Partida Rol por web

Como no sabía muy bien que hacer, me limite a montar guardia y esperar a que el resto del grupo tomara alguna decisión. 

"Mira que lo dije... No debimos entrar..."

- Un par de nosotros deberíamos salir a buscar a los otros dos agresores... El resto pueden quedarse aquí vigilando a la señora... - omito su nombre porque ni lo recuerdo en este momento... Maldita gorda. - Si encontramos a Freygan o cualquiera con autoridad podemos decir que nos contrataron para investigar ciertos abusos, y que hemos pillado a esta mujer - digo señalando a la gorda - y a los otros dos tipos que Palance vio, violando a una paciente. -  Medito unos instantes... - Podemos mostrar una actitud agresiva en ese sentido... por muy a la defensiva que se pongan, la verdad es que han infringido la ley... -

—Cierto, con la violación no podrán defenderse, pero debemos aprovechar esta noche para adquirir todas las pruebas que necesitemos, incluídos los celadores violadores.

Tras ayudar a trasladar a la señorita a la despensa, le comento a Kellemport que me permita pegar la oreja a la puerta, pero hoy no es mi día, los nervios me vuelven a traicionar.

—Deberíamos ir más de dos a por los celadores, incluso yo propondría que fuéramos todos e ir directamente a por ellos, para tener más oportunidades antes de que la señorita recobre el sentido, parece que tenemos cierto margen de tiempo.

Nada. Con la puerta de la cocina cerrada no oís nada de lo que ocurre en el pasillo. Bien podría ser que al abrir no os encontréis con nadie o un celador frente a la puerta. La duda os carcome.

Me siento reconfortado en presencia del grupo y sobre todo con el subser ahí tirado y reducido, es por ello que paso a narrar escuetamente lo que he podido ver en mi pequeña incursión:

- No sabéis cuanto me alegro de que estemos todos juntos y reunidos. Hace un rato baje por la tolva del carbón y oí gritos, me asome a la habitación del bicho que tenemos a nuestros pies y pude ver a dos hombres, supongo que celadores, violando a una de las pacientes. Ella daba gritos de evidente dolor, la vacaburra que acabamos de reducir se masturbaba compulsivamente en presencia de la violada.

Trago saliva haciendo una pequeña pausa y dejando claro que la experiencia había sido dramática:

- En fin, que aquí se cuece algo raro. Debemos estar en guardia, los violadores estarán por aquí.

Me hierve la sangre sólo de pensarlo!! digo susurrando...

—¿Qué les parece si intentamos emboscar a los celadores aquí mismo? Mi propuesta es ponernos varios alrededor de la puerta, pegados a la pared, a oscuras y con sillas en las manos, mientras otra persona hace ruidos con cazuelas que sin duda deberían atraerlos. En cuanto crucen el umbral, les reventamos las sillas en la cabeza y hacemos lo que haga falta hasta dejarlos inconscientes!

—Después los amordazamos y atamos, buscamos y recopilamos las pruebas necesarias con cierta tranquillidad y por último hacemos que venga la policía y que encuentren a esta chusma atada y a la mujer violada declarando que un héroe anónimo ha venido a castigar a sus opresores. ¿Qué opinan? El cabo suelto es Freygan del que no sabemos nada...

-¿Por qué quieren seguir haciendo ruido y consiguiendo más testigos en nuestra contra? Deberíamos hacer ésto de la manera más limpia posible. 

—Ese era el plan hasta que nos hemos topado con una violación totalmente inesperada, por lo menos para mi. No me gustaría que los celadores se fueran de rositas de ésta ya que me temo que tampoco habrá sido la primera vez.

—Ya no tenemos que investigar si Freygan es trigo limpio, ahora sólo tenemos que demostrárle a la policía que no lo es.

- Freygan puede declarar no saber nada de las acciones de sus celadores y ésta... - digo señalando con la cabeza a la mujer inconsciente... - Con esto sólo podemos pillar a tres de sus empleados, y cubrirnos las espaldas en caso de que aparezca la policía... pero pondremos a Freygan sobre aviso y no sabremos nada sobre el señor Hoyt... -

La situación se complica por momentos. - Movámonos, vamos a buscar a esos celadores... deberíamos reducirlos antes de darles la opción de que escapen impunes. -

- Bueno, parece que después de todo esto no va a acabar tan mal como yo pensaba en un principio. Creo que su plan es bastante bueno Señor Danoff... si lo desean puedo ser yo quien haga ruido para atraer la atención de los celadores mientras ustedes se esconden en las sombras y les arrean en cuanto asomen la cabeza.

—Ahm, Kellemport puede tener razón quizá sea mejor idea ir directamente a por ellos, me apunto!

Abro la puerta con cuidado y empuñando la pala... No quiero sorpresas y si noto el más mínimo movimiento fuera o cerca de la puerta cuando abra, golpearé rapido y duro. Sin salir asomo un poco la cabeza con cuidado y examino los alrededores. Si está libre indicaré con la mano a mis compañeros que podemos salir e iremos investigando la zona con cuidado... Pero con todo el ruido que hemos armado no me fío un pelo de estos celadores con pinta de bestias salvajes.

Se coloca a retaguardia esperando a que vayan saliendo de uno en uno para ir él el último.

Viendo que ir por ahí con una silla en la mano pudiera no ser una buena idea, cojo mi bastón golpeador de la mochila y lo llevo elevado. Voy tras Kellemport, aguzando bien el oído tras la apertura de la puerta.

-Esto no es buena idea...-digo entre dientes, mientras me coloco en el centro de la formación. No cojo una silla, ya llevo la escopeta, y creo que seré tan capaz de golpear a alguien con su culata como con un palo... Lo que no es decir mucho. 

De pronto, mientras estáis organizando vuestra actuación se escucha tocar en la puerta de la cocina. A través de la madera escucháis.

—¿Bettina, de-de arrib-ba se ecuchaba ruío, ta tó bié? ¿Era tú ol doctó? Deija la co-cocina y ven pa la ca-cama, que Grange y yo también queremo jugá.

El estar a punto de organizar una cacería de celadores no deja de hacer que pase por tu mente un pensamiento. ¿Qué demonios era eso que se escuchaba tras la puerta blindada? ¿No lo alertará el abrir fuego?

Hago una señal a mis compañeros para que mantengan el silencio, indicándoles con mi dedo índice que no hablen.

Entonces me percato de la escopeta de Collins… la señalo y les hago un gesto negativo con la mano… no podemos hacer ruido ahora.

Agarro con fuerza la pala y me preparo mientras hago una señal a mis compañeros para que uno abra la puerta. Golpearé con fuerza a la altura de la cabeza rezando porque el tipo quede inconsciente, sea quien sea.

Y echo un vistazo por si alguno de mis compañeros quiere prepararse para apoyarme y golpear también al tipo… sería un buen momento.