Partida Rol por web

Al responder con un abrazo al gesto de Ailyn, contenta de volver a la ver, y luego de responderle a Kara que estaba en perfectas condiciones, aunque no fuera del todo cierto, toma sus maletas como puede, de hecho, con mucha dificultad, debiendo sujetarla con ambas manos y hacer un gran esfuerzo para poder cargar con ella. El resto del equipaje, que era una maleta aún más grande, fue cargada por el funcionario del tren que la tomó sin muchos esfuerzos, claro, usando su magia. Euphe siguió al grupo al tren, para buscar su compartimiento junto a sus compañeros.  

Ya dentro del compartimiento, se deja caer pesadamente en el asiento, su frente se ve perlada por el sudor y su agitación es evidente, se siente débil, no puede ocultarlo, pero sus compañeros estaban mucho más entusiasmados hablando de las travesuras que iban a hacer, quizás no la notarían, quizás, se dijo, así que intentó componer de la mejor manera su cara mientras Artemis explicaba sobre los fuegos artificiales. No perdía el tiempo su amigo, al que no sabía como interpretar, pensó que le diría algo sobre el comentario del dragón, o quizás aún creía que debían fingir. 

Tomó un poco de aire de nuevo, pero al ver a Jake entrar en el compartimiento, la chica se quedó muda, volviéndose aún más pálida de lo que ya estaba y desvió la mirada, asaltada por una sensación de apremiante pudor, sabía que debía hablar con él, pero eso no era lo que le preocupaba, sino que le contara al resto de sus amigos lo que había hecho en vacaciones, la estupidez que casi le cuesta la vida y que si no hubiera sido por Jake, hubiera conseguido sin poder revertirlo. Tragó saliva y saludó al joven con un ligero movimiento de su mano.

— i-imagino que es mejor hacerlo — logra responderle a Artemis, con dudas en su voz, no porque no quisiera seguir a su intrépido amigo, sino por la impresión que le había dejado la presencia de Jake — digo, claro, hay que hacerlo, así nos recordarán por siempre, y bueno... ¿dónde deseas ponerlos? — recuperó su buen humor, pero siguió sentada, esperando que Artemis los ilustrara sobre como pretendían justificar el mes de castigo que tendrían. 

Va a levantarse y a decir alguna tontería como lo de "contraseña", pero Artemis se adelanta y deja entrar al tal Jake. Así que su gozo en un pozo. 

-Entonces, esto va de dar una grandiosa bienvenida a los nuevos, con fuegos artificiales prohibidos e intentar escaparnos antes de que nos pillen los profesores o la explosión. Suena interesante. 

Levanta la mano.

-Yo me apunto.

"Confía en mí, Kara". ¿Cuántas veces había escuchado aquellas palabras? Y siempre las seguía a pies juntillas. No era precisamente que se arrepintiera de hacerlo, las cosas como eran. Pero la verdad era que muchas veces las cosas se le habrían hecho más fáciles si hubiera sabido decirle que no.

Contuvo el gesto preocupado pero la verdad era que una vaga ansiedad se había apoderado de ella al saber que se le venía encima una nueva aventura, con todo lo que aquello implicaba. Y, aún así, no sería ella la aguafiestas.

- Los profesores no querrán llevarse el crédito de nada, sólo del castigo que nos va a caer - fue lo único que dijo al respecto del plan de Artemis aunque, muy a su pesar, acabó por sonreír.

Incluso si pudiera, ¿le diría que no? Siempre le resultaba imposible negarle nada al chico, sobre todo cuando acometía aquellas travesuras con tanto entusiasmo y aquel carisma natural que hacía que ahora todos estuvieran más que dispuestos a seguir con su idea, a pesar de que la recompensa sería sólo ver unos bonitos fuegos artificiales y que el castigo era casi una certeza. Tan centrada en eso estaba que no vio el gesto de cansancio de Euphemia.

Por suerte, hubo algo que captó su atención lo suficiente como para dejar de lado sus preocupaciones y eso fue la llegada de Jake.

- ¡Jake! - saludó con una sonrisa cálida antes de ponerse en pie y darle un rápido abrazo a su amigo.

La verdad era que aquel había sido el modo en que por costumbre se había saludado con sus dos mejores amigos, sólo en ese momento se dio cuenta de que ese año lo había obviado con Artemis. Torció un poco la boca, deseando con todas sus fuerzas que el ravenclaw no lo hubiera notado. De todos modos, ¿habría podido hacerlo y seguir actuando con tanta naturalidad? La duda la retenía y conforme más lo hacía, más difícil era actuar con normalidad alrededor de su mejor amigo.

- ¿Qué tal tu verano? Ya ves que Artemis nos ha liado a todos en una de sus locuras - fue entonces cuando reparó en lo dicho por Euphemia y puso cara de preocupación -. Sólo nos recordarán si nos pillan...¿o la idea es que nos pillen? - preguntó con tono de duda.

El silbato suena dando a conocer que el tren se va a poner en marcha. Todos los alumnos están ya en el tren, algunos aun buscando sitio, otros con sus compañeros y ya sentados, disfrutando de la compañía. El tren comienza a moverse, llenando de humo el andén.

Muchos de los alumnos se asoman a la ventana para despedirse de sus padres.

Con una marcha cada vez más rápida, el Expreso sale de la estación y pone rumbo a Hogsmeade.

Tranquilos tengo todo pensado, la idea es plantar las semillas poco antes del toque de queda en estos cuatro puntos, exactamente al inicio de la cena, luego yo enciendo los pirotécnicos y me piro.

Mientras tanto un howler debe llegar al comedor invutando a todo Hogwarts a salir y mirar el cielo, de ese modo nadie estara cerca cuando los pirotécnicos hagan su magia.

Venga chicos observen el mapa, lo piensan y me dicen, yo voy a comprar unas golosinas para todos. - digo mientras les paso un plano de la locación donde pensaba montar el espectáculo.

Ya vuelvo. - digo abandonando el compartimento para volver al rato con unos dulces para todos

Una vez fuera del compartimento me dirijo al fondo del vagón dónde nadie pueda verme y saco un trozo de papel y un bolígrafo y escribo una nota que camuflo dentro de la rana que voy a darle a Euphemia.

¿Qué te ocurrió? Estás muy palida, no creas que no lo he notado? ¿Qué te hizo esta vez? Ya falta poco sólo resiste, tengo todo planeado, te lo diré al llegar a la escuela.

Una vez con todo listo guardo esa rana en un bolsillo difeente y me dispongo a volver al compartimento.

Robert mira con sopresa a Aleksandar, pero no se digna a contestar. Menudos modales de gallito...

—Bueno, voy a buscar un compartimento —dice a  Karen—. Pásalo bien en el viaje, pero no arméis mucho jaleo. O bueno... si lo armáis, que sea un poco lejos.

Le guiña un ojo a su hermana, y luego va a buscar un compartimento tranquilo. No se lleva mal con nadie, pero el viaje a Hogwarts siempre le gusta hacerlo sin sobresaltos, leyendo un rato o teniendo alguna conversación en voz normal, lo que es difícil con algunos de los compañeros del colegio que siempre andan exaltados en el viaje de ida.

Al fin consigue pasar a esos dos y comenzar a buscar un sitio en el que sentarse para "disfrutar" del viaje. Busca por lo compartimentos hasta que encuentra a quien está buscando. Sin llamar a la puerta, la abre. Mira a Nathan y le saluda, luego mira a los otros dos y hace un gesto.

Pasa y cierra la puerta antes de sentarse.

-¿Hacéis esto cada año? ¿Os pasáis todo el día en un tren para llegar al colegio?

Habiendo otros métodos para viajar, no entiende la necesidad de un tren que les lleve a donde les tiene que llevar. Mira a Nathan.

-¿Quiénes son estos dos?

Obviamente, ve que no pegan ni con cola con el chico de Slytherin.

Reí un poco mas recordando mi primera jugarreta en el colegio antes de que Alek entrara por la puerta. Aunque no habíamos tenido mucho tiempo para conocernos me había hecho muy amigo suyo durante la visita del curso pasado. Lo cual no era de extrañar ya que sin duda ambos teníamos pinta de ser los matones del lugar.

- El es Mathew del periódico, después de tantas fotos que me ha hecho le he acabado cogiendo cierta confianza y ella -rodeé con el brazo a Krystal- Es una chica guapa, acaso necesito mas. Si la pregunta es porque estoy con ellos es porque me apetecía incordiar un poco a Matt -baje los pies del asiento para que se pudiera sentar enfrente mía- No es tan largo el viaje pero si nos pasamos un buen rato aquí hablando, es como una costumbre del colegio. Innecesaria pero que se mantiene como una tradición y que personalmente no me disgusta.

Sonrió ante la presentación –Fotos para el periódico- era cierto en parte, otras estaban reservadas no precisamente para el periódico.

 La verdad es que el chico de intercambio poco le conocía, había causado revuelo el ciclo pasado pero ahora  no tenía mayor relevancia a menos por el momento, salvo parecer querer matar a todos los que se le pusieran enfrente, o esa era mi perspectiva.

-Sonríe para la cámara- dije apuntando para sacarle una foto a Alek, después de todo que buen fotógrafo no toma las mejores escenas de sus modelos, y que podría ser un buen recuerdo o un buen chantaje.

-Soy Matt, a tu servicio una buena foto un buen mensaje o algún momento que quieras preservar  puedo hacerlo, en Hogwarts no  hay nadie mejor que yo y mi cámara tenlo por seguro-  presumí un poco, después de todo me había ganado ese puesto con demasiado esfuerzo.

Tras el encontronazo con el tipo con cara de mala leche y muy mala actitud, Karen se despide en busca de sus amigas. Es un tanto difícil encontrar un compartimento vacío a esas alturas, pero seguro que alguno tiene algún espació para él. Tras un rato caminando por el pasillo, el único que ha visto con capacidad para alguien más es en el que está la chica japonesa de intercambio.

Yukino se encuentra mirando el paisaje por la ventana en esos momento.

Como se imaginaba, no es fácil encontrar un compartimento en el que poder estar un poco tranquilo mientras los demás alumnos la lían de formas varias en el tren, pero al final da con uno que está vacío. O no, porque al abrir la puerta, se da cuenta de que en él va sentada una chica de raza oriental. Se sorprende durante un instante al verla.

—Ahí va... hola —dice para saludarla—. Me llamo Robert, soy de Ravenclaw. ¿Te importa si... me siento aquí?

Da un pequeño saltito cuando alguien abre la puerta. Ha estado tan concentrada mirando por la ventana que no se ha dado cuenta de que alguien quería entrar. Sonríe.

-Hola - sonríe -. Soy Yukino Kobayashi. Hajimemashite. Estaré en... - se queda pensativa - ¿Cómo se llama la casa esa del león? ¿Gurifindoru? 

Se sienta bien y se endereza un poco en el asiento.

-Claro, adelante - dice con un gesto de la mano.

Su forma de hablar es bastante peculiar aunque se nota que se ha estado esforzando en aprender mucho inglés para estar ahí y poder comunicarse bien con ellos.

Al escuchar la pronunciación de la chica japonesa, Robert sonríe. Ya le gustaría a él hablar japonés con esa soltura.

—Es Gryffindor —indica—. Pero casi lo tienes, se nota que has practicado bien.

Deja sus cosas y se sienta delante de Yukino. Suelta un suspiro de alivio, ya tenía ganas de relajarse un poco desde que salió de casa.

—Es un placer conocerte, Kobayashi-San —dice, usando la fórmula de cortesía japonesa que cree que se emplea en esos casos—. No sabía que habría estudiantes de intercambio este año. ¿De qué colegio vienes, por curiosidad?

Krystal observa al chico que entra, su cara le sonaba pero no terminaba de saber quién era realmente, no fue hasta que le escucho hablar y los demás con el que se dio cuenta, así que se pone de pie y le señala mientras dice:

Ah, ya sé quién eres, que no caía en la cuenta… eres… ¿Cómo te llamabas?... bueno, el de intercambio ¿no?... bueno, encantada, mi nombre es como te han dicho Krystal Lovegood, un placer... chica guapa, agradable, muy mala en los estudios y la mejor buscadora del colegio

Decía mientras le ofrecía la mano alegremente para que se la estrechase, tras unos segundos se sienta de nuevo dejándose caer y dice:

Pues aunque no lo parezca el viajar en tren es divertido, y cuando estás en primero en esas barcas mola un montón… ahora que caigo… como es su primera vez en el colegio oficialmente debería ir en la barca con los de primero ¿no?

Decía en un tono ciertamente bromista mientras movía las cejas arriba y abajo

-Ie, Ie - hace un gesto con la mano cuando Robert usa el honorífico con ella -. Puedes llamarme Yukino o Yuki.

Espera a que se siente para continuar conversando.

-Soy de Mahôtokoro, la Escuela de Magia más antigua del mundo - dice con orgullo -. Aunque quiero estudiar durante este año en Hogwarts para saber cómo es.

No es que intente despreciar a Hogwarts con sus palabras, porque nunca ha estudiado ahí y no sabe como es, pero si sabe que su escuela es una de las más antiguas y más exigentes en cuanto a la destreza mágica.

Otros alumnos quizá hubieran reaccionado al comentario de Yukino enfurruñándose o diciéndole directamente que no tiene ni idea de lo que habla. Pero no Robert. A él, el nombre de Mahôtokoro le suena enseguida, porque es verdad que es uno de los colegios mágicos más importantes de Asia y del mundo. No sabe mucho de él en detalle, pero lo que ha leído sí le basta para reconocer el nombre al momento.

—He leído sobre Mahôtokoro —dice—. Es muy famoso, se dice que domináis hechizos impresionantes muy rápido. Y que tenéis dragones celestes y algunos incluso aprendéis a montarlos, a pesar de que es tremendamente difícil. Es algo que siempre he pensado que me gustaría ver...

Sonríe, ya que es agradable tener algo en qué pensar para distraerse, y la conversación con Yukino le ha traído recuerdos de buenas lecturas a la mente.

—Me alegra que hayan aceptado tu intercambio. Será interesante tener a alguien como tú por Hogwarts. Espero que estemos a la altura y podamos enseñarte algo interesante a ti también.