Partida Rol por web

          Anya toma la espada e intenta asestar un corte al vampiro que ha quedado (además del Maestro) sus movimientos son buenos pero el no muerto no es un vampiro neonato. Con una facilidad ancestral, esquiva su golpe y la chica termina chocando la hoja del arma contra la pared. Anya está enfadada pero al menos ha dado una buena lucha hasta ahora, es obvio que no va a ser fácil este combate final.

                Mel ya está dentro de la piscina, traspasando el portal. Ella no tiene tiempo de auxiliar a sus amigos contra el otro vampiro. Su enemigo se encuentra delante, usando un extraño traje de cuero y con esos ojos rojos de rubí. Su aire de maldad es infinito. Mel dispara dos veces con la ballesta. El primer virote pasa rozando la mejilla derecha del enemigo pero termina incrustado en otro lado. Mel no se deja amedrentar aunque el Maestro sonríe con placer cuando eso pasa y, antes de que nada diga, un segundo disparo pega sobre él. El virote da en su hombro derecho y sus dientes son enseñados en un gemido de dolor.

                -Te crees muy lista, yo… no caeré fácilmente, hija mía. –Pese a la seguridad con las que son dichas estas palabras. El ser no se siente bien, pues sus movimientos son más torpes. Comprende, con enorme odio e impotencia, lo que le ha pasado.

                -Tus amigos, los brujos, no son tan malos… pero por más que esté más débil no eres para mí más que una mosca comparada con una araña…

                -¡¡Bastardo!!!

                El sujeto está cabreado y va directamente al objetivo más cercano que tiene que es… la ex demonio. -¿Vosotros creéis de verdad que tenéis una chance? ¿Una chance?? Voy a comeros de cena…

                Intenta agarrar a la chica por los brazos pero se da cuenta de que la espada se lo hace difícil, así que en cambio la patea para que caiga.

 Apunto a Czenno y le lanzo una bola de energía, esperando acabar pronto con él y que podamos concentrarnos todos en el maestro...

Logre esquivar el golpe del vampiro con gran soltura, vi que Gabriel usaba su magia contra el vampiro, movi la espada para que el vampiro lo viera bien

- Encargaos del Maestro, este es mio

Blandí el arma queriendole cortar la cabeza al vampiro, pero era más ágil de lo que yo esperaba, se movió rápidamente esquivando mi espada

- ¡Maldición!

Cordelia se sacudió el polvo de la vampiresa desfasada y fue hacia el otro vampiro con mirada felina, casi depredadora, le estaba cogiendo el gusto a eso de matar vampiros. Ella seguía siendo la belleza y el cerebro de la operación, y, como no, también era la parte ejecutora.

Se acercó por detrás al vampiro e intentó convertirle en un pincho moruno. Te creerás muy hipster con el gorro, ¿no?

Parecía que el agua bendita había surtido su efecto, así que, como sabía que aquello no dañaba a ninguno de sus discípulos, decidió volver a intentarlo. Había surtido más efecto de lo que pensaba, así que no había nada de malo en volver a hacerlo, aún le quedaba mucho frasco que gastar.

Luego miró al Maestro, como queriendo contemplar lo que pasaba con Melissa, quizá tarde o temprano, el vigilante tuviera que salir en su ayuda. Solo quedaba esperar que el agua bendita surtiera tan buen efecto con el Maestro, como con los demás.

Mel intentó esquivar el agarre del maestro, pero el estar con la ballesta en la mano le jugó en contra. La chica no llegó a deshacerse del arma para lograr una pirueta que le permitiera ponerse lejos. Ahora se encontraba a merced de aquel monstruo que intentaría acabar con su vida.

Sin embargo, la adolescente no se rendiría sin pelear. Aquel combate recién comenzaba y aunque ella hubiera dado un traspié, ya estaba preparada para recibir el siguiente golpe y contraatacar en cuanto consiguiera quitarle un pequeño espacio a su enemigo.

Darla se llevó la mano al pecho en cuanto los ojos le volvieron a la normalidad. La magia fluía en su interior con demasiado poder, lo podía sentir. Pero eso le gustaba. No sólo era guapa, lista y atractiva. Era poderosa. Muy poderosa.

¡Rodeemos al señor gorros! ¡No podrá escapar de nosotros y podremos acabar con él rápidamente! Darla se llevó la mano a la cintura y sacó otra estaca

¿Nunca te han dicho que tener el sombrero puesto dentro de una habitación es de mala educación?

       Gabriel apuntó al vampiro para acabar con él y luego centrarse en auxiliar a la Cazadora. Anyanka hizo una pirueta para esquivar a la criatura digna de una atleta. Sin embargo, la espada no dio en su objetivo, el antigüo ser no tuvo problema en desviarla con un golpe de su antebrazo derecho. Cordy, se acercó desde atrás, con una estaca en su poder. Dijo su "frase Cordy" pero esta vez no pudo lograr el estacazo. El Nosferatu se giró en 180 grados con una velocidad suprema y la joven terminó casi clavándole la estaca a su compañera ex demonio. Pero ninguna de ellas se lastimó, excepto quizás en el orgullo. Por su lado Andrew no iba ser un mero observador de la batalla. Arrojó el contenido del agua bendita sobre la criatura... la cara del de por sí feo vampiro se volvió a quemar. 

      Mel estaba teniendo su mala racha. Quizo ponerse a salvo del agarre del Maestro pero su pirueta quedó a medio camino y comprobó que la mano del ser era helada cuando la asió por la garganta. Tironeó hacia Él. Esto le había pasado en la pesadilla, ahora lo recordaba todo. El sueño exacto en el cual el Vampiro Mítico lograba hacerse de su sangre. Mel no quería eso... Pero, ante la vista horrorizada de Ángel, El Maestro hincó sus colmillos en el cuello de la joven.

     -¡¡Nooo!! -gritó el vampiro que tenía alma humana y se arrojó dentro del círculo de poder para ayudar a combatir al calvo y antiguo nosferatu. 

    Entonces Darla, apareció, aunque agotada, con una estaca en la mano y terminó de darle a Czesno su muerte definitiva. Entre volutas de humo, vapor y gritos, el maldito bastardo se deshizo. Quedaba ahora el Maestro y la cuestión de que estaba mordiendo a Melissa.... 

- El malo es él no yo, ten más cuidado con esa estaca- le dije a Cordelia al ver la estaca tan cercana, lo único que me faltaba ser herida por alguien de mi bando, como si no tuvieramos bastante con el Maestro. Iba a atacar de nuevo al vampiro, pero Darla fue más rápida y acabo con él.

Me dirigí hacia el Maestro, para ver algo que me heló la sangre, estaba mordiendo a Melissa

- ¿Para que quieres una ballesta si te acercas al Maestro? -le grité asustada, Melissa era nuestra oportunidad de acabar con el Maestro, no podía permitir que muriera. Gire la espada en el aire y corri queriendo clavarsela, debía llamar su atención y alejarla de Melissa

 Horrorizado por lo que veía, lancé al maestro una de mis bolas de energía, mientras le gritaba, furioso:

 - ¡Suéltala, bastardo!,

La peor de sus pesadillas se estaba convirtiendo en realidad. Allí se encontraba ella, a merced del Maestro y con horror, el vampiro lograba apresarla para hundir sus sucios colmillos en su garganta.

-¡¡¡Aaaaaahhhhgggg!!!- el dolor al sentir su carne desgarrada la obligó a gritar. Así que aquello era todo. Así llegaba el final para su corta carrera de cazadora.

Casi abatida por la situación, la adolescente vio de reojo que sus compañeros no se rendían. Pudo ver como acababan con los secuaces de su cazador y cómo se volvían para defenderla a ella de aquel abrazo. También vio al vampiro llamado Ángel cometer una temeridad al saltar al círculo para combatir a su lado.

No puedo permitirme rendirme, no debo fallar! no por mí... si no por todos ellos que están arriesgando sus vidas para salvar la mía.

Una nueva determinación la invadió. De la flaqueza sacó fuerzas e hinchó su orgullo.

-¿Esto... es todo lo que... puedes... hacer?- la garra sujetándola y los colmillos perforando su garganta la hacían hablar con dificultad, pero no con menos arrojo. -Disfruta... de este pequeño sorbo... será todo lo que... llegues a probar... de mi... sangre!!!-*

Andrew entró en cólera en cuanto vio como el vampiro lograba alcanzar a su discípulo. No podía creerse que Mel hubiera sucumbido al ataque de aquella bestia, aquello le llenó de ira por dentro y sin pensárselo dos veces entró en el pentagrama. No iba a dejar que aquel demonio acabase con una joven que tenía todo el futuro por delante, y todo ello sin pensar que ella era la cazadora. No debía dejar que Melissa muriese en aquel momento.

Así que, el vigilante se lanzó dando un gran salto y en cuanto cayó al suelo se agachó para tratar de desestabilizar al vampiro y lograr así que perdiera el equilibrio. No estaba muy versado en combates cuerpo a cuerpo, realmente no lo estaba en ningún tipo de combate. Pero tenía que ayudar a Melissa, aunque aquello le costase su propia vida.

Cordelia consiguió esquivar a Anya en el último momento y no clavarle la estaca, ese hipster lo pagaría caro, pero no a manos de ella. Sonrió sedienta de venganza al ver sus cenizas esparcirse por la habitación.

Y, tras disculparse con la mirada con Anya, y aguantarse una respuesta a su comentario (que era lo máximo que se podía pedir de Cordelia) siguió las miradas de sus compañeros para ver que la uva pasa blanca y calva que se hacía llamar el maestro estaba clavándole los colmillos a Melissa. Sobretodo sintió asco, seguro que contagiaba enfermedades. Era hora de volver al agua e intentar acabar con el reinado del mal gusto.

          Anya no iba a permitir que Melissa quedará en manos del Maestro, así que corrió hacia él, blandiendo la espada, y la clavó en su espalda. El vampiro sintió como un aguijón molesto. En otras circunstancias, si estuviese con su poder normal, no hubiera sido prácticamente nada. Pero hoy, con este hechizo lanzado sobre su persona, el dolor lo invadió. Se volteó para ver la causa del mismo, y allí fue que la Cazadora le dio un codazo y se liberó. Justo en el mismo momento en que una bola de energía, del chico brujo, le golpeaba el rostro. 

       -¿Qué os creéis que esta...? -estaba diciendo pero el Vigilante, como si fuese un jugador de fútbol americano o rugby profesional, le hizo un tackleo, con tanto ímpetu, que lo tiró al suelo. El Nosferaru cayó con su cabeza dentro del agua, como si se tratara de un niño siendo burlado. El monstruo no cabía en sí de la rabia. ¿Quiénes se creían estos mocosos para burlase así de él? Él, que había vivido cientos de años... no iba a ser derrotado así como así.

       Se paró, todo erguido, del agua, con sus colmillos salientes. Estaba totalmente lleno de una ira infernal. Entonces, desde atrás, siento el golpe en su espalda. No podía dar crédito a lo que sus ojos observaban. Ella, la humana, la que no tenía la destreza de la Cazadora, la magia de los brujos, la Inteligencia del vigilante... ella... ella le había clavado una estaca en el corazón. 

       Miró el objeto en su pecho y comenzó a hacer fuerza para retirarlo. De a poco, lo iba intentando sacar.

La masa deforme que se hacía llamar "El Maestro" estaba siendo aniquilada. Y, cómo no, había sido por las animadoras del instituto por lo que lo habían conseguido. Cordy y Darla formaban un gran equipo y el resto llegaba a molestar.

Mira la cazadora. Va de guay y tenemos que hacerla el trabajo sucio. Es la hora de que las importantes tomen el control.

Dio unos pasos hacia delante y se colocó delante del maestro, para que pudiera verla bien. Que una humana le hubiera estaqueado no se lo esperaba. Pero ahora una bruja le iba a atravesar con un bonito conjuro.

Se llevó una mano al cabello y se echó el pelo hacia atrás por un lado. Repitió el proceso con la otra mano.

Me toca, momia fétida dijo. Empezó a murmurar palabras extrañas y sus ojos volvieron a mutar.

Mel logró soltarse del Maestro justo a tiempo. Si no hubiera podido liberarse de su abrazo, seguramente habría corrido la misma suerte que el nosferatu pues en un abrir y cerrar de ojos, el resto de sus compañeros estaban allí, atacando cada uno a su manera y acabando con su vida.

Con estupor vio como Anya y Gabriel lo debilitaban y el vigilante lo dejaba a merced de Cordelia, quien en un acto de arrojo impropio de una de las populares, no dudó en tomar una estaca y clavársela con odio a aquel ser. A saber qué pasaba por su cabeza en aquel momento que pudiera despertar sus instintos más primarios de supervivencia.

Aunque el daño era mucho, el maldito vampiro se resistía a morir. Mel dio un paso en dirección a él para tomar la estaca que acababa de quitarse pero no llegó muy lejos. Desde afuera de la pileta, con el desprecio pintado en su cara, la bruja Darla lanzó un último hechizo, acabando por fin con su existencia.

El Maestro había caído y ella estaba viva gracias a los demás. De ahora en más, Mel tendría que entrenar mucho para poder compensar el riesgo que los otros habían corrido por ella.

-Gracias... -miró a cada uno de ellos sonriendo. Aunque resultara extraño, a partir de aquel momento su vida estaría ligada a ellos y eso la reconfortaba.

                No pudo hacer mucho el Maestro. Bien, de haber sido él solo contra uno de ellos y a plena energía; o todos ellos pero igual a plena energía, hubiera sido un digno rival, pero esta noche no era su noche…

                La bruja negra comenzó con su “oscuro vudú” de cortes múltiples y el vampiro vio cómo su sobretodo de cuero se desgarraba junto con restos de su piel de marfil. Iracundo, gritó un par de cosas, pero no sirvieron de nada.

                Melissa había tomado una estaca, para darle también el golpe final al Maestro. El cuello le dolía pero sanaría pronto. Ella no era una persona común, entonces... vio que todo había terminado. El ser cadavérico ya no representaba una amenaza para ninguno de ellos.

                Ahora, sobre el charco, muerto de verdad, parecía un muñeco horrible y calvo. Su propia sangre había ennegrecido las aguas. Estaba muerto.

                -Debemos destruir los huesos –dijo Ángel, puesto que él conocía que de no hacerlo había una chance de recuperación. –Es un vampiro que puede regenerarse con el ritual correcto. No queremos eso.

                Andrew miró a su Cazadora, y también al resto. Ellos se miraron entre sí. Eran tan diferentes al grupo que había comenzado esta aventura. Pese a los roces, a las peleas, a las diferencias entre ellos, se había formado un lazo fuerte. Eran un grupo, para bien o para mal, y las nuevas fuerzas de la oscuridad que atacaran Sunnydale, mejor que se lo pensaran dos veces.

FIN