Partida Rol por web

¡La puerta!....malditos sean vuestros pellejos forman linea frente a la puerta...nos van a joder vivos como os quedeis mirando las musarañas.....

Kavan no se podia creer la pesadilla en la que se estaba convirtiendo esto, los elfos tenian todas las de ganar y al diablo, al menos caeria con alguien en quien confiara, se unio al grupo que marchaba a ver que diablos habia pasado con el gigante...tres a uno a que algun idiota habia tratado de meter mano a la elfa y el gigante no lo habia permitido...

El bardo hizo acopios de su fuerza de voluntad pero el jefe de la guardia era persistente y poseía un poder mental muy superior. Su mente estaba nublada. Trató de hacer un último esfuerzo, pero un ojo penetrante estaba fijo en su mente y anulaba su voluntad. Se sintió exhausto, se arrodilló y apenas tuvo fuerza para aferrarse a la ballesta. - ¡Por todos los dioses! Un zumbido agudo le martilleaba las sienes. Entonces escuchó claramente la voz del jefe de la Guardia en el interior de su cabeza. Todo lo demás se había evaporado, sus sentimientos de odio, venganza...No podía escuchar nada de lo que acontecía alrededor, apenas podía oir a sus compañeros, sólo estaba la puerta y él, no había obtáculos en medio. Ahora tenía claras las ideas. Dirigió la ballesta hacia la puerta y esperó que los intrusos forzaran la puerta.

Bretus no tenía miedo a un puñado de soldados y sus espadas. Era consciente del daño que podían ocasionarle. Pero en una situación como aquella poco importaba.

Total, más tarde o más temprano iba a terminar muriendo.

Así que aguanto estoico los embates de los guerreros, y al último que ataco, le agarro del brazo, y lo levanto por encima de la cabeza de los demás.

Se retorció y gimió como una mujer pariendo, y luego con esos ojos asesinos que Bretus tenía, miro a los demás guerreros.

Alguno quiere más.

Haber aguantado los golpes sin miramientos era una prueba inequívoca de que se enfrentaban a algo poderoso y mortal. Y con la muerte pisándoles el trasero en forma de marabunta elfica jugarse el tipo con el semigigante no era la idea más inteligente.

Así que centro su vista de nuevo en él solado que tenia preso, y desde ahí, simplemente lo lanzo fuera la caravana, como si no pesara nada, como si aquello fuera como tirar la basura, rumbo a un destino funesto a manos de los elfos salvajes del desierto.

Y para culminar, sonrió de manera sádica. Como si esa fuera su propia naturaleza.

Los guardias que atacan a Bretus, acojonados por la increíble capacidad combativa del semigigante retroceden.

¡¡Es monstruoso nuestras armas apenas atraviesan su piel!!

Cuidado no dejes que te agarre.

Los esfuerzos de los asaltantes surten efecto. Con un crujir sonoro, las puertas dejan de ser un obstaculo entre la sanguinaria tribu élfica y los ocupantes de la caravana.

Una docena de elfos entran en la caravana, seis por cada puerta¹.

Los asaltantes entran rápidamente y atacan con lanzas y espadas de hueso a los que obviamente parecen la guardia de la caravana.

A la izquierda de Hidem, el guardia recibe dos rápidas estocadas, consiguiendo evitar el resto de los ataques de los asaltantes, no se sabe si por suerte o por una increíble habilidad marcial. Aun así, y pese a seguir consciente, su armadura no consigue detener las dos estocadas. Sangra abundantemente y sin lugar a dudas morirá si no recibe la ayuda adecuada¹.

Al lado contrario de la caravana su homologo no es tan afortunado. La embestida elfica lo cose a puñaladas u solo deja a un pobre humano ahogándose en un charco de sangre e indignas lagrimas de impotencia.

El horror se apodera del jefe dela guardia. Tal es su desesperación que pierde el contacto totalmente con su ultima marioneta. 

Gulden, se niega a capitular e intenta una acción desesperada.

El semigigante, el será nuestro protector.

Concentra su el poder de su nexo, y enfoca su mente en el titan de piel bronceada¹.

Su mente eligió la forma de un león del desierto, la temible criatura símbolo de Urik que abriría la mente del bruto y para poder dominarla

Al abrir la puerta ves una habitación enorme, decorada con un gusto exquisito una gran cama con dosel justo debajo de un respiradero cuidadosamente tapado con telas para ventilar la habitación sin que entre la arena del desierto, al lado derecho de la cama una pequeña mesa con una jarra un poco de agua fresca y unos guantes de piel muy poco elegantes. Una voluminosa  mesa con patas decoradas con motivos animales preside el extremo opuesto de la habitación, sobre ella un contenedor de tinta, un cálamo, un candelabro y unos pergamino.

Kavan se abrio paso por la caravana hasta llegar donde estaba el gigante y la elfa, algun idiota de los guardias habian hecho alguna tonteria delante de un gigante y logicamente el gigante se lo habia tomado muy a mal.

Bretus, Derian llamo antes de entrar para identificarse, colocandose en un posicion defensiva en el quicio de la entrada evitando que lo rodearan asaltantes elfos soy Kavan, necesito vuestra ayuda aqui fuera, los elfos han entrado y estan pasando a cuchillo a todo el mundo...tenemos que reagruparnos y ver si podemos salir de esta...

Sorak cerró la puerta al entrar y se tomó un instante para observar los detalles de la habitación. Antes había pensado que la habitación era lujosa, pero esta era verdaderamente lujosa. Ante las evidencias llegó a algunas rápidas conclusiones, aquella parecía ser la habitación del dueño de la caravana y la otra bien podría ser la del capitán de la guardia. Pero no recordaba haber visto al dueño desde que les soltaron, y tampoco se encontraba allí, lo cual le resultó tremendamente extraño.

- Grrrr... - un gruñido fue la respuesta a sus pensamientos.

No se detuvo más tiempo en contemplaciones y comenzó la tarea de búsqueda tal y como había hecho antes en la otra habitación. Recogió los guantes después de examinarlos cuidadosamente, aunque sus manos estaban llenas de callos tras tanto tiempo de luchas en la arena, los guantes otorgaban más agarre a la hora de empuñar un arma. Puso especial atención en el respiradero, quizás tuviera una oportunidad de escapar a través de él, pero primero tenía que averiguar a dónde conducía.

Hidem ante la nueva amenaza afronta su situación y se dispone a hacer frente a sus adversarios. La situación no pintaba bien, parece que los asaltantes no están dispuestos a parlamentar. No obstante, la situación es precaria: exclavo o muerto a manos de los incursores. - Hablas mi idioma - hace un gesto con la mano - no quiero combatir, el verdadero enemigo está allí abajo - señalo al jefe de la guardia, soy un exclavo y quiero ser libre como tú, podría luchar con vosotros y no contra vosotros

El uno de los asaltantes te mira, sin mediar palabra, señala la salida de forma tajante y te ignora...

El elfo y el resto de su grupo, avanzan encorvados en una actitud belicosa y agresiva, se dirigen a por la guardia superviviente.

Bretus tenía su propia ración de cosas que hacer. No es que fuera un problema, los guardias estaban allí para matarlo.

O mejor, para meterlo en cintura. Y ninguna de las dos cosas iban a pasar. A cada segundo que pasaba, los Elfos estaban más cerca de conseguir su objetivo.

Y él tenia claro que no ganaba nada estando del lado de sus captores. Habían sido malos. Así que espero pacientemente. Si es que un semigigante belicoso podía hacer uso de dicha facultad.

Y en cuento se acerco el siguiente guardia, arma en mano, sus enormes manazas lo atraparon, dispuesto a lanzarlo por la borda, como ya había echo con el anterior.