Partida Rol por web

La tarde-noche cae cálida sobre los campos de golf del Capital City de Atlanta rodean la ostentosa construcción donde Charles O´brian y su familia han apostado una comunidad sobreviviente después de que a casi un año el mundo hubiera cambiado.

Sin electricidad la humanidad pareciera haber retrocedido un milenio, sin embargo cerca de 90 personas incluyendo mujeres, ancianos y niños, familias que milagrosamente han pasado por la entrada del country club ahora sobreprotegida por tablones, alambre y postes metálicos así cómo por guardias -los únicos que portan armas de fuego- han logrado sustentar una manera de sobrevivencia util y decorosa gracias a la organización de los sobrevivientes-colonizadores llegados al country club repartidos en agricultores, apicultores, hombres y mujeres encomendados al ganado adecuado en un pequeño sector del campo, así como personas que han retomado oficios medievales para la realización de velas y productos para cacería y agricultura.

Siempre rodeado por al menos dos guardaespaldas, O´brian ha convocado a una reunión extraordinaria después de que por lo regular las reuniones se realizaran los jueves de cada semana con los líderes de exploración en el lujoso salón de usos multiples ahora convertido en salón estrátegico.

Esta vez la reunión es una convocatoria a todos los habitantes del Contry club a excepción de los guardianes que realizan sus rondines en los prácticos carros de golf y otros más a caballo.

El toque de queda esta vez ha sido relegado para poder dar comienzo con el mensaje del líder de esa comunidad.

El cuál a pesar de los terribles acontecimientos que se suceden fuera de los límites  del Capital City no le han escuchado perder el porte y tono ingles que lo caracteriza.

-¡Bienvenidos y muchas gracias por asisitir a esta reunión!...- El líder de la comunidad espera de pie al centro de la mesa principal ubicada en medio del salón.

-Después de los últimos reportes de los encargados de los suministros hemos logrado aumentar nuestros suministros bajo el resguardo y administración de nuestra querida abuela Yevpraksiya...- Charles saluda a la mujer rusa con un movimiento de cabeza.

Charles espera a que se siente la mayoría

-Pero esta reunión no es para ahondar en ese tema, no, es por que ha surgido una situación que podría exponer nuestra seguridad y me parece aun más peligrosa que los "mordedores" los cuáles hemos logrado mantener a raya...- hace una breve pausa y una persona le lleva un vaso con agua, el cuál agradece y continúa hablando.

-El día de ayer nuestros exploradores observaron a un grupo de personas armadas rondando el perímetro de seguridad del campo norte, nuestra enorme preocupación es precisamente eso... el que nos ataque un grupo de bandidos y ponga en riesgo nuestra seguridad y la de nuestros seres queridos...-

Charles hace enfásis y señala a algunos niños que se comienzan  a aburrir en medio de la reunión.

-La falta de municiones y armas de fuego ya de por sí es una preocupación, por lo que desde este momento se implementará al menos una hora para que nuestro grupo de seguridad enseñe a todo el miembro de esta comunidad a utilizar armas de fuego...-

Alex entró en la sala, con notable curiosidad sobre qué iba a ocurrir. Era la primera vez desde que llegó a aquel sitio que se celebraba una reunión extraordinaria. En la sala, Charles les esperaba. A medida que todos se acercaban y sentaban, Charles fue colocándose todo lo cerca que pudo del lider. Le escuchó hablar, al principio algo decepcionado por oir que hacía referencia a suministros y otros asuntos no tan "extraordinarios". Pero eso pronto cambió. ¿Un grupo de asaltantes? Alex no pudo evitar pensar en lo que aquello supondría, sobretodo para los más desprotegidos, los niños y los ancianos. Por un instante, ni siquiera pensó que parte del grupo lo incluiría a él dentro de ese grupo. Cuando Charles habló del entrenamiento con armas, Alex alzó la mano.

- ¿A nosotros también? -dijo, haciendo un gesto a otros menores.

Sin tomar en cuenta la pregunta de Alex Hanson, Jacob Smith interviene en la reunión levantandose de su lugar.

-Estoy en desacuerdo contigo Charles... no voy a exponer a mis pequeños a que utilicen armas de fuego y se le escape un tiro como a Jeff...- El hombre saca un pañuelo y se limpia la frente el sudor para continuar hablando.

-Además... ¿acaso no tenemos desabasto de municiones?... en la reunión pasada nos prometiste encontrar una solución a la seguridad alrededor de los hoyos 7 y 8, donde cayó la pequeña Stephie y sólo Dios sabe que de no haber sido por la intervención de Thomas esa niña hubiera muerto... esos mordedores rondan demasiado esa zona y se cuelan por las bardas de arbusto... ¡Se tiene que hacer algo Charles!... el que enseñes a disparar a los niños no nos da más tranquilidad...-

- ¡Los primeros días después del día Z tuvimos que cazar patos con un viejo Winchester! Yo solo transportaba la caja de municiones y los cocinaba, pero alguna vez he disparado algo. ¡Los adultos sois demasiado sobreprotectores! Ya somos mayorcitos para defendernos solitos...

Se empeñaba en llamarlo día Z. Y era estrictamente cierto, sabía manejar el hacha de stalking y la navaja, e incluso disparar el viejo Winchester contra unas latas, aunque su puntería dejaba mucho que desear. Pero pese a sus 14 años había vivido más monte que los allí presentes, y había estado muy jodido. Tuvo que aprender por las malas. Desde luego le fastidiaba volver a estar bajo la autoridad estúpida y sobreprotectora de los adultos, pero aceptaría lo que tuviera que aceptar.

En cierto modo la convivencia fue agradable en aquel lugar, una especie de jardín del Edén entre tanta muerte, lágrimas derramadas y sangre vertida. No obstante a Thomas le inquietaba que aquella falsa tranquilidad algún día llegase, que el refugio se derrumbase como un castillo de naipes. Por ese motivo ayudó con lo que pudo, pero especialmente para no sentirse una carga.

Se había convocado una reunión por parte del representante de la comunidad, y por supuesto el rubio asistiría. Quería saber que podía ser tan importante, aunque no no esperó nada bueno, casi nunca eran buenas noticias, de eso estaba más que acostumbrado. Así que fue allí sin perder mucho tiempo para saber de primera mano cuál sería el problema, o problemas si habían más de uno aunque esperó que no fuese así.

Entró en aquella sala y se puso en rincón, el lugar ideal para escuchar con atención lo que el señor O´brien tenía que decir. Y tal y como temía las noticias no eran para nada buenas pese a que gracias a la abuela los suministros de alimentación mejoraron.

"Gente armada. Quizás bandidos...eso son problemas" Thomas respiró hondo. Conocía de primera mano los que se podía desencadenar. Y para mayor preocupación habían niños y gente incapaz de defenderse. Thomas dudó de la sugerencia de Charles, una sugerencia que no tardó Alex en aprovechar Alex con una pregunta.

Aunque las intervenciones no terminaron allí, Jacob, expuso su oposición y mencionó el incidente de la pequeña. El nombre del chico fue mencionado, y aunque fuese cierto, le hubiese gustado haber ayudado más. En todo caso la niña tuvo suerte de seguir con vida.

Los problemas de uno en uno. - Empezó hablar Thomas despacio, aprovechando la intervención de el último. - Tenemos que ocuparnos de esos hombres. Un mordedor es más predecible que alguien con un arma. Será mejor reforzar la defensa. - Hizo una pequeña pausa para seguir exponiendo su parecer aunque quería terminar brevemente, no le gustaba ser el centro de atención mucho rato.

No a todos, pero sí deberíamos escoger un pequeño grupo para ello, que aprendan manejar un arma, nunca está de más. - Se giró un momento hacia Jacob. - Jacob, a mí tampoco me gusta pero nunca se sabe lo que puede llegar a pasar, y aunque espero que nunca lo necesiten, es posible que llegue el momento de que tengan que defenderse. - Desde luego que la idea no le hacía gracia, y por eso se preguntó si existía alguna alternativa. Pero antes de nada, quería escuchar lo que el resto tenía que decir, así que después de hablar se mantuvo en segundo plano.

Rápidamente cuando comenzó la reunión y Charles con su discurso, me di cuenta que allí poco podría hacer u aportar. Era nulo con las armas y por tanto que yo usara uno era un malgasto de munición, arma y un peligro para el resto. Pero sonreí ligeramente cuando el criajo comento lo de sobreprotección “Realmente tiene razón” Ademas otro apoyo en parte sus palabras.

Debo apoyar el comentario de nuestro joven compañero. Es cierto que los jóvenes, despiertan nuestro espíritu protector. En otra época, otro lugar, estaría de acuerdo. Pero viendo en la situación que estamos. El futuro que afrontaran, requerirá saber sobre manejo de armas. Comento con educación. Pero claro opino que los padres deberán decidir sobre ello.

Lo que es cierto es que se requieren más armas y munición. Por lo que a lo mejor se debería sopesar dar una batida en busca de estas dos cosas. Y en la medida de lo posible estudiar la opción de crear nuestra munición, a lo mejor alguien tiene experiencia que pueda usarse en el tema. Expongo como si hablara para mi en alto.

Pero sobre todo debemos preparar un sistema de seguridad y prepararnos para un posible ataque, como ha hecho referencía el caballero. Luego calle había hablado demasiado de cosas que no es que fueran mi fuerte. Pero entre tanta gente seguro que se podría encontrar a personas que echaran una mano.

Mas que de uno en uno los problemas los podríamos afrontar formando grupos. Grupos que entre sus miembros tengan cosas que aportar a cada tema. Dado que sin armas o munición es dificir potenciar la seguridad.

esta noche tendremos para cenar, serpiente de cascabel y mofeta. el delantal esta llenó de sangre y lleva colgando una macheta ensangrentada, solo tendrían que usar armas de fuego los que fueran buenos disparando, el resto puede coger lanzas y defenderse con ellas, yo he sobrevivido a 6 maridos, así que ricitos es ya mayorcito y no necesita que los adultos le protegan no??  podrias salir mañana con la patrulla a cazar algunos retornados para comer no ??

Zachary Thompson no sería un erudito en elocuencia que digamos pero lo que sabía sobre mecánica automotriz lo convertía en clave fundamental en la comunidad, gracias a él habían logrado hacerse de varios vehículos incluyendo su vieja motocicleta y ahora parecía algo preocupado.

Luego de la intervención de algunos integrantes de la comunidad le tocaba el turno a él, tomó su gorra de camionero y se rascó la nuca signo de su nerviosísmo característico.

-Yo fuí uno de los primeros en llegar aquí... y uno de los que integran el grupo de exploración, y creo que el que sepamos defender lo que tenemos nos da una enorme ventaja... lo que  quiero decir es que... en nuestras incursiones hemos visto y encontrado cosas que en verdad me hacen aferrarme a mi escopeta  y no querer separarme de esta...-

El mecánico se acerca al líder y le dice algo en voz baja, Charles asiente y después de intercambiar algunas palabras da pie a continuar con la reunión.

El tiempo transcurrido desde que fue encontrado por la gente del campo de golf paso volando para Jae, en algunas ocasiones incluso al despertar por las mañanas es como si no hubiera sucedido. Tenia un hogar con el que podía estar junto a Mimi su perra, no les faltaba comida e incluso tenia un trabajo. Ayudaba a cuidar de la salud del ganado e incluso ayudaba a curar a los heridos en la enfermería, sus estudios de veterinaria al fin sirvieron de algo, pero aun no podía olvidar sus años de pasarela en pasarela recorriendo todo el mundo.

Al entrar en la sala ya había bastante gente así que decidió alejarse un poco del bullicio y se fue hacia un lado de la sala. Allí estaba Thomas. Jae le saludo con una sonrisa y se puso a su lado.  Poco después Charles comenzó a hablar y a explicar la situación en la que se encontraban y la idea que tenia de que mas gente comenzara a aprender a usar armas. 

Escucho los comentarios de algunos de los compañeros e incluso la del niño la cual le hizo sacar una pequeña sonrisa. Lo que decía era triste ya que en la cabeza de Jae solo podía ver a un niño, pero la situación actual no es la de hace de un par de años. Ese niño ya no era un niño era uno mas del grupo y en cierto modo tenia razón. 

Jae permaneció callado unos minutos, pensando en todo lo dicho por los allí presentes hasta que al final respiro hondo y decidió hablar.

Disculpar! Exclamo en un tono de voz algo mas alto del que usa para que la gente prestara atención. En mi opinión quizá seria conveniente que en vez de enseñar a todos los que no saben, quizá seria mejor intentar enseñar a los que ya tienen una ligera idea de armas. Guarda silencio un segundo para respirar. Ayudarles a perfeccionar su uso en vez de darle una ligera idea de como usarlas a todos. Eso seria una perdida de tiempo y suministros ya que no disponemos de tiempo y recursos ilimitados. Los demás podrían usar ese tiempo en reforzar las zonas mas debilitadas, como la de los setos.

Mae tras decir eso guarda silencio en espera a lo que puedan decir los demás.

Jafreese se recuesta sobre la silla y chasquea la lengua al escuchar las quejas de sus compañeros.

A veces me sorpredo que hallamos durado tanto tiempo en un mismo sitio, desde luego no es por todos. Me hubiera gustado verles en el sitio donde crecí yo, a la tercera queja o lloriqueo estarían críando malvas debajo de algún puente - reflexiona Jafreese para sus adentros.

Aunque ahí parecía no haber ningún orden pues nadie estaba dando la vez intenta encontrar un hueco donde poder hablar, se incorpora y dice Perdona Charles, ¿Qué información tenemos del grupo? ¿Son mucho o pocos? ¿Van con niños? ¿Qué tipo de armas llevan? ¿Pistolas, automáticas...?, carraspea un poco, Deberíamos cercionarnos que tienen actitud beligerante, no todos aquí llegamos a la vez. Respecto a las armas ya sabes que lo mio no es tanto las armas como el contacto directo pero estaré dispuesto en echar una mano.

A Ben le sorprendió el llamado a una reunión extraordinaria, la comunidad funcionaba bajos ciertos protocolos y el hecho de que algo haya tenido que alterar uno le preocupó. Todavía no había olvidado sus hábitos como bombero, así que ante la llamada reaccionó de forma rápida y en poco tiempo estuvo listo en el lugar al que los habían citado. Poco a poco sus compañeros fueron llegando y la reunión dio comienzo. 

En principio Charles dio a conocer el aumento de los suministros. Bueno eso significa que el hambre no será un problema, al menos por un tiempo. Pensó Benjamin con una sonrisa, pues mientras los recursos no faltaran la comunidad podría sobrevivir segura en ese santuario que habían construido. Aunque la sonrisa no le duró mucho tiempo y se transformó en una expresión sombría. La paración de ese grupo de asaltantes significaba un verdadero riesgo para la seguridad de todos. Su comunidad era pacífica y no estaba lista para un enfrentamiento así. Los caminantes eran una cosa, pero los humanos era un riesgo muy diferente y mayor. 

Escuchó con atención las intervenciones de los demás, cada uno aportaba algo diferente y una opinión que Ben tendría en cuenta para dar la suya. Las palabras de Thomas le parecieron las más acertadas, aquella era una amenaza inmediata y había que actuar rápidamente, por lo que no tenían tiempo de capacitar a todos de la mejor manera, pero si era importante que al menos una persona se dedique a instruir a los demás, así estarían preparados para futuros problemas como éste. Cuando tuvo oportunidad dio un paso al frente y su voz fuerte y ronca se dejó escuchar.- Tom tiene razón, cuando en el cuerpo de bomberos enfrentábamos una emergencia había rescatistas y rescatados, mientras menor sea el numero de personas a rescatar más fácil era la operación. ¿Por qué les digo ésto? Pues debemos buscar en nuestra comunidad que se disminuya el número de "personas a rescatar", así tendremos más personas capaces de actuar. Si, en otras circunstancias no diría que se fuerce a los niños a crecer, pero el hecho de que el mundo esté como esté ya los ha forzado a hacerlo. Dio una mirada a los jóvenes y niños que allí se encontraban y les sonrió. Estoy seguro de que son muy capaces y desean ayudar. Además el que aprendan a defenderse los hará autosuficientes, cosa que es muy importante. Comenzó a caminar por la sala, meditando bien sus palabras para no olvidar nada y una vez estuvo listo continuó.- Ahora éste grupo puede significar una amenaza inmediata, por lo que no tenemos tiempo suficiente para capacitarnos a todos de la mejor manera. Deberíamos ver quienes son los más capaces y enfocarnos en ellos. Eso sí, al menos uno de los que vayan a instruir debería destinarse para enseñar a groso modo a quienes no entren en aquel grupo, de esa manera todos comenzarán a tener al menos una noción básica del manejo de armas de fuego.  Finalmente Ben añadió.- Yo sé que sonará trillado que un bombero diga ésto. Pero deberíamos tener un plan de contingencia. Eso en verdad salva vidas. 

El ex bombero estaba demasiado agradecido con la comunidad, así que estaba dispuesto a todo para ayudarla, es por eso que no dudo en participar con sugerencias en la reunión. 

Stan se había quedado cerca del centro para poder escuchar con atencion el debate del que estaba participando. Se alegró de contar con más comida, eso jamás era algo malo.
Inmediatamente después el líder de su modesta comunidad arroja una idea a la población de la misma como una granada. Muchos apoyan la idea, algunos parcialmente y otros se horrorizan ante la posibilidad de incluir a niños en el entrenamiento de armas. A él le da gracia tal reacción porque desde hace un par de meses, en uno de sus trabajos como docente, ha estado enseñando varios contenidos relacionados con la supervivencia. De hecho pretendía enseñarles a hacer pólvora dentro de poco, para ir solucionando el problema de la munición a largo plazo.

Por otro lado tenía muchas dudas y preguntas que hacer en cuanto a cómo pretendía Charles solucionar el problema -Si un grupo de gente, armado o no, se dió cuenta de nuestra existencia puede ser algo bueno como algo malo. Solucionar un problema primero implica identificarlo y no sé si todos aquí sean concientes de ello-.

En un momento un etíope llamado Jafreese al que había visto unas cuantas veces comienza a plantear interrogantes coherentes. Cada vez que lo veía Stan sentía que lo conocía de antes pero no lograba precisar donde.

Dado que las preguntas adecuadas estaban siendo realizadas por otro Stan decidió callar a la espera de que termine y cuando sucedió solo optó por agregar -¿Alguno cree que enviar emisarios sea una buena idea?- mirando a Charles primero y luego a otros tantos de los que habían hablado hasta ahora, haciendo una pausa -Lo único de lo que estoy seguro es de esto: entrenar a los nuestros o matar a estos desconocidos con armas de fuego hace ruido y el ruido atrae a los "mordedores". Estamos a salvo de pequeños grupos que son frenados contra nuestras defensas pero si una horda es atraida por un tiroteo masivo... Bueno, se imaginarán-.

Y volvió a guardar silencio.

Vaya, una reunión extraordinaria, que interesante va a ser esto. Pienso mientra voy hacia el sitio en que se realizará, casualmente allí ya se encontraba quien llevaba las riendas del sitio y al bombero a quien no veía de otra forma que como si se tratara de un perrito faldero esperando una galletita por alguna buena acción. Todos iban llegando y tomando sitio para cuando diera inicio la grandiosa reunión, yo por mi parte me ubico cerca de una columna para observar y escuchar.

Ya explicada la razón de porque fuimos convocados, empieza a hablar cada quien dando su opinión... un hombre bastante tonto piensa que es mala idea enseñarle a los niños a manejar armas... Pfff... expreso con algo de sorna. El niño de la selva no me parece fuera de lugar, pero no dudaría en darle una bofetada para que viera que esto no es un juego, no está mal que un niño sepa protegerse, pero debe saber cual es su sitio ya que aún es un niño. Las opiniones a continuación solo enmarcan lo obvio y la cocinera interviene. Jeje. Todo lo que puedo cazar, esta mujer lo puede cocinar. Tendría que darle algún reto con una que otra araña, langostas o... gusanos... Ja A ver que tal se defiende con eso, aunque dudo que algo sea complicado de cocinar para ella. Esto sigue pero poco me interesa de lo que hablan, lo único que me interesa es si deciden actuar, lo cual no va a ocurrir el día de hoy. Muchas de las cosas que hago, es porque las puedo hacer sin ayuda de nadie, no me gusta depender de nadie y mi labor en este sitio es más que suficiente; si debo vigilar, vigilo; si debo cazar, cazo; si debo ir a explorar, exploro; la huerta está bien cuidada. Ya se repartirán nuevas responsabilidades y quien dará la última palabra es el pobre ricachón... y espero que lo haga pronto, estas reuniones son muy aburridas, sería más productivo estar cazando, consiguiendo madera, en la huerta o explorando, cualquier cosa menos tener que escuchar a un montón de sabiondos... Y aún faltan varios por intervenir, la hermana del señor contacto directo, la medico buenorra, la puritana y quien sabe si alguien más quiera dar su opinión.

AAgh.. Era tan insoportable vivir como en las cavernas, sin luz ni agua... Pero al menos el lugar era bonito y se podía correr. Pero hoy era un día especial. Hoy había una reunión extra!!! OHg menos mal!! si había algo que podía alegrarme el día estando en éste sitio, era ver al Sr. O´brian hablando en una de sus reuniones.   Como siempre fui a ponerme en primera fila para verlo bien cerquita... Ése porte, ésa presencia.... emanando poder y seguridad por todos lados. ESO ES UN HOMBRE!

Apenas prestaba mucha atención a lo que decía pero cuando dijo algo de gente armada puse cara de extrañada. *...provocadores de altercados? madre mía, si es que hoy en día ni los retornados se salvan... que tan tontos serán para ir de ahí para allá haciendo el mono con sus armas??...

En seguida TOOOODO el mundo empezó a dar su opinión... Que si Jacob y los malcriados de sus hijos quejándose COMO SIEEMPRE.. los adolescentes con ganas de hacer de gallitos armados... etc etc etc...  No puedo evitar poner los ojos en blanco y cruzar las piernas con un gesto de desaprobación con la boca.

*No paran de hacer preguntas - me miro las uñas con desdén aburrido y desgana - ¿para que tan asustados, llevamos aquí un año y hemos estado bien no?? Ya tenemos un sistema de seguridad responsable de todas esas cosas que dicen... Deberían confiar más en Charles. Se encarga de todo! Si dice que tenemos que aprender a disparar, pues aprendemos a disparar!! - nuevamente le miro, con sus 2 guardaespaldas a cada lado.  Sonrío y espero a que vuelva a hablar nuevamente.

Alex escuchó el ir y venir de argumentos cual juez en un partido de tenis. ¿El problema? Todos tenían parte de razón. Saber usar un arma de fuego parecía bastante útil en los tiempos que corrían, pero también era cierto que las balas no crecen en los árboles, y gastarlas en prácticas podría suponer no disponer de ellas cuando realmente hiciera falta. Además, Alex prefería no ver a ciertas personas de la comunidad con un arma en la mano, por la seguridad de todos. Entre el intercambio de argumentos, un comentario de Stan llamó su atención.

- ¿Y si no son una amenaza? Quizás sea solo otro grupo buscando un sitio donde refugiarse. Alguno de vosotros llegó con armas al club, no veo porqué ellos no deberían intentar protegerse. Quizás podríamos hablar con ellos, como dice Stan. O espiarlos, al menos. ¿Se podría enviar a alguien para que se acercara y averiguara algo?

Apenas terminó la frase, Alex pensó en la posibilidad de que se le asignara a él tal tarea, solo por haberla propuesto. No sabía si animarse o preocuparse por ello.

Las conversaciones se cruzaban. Aquello se había vuelto una especie de foro donde todos opinaban y valoraban la situación. Algo útil y hasta democrático, pero a simple vista una cosa poco útil. Dado que cada aporte parecía conllevar otro detrás de otra persona. Debía reconocer que el comentario sobre lo que nuestra chef tenía en mente para servirnos, hizo que mis intestinos comenzaran a quejarse y ni que decir mi sentido del gusto.

Aunque el apunte del chico que hablo ultimo tenía su lógica "¿Pero quién haría de conejillo de indias para hablar?" Podías acabar con una bala en la cabeza. La situación hacia que a veces temiéramos más a los vivos que a los muertos. Pero era una posibilidad que esa gente solo estuviera examinándonos y las armas fueran por temor "En tal caso mejor sería tomar alguno y hablar con el" Mire a Charlie esperando que tomara partido o dijera algo a todo lo que se comentaba.

Cuando el rubio fue saludado por el joven de rasgos asiáticos le devolvió el gesto levantando un par de dedos. Se puso a su lado, y como el resto de los presentes opinó sobre los problemas de la comunidad, al fin y al cabo, ahí radicó el principal motivo para la reunión. Problemas que requerían solucionarse cuanto antes pese a que conseguir la unanimidad resultaría toda una proeza. Sin embargo, si antes costaba diferenciar debido a la existencia de grises, en aquella situación lo sería aún más. Y por si fuese poco las decisiones a tomar nunca serían del todo buenas ni nada sencillas.

Algunos de los presentes estuvieron de acuerdo ante la idea de Thomas, que a su vez compartía una postura bastante similar al portavoz. Entre ellos el ex-bombero, Benjamin. Otros en cambio preferían entablar diálogo con el grupo, una idea que a Thomas le disgustaba. Consciente de que quizás la suya propia pudo pecar de demasiado temeraria, incluso agresiva, ya que algunos lanzaron suposiciones de las intenciones del grupo avistado,  había unos pocos creyeron que pacíficas.

 En el pasado, el joven ex universitario había sufrido en sus propias carnes las consecuencias de una decisión prácticamente idéntica. Se limitó a frunció el ceño ligeramente disgustado manteniendo que el mismo se había impuesto con la esperanza de hallar una solución satisfactoria, o por lo menos, la menos mala de las opciones existentes a su alcance. Recorrió con la mirada a cada uno que expresase su alternativa, u opinión al respecto preguntándose cuál podría ser la opción más indicada.

Después de un rato tuvo la necesidad de intervenir de nuevo. - Alex, es el problema, no sabemos si lo son o no. - Thomas le habló como si fuese uno más, no tenía mucho sentido seguir tratándole como un crío. El mundo actual se había encargado de arrancar con suma crueldad la poca inocencia de inocencia que pudiese tener alguien. -  Sí, podríamos mandar a alguien, pero es posible....que el resultado no sea el esperado. - Aunque no lo mencionó de forma explícita lo dejó bastante claro.

También es posible que si se envíe un grupo lo consideren como una amenaza y tomen represalías. - Hizo una breve pausa antes de continuar expresando. - Por eso quizás sea lo mejor mejorar la defensa del lugar, por si, y espero equivocarme...deciden atacar. - Un tímido suspiró escapó de sus labios. - Tenemos que ser precavidos. - Con aquello regresó a su silencio.

No le agradaba para nada hablar de aquella manera, de forma desconfiada y nada optimista. ¿Desde cuándo...? Ni lo pudo recordar.

La vida en la comunidad ha sido buena desde que el generoso Sr. O'Brian decidió dar lugar a todo aquel con  buenas intenciones decide quedarse a formar parte de la misma. Desde que llegué a este sitio con ayuda de Dios he tenido una oportunidad de poder seguir con el ministerio, aunque de una manera poco convencional pero los caminos del Señor son misteriosos y se que por algo me puso en este lugar. Nunca me he involucrado en los asuntos que atañen el exterior de nuestro refugio, es algo que no me interesa, pero el Sr. Charles puntualizó mucho el que todos asistiéramos y no me ha quedado más alternativa que venir.

Al entrar en el salón me dirijo hacia una de las sillas cercana a los ventanales, con un saludo de cabeza al pasar entre los ahí reunidos. Tomo asiento y escucho con educación cuando comienza la reunión. No me gusta lo que se está planteando, llevo mi mano hasta el rosario que llevo al cuello y comienzo a pasar los dedos por las cuentas. Unos y otros dan sus opiniones pero no me agrada escuchar el que se considere enseñar el uso de armas para todos.

-No porque el mundo sea cercano al infierno debemos caer tan bajo como para convertirnos en asesinos, mucho menos corromper las almas ya perturbadas con tanto horror de nuestros niños- Me levanto en un impulso dejando de lado mi naturaleza reservada, entonces me doy cuenta de que me miran y vuelvo a tomar asiento en silencio, sujetando con fuerza el rosario.  No me gusta intervenir en este tipo de asuntos, pero tampoco puedo dejar de lado mi misión al tratar de velar por las almas de estas personas, lo mejor será hablar con aquellos que asisten a las reuniones dominicales y hacerles ver que la violencia nunca es la respuesta.