Partida Rol por web

El pequeño Danny "El Meón" de doce años se acercó hacia ti.- Hey, shh, aquí.- Te dice mientras te saluda con la mano.- Hace tiempo que necesito desfogarme, y he visto tus nalgas... y me han encantado.- Acto seguido se le suben los colores.- Manejo mucha información aquí, te puedo ayudar a llegar hasta lo más alto, nadie sospecharía de mí... si llegamos a un acuerdo, claro... digamos... que nunca he visto a una mujer desnuda. Me gustaría fornicar contigo, y a cambio tendrás a un fiel y peligroso compañero.- Acto seguido se quedó esperando una respuesta.

Con una sonrisa me voy al camarote y saco de un doble fondo un manuscrito Neopoliani Magioe Naturalis y una caja con varios compartimentos.

Allí estaba «Veninum Lupinum», combinación de acónito, tejo común, óxido de calcio, almendras amargas y vidrio en polvo mezclado con miel.

Realizo la mezcla con cuidado mientras canto.

Ron ron ron la botella de ron....

Tras esto abro una botella que previamente había cogido de la despensa y vierto el triple de la cantidad necesaria para tumbar a un elefante.

La acción es rápida , pero no me arriesgo a que vea el amanecer.

Por si las moscas, cojo un recipiente que pone avispa de mar, una medusa muy venenosa, al tacto 15 minutos son suficientes para terminar con una persona.

Salgo a cubierta y encuentro medio dormido al loro del capitán en una barandilla cercana. Asique sigilosamente me pongo unos guantes u lo cojo del cuello con un simple GUAJJ escuchado por el timonel que no deja de mirar al horizonte. Pensara que es el primero de abordo.

Con la botella de ron rellenita de veneno en una mano y el pajarraco con las plumas totalmente empapadas de veneno de medusa, me dirijo rápidamente al camarote del capitán antes que este afecte al animal matándolo.

William mira que te traigo-zarandeo al pajarraco para que suelte otro gañido y como se metió en el camarote antes de saber mi predisposición a ser capitán no temerá nada de mi- hoy cenamos loro.

Cuando abra la puerta le entregare la botella par que de un trago a la salud de la cena que vamos a tomar y le entregare el pájaro si este deja la botella en el camarote sin tomar nada.

Por si todo falla lleco en mi cinto tres dagas y la espada

Bartholomew Cubbins, el meticuloso tesorero del barco se acercó hacia tí.- ¿De cuánto dinero estamos hablando que conseguirás?. Te doy unos consejos a cambio de que me consigas algo... un pirata nos ha estado robando parte de los tesoros, tengo a varios sospechosos... si me ayudas a encontrarlo y a recuperar el oro te ayudo yo. ¿Qué me dices?.- Acto seguido espera una respuesta.

Hablo en voz baja con el tesorero, evitando los oídos indiscretos del resto del barco.

Señor Cubbins. No sé a cuanto asciende el total del tesoro, pero sé que es lo suficientemente grande como para que mi antiguo capitán se suicidara tras no conseguirlo. Y era un tipo que había cometido las mayores atrocidades posibles.

Cuénteme sus sospechas. Si hay algo que no admito es la corrupción y en un barco, ¡menos!

Asiente con la cabeza y le comenta al oído.- Uno de esos grandullones de los amigos de Bill "Cañón" tiene parte de mi dinero, no se lo he reclamado nunca porque me da miedo enfrentarme a un hombre de ese tallaje, pero estoy completamente seguro de que guarda en algún lugar gran parte de nuestras monedas.- Te señala con la mirada a uno de los piratas más fuertes del barco, que hay unos cuantos.- He hablado cortesmente con él y no lo reconoce... no sé que hacer... ¿me ayudaría? yo me encargo de darte unos consejos para tus elecciones a capitán, y créeme, son tan valiosos como el tesoro que vamos a encontrar cuando seas el capitán del barco...- Espera una respuesta. 

¿Sabe qué? El simple hecho de saber que  ese malnacido roba dinero del barco ya  es suficiente como para que vaya a pedirle una explicación. Pero si además me vas a ayudar con unos consejos...espere aquí, señor Cubbins.

Camino haciando donde está el pirata que me indica Cubbins observando sus movimientos y, de paso, comprobando mis armas, por si el diálogo no fuera suficiente.

El pirata se gira y se queda mirando a Christopher.- ¿Qué tal Christopher? ¿Vienes buscando ayuda para el ascenso a capitán?.- Algunos que están alrededor ríen.

Pues sí...no me vendría mal un poco de apoyo.. bajo la voz para que los demás no oigan nada. He oído que últimamente andas bien de oro, no me vendría mal un poco de ese oro para "convencer" a otros para que me voten. Yo, por supuesto, cuando sea capitán de este barco, sabré agradecer con creces a los que me han apoyado...además hay que apoyarnos entre nosotros. Mejor yo, que soy uno de los vuestros, uno como vosotros.

El loro no está donde esperas, sino que se encuentra posado en el hombro de Edward Newcastle y parece hablar con él...

Miro con cara de despiste.- Yo no se nada de ningún oro... ¿qué insinúas?. Aquí el que tiene todo el oro es el tesorero, con el que hablabas hace un segundo.- Acto seguido lo señala y ves cómo él tiembla.- Corre a pedirle oro a él...- acto seguido te da la espalda.

Él ya ha contribuido para la causa...Me acerco por detrś y dismuladamente apoyo la punta de mi daga en su espalda. Y espero que tú hagas lo mismo, devolviendo doblón a doblón el dinero que falta en el barco. In-me-dia-ta-men-te.

El pirata grandullón con el que hablaba Christopher, enfurecido se gira y desvía la daga que Christopher tenía apoyada en su espalda.- Ven aquí, niña, papá te va a dar unas hostias.- Los piratas de alrededor hace un corro y comienzan a farfullar el nombre del pirata forzudo. Él no usa ninguna arma y espera que Crhistopher le ensarte con su daga. Los demás piratas se dan cuenta de que hay pelea y se monta un barullo en el barco.- Pe-le-a, pe-le-a.

Al estar el loro con uno de los piratas rompe mi intento de envenenamiento, pero la pelea en la borda. Me da otra opción.

Vane, Vane, hay pelea abordo. Tienes que hacer algo.

Si deja la puerta abierta del camarote al salir dejare la botella de ron en el camarote para que se la tome después. Si la cierra le asestare una daga en todo el corazón.

De repente el loro se posiciona en el hombre de Edward, hecho que lo deja un tanto asombrado. ¡Vaya! Pues parece una señal. Al escuchar lo que le dice el loro, Edward se asombra aun más.- Al parecer te han subestimado loro, yo no cometeré ese error. Ten dos galletas buen loro. De su chaqueta saca dos galletas casi intactas y se las entrega al animal, ansioso por conocer esa "valiosa" información. 

El pirata es sin duda mś corpulento que yo, pero no está armado, yo había sacado la daga por ser mś discreta pero ya que todo el mundo ya no hay disimulo que valga. Saco la espada para mantener más alejado al orangután con el que me enfrento y lanzo una rápida estocada.

Metes la mano en tu chaqueta pero... no hay galletas...

EL pirata esquiva sin problemas el estoque de Christopher y lanza un hostión que de llegar a su víctima le recolocaría toda la espalda.

El capitán no responde, debe de estar durmiendo, o no quiere saber nada del asunto...