaba bajando la guardia y no lo podia permitir. Me levanté con rapidez y me acerqué a la ventana, mirando por ella.
-Tal vez mi unico objetivo es la muerte, despues de tanto dolor que estoy causando a mucha gente.

Mae: Me levanté de la cama y me acerqué por su espalda, mientras apoyaba una de mis manos en su hombro derecho, intentando calmarle. No sabía si estaba intentando evitar el contacto conmigo, pero no podía permitir que se sintiera así... Sabía que, si hubiera querido, me hubiera matado allí mismo y hubiera huído, pero de momento no lo hacía, así que debía darle un voto de confianza.
- Jairon... Piensa que, si no le hubieras matado a él, probablemente él te hubiera matado a tí y... Sinceramente, prefiero que las cosas hayan pasado como lo han hecho...- murmuré, deslizando mi mano por su brazo hasta dejar colgando el mío, a mi costado, donde debería haber estado desde el principio-. En fin... No deberías atormentarte por ello... Hiciste lo que debías, punto y final-.
Me encaminé hacia la puerta. Pensé que le gustaría un poco de intimidad.

Jairon: Agaché la cabeza, mientras ella se alejaba.
-Pues ami me habria gustado que el acabase conmigo... Un muerte digna por un guerrero de verdad. Yo solo soy un asesino que mata por la espalda.-murmuré, no muy flojo de todos modos. Ahora ella tal vez se iría al despacho de Markwolf a contarselo todo y yo no me movería de la habitación. Haria frente ami destino con más dignidad que nunca.

Mae: Me di la vuelta, con la mano ya puesta en el pomo de la puerta. Le miré, con el rostro serio ésta vez.
- A eso se le llama supervivencia, Jairon... No lo olvides- le dije, dejando caer de nuevo mi mano y atravesando la habitación para volver a su lado, colocándome justo enfrente suyo-. Si no tienes ningún objetivo puedes acompañarme en el mío... No te mereces la muerte... Todos tenemos que actuar así para sobrevivir, Jairon, y no nos queda otro remedio... ¿Crees que no me gustaría dejar de matar a gente si me dieran lo que quiero? Pero las cosas funcionan así en este mundo, por suerte o por desgracia, y no puedes esperar a que te maten... Yo al menos no voy a permitir que suceda eso- le dije, levantando mi mano derecha para acariciarle su mejilla derecha-. Jairon, acompáñame en mi misión... Nada de engaños, sabrás con exactitud lo que deseo y, entonces, podrás elegir el destino que más te interese...- le ofrecí, arriesgándome a que le fuera con el chivatazo a Markwolf.

JARDIN

Me sentía alagado por saber que la había sorprendido con mis sentimientos, pero aun más al saber que eran recíprocos. Sonreí mirándola directo a los ojos y le dije –Si, te juro por mi vida que no quisiera que nada te pasara- con mi mano derecha libre, le frote la mejilla izquierda y la bese.

-Siento que pronto vendrán muy malos tiempos y en verdad deseo pasar todo el tiempo posible cerca de ti y sin distracciones, solo tú y yo- le dije con un tono profundo. Sentía que como muchas veces ella podía fingir y plantarme en el acto, el riesgo valía la pena.

Después de un largo beso, busco entre mis ropas un objeto –Esto es un presente para ti- le entregue una flauta hecha de madera, pero con detalles muy finos y con escrituras elficas parecida a las de mi bastón. –Esta flauta perteneció a mi señor Irenicus, sé que no la he podido usar en todos estos años pero se que es de gran valor para mí y seria aun mayor si la conservas como un pedazo de mi ser-.

Sé que estaba siendo bastante negativo, pero no sentía que todo esto tendría un buen final, pero como había prometido, preferiría morir y darlo todo antes que ella callera por uno de esos mocosos del internado.

| Habitación |

Me intrigaba que era lo que Mae pudiera ofrecerme.
-¿Cuál es tu objetivo?.-le pregunté directamente.-Imagino que me interesará más que lo que Markwolf me ofrece...-susurré, agachando la cabeza un instante para luego volver a mirarla.
Su mano en mi mejilla, aquella forma de hablar... Su extraño comportamiento me gustaba.

| LAGO |

Le sonreí al chico moreno, Meldon, y después a mi amiga Lilith.

- Opino exactamente lo mismo... Éste lugar es magnífico y tenéis mucha suerte de no estar implicados nunca en guerras ni batallas, viviendo siempre tranquilos... - comenté, sintiendo el acercamiento de Meldon, al igual que pude sentir el de Sailon hacia Lilith-. Y éste lago es perfecto para divertirse. Por lo que veo, vendréis aquí con mucha frecuencia... Yo al menos lo haría- dije, soltando una risotada, mirando a nuestro alrededor. La gente reía, se tiraba agua a la cara, jugaba, buceaba... Aquello era un lugar perfecto. A unos pocos metros de nosotros, vi a Cambaral y me quedé mirando su cuerpo durante un instante. Estaba tremendo, pero prefería la personalidad de aquellos dos hermanos que nos sorprendieron.

Riendo abiertamente, me coloqué justo detrás de Meldon y me subí a su espalda, colgándome de su cuello, para que me llevara a cuestas.

- ¡Tienes un buen equilibrio!- comenté, sin dejar de reir. Era la primera vez que me divertía tanto desde la muerte de Walgior y del resto de alumnos.

| JARDINES |

Abrí la boca y los ojos tanto que parecía como si me estuvieran matando, debido a la sorpresa. Después, sustituí esa expresión por una sonrisa y cogí la flauta.

- ¡Vaya!- exclamé, observando detenidamente el regalo que me acababa de hacer-. Es preciosa, Mefi... Muchas gracias, de verdad- susurré, mientras dejaba la flauta sobre la hierba y me acercaba a sus labios. Le besé lentamente, acariciando su mejilla al mismo tiempo. Mi corazón empezó a acelerarse y me separé de él unos segundos para mirarle directamente a los ojos-. Mefi... Me gustas mucho y no sólo para lo que llevamos haciendo durante este tiempo... No podría vivir sin ti-.

| APOSENTOS DE JAIRON |

Solté una pequeña risotada y deslicé mi mano por su mejilla, acariciándole el mentón, para después dejarla caer a mi costado.
- Yo también quiero aniquilar a esa gente, al igual que Markwolf... Pero, realmente, mi objetivo es permanecer a su lado hasta que consiga gobernar... Cuando lo tenga todo en sus manos, que no haya ninguna posibilidad de que le arrebaten el puesto, entraré yo en acción con mi ejército de clones... Tengo algunas cuentas pendientes con él, pero quiero aclararlas cuando todo acabe- le expliqué al muchacho, guiñándole un ojo-. Llámalo traición o como quieras... Pero si me acompañas en mi misión, nos proclamaremos reyes... ¿Te interesa?-.

| Habitación |

Sentí una enorme decepción al escuchar su " misión ".
-No eres distinta a Marwolf, ¿lo sabías?.-reí levemente y pasé por su lado, dandole la espalda.-Ser reyes... Mi hermano lo habria sido...-no pude evitar recordar de nuevo a Walgior.
Debia de pensar con claridad. Habia dos posibilidades; Unirme a Mae o seguir con Markwolf. Almenos si me unia a Mae tendría más posibilidades de acabar con Markwolf... El problema venía a que ya no quería acabar con el otro bando. ¿Qué me pasaba? ¡Lo quería todo!. El unirme a Mae era tan claro que me sentí estúpido por el simple hecho de pensarlo. Ya habia acabado con mi hermano, ¿qué más daba si acababa con unos cuantos más?.
-Hecho.-me giré hacia ella, sonriente. Le tendí la mano para que me la estrechase.-Vé diciendome que tienes pensado... Nada puede salir mal y mucho menos que yo lo estropee por no saber con exactitud tus planes.

JADIN DE LA CASA LUJUBRE

Estaba prácticamente atónito a que ella se sincerase con migo de esa forma –Que deseas hacer???- le dije sonriendo de alegría, algo que es un poco raro en estos días de desesperanza y tragedia.

-Desearías hacer algo que nos sirva para memorias en un futuro???- Me daba gusto saber que el sentimiento era reciproco y deseaba hacer cosas que no haría normalmente, la mire directo a los ojos negros y espere su respuesta, mientras le frotaba la cara con la mano izquierda y con la derecha la espalda.

| APOSENTOS DE JAIRON |

Sonreí, estrechándole la mano.

- No puedes compararme con él... Yo no quiero gobernar para toda la eternidad, simplemente me gustaría modificar algunas cosas y organizar un poco mejor la Tierra Media... Markwolf, simplemente, quiere poder y más poder, y le da igual el precio que tenga que pagar- comenté, sin soltarle la mano-. De todos modos... Si no quieres ser rey por lo que ha sucedido con Walgior no tengo ningún problema en que después me abandones- le confesé, guiñándole un ojo. Estaba claro que él no sabía con exactitud lo que haría, pero yo iba a ayudarle a poner en orden sus ideas-. De momento tendremos que seguir haciendo lo que hemos hecho hasta ahora... Estar a su lado. Yo me encargaré de que te coja más confianza y dejes de ser un siervo. El problema de todo ésto es Cassandra, que le tiene lavado el cerebro a Markwolf e intenta mantener los pies de éste sobre la tierra, hablándole mal de ti siempre... Por eso mi comportamiento hacia ella es tan agresivo, porque intento ayudarte a "ascender"- dije, soltando por fin su mano para hacer las comillas con los dedos.

[Casa de Dana - Exterior]

Salí de su casa con precaución, mirando a ambos lados de la puerta que nadie me observara.  No ví a nadie.  Oí ruido proviniente del lago, y miré en aquella dirección.  Se oían risas y gente hablando.  No me apetecía mucho ir hacia allí, y menos sabiendo que no debía alejarme mucho más.

Caminé un poco en dirección opuesta mientras pensaba.

La gente era realmente agradable, pero el hecho de que pudiesen entrar en las mentes...  Para mí no era problema, pero para el resto podía ser incomodo.  De todas formas ellos no lo sabían, y probablemente fuera mejor así.

Me senté en la hierba, respirando el aire puro.  La temperatura era agradable.  En esos momentos me preguntaba qué flora y fauna habría allí.  ¿Habría alguna especie que no conociéramos?

Me quede en silencio absoluto, intentando escuchar algún animal desconocido mientras esperaba el regreso de Dana.

| LAGO |

Le sonreí a Lilith, tras ver que mi hermano y Naida se dedicaban a juguetear.

- Esto... ¿Te gusta bucear? ¿Te gustaría acompañarme?- le pregunté, cogiéndole suavemente la mano, intentando convencerla así de que viniera conmigo a bucear-. Es que me encanta hacerlo y estoy completamente seguro de que será mucho más bonito si me acompañas- le dije, casi en un susurro, acercándome a su oído.

Le miré a los ojos, con expresión interrogativa.

|Lago|

La preposición de Sailon me dejo un momento sin aliento, ese chico era muy guapo y me ponía un poco nerviosa, respiré profundo y dije:

- Claro, me encanta bucear- Mentí, la verdad era, que lo que me gustaba era ver a la gente bucear, suspiré y sin dejar de mirarle a los ojos admití- Bueno.. Lo cierto esque no se me da muy bien, pero nunca es tarde para aprender ¿verdad?- Sonreí timidamente y dije- Sería un placer que me enseñaras- No estaba acostumbrada a tener mucho contacto con los chicos, ya que siempre les buscaba fallos y  desconfiába de todos y quizás era la hora de dejar de buscar esa perfección  y divertirme un poco.

Miré a mi amiga y vi que se lo estaba pasando bastante bien con Meldon, pensé que no le importaria si la dejaba a solas con ese chico y seguí a Sailon cogida de la mano.

[ Casa Árbol ]

Deslizo mi lengua por su cuerpo, bajando hacia su sexo. Me entretengo un rato en sus pechos, para, enseguida bajar por sus abdominales hasta su ombligo, donde meto la lengua y jugeteo con él. Sigo bajando hasta su entrepierna, quito la tela y descubro su sexo, separo los labios y con mi lengua recorro sus pliegues. me concentro en su clitoris, empapandome de su esencia. Con una mano ayudo a estimularla, mientras con la otra, acaricio sus pechos.

Me entretengo en su entrepierna, hasta que la note lubricada, desprendiendo su esencia. Me incorporo y la beso. Con mis manos en sus caderas, la coloco en posición.

Introduzco mi miembro en ella poco a poco, sintiendo su calor húmedo en cada centimetro, hasta que se acopla en toda su longitud dentro de ella. Su calidad interior me inunda y envuelve. inicio un ligero movimiento de vaiven, descubriendo mi miembro que reluce, humedecido por su sexo, cuando está fuera de ella, para volver a introducirse de nuevo.

Juego con la velocidad y la profundidad en mis acometidas, mientras beso, lamo y succiono su cuello.