Partida Rol por web

|Jardines|

- Tan... Sorprendente- le dije, soltando una pequeña carcajada al ver que no era lo que se esperaba. Le guiñé un ojo con picardía. Quería mentirle pero algo en mi interior me decía que debía ser sincera con él, o al menos en parte-. Pues... Digamos que me enamoré de la persona equivocada y me traicionó marchándose con Markwolf... Y quiero vengarme tanto de ese chico como de Markwolf- le dije, intentando parecer convincente, aunque no le estaba mintiendo, sólo le ocultaba una pequeña parte de la verdad, pues la mayoría de lo que le había contado era cierto-. ¿Y a tí? ¿Qué te ha traído aquí? ¿Una nube del cielo?- le pregunté, viendo como no paraba de observarlo.

|Comedor|

Escuché las palabras de Olwë, pero no pude articular palabra... A pesar de que me estaba pidiendo disculpas, me sentía fatal por lo ocurrido... Tanto por él como por mí.
Vi que se marchaba fuera del comedor, pero decidí no seguirle... No sería yo siempre la tonta que iría siempre a buscarle, para que me andara evitando como la vez anterior.
Si no quería estar conmigo no iba a ser yo la que le obligara a hacerlo.
- Quizá no haya sido buena idea lo de estar juntos... Además, soy bastante más mayor que él... Marian tiene su edad y seguro que hacen mejor pareja- me dije a mi misma, agachando la cabeza, apartando el plato donde seguía estando mi cena, pues no tenía demasiado apetito.

|JUGADA MASTER|

Los jóvenes Sirius y Hëndel, aprovechando aquel momento de intimidad y romanticismo, comenzaron a hacer gala de las hormonas tan alteradas que tenían.
Empezaron las caricias, los besos, las palabras susurradas al oído, y aquello no podían soportarlo sus hormonas...
Justo en el momento que Hëndel metía sus manos en los pantalones de Sirius, unas pisadas se escucharon a su alrededor, poniéndoles en alerta y cortando aquel ambiente tan caldeado.
Sin duda, no estaban solos, y eso significaba que les estaban viendo mientras se estaban demostrando su amor y pasión...
De repente, empezaron a caer gotas del cielo y los relámpagos hicieron acto de presencia en el cielo, así que tanto a Olwë como a Cambaral y Victoria, le fastidiaron el momento, sobretodo a Cambaral que no podía dejar de mirar al cielo.
Por desgracia para Olwë, tendría que quedarse allí y mojarse o entrar de nuevo al internado, arriesgándose a encontrarse con Marian o Naida...

La reina Farilynn seguía en el comedor, conversando con Cassandra sobre el asunto del profesorado, y la recién llegada parecía saber cómo hacerse amiga de la reina y profesora del internado.
- Por cierto, apoyo con totalidad vuestra relación con ese muchacho... ¿Walgior? Yo también tuve mi momento cuando era joven y cometí una estupidez... Abandoné a la persona amada por simple apariencia y reputación, y llevo arrepintiéndome toda la vida...- le contaba Cassandra, mostrándose apenada.
Algo de verdad parecía que había en todo aquello...

Fistandantilus, mientras tanto, seguía en el aula vacía, inspeccionando... Al fondo de la estancia había una pequeña vitrina llena de libros, pero estaba rodeada con una cadena y atada con un candado... ¿Qué habría allí dentro que estaba guardado con tantas medidas de seguridad?

[Jardines]

-Espero que se te pasase el enamoramiento - lo dije sonriendo, y justo despues me pregunté si se lo había dicho con doble intención o no... - ¿A mi qué me trajo aquí? Yo soy el más rastrero de todos los de este lugar, me parece - digo sonriendo - Parece que a todos os traen aquí grandes sentimientos de honor... o de venganza. Yo... - me encogí de hombros. Sentí como caían las primeras gotas - Yo soy un pirata. En cuanto todo esto termine, si vivo para contarlo, volveré a embarcar en el primer puerto que encuentre, y a robar y saquear barcos, y darme a la buena vida. No tengo patria, ni señor, ni obligaciones. Y contra Markwolf... pues no tengo nada en contra de él... No le conozco como para poder odiarle... es un sentimiento que suelo reservarme a personas que se ganan ese honor. Sencillamente, me molesta que intente gobernarlo todo ¿sabes? Que intente ser rey de todos, o lo que sea. Eso me incluiría a mi, - mientras digo eso, me froto las muñecas, donde llevo tatuados unos grilletes rotos, símbolo de que no acepto ataduras- y no estoy dispuesto a renunciar a mi libertad y a la vidorra que llevo. Digamos que lucho con los "buenos", porque con los "buenos" en el poder es más fácil ser malo.

Empezó a llover con más fuerza, y miré a Victoria preocupado: - ¿Te molesta la lluvia? ¿Prefieres que entremos? Depende de ti, a mi no me importa... es agradable a su manera.

[En el bosque]

¿Pisadas? ¿Esas son pisadas? Rápidamente cojo a Hëndel por la cintura ( pesa poquito ) y nos escondemos detrás de un grueso tronco de árbol. Presiono mi cuerpo contra el de ella, todavía no se me ha quitado el acaloramiento ni la excitación del momento, pero ahora tengo otras cosas por las que preocuparme. Mi seguridad y la de ella.

Acerco mi boca a su oído y le susurro que no haga ruido, mientras siento como las pisadas se acercan.

Estoy preocupado, sí. Pero no puedo decir que esta situación me incomoda... esta posición y el peligro... hum...

[Jardines - Internado]

Empezo a llover, y no tenia muchas ganas de empaparme y pillar un resfriado asi que no tube mas remedio que levantarme aunque no tubiese demasiadas ganas. Me dirigui hacia el internando corriendo. Al entrar por las puestas toque mis ropas, no me habia mojado demasiado. mire el pasillo con esperanzas de ver a Naida. YO queria solucionar el problemas. aunque ella pareciese que no...

[Aula vacía]

Sin duda había que aplicar la razón y la lógica antes de realizar ninguna acción. 

Evidentemente en la vitrina había algo que me había obsesionado desde siempre.  Libros.  Probablemente conocimiento... "poder" -pensé-.  La situación era realmente excitante.  No obstante, a pesar de estar la vitrina encadenada y no haber nada más en la habitación, la puerta estaba abierta.  Quien aplicó el candado estaba seguro de que aquello sería protección suficiente.   Quizas la palabra no sea protección... puede que sea... ¿una prueba?

Magnus estaba tan expectante como yo.  Bastón de mago en mano, me acerque reverente a la vitrina.  Si solo hay un candado, no debe ser un candado corriente.  Acerqué la palma izquierda al candado, apunté hacia él con el bastón, y formulé un hechizo de detección de magia para ver si la cerradura estaba protegido por medios no tan evidentes a la vista.

NUEVO INTERNADO

Al ver que Airoch no me respondia, desidi, dejar de cenar, ya que estaba lleno... me levante y senti algo curioso... una necesidad, algo que me rea extrano... senti ganas de salir del lugar, con desesperacion.

Salgo corriendo haciendome notar por todos. Al llegar al patio, siento las gotas caer y dar en mi cara... miro al cielo y extiendo los brazos y dejo que la briza y la lluvia me cubran por completo... sentia ahora un alivio. En mi cara se mostro una sonrrisa. A todo esto tenia los ojos cerrados... sentia como mi esencia se llenava de inspiracion y se energizaba... esto me recordaba cuando estaba en la jungla siendo libre.

Mi aura empezaba a expanderse y hacerse notar, pero era diferente, sentia como en vez de ser oscura y tenebroza, era calida y tranquilizante. Al abrir mis ojos, iluminaban mucho mas que antes, sentia que eran como linternas, creo que si me veian se daban cuenta de como estos me iluminaban la cara y alumbraban a donde veia.

despues de unos segundos estando en la lluvia, note que me sentia muy agusto... segi mirando el cielo muy complacido, mire a todos los lados para ver quien estaba a mis arrededores, rapidamente divise a Victoria y al muchacho con el que estaba coqueteando... en ese momento senti un poco de celos, pero rapidamente me convenci que esta era una mision y debia entenderla... si ella ya no queria estar con migo pues entonces eso era todo y seguir para adelante... Se me palnta en el rostro una sonrrisa maliciosa...

Ya con esto, me senti un poco menos cargado y complasiente... avanse unos metros y me puse de rodillas, cerre los ojos y me sumi en aquel goce que sentia en esos momentos, de algunas maneras me sentia como en casa.

|Comedor - Vestíbulo|

Salí del comedor, ya que no quería seguir estando allí sentada para no comer absolutamente nada.
Al salir al vestíbulo vi que Olwë entraba al internado, un poco mojado... ¿Estaría lloviendo o es que le había apetecido un baño?
- Olwë... ¿Tienes un momento? He estado pensando y... creo que no podemos seguir así...- le dije, acercándome un poco a él, cogiéndole una mano-. Ven, no vaya a ser que cojas un resfriado... Vayamos si quieres a mi habitación o a la tuya, y te secas un poco mientras hablamos...- le ofrecí, con una sonrisa-. No quiero ser yo la responsable de que te pongas enfermo... Tengo el deber de cuidarte, ¿no crees?-.

|Jardines|

Estabamos en aquel momento tan romántico y apasionado que apenas nos dimos cuenta de que se escuchaban unas pisadas a nuestro alrededor.
Nos paramos en seco, dejando apartado nuestro deseo, mientras Sirius me cogía de la cintura y nos escondíamos detrás de un árbol.
Notar que estaba tan pegado a mí me encantaba, y más con el peligro de que pudieran pillarnos... No pude evitar cerrar los ojos al notar su cuerpo contra el mio y dar un pequeño suspiro.
- Esto me resulta tan... tan...- empecé a decir, entre susurros, pero de la misma excitación del momento no me salía la palabra exacta-... Aquí no nos van a ver... -le dije, insinuando demasiadas cosas con aquella frase.

Sus palabras fueron música para mis oídos y si ella estaba excitada, yo estaba a punto de explotar. Mis manos dejaron un momento su cintura, para sujetar sus muñecas y lecantarlas por encima de su cabeza, mientras mis labios jugaban con la humedad de su boca y la suavidad de su lengua.

Aún con mis manos sujetando las suyas, continúe besándola, sin dejar que mis oídos continuaran escuchando cualquier sonido del bosque. Con uno de mis muslos, separé una de sus piernas mientras apretaba mi cintura contra su entrepierna, haciéndola suspirar.

En el bosque no parece escucharse más ruidos que nuestras respiraciones y suspiros...

|Jardines|

- Bueno... Creo que los dos estamos acostumbrados a la lluvia, por distintas razones, así que un poco más no creo que nos haga daño... Además, bajo este árbol no nos cae tanta agua, así que estamos bien protegidos aunque... yo llevo un rato ya sintiéndome protegida... Contigo al lado seguro que no habrán ataques sorpresa, ¿no crees?- le pregunté a Cambaral, sonriendo y guiñándole un ojo a la vez, mientras me acurrucaba a su lado y apoyaba mi cabeza en su hombro, viendo como las gotas caían al suelo muy alejadas de nosotros-. Prefiero las noches lluviosas... Son perfectas para este tipo de circunstancias...- dije, diciéndole toda la verdad. La lluvia era una escusa perfecta para hacer lo que estaba haciendo.

[Jardines]

La mire sorprendido. Estaba ya demasiado acostumbrado a las jóvenes estiradas del internado, y esa reacción en ella me desconcertó. Desde luego Victoria no era como las demás. Y no estaba seguro de si me resultaba cómodo que fuese ella quien tomase la iniciativa... estaba acostumbrado a ser yo quien marcara el ritmo. Aún desconcertado, le pasé el brazo por los hombros, acercándola a mi por si tenía frío.

-Eh... sí, supongo que sí - la miré, aunque desde mi posición sólo veía su pelo, al estar ella mirando al frente hacia la lluvia. Me gustaba como olía... sacudí la cabeza. Había decidido que ella no era una más, y eso implicaba ciertos límites. No iba a ser como con todas, por mucho que me pudiese apetecer. Dirigí mis ojos hacia la lluvia, como ella, aún teniéndola rodeada con mi brazo.

-¿Y te hizo mucho daño aquel chico del que estabas enamorada? - por primera vez en mi vida, sentía verdadero interés por los sentimientos de una mujer.

|Vestíbulo|

Vi como Naida se hacercaba a mi y cogia mi mano trague saliba y escuhe con detenimiento las palabras de ella. La verdad es que sus palabras me soreprendieron bastante, sonrei alregremente antes sus comentarios y le conteste.
- Si la verdad es que yo tambien pensaba lo mismo, esto no puede seguir asi. Vallamos a tu habitación a hablarlo si te parece bien ir alli- dije sin dejar de sonreir

|Vestíbulo - Mi habitación|

Sonreí y, arrastrándole sujeto de la mano, nos encaminamos hacia mi habitación.
Cuando entramos, le invité a que se sentara en la silla que había justo delante del escritorio, buscando una toalla para que pudiera secarse un poco.
- Aquí tienes- se la ofrecí, una vez que ya la encontré-. ¿Y qué demonios hacías ahí afuera? De noche es demasiado peligroso... No deberías salir ahí tan tarde y menos sin saber lo que hay, es nuestro primer día aquí...- le dije, ayudándole a secarse la larga cabellera, colocándome a sus espaldas.

|Jardines|

Sonreí, mientras cerraba los ojos al notar el brazo de Cambaral sobre mis hombros.
- Sí, bueno, bastante... Pero creo que no estamos aquí para hablar sólo de aquel chico del que estuve enamorada... Dime, ¿has estado con muchas chicas? Un pirata es eso mismo, un pirata... Tal como roba tesoros y barcos, roba también corazones de mujeres muy atractivas y sexy's, ¿me equivoco?- le pregunté, iendo directa al grano. Si era un mujeriego quizá me vendría bien por un lado pero mal por otro. Tenía la esperanza de que pudiera evitar enamorarme de él mientras fingía estarlo, pues a pesar de pertenecer al lado oscuro, tenía mucho cariño y amor que dar... Solo esperaba que pudiera tener siempre claro cuál era mi sitio.

[Jardines]

Solté una carcajada ante la pregunta de Victoria. Aquella chica era totalmente desconcertante - ¿Te preocupa eso? - dije en un tono burlón, pero sonriéndole con amabilidad - Bueno... no te voy a mentir. Ha habido bastantes chicas... pero ya sabes, nada serio nunca... Aunque hubo algunas que... - por un momento sonreí con los recuerdos que se me vinieron a la cabeza. Luego recordé con quien estaba, e intenté enmendarlo:

-Jamás he pasado más de dos noches en el mismo puerto. Creo que aquí es la primera vez que paso tanto tiempo en tierra. Oye, a lo mejor es una señal de que quizás sea el momento de sentar la cabeza ¿no? - me reí, como si la sola idea de estar con alguien fijo fuese un chiste, aunque una vocecita en mi cabeza me decía que el calor de su cuerpo a mi lado era muy agradable... y que quizás con ella no fuese tan descabellado. A fin de cuentas, no se parecía a ninguna mujer que hubiese conocido antes.

|Vestíbulo - habitación de Naida|

Segui ha Naida hasta su habitación, hechaba de menos el estar con ella. Me sente en la silla donde me indico ella, y le agradeci que me entregara una toalla y que ayudara a secarme el pelo. Escuche detenidamente sus palabras sin dejar de sonreir.

-A mi no me parece peligroso, si ocurriese algo el castillo no esta demasiado lejos , y necesitaba relajarme y tomar el aire.- Le conteste
-Cambiando de tema... ¿como te encuentras?- Le dije girandome para poder verla

|EVALUACIÓN DE JUGADA|

Fistandantilus consigue realizar su hechizo con éxito, recibiendo la presencia de seguridad mágica en aquella vitrina.
A pesar de que la puerta estaba abierta, aquella vitrina estaba demasiado bien protegida, ¿por qué sería? ¿Por qué iban a tener tan bien protegida una vitrina que estaba en un aula vacía y completamente abierta, expuesta a cualquier curioso como Fistandantilus?
Quizá no querían llamar la atención cerrando la puerta de aquella aula y prefirieron dejarla abierta, pensando que así no intentaría entrar nadie... A los jóvenes curiosos les gustan los retos, al fin y al cabo...

|Comedor - Jardines|

Vi como todos acababan de cenar y se marchaban, para irse a dormir o para irse a dar un paseo. Vi que Mefiroth también era uno de los que salían, así que no dudé en ir tras él.
- ¡Mefi! ¿Cómo se te ocurre? -le pregunté, poniendo los brazos en forma de jarra-. ¡La próxima vez que vayas a exponerte debajo de una lluvia, avísame hombre!- le dije, riéndome a carcajadas, acercándome a él. Las gotas empezaron a caer sobre mi cuerpo, y algunas ya resvalaban por mi rostro-. ¿Qué haces aquí tan solo? ¿Dónde está Victoria?