Hablo con voz baja, pero firme:
-Muy bien, ¿estamos listos? Recordad que nuestro objetivo es Koldo, ¡y no permitiremos que nadie se interponga en nuestro camino!
Me preparo para abrir la puerta y dejar entrar a los primeros hombres y seguirles después.
Tira Fuerza x3 hasta obtener un éxito. Eso serán las veces que te hace falta embestir la puerta para tirarla.
Tirada: 1d100
Motivo: Fuerza x 3
Dificultad: 45-
Resultado: 26 (Exito)
El judío cogió su bolsa y revisó su interior comprobando el dinero que traía consigo, y una vez conforme, guardó de nuevo su pequeño saco de monedas.
-Sean 30 maravedíes entonces los que ofrezco, esa criatura bien los merece!!- Exclama con cierto tono entusiasmado.
mmm... Deben ser 30 por ser una cria, ¿no es así? -le dije a Ramiro. Mi amo puede ofrecer 40, señor.
Esto se empieza a animar....de momento estamos en 40 señores. Alguien da más?.
La voz de Ramiro da comienzo a una puja:
Bueno señores, comencemos una subasta, precio de salida por esta cachorra de mandrágora, 30 maravedíes!!!
Te imaginas ya la sonrisa de Ramiro viendo el dinero en sus manos. No pasan ni dos segundos, y una de las voces dice.
Que sean 30 pues, mi señor puede ofrecerlos por una cría en tan buen estado.
No obstante, no tarda demasiado en oirse la otra voz:
Mi señor está en calidad de ofrecer 40.
En cuestión de segundos la conversación se empieza a animar, y lo notas en la frase de Ramiro, sobretodo:
Esto se empieza a animar, señor Leví, su amo Absalón puede ofrecer más de 40?
Ni pajolera ide de que les estará vendiendo Ramiro pero 40 maravedies son una cifra golosa, sobretodo si se reparten entre uno y uno solo y nada más. A la que Ramiro los trinque le doy avio y me largo con los maravedies contantes y sonantes.
¿Hay una frase de Ramiro al final que me he perdido?
Ya está corregido lo de la última frase, en cuanto a la mandrágora, sabes que es un animal mágico, aunque tu no has visto ninguno, e incluso dudas de su existencia.
El judío levanta la mano en un sútil gesto, mientras de reojo miraba a su codiciada presa, que seguía postrada sobre la cama, tan cerca y tan lejos a la vez.
-Sean 45 maravedíes entonces, ese cachorro ha de ser mio.- exclama entusiasmado.
Mientras puja, Leví juguetea con la bolsa de monedas, haciendo tintinear el dinero, ansioso por que la subasta finalizase, con eél como ganador por supuesto.
La voz de Ramiro suena excitada.
Bien bien bien, estamos en cuarenta y cinco, da usted más señor enviado de Koldo?
Bien, ya está todo dispuesto para tu actuación. Dime si quieres decir algo al entrar en la habitación y empezamos el combate.
Perdona los retrasos, había que resolver una cosa antes de tu entrada.
Um, no, en principio no, mi grito de antes de cargar es el de mis post anterior :p
No pasa nada, no soy el más adecuado para decir nada de retrasos!!! ;)
Máster, una pregunta: es frecuente el carbón por ese sitio o se puede conseguir en algún lado?
intuyendo por donde vas, puedes llevar unas cuantas piedrecitas de carbón encima, o mismo haberlo cogido hace unos minutos de la chimenea de la taberna.
No yo, sino mi amo. -dije replicando a Ricardo. Es un hombre generoso, ¿sabe? Estaría dispuesto -dije ahora mirando a Leví-, a ofrecer más que cualquiera de los aquí presentes, y, por favor, no se ofendan, caballeros...
A los pocos segundos de empezar vuestra subasta, se oye un fuerte golpe en la puerta, acto seguido esta cede, y un grupo de hombres armados entra en la habitación. Reconocéis al primero de ellos, era el caballero que estaba en la taberna.
-Quieto ahí todo el mundo!!!
Julián, tienes tu la iniciativa, por lo que a describir acción toca!.
A los pocos segundos de empezar la subasta, se oye un fuerte golpe, y acto seguido, por debajo de la cama, ves como la puerta cae abajo, y un montón de botas metálicas entran en la habitación, obviamente, son gente bien armada, soldados quizá.
-Quieto todo el mundo!!!!- se oye decir.
Intenté saber si había ventanas en la habitación... o cualquier otra puerta de salida.
Una puerta y una ventana. Una justo enfrente de la otra.