Partida Rol por web

Cordelia miró a la vampiresa con los ojos como platos y estupefacta. ¿Me ha llamado insecto? ¿A mí? Necesitó una buena bofetada para despertar, que amablemente le propinó la vampiresa negra.

Cuando volvió en sí, trató de atacarla de nuevo, furiosa por haberse dejado golpear. Miró a Andrew y le señaló la batalla por si no la había visto, y también le hizo señas a Darla, para que acudiera en su auxilio si podía.

Además, se preparó para lanzarle un buen chorro de agua bendita al grito de: A ver si te refrescas, guarra.

     Anya pudo esquivar el golpe del vampiro. Cuando sus puños se movieron hacia ella, la chica se inclinó de costado, justo para sentir el aire pasar cerca de su oreja (el mismo lo produjo el movimiento del no muerto al impulsar su brazo para knockear a la rubia) En el mismo momento Cordy estaba intentando dar un golpe a la morena. Y ella no había tenido tanta suerte en esquivar, así que recibió una bofetada. Hubiera recibido algo mucho pero la Cazadora se interpuso y sacó su estaca y la clavó en el ser. Andrew, que hacia lo creía mejor, la había animado a tener fe en sí misma y lo había conseguido, pues Mel casi estuvo a punto de dudar cuando dio ese golpe. Esa duda la hubiera hecho fallar y entonces Cordelia estaría bastante golpeada.

     Pero la morocha no se iba espabilar por eso y arrojó su frasco de agua bendita sobre la criatura a la que Melissa había acabado de estaquear... La estaca se clavó en el pecho, pero no al corazón. Sin embargo el vampiro se agitó. Su cara se quemó con el agua bendita y su cuerpo se cubrió de la sangre que provenía del sitio en donde colgaba la estaca. Estaba realmente mal herido, pero furioso. Anya combatía con la negra, sola y otra vez falló el golpe.

     Dason estaba furioso, el dolor del doble ataque y la sorpresa lo habían dejado aturdido. No pensaba que estos chicos tenían suficientes agallas para el combate pero estaba equivocado. Sin embargo, respondía al maestro y no iba a amedrentarse. No era un neonato, era un vampiro de experiencia. Así que esta vez intentó golpear a Melissa con una patada.

     La vampiresa se molesta cuando la joven rubia por segunda vez intenta atacarla con la espada, pese a que la primera vez falló. Además se siente ofendida porque la atención de muchos del grupo está enfocada en su compañero.

    -Te voy a enseñar a respetar a tus mayores, niña -dijo la mujer que poco sabía sobre la verdadera edad de la ex demonio. Esta vez estiró sus brazos para coger a la joven del cuello, no intentaba pelear con ella sino agarrarla para luego poder probar su sangre...

    Dicen que el diablo sabe más por viejo que por diablo, y eso es verdad. Así mismo el Maestro entendió que la balanza se iba a inclinar en su contra si no hacia algo rápido. El primero de sus esbirros estaba casi muerto y la segunda no tenía mucha chance contra el total del grupo. Así que hizo lo único que podía hacer aún encerrado en la prisión: empezó a pedir ayuda.

    -¡Hijos de la Noche, venido venid a auxiliar a vuestro amo! No olvidéis que me debéis mucho!!

    Había una única puerta doble. Si usaban los candelabros altos para arrojarlos contra ella podrían llegar a trabar la entrada de más vampiros...

Anya iba a contestarle algo sobre la edad, pero antes de que pudiera hacerlo el vampiro le agarró por el cuello, Anya dejó caer la espada, pero de un empujón consiguió deshacerse del agarre. Sin tiempo que tardar, cogió una estaca e intentó clavarsela a aquella vampiresa en el corazón

- ¡Pudrete en el infierno!

Cordelia oyó al ser más feo de todos llamar al resto. ¿Hay más? Hay que impedir que entren.

Ya que el vampiro parecía haberla tomado con la cazadora, Cordelia aprovechó para intentar salir de la pelea e intentar atascar la puerta con algo. ¿Con qué? Trató de encontrar algo para atascarla.

Darla se había mantenido como espectadora del combate. Lo que se suponía que iba a ser algo sencillo y rápido se estaba convirtiendo en algo verdaderamente desagradable

¡Vamos! gritó, más para darse ánimos a si misma que para que los demás la siguieran. Se alejó de su posición y fue corriendo hasta uno de los candelabros altos. Lo tomó y lo lanzó contra la puerta, esperando dejarla bloqueada.

 Me apresuré a ayudar a mis compañeros con los candelabros. Desde luego este no iba a ser un día aburrido...

El vampiro atacó enfurecido y tal vez fue eso lo que le permitió a Melissa esquivar la patada dirigida hacia ella. A pesar de la adrenalina, la chica conservaba la cabeza fría mientras que su contrincante estaba ciego de rabia y dolor. Esta vuelta la suerte seguía de su lado.

La cazadora se agachó para esquivar el golpe y sacó otra estaca de la mochila. El vampiro estaba muy cerca suyo, no iba a desaprovechar aquella oportunidad. En un movimiento ágil, Mel se puso de pie y empuño la estaca con fuerza, apoyándola contra el pecho de aquella criatura y aprovechando el impulso, la clavó, proyectando todo el peso de su cuerpo en esa acción.

-Ahora sí! Muere maldito!!!

En cuanto el Mastero mencionó la posibildad de la llegada de más vampiros, Andrew Fullen vio la posibilidad de seguir haciendo algo útil en aquel momento. Había logrado usar sus palabras para animar a la cazadora y que ésta lograse su objetivo. Ahora las chicas necesitaban su ayuda, debían contener a los posibles vampiros que el maestro había dicho que podrían llegar.

¡No había más tiempo que esperar! Salió corriendo hacia la puerta y tomó uno de aquellos candelabros para unirlos de tal forma que juntos bloqueasen la puerta. Después se puso de espaldas a ella para ayudar a bloquear la puerta con su cuerpo.

Espero que esto funcione... pensó para sí el vigilante. Si no, esto va a ser un festín.

                Anya se sintió energética de verdad, era algo que ebullía en su interior cuando la vampiresa la trató de niña. Ella había sido una vez un poderoso demonio de venganza, y los mortales habían temido a su poder. ¿Quién era esa nocturna para hablarle en dichos términos? La parte de Anya que todavía era Anyanka emergió y con esa furia dio un corte profundo a la negra. Tanto que chorros impactantes de sangre semicoagulada comenzaron a salir por su costado mientras ella caía sobre sus manos.

                -¡¡Noooooo!! –gritó enfurecido el Maestro cuando a la escena se agregó que la Cazadora clavó con éxito una estaca en el vampiro contra el cual estaba batallando. Fue un momento crucial porque esta vez el ingreso fue en el corazón y, como si fuese un papel quemado, Dason desapareció entre cenizas por el aire.

                Se oyeron pasos tras la enorme puerta. Pero Darla, Gabriel, Andrew y Cordy pudieron lograr que dos candelabros de esos altos cayeran, cruzándose uno con otro, de forma tal que formaban una cruz sobre la puerta. No sólo el símbolo era molesto sino que había trabado la entrada de los demás muertos, al menos por un tiempo largo.

                El Maestro enseñó sus dientes como un perro acorralado. 

     Ziara, viendo a su compañero muerto, intenta golpear a Anyanka con toda la ira contenida. No le importa que entre todos es seguro su final sino al menos llevarse a alguien con ella.

Darla sacó una estaca. Sabía que, para acabar con el maestro, debía acabar primero con la otra vampiro.

¡Zorra, eres demasiado fea para seguir existiendo! gritó, lanzándose contra ella, estaca en mano, intentando golpearla.

Había conseguido esquivar el ataque de aquella vampiresa, la furia había invadido mi ser y la golpeé con fuerza con la espada, pero no era suficiente para matarla, para matarla necesitaba clavar una estaca en su corazón, ahora estaba más debilitada, ahora era el momento de intentar matarla.

Darla se adelantó y lo intentó, si no lo conseguía sería mi turno para intentar acabar con ella, esa vampiresa me había ofendido, no saldría impune de tal ofensa

Con la puerta bloqueada Cordelia no dudó y volvió hacia la vampiresa con ira. Sacó otra estaca y se preparó para hacer un pincho moruno con esa chupasangre, aunque tropezó antes de llegar a tocarla.

Un vampiro había caído, pero aún quedaba otro. Mel se disponía a sacar otra estaca para acabar con la existencia de ese miserable ser cuando vio que Darla y Cordelia se abalanzaban en pos de él, brindándole ayuda a Anya para rematarlo.

Sabiendo que su presencia allí sólo estorbaría, la cazadora se apartó  del tumulto y se acercó hasta la pileta para encarar al Maestro.

-Olvídate de tus planes de conquista, vampiro. Ya hemos acabado con tus esbirros y quedan segundos para que hagamos lo mismo contigo!

    Anyanka logró a último momento esquivar el tortazo de la mujer, saltando hacia atrás como una porrista. Le hubiera dado envidia a Darla de no ser porque la negra estaba harta de la vampiresa e intentó estaquearla, igual que Cordy. Pero con un abrir de brazos la vampiresa las mandó a ambas a volar, haciendo que recibieran un golpe en el trasero más que nada, pero la vergüenza de la situación fue lo más doliente. 

    -Ahora voy a comer el maldito plato principal...

   Dijo Ziara enfilando para donde Melissa estaba sacando la poca paciencia que le quedaba al Maestro. Él, sin embargo, no podía más que tragarse su rabia pues la magia lo mantenía encerrado en su círculo de magia.