Partida Rol por web

-Quinn... -musitó Natalie cogiendo la fotografía.

Le dejó la mochila a Izzy, y también toda la documentación que llevaba encima por si la registraban o lo que fuera. Después se quitó el maquillaje y se puso el chubasquero por encima para disimular las ropas, que no eran para nada de nómada. Cuando su apariencia pasó a ser más o menos desapercivida intercambió su número de teléfono con Izzy y se encaminó hacia el edificio a paso ligero. La nómada tuvo la impresión de que en cuanto la presionasen un poco se la iban a comer con patatas, pero era eso o nada.

Izzy tragó saliva y observó la zona con el visor térmico, a la espera...

La figura de Natalie se internó en el edificio. Era fácilmente reconocible por los implantes. No muchos tenían medio costado de placas, así que no la perdería de vista.

La chica estuvo plantada en la puerta cerca de medio minuto mientras en el piso superior otras dos figuras se movían despacio de un lado a otro. Al final bajaron y se pusieron a hablar, o eso supuso Izzy. A aquella distancia era difícil discernir los movimientos, pues apenas eran manchas rojizas en un fondo con una amplia gama de colores metálicos.

La nómada oteó un poco a su alrededor para comprobar que las cosas estaban normales. Había dos personas en el subterráneo, estáticas. Parecían sentadas trabajando con máquinas. Arriba del todo había dos más, una paseándose y otra pegada a la pared que daba al otro lado. En total había seis personas desperdigadas por el sitio sin contar con Natalie. Se preguntó si alguna de ellas sería Quinn y cuánto tardarían en acudir a la entrada si entraba con la Arasaka en la mano.

Los minutos pasaron. Una de las figuras que estaba con Natalie se apartó hacia otra habitación y una de las que estaba arriba (la que tenía un implante en la pierna), descendió hasta donde estaban ellos. Lo siguiente que ocurrió fue un poco confuso. Todos se agruparon en un mismo punto siendole imposible distinguir nada. Se movieron hacia arriba, como si escoltasen a alguien, y aunque estaba muy concentrada en lo que pasaba allí, sintió algo moverse a su espalda.

Justo cuando se volvió, arma en alto para disparar, sonó un disparo que hizo que la figura que se acercaba a ella cayese a sus pies. Varios metros por detrás había otras dos siluetas rojizas, una con muchos implantes tanto en cabeza como en el torso (un netrunner), y otra femenina que levantó las manos portando una pistola como declarándose inocente.

-¿Eres Laurie?

Izzy parpadeó para quitar la vista térmica y distinguir las facciones de aquellos que le hablaban.

-¿Quién lo pregunta?

La chica era bajita, de rasgos orientales, pelo lacio y ojos amarillos como los de un gato. Por un momento le pareció creer que tenía el mismo tatuaje en la mejilla que Laurie, pero no era el mismo. Era otro kanji. El hombre era alto, su piel era de un color blanco enfermizo y tenía el pelo negro como el carbón. Vestía un traje de cuero gris que le tapaba hasta la boca y sus ojos parecían completamente vacíos. Daba mal rollo, y parecía estar apunto de ser absorbido por completo por la cyberpsicosis.

La mujer bajó las manos despacio y echó un vistazo alrededor.

-No está -cortó él de forma seca.

-Hemos rastreado el portátil de Natalie porque no hemos recibido respuesta de su mensaje. Supongo que tú eres la chica que estaba con ella, Laurie. Me llamo Zhuo. Él es Mal.

-Eso está muy bien -dijo Izzy, mirando hacia el edificio, aunque sin la visión térmica-. Pero estoy en medio de algo importante en este momento, así que o me decís algo que me interese, o carretera.

La mujer enarcó una ceja algo sorprendida. Cambió el peso de pierna y puso una mano sobre su cadera.
-Estamos buscando a Natalie y sus cosas están contigo, con lo cual he de suponer que sabes dónde está.

Izzy se cogió el cinturón con los pulgares y levantó la barbilla, arrogante.

-Pues sí, está conmigo. ¿Vosotros sois con los que ha hablado por Internet? ¿Sabeis dónde está Quinn?

-No lo se, no soy un radar. ¿Dónde está Natalie? -dijo, igual que si fuera una máquina recitando un texto.

La miraba fíjamente sin inmutarse, igual que si tratase de penetrar en su mente de alguna manera. La asiática se giró hacia él y le puso una mano en el pecho.

-Mal, baja los humos. No queremos bronca. -Se giró hacia Izzy-. Mira, esta es una zona peligrosa y Natalie no está bien. Sólo queremos llevarla a casa, su tío la necesita.

-Natalie está ayudándome con un asunto. Dejadme en paz y os la devolvere sana y salva en un par de horas como mucho -respondió ella haciendo un gesto brusco con la mano.

Zhuo miró al edificio y después abrió los ojos de par en par. Apretó los dientes con rabia.

-Me cago en la puta, no me jodas que está allí dentro. ¡Estás loca, la van a matar si la reconocen! -Se señaló la sien-. ¿Pero no ves que no está bien de la cabeza? Tiene fugas y no rige como debe. Dime que la has visto tomarse la medicación.

Izzy abrió los ojos de par en par. ¿Qué estaba diciendo esa tía? ¿Cómo que estaba loca? ¿Y por qué habrían de reconocerla?

-No entiendo nada. ¿Qué cojones pasa? ¿Quiénes están ahí dentro?

-Una facción más organizada de esa banda fueron los que encargaron el asesinato de la familia Fitz. Natalie sobrevivió de milagro, pero perdió gran parte de la memoria por el shock y le cuesta retener conocimientos nuevos. Sigue siendo una gran médica, pero ni la sombra de lo que era. Lo que retiene en su memoria es lo que automatizó. Su tío, Rhys, el hermano de su madre era un tipo cualquiera. Ni siquiera se hablaba con la familia cuando pasó, pero se hizo cargo de Natalie cuando salió del hospital. Nosotros hacemos nuestra venganza particular. Natalie ha intentado muchas veces venir aquí desde que descubrimos que un tipo llamado Lu Stephen fue el que lo movió todo. Por eso la tenemos rastreada. -El tipo se descolgó una mochila y se puso a sacar aprataos-. Ahora, si no te importa, ¿nos dejas sacarla de ahí? Y, tu tipa es escurridiza, la ocultan bien. Por eso no hemos dado con ella.

La asiática se agarró la raíz del pelo mientras resoplaba.

-Se inventa muchas cosas, ¿vale? Cuando no recuerda algo lo rellena con invenciones suyas. No lo hace a drede, es un mecanismo de defensa o algo así. No sé qué te habrá dicho para que la dejes entrar sola, pero hay que sacarla de ahí. Dime al menos que la has visto tomarse unas pastillas.

Izzy se dio un golpe con la palma abierta en la frente.

-¡No lo sé! Tengo mis propios problemas, no puedo preocuparme de los de otra gente -gruñó. Pero por mucho que dijese eso, no podía evitar sentirse algo responsable-. Bueno... vamos a sacarla de ahí, entonces.

Sacó de su mochila su subfusil Arasaka y se aseguró de que estaba cargado. Revisó su cuchillo, en la bota derecha, y la pistola a su izquierda.

-No pienso morir en esto -advirtió-. Si las cosas se ponen feas, me largo.

El tipo se levantó del suelo y se puso a mirar hacia todos los lados como buscando algo. -Os cubriré desde allí. -señaló un edificio- Suerte. Cuando salgáis llevo el coche. Zhuo comprobó sus armas y se sacó de los bolsillos unas pastillas azules de las cuales se tomó tres. Sacudió la cabeza haciendo un mohín y dio un salto mientras se crujía el cuello. -Ya voy yo primero. -Y se puso en marcha encabezando el asalto. -Espera -interrumpió Mal, y le tiró un aparato que ella cazó al vuelo-. Te avisaré si se acercan vehículos. Ahora sí, estaban listos.

Izzy se pulsó un botón oculto en su nuca y sintió que la adrenalina llenaba su cuerpo. Ella también estaba lista.

-¡A ello!

Izzy activó su visión térmica y vio que Natalie seguía en la parte de arriba con otras tres figuras. Una había vuelto a la planta baja, pero estaba en la habitación contigua a la entrada. En la parte del subterráneo los dos seguían igual. Después de comprobarlo lo desconectó.

Zhuo y ella caminaron sigilosas hasta la entrada, la cual estaba cerrada. Esta se puso contra la pared y se tocó el pinganillo de la oreja a la vez que murmuraba "Entrada". Giró la cabeza hacia Izzy y le hizo una seña para saber si estaba preparada. Cuando esta asintió alzó la mano levantando tres dedos, los cuales fue bajando de uno en uno. Cuando solo quedó el puño cerrado le arreó una patada a la puerta. No cedió a la primera, pero a la segunda sí.

Lo primero que hizo Izzy fue localizar las posibles coberturas. Había dos columnas y un escritorio que parecía la recepción. A Izquiera y derecha había dos puertas correspondientes a las dos viviendas deshabitadas, y de frente las escaleras. Enseguida escuchó los pasos del que estaba en la panta de abajo. Empezaba la fiesta.

Izzy voló hacia las columnas y se parapetó tras ellas. Vio que un hombre salía de una de las puertas y le disparó dos veces.

Dos balas, dos piernas. Ni pantalones protectores ni nada, la primera se le incrustó en el muslo izquierdo, pero la segunda directamente le atravesó la rodilla derecha haciendo que cayese al suelo retorciéndose de dolor. EL disparo de Zhuo no lo remató, sino que le acertó en la misma pierna que Izzy ya le había detrozado. Por suerte le debió de producir algún shock o lo que fuere porque dejó de girtar y se quedó tirado en el suelo entre convulsiones.

Empezó a escucharse movimiento en la parte de arriba y un grito femenino que, desde luego, tuvo que ser de Natalie.