Partida Rol por web

Viendo como esa monstruosidad empezaba a mutar cada vez más, Lecog empezó a preguntarse si a ellos les consideraban monstruos que consideraban que era esta abominación. Empezó a conjurar una bola de ácido para lanzarle a los ojos con el fin de cegarla, una pena que el orbe era demasiado lento y la vieja lo esquivo fácilmente. 

De pronto lo dedos de Ankiel se volvieron negros y las uñas de los mismos se engrosaron y crecieron transformandose en garras afiladas; con estas se abalanzó contra la grotesca mujer y en dos rápidos movimientos, uno con cada garra, intentó cortar a la otrora anciana. Pero pese a que consiguió asestarle los embates la piel de la mujer ahora era muy gruesa y al esforzarse por atacar con ambas manos rápidamente sacrificó bastante fuerza a cambio de velocidad por lo que sus garras no penetraron.

De repente la penumbra del interior de aquel lugar, solo iluminada por unas cuantas velas, fue sorpresivamente iluminada por un resplandor. El cabello rubio de Kushikime comenzó a resplandecer con luz propia al mismo tiempo que su piel y ojos también emitían luz, entonces el joven alzó el brazo hacia la mujer y un fogonazo de fuego blanco estallo... pero solo con una pequeña explosión, enseguida todo el efecto se perdió recuperando Kushikime la normalidad.

Kristal había desenfundado una hoz que llevaba y se dispuso a arremeter con esta... pero el repentino estallido de luz le distrajó tomandola completamente por sorpresa, dejando su intento de ataque apenas como no más que una intención.

Mientras tanto Lecog había dejado a un lado su cimitarra para con ambas manos formar una esfera verdosa que levitaba a escasos centímetros de las palmas de sus manos; esta especie de burbuja entonces fue arrojada hacia la impactante mujer pero esta consiguió moverse a tiempo dejando que esta se estrellarse contra la pared que comenzó a emitir un vapor.

— ¡Iiiiaaaaarg! — Gritó la mujer adelantandose contra Ankiel quien había sido el que más peligroso se estaba mostrando, le lanzó un puñetazo con fuerza pero el joven logró reaccionar a tiempo haciendose a un lado.

Justo en ese instante, la tela purpura oscura puesta cubriendo la entrada se mueve violentamente debido a que entran airadamente uno tras de otro tres personas. Estos resultaron ser Oned, Arabella y Maximus. El primero llevaba en ambas manos una daga previamente desenfundada y el segundo una lanza de muy cuidada elaboración. 

La anciana rápidamente se percata de esto y se apresura a regresar a la entrada, los tres recién llegados se ven obligados a hacerse a un lado para evitar la embestida y la mujer ahora se apresura para cerrar la puerta con un violento estruendo.

La pequeña tienda poseía una cortina de tela barata color purpura oscuro oficiando como puerta, lo cual era un detalle más bien decorativo ya que esta al igual que las demás poseía su verdadera puerta. Al hacer a un lado la tela y penetrar en el lugar lo primero que los recibe es un golpe justo en la nariz; el aire de la pequeña habitación estaba cargado de demasiado olor a un perfume muy penetrante. El lugar estaba muy oscuro, a medida que sus ojos fueron adaptandose de estar en luz brillante a penumbra poco a poco van viendo que la tienda constaba de una sola habitación rectangular con el suelo cubierto de almohadones. Cubriendo las paredes se veían telas similares a la que estaba en la puerta, aunque esa última parecía que era la más gastada y por ello la colocó en la entrada, las únicas dos ventanas que había estaban cubiertas con tela para evitar que se colara la luz; aquí y allá estaban colocadas unas cuantas velas que emitían la única luz que había. En el medio de la habitación se hallaba una única mesa muy baja, tamaño gnomo.

Enseguida que sus ojos se adaptan a la poca luz del lugar ven delante de ustedes a una mujer enorme... y de monstruoso aspecto. Alrededor pueden ver a Lecog, Kristal, Kushikime y Ankiel... estando la segunda y el tercero con armas desenfundadas.

Me alegra ver a mis compañeros pero eso no cambia el hecho de que estamos en peligro, vuelvo a lanzar un ataque 

Observo rápidamente la situación tratando de asimilar lo que pasa, aunque fallo y simplemente lanzo una de mis dagas tratando de acertar al monstruo mujer.

¿¡Pero qué pasa aquí!?-grito durante el lanzamiento

Al ver como la anciana atacaba a ankiel y como llegaban sus compañeros, penso parece que no tengo opción, dejo de un lado el sentimentalismo y se concentro nuevamente en soltar un rayo celestial sobre aquella malvada criatura. 

Me pongo rapidmente a rango de lo que sea esa mujer y intento incrustarla con mi lanza en el pecho

Bien ahora teníamos refuerzos pero ahora todos los demás también estaban en peligro mi ataque no fue muy útil apenas pude hacer unos arañazos contra esa "mujer" su piel ahora es demasiado dura debía pensar algo pronto lo que sea... bien lo tenía este conjuro debe ayudarnos un poco,en mi mano brotó una energía rojiza con negro y corrí para impactar el conjuro contra ella -SANGRAR

Agradecido de que nuestros compañeros nos hayan encontrado, me giro para confrontar a la abominación. Detrás suyo aun se podía oír el ruido del ataque que antes había esquivado; esa cosa era rápida para su tamaño, íbamos a tener que abrumarla por todos lados.

Viendo como algunos de mis compañeros se lanzaban al ataque, flanquee al monstruo y le aseste un tajo en donde deberían haber estado sus costillas solo para encontrar como mi cuchilla casi se atora por lo gruesa que era su carne.