Partida Rol por web

El peor fin de curso de los últimos años (con matanza de compañeros incluida) ha dado paso a uno de los mejores veranos de tu vida.
No solo en mitad de la matanza conociste a la que dice es tu verdadera madre, algo que lo más profundo de tí sabe que es cierto, sino que tus amigas sobrevivieron a la carnicería, hiciste algunos amigos nuevos y entraste directamente en la universidad.

El pequeño detalle de haber cortado el cuello a algunas personas (o a alguna compañera tuya de paso) se va diluyendo en tu memoria, no sientes el más mínimo remordimiento ¿o sí?.

Ahora quedaba disfrutar del verano ¡Y eso sabías hacerlo! Exprimiste los días al máximo, tanto de fiesta con amigas como con partidas con tu grupo secreto, preparando siempre el gran viaje con Izzie a la playa.

Y qué diez días pasasteis en ella, probablemente hayan sido las mejores vacaciones de vuestra vida... hasta que el dinero se acabó, sólo os queda lo suficiente para pagar la gasolina y llevar la vieja furgoneta de tu padre de vuelta a Redfield...

Ahora estáis volviendo, bien bronceaditas y con muchos recuerdos a casa...

Dentro de tu alocada vida, no sabías que las cosas se iban a poner aún más locas en el viaje "cultural" que hiciste junto con tus compañeros a unas ruinas Anasazi.

En él descubriste que todo lo que creemos que solo existe en las películas es cierto, existen los vampiros y los zombies, pero también existen las buenas amigas y el valor para enfrentarse a ellos.

Durante tu aventura en las catacumbas sufriste una horrible cuchillada en el estómago, pero cuando te desmayabas viste a una joven con el pelo blanco y te levantaste apenas herida y con una fuerza y destreza sorprendentes para acabar a continuación con esa escoria sobrenatural.

Desde entonces has pasado un verano genial, fiestas, partidas, y luego diez días en la playa con Annie, en las que probablemente hayan sido las mejores vacaciones de vuestras vidas...

Además ahora tienes sueños divertidos, aparecen todo tipo de monstruos y enemigos y en ese ambiente onírico puedes combatir contra ellos, sabes perfectamente cuando estás soñando y aunque a veces ganas y a veces te despedazan sangrientamente sólo son sueños...

Ahora estás volviendo a casa, a Redfield, porque el dinero se os ha acabado y toca el viaje de vuelta en la vieja furgoneta del padre de Annie.

Conducir a veces es divertido y a veces es aburrido... conducir el día después de la última noche de fiesta en la playa ¡Es una tortura!.

O por lo menos eso piensa Annie, que conduce la vieja furgoneta de su padre de vuelta a casa... con Izzie durmiendo en el asiento de lado, ya está atardeciendo...

Bueno, a casa... a casa... Sabéis que a vuestra amiga Casey y a Lucas, primo de Izzie, les han encerrado en un campamento para chicos "raritos" ¿no sería mejor dar un pequeño desvío y "rescatarles"?.

Sueñas mientras dormitas que estás al borde de un barranco que da al mar mientras llueve de noche peleando con un demonio horrible que ha matado a medio país, el sueño es tan real que sientes el agua calándote por todo el cuerpo y los arañazos provocados por las garras de la criatura, pero peleando con ganas consigues agarrarlo del serpentino cuello y tratas de partírselo...

Había sido un verano de lujo. Primero en la casa de la piscina de Charlize, una de las animadoras más populares de la escuela. Sus padres se habían ido a Hawaii dejándonos la casa para el equipo de animadoras, solas, sin adultos, y fue como una fiesta detrás de otra, mojito aquí, mojito allí. Faaaantabuloso. Luego nos fuimos 4 días a la cabaña del tío loco de Happy Bloody, donde nos pasamos 4 días jugando a rol, fue increible! Y para coronar el verano, Izzie y yo nos fuimos a Palmbeach a hacer surf con la furgoneta de mi padre. Ni Johnny, ni Jack ni Bloody quisieron venir, no entiendo porqué. Pero bah! eran unas vacaciones sólo para nosotras dos, y así es como tenía que ser. 10 días de Sol, olas y chicos macizorros y bronceados. Pero se nos acabó el dinero, por desgracia y la furgo no caminaba sola si no le poníamos gasolina así que no nos quedó otra que volver a casa, a Redfield, para nuestra desgracia. Aquel verano había hecho que me olvidara de todo lo pasado, aunque también me había permitido recoger algunos libros, aquí y allí, en bibliotecas y mercadillos de libros, acerca de temas ocultistas. Aunque no quería recordar lo que tuve que hacer con ciertas personas, no podía evitar sentir curiosidad acerca de mi madre, de mis verdaderos origenes... Así, en la parte de atrás de la furgo llevabamos nuestras tablas de surf, algo de ropa desparramada, como bikinis, camisetas y toallas de playa, junto con un par de camisetas de neopreno, secándose, entremezclándose con nuestro neceser con maquillaje, tampones, medicamentos varios, y unos cuantos libros y revistas de ocultismo y mi viejo portátil. Pot último, en una mochila de deporte cerrada llevabamos algo no tan habitual, las estacas, navajas y botes de sal, que tan útil nos habían sido en su momento. No tenía muy claro porque lo llevabamos, no es que creyera que aquello se fuera a repetir pero algo en mi cabeza, muy hondamente, me hacía sentirme en constante alerta. Me hacía sentir más... tranquila si lo llevaba conmigo.

"Me estaré volviendo paranoica? O peor, una de esas psicópatas de malos pelos que salen en las pelis? No es que no me sienta mal por lo que hice, pero fue supervivencia... No?". Me empiezo a sentir confusa acerca de lo pasado, así que prefiero auto-engañarme no pensando más en ello.

Ya llevaba un par de horas conduciendo desde nuestra última parada para descansar cuando de reojo observo como Izzie está frita en el asiento de al lado. La verdad es que aún nos quedaba un buen trecho hasta casa y jo, no quiero que se acabe tan pronto las vacaciones... Y esa perra de Casey, nos dejó tiradas, no entiendo porque sus padres no la dejaron venir con nosotras de vacaciones... Miro el bronceado de mi piel, en mis brazos y manos, dorado y precioso y sonrío satisfecha.

-Se ha perdido tanto! Debería ir a pasárselo por la cara, para que sepa qué se ha perdido... y que hay una cosa que se llama mentir y escaparse- digo en voz alta para mi misma, con total convicción. Entonces recuerdo que sus padres no son los únicos parientes malvados de la existencia que mandaron sus hijos a ese estúpido campamento para niños dummies, bueno, vale, especialitos, pero eso es equivalente a decir dummies, no nos engañemos... A Lucas también.

"Con lo mono que es, aunque sí, es algo rarito... siempre lo fue". Con una sonrisa maliciosa en el rostro, y antes de que Izzie se despierte, giro el volante y desvio la dirección de nuestro vehiculo para tomar la interestatal en dirección al condenado y maldito campamento. Diversióoooooooooooooooon...

-Eh despierta bitch! Vamos a llevar algo de diversión a tu primo y a Sugar-Casey!!- risotada malvada.

Izzie ya no se siente culpable por asesinar a la gótica. Se ha autoconvencido de que fue para sobrevivir y de que tenía que hacerlo para un bien mayor, que era salvar a los demás. El fin, para ella, ha terminado por justificar los medios. Es más, intenta no pensar casi nunca en ello, centrada como está en descubrir qué poder tiene ella (está convencida de que tiene que tener uno. Todo el mundo tiene un poder y según la Derriere su sangre era inclasificable, así que se niega a pensar que no es molona como la irlandesa, el cubano, Casey y bitchie-Annie). Pero a veces tiene pesadillas con ellas, aunque siempre termina volviéndolas a matar, cabezona con que hace lo mejor para todos.

Izzie se revuelve en sueños, pero todavía no se despierta.

Detrás de vosotras empezáis a ver unas luces, otro coche se aproxima.

-Bitchy!- vuelvo a intentar despertar a Izzie pero la tia pava está roncando como un maldito leñador de Redfield!! Gruño por lo bajo pero dejo de intentarlo. Por el retrovizor las luces del coche de atrás me deslumbran por unos segundos. No le doy mayor importancia, sólo es otro conductor más yendo a hacia algún lugar aburrido y anodino, mientras que nosotras vamos de camino al campamento para dummies. Aunque no tengo ni idea de a cuanta distancia estamos ni cuánto tardaremos en llegar... Pero estoy deseando ver las caras de Casey y Lucas cuando nos presentemos allí!!

La lluvia le empapa la cara y le limpia la sangre que le sale de los cortes que el demonio le ha propiciado. Se miran con odio, con furia, todo en una mezcla agresiva y chocante que saben que no terminará en nada bueno. O es uno o es otro.

 El demonio deja escapar un sonido gutural con el que espera que Izzie tenga miedo, pero en vez de salir huyendo para salvar su vida, la joven californiana dibuja una sonrisa de medio lado y empieza a andar en círculos siempre mirando al demonio, que también le sigue en ese pequeño baile de vacilaciones que va al compás de los latidos acelerados del corazón de la humana. Pum, pum, pum, pum. Se van acercando. Pum, pum, pum, pum. Izzie toma la iniciativa. Otro latido y ha conseguido cogerlo del cuello, justo al lado del abismo.

 -         Creo que este va a ser tu final, bicharraco –sentencia, con voz forzada y entrecortada a causa de los jadeos. Aprieta, intentando romperle el cuello-. Será lo mejor; eres feo de cojones. Te hago un favor y todo.

La morena hace más fuerza. Está a punto de conseguirlo. Puede incluso sentir el sonido inexistente del cuello partiéndose. Un poco más y…

 -         Eh despierta bitch! Vamos a llevar algo de diversión a tu primo y a Sugar-Casey!!

Izzie mira al demonio. ¿Pero qué coño dice este?, piensa. No sabía que los demonios tenían voz de pito y que, además, sabían el nombre de una de sus amigas. Aún así, sigue tirando. Está segura de que si aguanta un poco más conseguirá matarlo y, de nuevo, reestablecer la paz mundial. Pero, a pesar de sus expectativas, el demonio suelta una carcajada maligna que desconcierta más aún a la joven animadora.

 -         ¡Bitchy!

-         ¡AHHH!

 Me despierto y doy un salto en el asiento, sobresaltada. ¡Joder! ¡Estaba a punto de matar a ese cabrón y por culpa de Annie mi paz mundial onírica nunca se cumplirá!

 -         Joder, Annie, eres como el puto Freddie Krueger. De repente estoy matando un demonio y me sale con tu voz de rubia hiperactiva –me quejo, entre bostezos.

 Miro a mi alrededor. Sigue siendo de noche, pero no estamos en la autopista. Achino los ojos para ver si hay más coches, pero al parecer estamos solas en esa carretera alejado de la mano de Dios excepto por uno que va detrás nuestra. Vale, ahora estoy totalmente desubicada y desorientada. No es que sea una brújula andante, pero estoy segura de que por aquí no se va a ese agujero del mal llamado Redfield.

 -         Annie, tío, que te has perdido –empiezo, alarmándome cada vez más-. QUE TE HAS PERDIDO. ¡Y no tenemos dinero para gasolina! Qué quieres, ¿Qué me prostituya y deje que un camionero me manosee para que lleguemos a Redfield? ¡No soy tu puta, Annie Evans! –contesto, en tono dramático.

 Ya me estoy imaginando en unos baños sucios y malolientes dejándome violar por un gordo asqueroso cuando recuerdo lo que el demonio me ha dicho antes de que me despertara. Bueno, demonio; tenía la voz de Annie, así que supongo que era ella.

 - Eh, eh, espera. ESPERA. WAIT A SECOND –alzo las palmas de las manos-. No me irás a meter en ese cubículo friki. Seguro que nos atacan como esquizos diabólicos, como en esa película en la que los internos mataban con bolígrafos a las enfermeras y después se las tiraban.  No no no no no. Ni de coña. Que salgan ellos solitos que yo tengo sueño.

Por fin Izzie despierta del sueño, para imaginarse cosas bastante repugnantes.

Cada vez está más oscuro, y el coche de atrás os empieza a hacer señales luminosas, hasta que se al cabo de unos momentos como si lo hiciera desganadamente se encienden unas luces azules encima y una sirena rompe el sonido de la noche.

Os acaba de pillar la pasma... pero no habéis hecho nada ilegal ¿o sí?.

Acercándose detrás de vosotros veis un coche de la policía estatal que se aproxima, con dos ocupantes en él.

-Eh! A mí no me llames feto malayo con problemas de cutis y manicura!- respondo, indignada ante su insulto al llamarme Freddy Krueger, si al menos me hubiera llamado no sé, Predator o la novia de Frankenstein... pero Krueger! Por favor, que poco estilo! Hago un gesto con la mano de "por favor, bitch!" cuando suelta de nuevo una de las suyas- Que mis uñas y mi piel son perfectas!- sentencio, aún más ofendida, ante semejante evidencia.

-No nos perderiamos si tu hicieras tu parte, menuda co-piloto, roncando y babeando como un babuino!!- le saco la lengua, como en todas las peleas infantiloides y sin importancia que tenemos como mil veces al día, desde que eramos niñas.

-Por supuesto que no voy a meterte en un cubiculo infernal, vamos a salvar a Casey y a Lucas del peor de los infiernos, seremos heroínas! Como Wonderwoman y Wonder Girl! Como Huntress y Black Canary, como como... Poison Ivy y Harley Quinn!- otra evidencia evidentisima. Sí, definitivamente ese es el mejor ejemplo, como Poison y Harley. Esas somos nosotras.

"Espera, esas no son heroinas, son supervillanas... Pero son sexys y tienen un pelo estupendo. Y han matado y siguen vivas y...  Bueno, sí, como Harley y Ivy. Sí, tenemos demasiado en común...".

Mientras le doy vueltas a la cabeza a ese pensamiento mega-trascendental en nuestras vidas, las luces del coche de atrás se acercan demasiado, brillando demasiado en el espejo retrovisor. Y saltan unas luces azules.

-La policia? A estas horas?- sigo mirando extrañada, por el retrovisor -Tenemos aspecto de delincuentes o qué?- murmuro por lo bajo. Porque me da la extraña sensación de que algo raro está pasando... o va a pasar? Porque no me fío?

"Será porque dos profesores de la escuela, a los que supuestamente conociamos y confiabamos, intentaron matarnos, sólo por eso. Llamadme paranoica!".

-Izzie es la pasma, acerca la mochila de gimnasia, la de las armas, ponla tapada pero a mano, por si acaso... no me fío- le digo a mi compi, mientras aminoro la velocidad de la furgoneta y pongo el intermitente para indicar que me voy hacia el arcén para supuestamente parar.

El coche de policía continúa haciendo señales para que la furgoneta pare hasta que Annie se detiene en el gran arcen de la carretera, el coche para  unos diez metros detrás y sus dos ocupantes, dos hombres uniformados, se bajan con las manos en las cartucheras de sus armas.

Uno de ellos se queda atrás mientras el otro se acerca hacia la furgoneta, como esperando que bajes la ventanilla, en su mano izquierda lleva una linternita.

Paro la furgoneta con calma y suavidad y sin perder de vista a los dos policias, por el espejo retrovisor, espero con calma y respirando e irrandiando glamour a que se acerquen, para ver qué cojones quieren. No puedo evitar sentir una pequeña alarma dentro de mi cabeza, pero pongo la mejor de mis sonrisas cuando el poli apunta con su linterna a la ventana de la puerta del piloto. No bajo todavía la ventana del coche. Me da mal rollo. Y no pienso bajarla hasta que no enseñen sus placas de verdad...

-Izzie... dime que estás preparada..- murmuro, entre sonrisas.

-Hay algún problema Sr. Agente? Hemos superado algún limite de velocidad o algo así?- pregunto, irradiando pura inocencia y glamour maravilloso y luminoso.

- Mira, que te jodan, me vas a meter en el sitio ese de niños frikis. 

La verdad es que estoy todavía demasiado sobada como para replicarle más de lo que ya he hecho, así que vuelvo a acomodarme en el asiento y bostezo de nuevo. Me quedo mirando el retrovisor, hipnotizada por las luces del coche que va detrás nuestra, y me pongo a darle vueltas a eso de volver a Redfield. Yo me hubiera quedado en la playa. Teníamos lo necesario: una furgoneta, machetes y un cuerpo maravilloso con el que aprovecharnos de cuatro ricachones a los que sacarles la pasta. 

- Pero bueno, supongo que será divertido reírse de ellos -empiezo. De repente a las luces amarillas del coche de detrás se les añaden unas rojas y azules, pero estoy tan dormida que paso-. ¿Habrá niños gordos? Me encanta meterme con ellos. Son los que echan a llorar antes. 

Y entonces Annie me dice que es la pasma y surge una locura generalizada que me hace saltar del asiento por segunda vez y llevarme las manos a la cabeza. 

- Tía, tía, las armas, tía, las armas. Que nos encerrarán en Azkaban. Digooo, en Alcatraz. ¡Pero joder, si eso ya no existe, qué dices Annie! -mantengo un diálogo conmigo misma- Bueno, TODO EL MUNDO CALMADO -grito. Alzo las manos en señal de paz y me echo hacia atrás rápidamente, poniendo la bolsa de deporte detrás del asiento de Annie y cubriéndola con un montón de ropa y tampones. 

Lo miro durante un momento, justo cuando está aminorando la marcha. 

- Vale, vale, guay. 

Y, tras la revisión, vuelvo de nuevo al asiento de una voltereta sobre la zona de recoste. 

- Soy una ninja. NADIE PUEDE CONMIGO -exclamo, haciendo un movimiento con las manos al más puro estilo asesino oriental. Es entonces cuando llega el policía y Annie saluda inocentemente. Pero qué puta más falsa-. Buenas noooches señor policía -canturreo, saludando con la mano, al lado de mi rubia amiga. 

El agente se acerca y os mira a traves de la ventanilla, al principio empieza con una cantinela que veis que se sabe de memoria...

-Discupen, esta carretera está cortada, no pueden...- pero en ese momento se fija en vosotras, en Annie, tan guapa y radiante y en Izzie, que acaba de llenar a Annie de tampones y ropa...- Que diablos tengo que cenar... y que mejor que ésto...-

Con una fuerza sobrehumana arranca la puerta de la furgoneta, para a continuación agarrar a Annie del frontal de la camiseta y sacarla del coche, arrancando de paso el cinturon de seguridad...

Intenta arrojar a la pobre chica al suelo y lanzarse sobre ella, su cara se convierte en un montón de colmillos que se acercan al cuello de Annie...

Sus manos en tu pecho, sus colmillos cerca de tu cuello ¡es hora de reaccionar!

Por su parte Izzie, que ve lo que ocurre con su amiga, también nota que la otra figura se acerca desde atrás por su lado de la furgonta...

-¡Eh! ¡Dejame algo de cenar a mí!-

Que coño?!! Lo sabía!!! Es en lo único que puedo pensar durante los siguientes segundos, que me parecen eternos, cuando el tipo arranca la puerta de la furgo de cuajo, me atrapa y me arrastra afuera como si fuera una muñeca de trapo. Me tiene cogida por el pecho y a punto de morderme en el cuello. No nonononononono no me va a morder una jodida sanguijuela con patas!!

-Bitchhhh necesito un "tampón"!!!- le grito a ésta, rezando porque entienda que tampón quiere decir estaca, o cualquiera de las armas que hay en la mochila de deporte que tan cerca había tenido hacía apenas unos segundos y cuya paranoia no me había servido de nada ya que ahora estamos en plena oscuridad, en medio de la nada, contra dos vampiros que parecen más fuertes que contra los que nos enfrentamos en el yacimiento arqueológico.

-Malditos chupasangres asquerosos...- me retuerzo de tal manera que consigo librarme de su presa, con una de las supertécnicas anti-violadores que me había enseñado sensei (tirarle del pelo a dolor hasta retorcerle el cuello de un modo horrible, entre otras cosas), retrocedo hacia la furgo y cojo una yo misma, una de las estacas. Intento darle una patada en los huevos al vampiro para empezar a  "ablandarlo", como recomendaban en los Ghostfacers, pero no parece hacerle mucho efecto. Mierda.

"Tendré que atizarle y mucho, antes de poder clavarle la estaca... y acabar con él!".

-AAAAAArrrhhhhhhggggggggggggg-grita cuando casi le arrancas el poco pelo que tiene, quedándote con bastantes mechones en las manos... afortunadamente te lo sacas de encima y consigues tomar la estaca... justo cuando trata de darte un brutal golpe en la base del estómago...