Partida Rol por web

 Uno de los pueblerinos que estaban sentados cenando, los que se pidieron las gallinas asadas, sale al exterior de la taberna con un gesto de llevar demasiada carga en sus intestinos.

También veis como el hombre fortachon que estaba hablando con el tabernero, y el propio tabernero, suben a los pisos superiores.

Yo cuido muy bien mi material, asi que aprovecho que se a ido Cesar y voy al cuarto a ver como esta el bulto. Ademas tampoco me fio de Alvar, una vez lo e comprobado, voy a buscar a este a ver si ya se encuentra solo.

El judío parecía no quietar el ojo de encima a todos los que se encontraban en la taberna, y cuando apuró su sopa, levantó la copa y la acabó mientras con un gesto de la mano llamaba la atención del posadero, una vez éste se hubo acercado, le pregunto en un tono quedo.

- Disculpe buen señor, pero quería hablar con Ramiro.

Dicho esto se quedo observando el rostro de aquel hombre, maldiciendo la hora de acudir a una cita en etas condiciones, tan a ciegas.

Al llegar, ato el caballo en las caballerizas. Intento entrar algo sonriente a la taberna, sin risa, pero con un semblante neutral, como si fuera la primera vez que fuera por alli (no se si es así en realidad). Sin más dilación intento sentarme en una mesa para que me sirvan lo que pediré.

Intento que la posición de la mesa (el asiento) sea alguno cercano al pueblerino que acaba de quedar sólo.

Finalmente percibo si alguien me observa con más cautela de lo habitual (miradas de reojo, por ejemplo o cuchicheos aparentes)

 El tabernero, aunque intenta disimular, te da la sensación de que sabe quien eres o por lo menos, a qué has venido:

-Claro bueno hombre, es aquel paisano que traga como si no hubiera mañana, en aquella mesa junto la entrada. Su compañero se llama César, pero creo que ha salido a hacer de vientre.

Y efectivamente, ves como un hombre traga como si no hubiera mañana, y como otro hombre se levanta de la misma mesa llevándose las manos a los pantalones en gesto de tener apuros intestinales.

 En las caballerizas ya hay otro caballo atado, de buen porte. Entre las caballerizas y la entrada, un carromato viejo tirado por un caballo enfermizo. "Vaya contraste" te dices a ti mismo. Atas tu caballo en un poste de la caballeriza, al lado del otro caballo, cerca de un pilón de agua. Le pones una saca con alfalfa a tu caballo y te decides a entrar en la posada.

Justo antes de cruzar la puerta, te cruzas con un hombre que sale apurado, con las manos en el pantalón...parece que tiene que aliviar carga. Según entras, ves a dos hombres, un paisano que parece el tabernero, y un tipo fortachón que lo acompaña subiendo por unas escaleras a lo que parecen ser las habitaciones de hospedaje. En la barra hay un tipo vestido como un caballero, identificas en sus insignias la orden de calatrava. A mayores hay cuatro mesas ocupadas, una con un hombre que come como si no hubiese mañana, a pesar de sus modales, viste bien. Parece mercader.

También hay una mesa con dos peregrinos bebiendo vino y charlando animadamente. Una joven pareja que se miran como enamorados, ambos visten prendas de categoría y el varón lleva una espada de calidad y con muchas florituras al cinto. Y en una cuarta y solitaria mesa, lo que parece ser un sabio judío.

Entras sin mediar palabra, te sientas entre el pueblerino que acaba de quedar solo y la joven pareja, esperando que el tabernero te atienda. Pero el que parecía el tabernero acaba de subir a los pisos superiores, por lo que tardará un poco en bajar.

Según sales por la puerta, te cruzas con un hombre ya mayor, canoso y de largas barbas que entra. 

Al salir, buscas por un resquicio para trepar hasta la segunda planta, no es muy difícil encontrarlo.

Encuentras una ventana semi abierta, miras por si hay alguien dentro, pero resulta estar vacía. No obstante, has conseguido trepar al segundo piso. Oyes unos pasos y la voz del tabernero.

-Esta es la habitación mas lujosa que tenemos señor, pero son 12 maravedíes de oro - dice con tono de "dudo que puedas pagarlo"

Otra voz fuerte contesta:

- Me la quedo, mi señora necesita lo mejor, tome 15 maravedíes, y procure que esté limpia para la llegada de mi señora, dentro de media hora mas o menos.

Vuelve a oir la voz del tabernero, tartamudeando:

-Cla-cla claro señor, es-es-estará lista para ya.

Los pasos se vuelve alejar, bajando por la escalera.

El judío observa a las dos figuras y al ver que una de ellas se levanta con unas prisas mas que evidentes, deja sobre el mostrador, varias monedas, que cubrían con sobras el importe de la comida.

-Tenga usted posadero, por la comida y la atención.-

Dicho esto, Leví se levanta y se dirige hacia la mesa donde se encuentra aquel a quien él cree que busca, y una vez lo suficientemente cerca se detiene mientras echa una ojeada rápida a la taberna.

- Estoy buscando a Ramiro, sois vos?-

La pregunta era directa, tajante y en un tono que solo pudieran alcanzar su interlocutor y él mismo.

 El hombre al que tu tachaste de raro, aquel que parecía judío y que entro hace un buen rato ya, se te acerca cuando César acaba de salir a cagar. Se sienta a tu lado y en un tono bajo, para que solo puedas escuchar tu te dice:

-Estoy buscando a Ramiro, sois vos?

 El hombre fortachón y el tabernero bajan de nuevo, el fortachón se va de la taberna sin mediar palabra y el tabernero vuelve a sus quehaceres con una sonrisa mas que amplia en su cara.

Al mismo tiempo que uno de los pueblerinos que pidieron gallina al espeto sale corriendo al exterior para vaciar vientre, un hombre fuerte pero anciano, de pelo blanco y larga barba entra en la taberna y se sienta cerca de la pareja.

Unos instantes mas tarde, el otro hombre mayor, con aspecto judío, se sienta con el compañero del hombre que salió a hacer de vientre.

-Ah, este Manolo. Muchas gracias Tabernero, Dios le bendiga.- digo, pagando mi consumición y la de los peregrinos.

Mientras doy buena cuenta de mi cena el posadero sube con un chico y vuelve a bajar. Al marcharse este, le pregunto:

-¿No le gustaron las habitaciones al muchacho?

 Bien señor, espero que la comida haya sido de su gusto - dice mientras limpia lo que has ensuciado al comer.

Si lo desea puedo enseñarle ya la habitación. Como ya le he dicho, el Manolo, paisano de aquí del pueblo, dejo pagada a nombre de un tal Julián, que supongo será usté, pues me dijo que era usté caballero y aquí no hay nadie mas con tal "undumentaria".

Hace una pequeña pausa mientras te indica que lo sigas, supones que te va enseñar la habitación. Luego, continúa hablando, respondiendo a tu pregunta.

Al mozo no le gustó la habitación, le encantó. Pagó por la habitación mas lujosa 15 maravedíes - dice poniendo una cara de alegría- dijo que iba por su señora, a saber quien será pero ha de ser dama de dineros.

 No te preocupes, ya he editado yo el mio en función xD.

Te puse en un mensaje anterior que subia a ver como estaba la mercancia, queria asegurarme bien porque no me fiaba de nadie, y mas ahora que han subido Alvar con otro hombre arriba.

Con mi macuto al hombro sigo al posadero.

-Efectivamente, mi nombre es Julián de Malpartida, caballero de la Orden de Calatrava, como usted bien a supuesto. Discúlpeme que no me haya presentado antes, pero no esperaba que Manolo hubiera pagado ya por mi estancia.

Le sigo hasta llegar a la puerta de la habitación.

-Vaya, un muchacho de buena familia. Sin duda ha elegido una buena posada. ¿Es esta una noche ajetreada? La taberna parecía tranquila, ¿tiene muchos huéspedes en eta época del año?

 Ya vi el mensaje ya, pero yo te narro según suceden los hechos, dudo que vayas levantarte al mismo tiempo justo que César, esperarías un poco para disimular, y en ese "poco" se te sienta el paisano al lado preguntando si eres Ramiro, un tipo judío con pintas de estudioso. Tu me dirás lo que haces, pero César acaba de salir por la puerta, Alvar ya ha subido y bajado con un tipo, y ahora va subir con el caballero que había en la barra, y se te acaba de sentar un tipo al lado preguntándote si eres Ramiro.

Con esta info que te acabo de dar, dime que haces.

 Pues sí, el manolo pagó ya hace un par de noches, dijo que vendría usted hoy, y que debía estar todo listo para usted. La posada suele tener gente, peregrinos en su mayoría, este es un puto "estratatégico" desos, aunque nunca ha llegado a llenarse, 10 personas paran todos los días, nos da para vivir sin apuros, pero no para lujos.

Acto seguido, te abre la puerta de la habitación y te da la llave - Que la disfrute, es suya hasta mañana al mediodía.

 Al entrar ves una nota y un par de velas sobre la cama.

" Julián de Malpartida", tu cometido hoy es estar atento a un intercambio que se va hacer. Tenemos noticias de que al menos un paisano de la zona quiere vender una cachorra mandrágora a Koldo de Iturioiz. Llevamos mucho tiempo siguiéndolo. Sabemos que el tabernero está implicado, pero no sabemos hasta que punto. Tu misión es esperar a que Koldo llegue y haga el negocio con el mago. Cuando estén el mago, la mandrágora y el paisano o los paisanos todos juntos, has de subir a esta habitación y encender las dos velas que tienes ahí y ponerlas en la ventana. Varios hermanos te estarán esperando fuera y harán acto de presencia para coger al puto Koldo, la señal para que entren serán las dos velas encendidas en la ventana. 

Has de asegurarte de que Koldo muere, y cualquiera que intente impedirlo también. Tienes libertad para matar a cualquiera de la taberna si consideras que tiene relación con Koldo o que puede perjudicar la "cacería".

- Si si, soy Ramiro, digame, ¿Quien es usted?, ah, perdone un momento, espereme y ahora hablamos, es algo urgente, bajo enseguida señor,  me levanto y voy hacia arriba tranquilamente, ¿donde se abra metido este hombre?.