Partida Rol por web

Reprimiendo una sonrisa, el grupo recuperó sus cajas de detrás de la barra y abandonó el local. Una vez fuera dejaron escapar el aire de sus pulmones, relajados y confiados. Si el plan salía bien, pronto serían libres. Era un pensamiento esotérico, intangible, imposible o al menos lo era unos días atrás. 

Cuando llegaron al sector de los refugiados la noche comenzó a devorar la luz del cielo y las cinco lunas de Nal Hutta hicieron acto de presencia. Los “trabajadores” regresaban a sus hogares, después de un duro día de trabajo, no sin antes ser cacheados por los miembros del Intercambio, un rodiano a quien había conocido aquel día y un gamorreamp.  

Instantes despues les llegó el turno a Ark, Txus y Larah, los cuales no pudieron evitar ponerse ligeramente tensos, pues de imprevisto los guardias tomaron sus cajas y comenzaron a registrarlas. En ocasiones los mercenarios intercambiaban palabras entre sí, mientras señalaban el contenido de estas. ¿Habrían encontrado algo que les delatara?

—Rotta el Hutt desea veros— dijo Kelko Dodoah de manera impaciente. Al ver que sus palabras no eran acatadas el momento este se reafirmó de manera escueta y contundente—. ¡Ya! 

Con rapidez tomaron las cajas y abandonaron aquel lugar, adentrándose en las entrañas del sector, para posteriormente dejar las cajas en el taller de Ark. Con una carga menos y con el corazón en un puño, el grupo puso rumbo hacia su nuevo destino.