Partida Rol por web

Perdón señora, se que mi amigo no le intento faltar al respeto - tomo una almohadilla y me siento - le intentare compensar el hecho de que nos haya dado prioridad, así que si nos hace el favor de leernos la suerte, creo que la necesitaremos para esta noche - me aparto el cabello del rostro y me lo pongo atrás de las orejas

La anciana hace un gesto pensativo bastante vulgar tocandose con la lengua el interior de la mejilla. Luego de unos instantes finalmente prosigue.

— Je... ¿Señora? No recuerdo la última vez que me llamaron así. Esta bien, elfa... supongo que debería intentar recuperar algo de lo que perdí hoy. Son 5 pellizcos, ¡Y los quiero ahora! No sea que después no quieras darmelos. 

Al ver todo lo que sucedía y más que todo ver cómo la vieja mujer vio las tarjetas parecía que tenían un buen valor así que pensé en una propuesta para ver si los demás están de acuerdo,me acerque a ellos y dije sin que la mujer me escuchará.

Ey,chicos yo estaba pensando en destruir las cartas pero que tal si se las intercambiamos a esa mujer,en esta tienda debe haber cosas útiles pero todo es decisión de ustedes.

Al ver que la mujer empieza con la lectura de cartas de kristal decido usar mi hechizo de detectar magia por si algo extraño sucede, aunque me interesa saber lo que ocurre e intento recordar ciertas cosas, pero el hechizo acapara mi concentración. 

ya que evidentemente al lugar que vamos no es un campo de rosas decido entrar rápidamente a la tienda de espadas no sin antes pedirles a mis compañeros que me esperen un momento

Tanto Oned como Maximus acuerdan separarse para visitar cada uno una tienda que quedaban relativamente cerca, unas cuantas tiendas de distancia una de la otra. Arabella tuvo que decidir a quien de los dos seguir y terminó decantandose por acompañar a Oned.

Entras a la tienda y lo primero que vez es la multitud de espadas, cuchillos, dagas y todo tipo de herramientas y armas con filo, tanto de las más comunes como unas cuantas bastante exóticas; lo segundo a lo que prestas atención son a unos hombres que están parados en un par de puntos de la tienda con los brazos cruzados siendo muy seguramente vigilantes contratados los cuales te observan nada más entrar.
La tienda es bastante grande y de buen aspecto, presupones que probablemente allí también vendan alguna que otra arma mágica vendida por algún Mago artesano. Caminas por la tienda viendo los mostradores que enseñan la mercancía hasta que se te acerca un hombre de rasgos claramente varisianos.

— Buenas tardes, muchacho, ¿Estas buscando la que será tu primera espada? Pues yo soy tu hombre. — Dice tendiendo la mano hacia ti — Lallo es mi nombre, bienvenido a Rebanadores... jeje... simpático nombre, ¿No crees?

claro que si señora - sin saber a lo que se referia con pellizcos, le ofrecí 5 oros - bueno empezemos esto

Oye, chica. ¿Y tú tienes manera de defenderte?-digo a Arabella mientras caminamos hacia la tienda. Yo tengo un bastón, dagas y unos cuantos hechizos-continúo mientras llegamos a la tienda.

¿Será que nos acercamos a un gran peligro o hacia un momento de momentánea gloria?, me gustaría mucho ayudar a todos los que han sido malaventurados por causa de este sujeto...aunque no tengo medios de probar si eso es verdad...

Mientras la anciana recoge la baraja, me empiezo a fijar en los detalles de la baraja e intento recordar por si alguna vez, puede leer un libro sobre el tema...

Entran a la pequeña tienda abarrotada de estanterías con libros y cajones rebosando de pergaminos. Justo entonces escuchan el sonido de un golpe contra la madera y ven a un joven y delgado hombre de rubia cabellera que se incorpora desde detrás de un mostrador restregandose la parte posterior de la cabeza, haciendo lo imposible para evitar que la brújula y el considerable libro que sostenía no se le caigan.

— En un segundo estoy con ustedes. — Les dice y vuelve a sostener el libro en una mano mientras con la otra sostiene la brújula. Mira detenidamente el libro y cambia la pagina con el mentón, luego mira la brújula y vuelve a mirar en el libro... repite esto unas cinco veces más hasta que finalmente deja el libro y la brújula en el mostrador y sale corriendo atravezando la pequeña tienda hacia una estantería que tenía un rollo de pergamino apoyado contra esta estando semiabierto. Este lo toma y vuelve hacia el mostrador mientras despliega el pergamino en el camino y lo apoya en el mismo, entonces de un cajón en su mostrador al que abre saca un tintero y una pluma y con estos marca algo en el pergamino que resultaba ser un mapa. — Ajá... así que ahí estaba... pero ¿Por qué tarda tanto?... — Entonces parece recordar que estaban ustedes allí esperando y se apresura en voltearse — ¡Oh! Claro, perdón. Buenas tardes, mi nombre es Basha y bienvenidos a Basha, ¿Que estaban buscando?

Arabella gira el rostro para mirar a Oned tras su pregunta con una sonrisa confiada.

— No te preocupes, Oned... — Entonces levanta una de sus manos y con la uña de la punta de su dedo indice acaricia el mentón del pálido joven — Por ahora estas siempre me han bastado. — Entonces suelta una ligera risilla un tanto avergonzada girando la cabeza para mirar en otra dirección.

Una vez entraron a la tienda y se dirige a ello el vendedor ella le dice en fingido tono pensativo.

— "Basha, Basha..." — Enseguida suelta una carcajada — Lo siento, tenía que hacerlo, jajaja

Lecog ya en varias ocasiones había tenido que salir a hacer alguna que otra compra de mayor y menor categoría con lo cual ya tuvo unas cuantas oportunidades de familiarizarse con la jerga local para referirse a las piezas monetarias. Allí en Korvosa a las piezas de cobre se les llama vulgarmente "pellizcos", a las piezas de plata "escudos" y a las piezas de oro "velas".

Las cartas te parecen la tipica baraja que usan habitualmente las gentes varisianas para adivinar la suerte, pero como bien recuerdas que dijo Tepest esas supuestas artes mágicas del populacho carecen de relevancia a nivel académico al ser desacreditadas por los estudiosos en estas cuestiones. Te das cuenta al ver el diseño del reverso de las cartas que es similar al de las cartas que ustedes tienen, aunque además de ser mucho más viejas y desgastadas el estilo de dibujo es un tanto diferente. Supones que están todas hechas siguiendo o imitando un patrón o diseño en común aunque por artistas diferentes.

— ¡Ohhh! — La vieja abre los ojos de par en par cuando ve caer en su mesa las cinco monedas de oro y se apresura en atraparlas en su mano — ¡Claro, claro! Vaya, tu si que tienes madera de mercader. ¡No necesito mis cartas para ver un mañana lleno de riqueza! jo, jo. 

La anciana entonces baraja una última vez sus cartas, las coloca sobre la mesa y las corta tres veces para enseguida volver a formar un solo mazo. Luego coloca sobre la mesa las cinco primeras cartas del mismo, dispuestas de forma tal que forman una especie de Rosa de los Vientos, con una carta en el centro y las otras cuatro alrededor en los cuatro puntos cardinales.
Echo esto deja a un lado el mazo y mira a Kristal a los ojos esbozando esa sonrisa extraña.

— Empezamos — Sin esperar respuesta extiende ambas manos bruscamente sobre las cartas boca abajo y cierra los ojos. Se mantiene así por unos momentos con la cabeza inclinada en los que el silencio impera, entonces empieza a realizar unos movimientos erráticos con su torso y hombros... para luego emitir unos extraños sonidos con su boca. Luego levanta bruscamente su cabeza dejando su rostro enfrentando el techo, aspira muy ruidosa y largamente para luego soltar rápidamente el aliento volviendo a inclinarse sobre la mesa; todo el tiempo sin dejar de mantener sus manos extendidas sobre sus cartas. Respira jadeando unas cuantas veces sin incorporarse... hasta que finalmente lo hace poniendose derecha (o tanto como puede porque tiene la espalda un tanto encorvada por la vejez). Mantiene los ojos cerrados unos cuantos instantes y entonces los abre. Entonces toma la carta colocada en el centro y resulta ser una con el dibujo de lo que parece ser un caballero en brillante armadura — Veo... que en tu mañana estas destinada a enfrentar grandes desafíos y peligros, como el paladín, pero que por dentro tienes la fortaleza suficiente. — Luego gira la carta que esta a la derecha revelando que esta es una especie de reptil humanoide con traje de burgues adinerado — También veo que provienes de una estirpe muy rica y que nunca te ha faltado el dinero ni las comodidades, pero eso no es raro siendo que tu eres una de esos elfos oscuros. — Luego gira la carta que esta más a la izquierda revelando que es un hombre corpulento y barbudo que carga sobre su espalda alguna especie de animal que acaba de cazar — También puedo ver que tienes un espíritu guardián que es un hombre que hace años quedó perdidamente enamorado de tu belleza y luego de morir este te ha buscado y ahora te sigue a todas partes. — Luego revela la carta de más abajo, la del "sur", siendo revelado que la ilustración es una especie de teatro de títeres bastante similar a la que mostró Kushikime — Veo que has tenido una infancia plena, llena de juegos comprados por tus padres, pero esa dicha que te acompaña te hace ingenua — Finalmente revela la carta que esta más hacia arriba, la "del norte", revelando que es un unicornio... pero este a diferencia de la de Ankiel estaba de pie pastando — ¡Oh! El signo del unicornio, mira a todos lados desde ahora porque cuando conozcas a un hombre que tenga al unicornio con el significará que con ese hombre te casaras.

Cierras los ojos concentrandote en tu poder interior latente, y cuando los abres sientes el poder canalizado en tus ojos. Miras a la anciana con atención... pero no ves ni la más pequeña emanación mágica por ningún lado.
Decepcionado inclinas la cabeza preguntandote si has fallado en usar tu magia cuando por casualidad ves que de tu mano emana una especie de vapor espectral, al abrirla ves tu carta en tu mano de la que emana profusamente no una sino dos auras mágicas de distinta coloración.

Cuando la anciana comienza a cortar la baraja, debajo de la mesa hago movimiento de manos para castear "detectar magia" si esto es verdad debe haber magia involucrada

me sorprende lo que empieza a decir la vieja pero se equivoco en algo de mi pasado, fui huerfana de calle, así que esto me da pauta a que lo ultimo no sea verdad, así que sonrio, y con vista periferica intento ver la reaccion de Ankiel