Partida Rol por web

Llegó por fin al lugar de la bifurcación. Esperaba un espacio más amplio; sin embargo, estaban muy apretados y debían seguir agachados.* Él se sentó en el suelo, cubierto por entero de polvo y algo sudoroso. La mochila estaba justo a su lado, sobre el suelo lleno de pequeñas piedras. Sacó la linterna y dirigió la luz hacia el agujero de la izquierda. Solo se veía la entrada. La rampa descendía con una pendiente considerable, aunque lo más peligroso era que no se divisaba el final. El hueco entre el suelo y el techo era más alto. Si querían bajar habría que atar la cuerda a un punto de apoyo seguro.

—Bueno, ¿qué camino queréis tomar? —preguntó al tiempo que apagaba su linterna—. No nos dividiremos —dijo, antes de que a alguno se le ocurriera tal cosa.

—Si salimos vivos —continuó, serio, porque la experiencia era arriesgada y por asustarlos un poco—, volveremos otro día y tomaremos el camino que descartemos hoy.

—Puede que lleven al mismo sitio —concluyó en tono sereno, con la cabeza apoyada en la rocosa pared.

- ¿Habéis oído eso? - me costaba creer que hubiera sido el eco, aunque había escuchado exactamente lo que yo había dicho pero me había llegado distinto - ¡¡¡HOLA, HAY ALGUIEN AHÍ??! - me quedé otra vez a escuchar aunque no pude porque me topé contra un pie de Lex - ¡¡Hey!! - no sabía porqué pero quizás porque me había distraído me había comido el golpe o ¿era una broma de Lex? En aquella posición era imposible agarrarle el pie y tirar de él, ya si eso, cuando saliera a una zona más amplia probaría.

- Estoy bien, estoy bien, ¿Oye, cuánto falta para salir de aquí? - no de la cueva claro, pero de aquel túnel bastante estrecho. Además no me estaba gustando tener que arrastrarme, si lo hubiera sabido de antemano...

Escuchaba a Joe aunque un tanto lejano, seguro que era por el poco espacio por el que llegaba el sonido. Ahora me llegaba un comentario sobre la cuerda, claro, íbamos a bajar. Algo era algo.

Detrás escuché cierto comentario de Jason - "a tu lado me siento..." ¿no es así una canción? - me sonaba de haberla escuchado en la radio aunque ahora mismo no sabía cómo seguía, ni de quién era. En la zona que la caverna se hacía un poco más espaciosa vi como Jason se llegaba a sentar, aunque la imagen era tremenda, estaba totalmente cubierto de polvo - pareces una croqueta jajajaja - me acerqué a ver si con un par de palmadas se le iba, tampoco me iba a propasar a palmearle - espera que si soplo seguro que se te quita algo - soplé y soplé a parte de darle palmadas para quitarle el grueso del polvo de encima - sabes? ahora mismo es como si llevases un traje de camuflaje.

La piedra lanzada por Joe tarda ni dos segundos en escucharse el ruido del golpeteo al rebotar contra suelo o pared. Aquel túnel en pendiente calculáis que debe de tener bastantes metros, ¿diez? ¿Menos? La linterna de Jason no deja claro ese final, apenas se atisba. Quizá llevaba a esa cueva que mencionaba Lex. O tal vez no. O no se podía pasar.L

a cuerda no parecía muy necesaria, tenía razón Joe, pero en la posible ascensión a la vuelta ayudaría a trepar. O a gatear subiendo. La  atáis a un saliente que parece fuerte, la propia Lex lo hace. 

Un momento de pausa. Para alguna broma y decidir el camino a seguir. Un descanso. A Oli nada ni nadie le respondió, su pregunta se perdió entre los oscuros pasadizos. No hubo eco esta vez. 

Estaba en compañía de sus mejores amigos, explorando lo inexplorado, y aun así el creciente impulso de dar media vuelta y regresara a la superficie donde había más luz tiraba de ella con más intensidad a cada minutos que pasaba. Pero esconder el rabo entre las piernas y retroceder como una cobarde no era su estilo, aún así su angustia empezaba a notarse y de ahí el “inocente” patadón a Oli por su inocente broma. Y eso era lo malo, aunque todos sospechaban que tenia miedo a la oscuridad el único que sabía a ciencia cierta lo mucho que la aterraba era Joe, así que tenía que mantener el tipo.

El nuevo haz de luz de la linterna de Jason ayudo a que el estado de alerta de Lex bajara unos grados aunque no durara mucho, claro que los berridos de Oli le dieron una ligera distracción en la que centrarse.

-el túnel no ha devuelvo eco alguno – comenzó a decir cuando alguien le tendió una cuerda – eso...podría decirnos que...- se trato de explicar mientras ataba el cabo a un saliente con esfuerzo para asegurarla bien – no hay tanta profundidad como podría parecer y en cambio esta otra bifurcación – señalando a la que Joe había tirado la piedra – parece no llevar a ninguna parte...o tal vez a una caída que no hemos visto...yo iría a ¿por el túnel? - dudo apuntando de nuevo su linterna a la oscuridad de este dispuesta a hacer lo que la mayoría quisiera

- ¿Sabéis el chiste del reloj que brilla en la oscuridad? - era malísima contando chistes - es buenísimo, pues eso que un chico le dice a una chica que si viene a lo oscuro que quiere enseñarle algo... - en efecto había desmontado uno más - y la tía se había quitado las bragas y era para enseñarle que su reloj brillaba jajajajjajajaja - curiosamente mi reloj también tenía luz y lo activé para descubrir que no llevábamos ni diez minutos allí dentro, aunque la sensación era otra - y ella creía que era para otra cosa, si será bruta jajajajaja... Qué bueno jajajaja 

Llego a la posición de la cabecera para tomar partido en la selección de la ruta - ¿Por dónde? - no veía gran cosa y no había carteles, así que, habría que elegir por pura intuición - podemos probar ir por el túnel y si la cosa empeora, damos la vuelta y cogemos la bifurcación ¿Qué os parece? - la cosa era decidirse, tampoco nos íbamos a quedar allí discutiendo qué camino tomar - o lo contrario. ¿Lo echamos a suertes?

- ¿Piedra, papel o tijera? - escondí la mano y saqué "la piedra" - venga, yo digo túnel.

Apenas cabían. Estaban casi unos encima de otros, tirados en el suelo. Cuando Oli le dio las palmadas y sopló sobre él, dirigió con esfuerzo la luz de su linterna hacia el rostro de ella, solo un segundo, tres veces.

—Estás sacudiéndome, ¿verdad? —dijo en broma—. Prefiero que me soples.

Se le ocurrió otra broma cuando dijo que parecía ir de camuflaje, pero la dejó pasar. Jason sentía mariposas en el estómago con Lex; sin embargo, Oli se mostraba más cercana con él, como un chico. Además, también era bonita, sobre todo cuando se arreglaba de manera más femenina.

No sabía que a Lex le aterraba la oscuridad. Habría tratado de reconfortarla de alguna manera. Quizá incluso habría sugerido que no entraran allí.

—Joe, las señoritas han decidido, iremos por el túnel.

Él prefería el otro camino, pero ante todo era un caballero, o eso pensaba.

—No creo que necesitemos la cuerda.

Cuando Lex ató la cuerda al saliente pensó que bajarían por el hueco más ancho e inclinado. Seguro que no le habría importado seguir por ahí.

—Bueno, chicas, espero que no os quitéis las bragas en el túnel. Recordad que voy detrás de vosotras y llevo una linterna.

En el nuevo tramo al menos podéis descender a gatas, sin necesidad de arrastrarse. Poco a poco, metro a metro, broma a broma, las chicas no se quitan las bragas ni los chicos los calzoncillos, tal vez en un futuro sea lugar para botellones y fiestas hot. 

La verdad es que se trata de la cueva más difícil donde os habéis metido hasta ahora. Nivel top ten...puede que os quede grande. Sin embargo adelante que tiráis. La bifurcación queda atrás, un agujero negro de recorrido incierto. Al rato, un poquito cansados y ya sudados, el túnel termina en una entrada a otra gruta. Joe primero, el resto después, entráis con un pequeño salto de poco más de un metro hasta el suelo. De cabeza o girándose justo en esa salida/entrada.

Las linternas iluminan una gruta amplia, con forma irregular pero tipo rectángulo, de unos seis metros de largo, tres de ancho, y otros tres de altura en el punto más alto. Es un alivio poder ponerse de pie. Es fascinante descubrir este espacio, os sorprende e ilusiona a la par.

Claro que es decepcionante darse cuenta que no sois los primeros. Hay algunas viejas latas vacías de Coca Cola aquí y allá, también un paquete de cigarrillos aplastado y medio oculto entre las piedras y un par de botellas de agua, sin forma y estrujadas. Eso al menos a simple vista. 

La temperatura ha descendido, se nota algo de fresco, el aire está bien, no notáis ningún problema en la respiración.

- Eh! ahí se ha movido algo... - dice apuntando hacia un recoveco. Y cuando ve que están mirando hacia allí se gira con la linterna en la barbilla apuntando hacia arriba y empieza a hacer voces - QUE AZEISS AQUIII??...MARCHAOSSS...

Al reir su rostro vuelve a parecer el de siempre sin sombras - Este sitio es ideal! Podíamos montar aquí nuestro club y hacer nuestras reuniones secretas "El club de los cuatro" - se acerca y revisa los restos - pero aquí viene gente también - se agacha, coge un cigarrillo y se lo lleva a la boca simulando estar fumando.

Es un paquete de L&M, sucio, aplastado, roto, vacío...No cigarrettes, Joe.

QUE AZEISS AQUIII??...MARCHAOSSS...

Escuchas el eco de tu broma y tus risas. Parece tu propia voz, apagada, lejana, rebota un par de veces...¿dentro de tu cabeza? ¿Fuera? ¿Puede haber eco aquí?

Descender había sido más fácil de lo esperado. Casi no habían necesitado la cuerda, solo sentarse en el suelo y dejarse caer despacio, con cuidado, como en una especie de tobogán rocoso y polvoriento. Eso sí, los pantalones sufrían ahora todo el desgaste.

Jason mantuvo encendida la linterna durante el descenso. La pendiente no se hacía mayor y la aspereza del terreno frenaba la caída. Finalmente, llegaron a una amplia gruta, un lugar que se le antojó cielo abierto después de lo que habían pasado. Iluminó las paredes y el techo del lugar en que se encontraban. Era espectacular. Se quedó con la boca abierta.

Joe bromeó con su linterna. Jason sonrió. Estaba pensando que sería un lugar extraordinario para los cuatro —si bien, la entrada era ardua y desagradable— cuando el primer chico vio los restos en el suelo. La ilusión del segundo desapareció cuando dirigió su linterna hacia abajo. Sintió rabia por la falta de consideración de quienes los habían precedido, y quizá también porque el lugar ya no era tan especial. Le dio una fuerte patada a una lata de Coca-Cola.

—Ya tenemos una misión —dijo, bastante decepcionado—: sacar toda esta porquería de aquí.

Le daban ganas de subir de nuevo la pendiente y tomar el otro camino.

El saltó al interior de la gruta fue liberador, y que el aire no estuviera viciado era buena señal, significaba que entraba por algún sitio además del túnel por el que habían descendido. Uno a uno fueron sumándose mientras iluminaban con sus linternas el interior de la gruta cavernosa, cuando Joe llamo la atención sobre un punto lejano.

-¡¡aaah!!- dio un salto hacía atrás, chocando de espaldas contra Jason – la madre que....- se mordió la lengua ante el susto que le había dado el careto de Joe – serás...- rió y le azoto una manotazo en el hombro a su amigo – idiota...- negó con la cabeza rodando los ojos al techo y se adentro en la gruta

Deambulando según iluminaba a su alrededor, mirando detalles aquí y allá, se encontró sonriendo ante la propuesta de Joe menos tensa de lo que había estado en el angosto túnel.

-tienes que dejar de leer menos Enid Blyton, Joe – bromeó con una risa divertida – prefiero los tres mosqueteros...para eso somos cuatro – le habría guiñado el ojo tras la broma o sacado la lengua pero dudaba que fueran a ver el gesto en la oscuridad así que se lo ahorro – aunque antes de instalarnos sería bueno saber si hay otra entrada menos polvorienta y empinada o nuestras madres nos van a matar

Se comenzó a sacudir la ropa con esmero limpiando lo más que puedo, aunque estaba claro que la camiseta no se recuperaría de esa aventura con enganchones aquí y allá.

-mierda – masculló en un bufido quedo mal humorada por el estado en que su camiseta favorita había quedado, para pasar a prestar atención a la basura que encontraban a su paso – pero que puerca es la gente – coincidió con disgusto.

Descubrir que no eran los primeros en pisar aquel lugar ya era toda una decepción pero encima encontrarlo cubierto de basura ya era demasiado. Y no era la única, al ver la decepción en la cara de Jason se acercó a él y al llegar junto a él le puso la mano en el hombro.

-¡ey! - le dio un fraternal apretón sobre el hombro para animarlo – no te desanimes, podemos dejarlo como nuevo, creo que tengo una bolsa en algún bolsillo de la mochila – le sonrió - así que podemos limpiarlo antes de regresar...pero más tarde ¿vale? - su mano a este par darle un empujoncito hombro con hombro – aun podemos encontrar algo interesante aquí abajo y si no siempre nos queda el otro camino -aseguro risueña enfocando de nuevo la gruta en busca de algo que llamara su atención

Por fin habíamos salido de aquel pasadizo por el que habíamos reptado como una culebra hasta llegar al pasadizo y ahora estábamos en una especie de gruta. Con tal de poder estirar las piernas y que se terminara lo de arrastrarse era positivo - menos mal, ya me estaban saliendo escamas de tanto reptar.

Me sacudí la ropa para no parecer otra con traje de camuflaje, y sí, a Jason le había soplado unas cuantas veces hasta agotarme, estaba claro que, de haber metido una escoba o un cepillo le habría dejado como nuevo, incluso seguro que le habría alborotado su peinado pero, para su suerte, no lo había traído.

- Mira qué pedazo de caverna... - me quedé mirando a donde apuntaban las linternas, y es que el lugar bien valía mirarlo a fondo - Joe, ya puedes encontrar una entrada más fácil o va a resultar complicado que vengamos aquí a jugar a rol, además necesitaríamos un montón de velas para iluminar esto... porque a ver, imagínate que pierdes aquí los dados... - podía ser el fin del mundo el tratar de encontrarlos.

Luego me fijé que alguien había pasado por allí y había dejado porquería atrás - por suerte, he traído una bolsa de basura - lo bueno de ir cargada es que llevabas de todo. Así que agarré aquellos botes de cola y el paquete de tabaco, aunque antes de arrojarlo a la bolsa miré la fecha, por si aquellos botes eran antiguos o de ayer - si esto está aquí es que hay un acceso mejor.

Miré las paredes por si hubiera alguna señal, me acerqué a una y tras sacar el rotulador escribí "JJLO" en clara alusión a que habíamos estado allí - hala, ya la he bautizado.

Los cuatro, o algunos, vais guardando la basura en la bolsa de Oli. No es mucha cosa, cuatro tonterías. Lex no encuentra nada de interés aquí o allá, pero sí lo hace Oli, que se fija en la fecha de caducidad de las latas: diciembre 2014. En el paquete de tabaco está roto ese trozo y en las botellas de agua no llega a entenderse.

Sintió la mano de Alexandra sobre su hombro y se calmó al instante, o se puso más nervioso, no era posible asegurarlo. Lo que sí era patente, o lo sería si hubiera más luz en la caverna, era el rubor en sus mejillas, rubor por su actitud impulsiva y por el acercamiento de Lex.

—Lo siento —dijo. Su voz sonó compungida y avergonzada.

No pensaba que su propuesta de misión iba a ser llevada a cabo con tanta diligencia. Así era Oli, siempre dispuesta. Eran dos chicas muy diferentes en cuanto a carácter. Lo iban a volver loco.

Jason también sacudió su ropa. Levantó bastante polvo.

—Perdonad —dijo, después de toser.

Se pasó un brazo sobre otro y comprobó que tenía algunos rasguños, nada importante. Palpó entonces las dos pulseras de amistad que llevaba en la muñeca. No pensó en las chicas que se las habían regalado. Pensó en Lex y Oli. Es posible que la caverna, mediante un sortilegio subterráneo, pusiera el nombre correcto a los dos obsequios. Debía ofrecer un valioso presente a Joe por haberlas conocido.

Se llevó la mano a la cara cuando Oli pintó con rotulador en las paredes de la gruta. Suspiró. Así era ella.

—¿Ha estado aquí Jennifer López? —preguntó a la chica, sarcástico—. Interesante.

- Hey, venid, vamos a hacernos un selfie - me puse delante de la marca que había perpetrado en la pared pero dejando espacio para que se viera - hay que inmortalizar este momento - puse el flash porque sino no se vería absolutamente nada.

- ¿Jennifer López? - me giré para ver si lo había escrito mal pero no, aunque la broma estaba bien gastada - muy buena, Jason.

Vi como Jason se había puesto un tanto colorado, seguramente era la caverna, igual era claustrofóbico o se había puesto nervioso por algo. No le di la más mínima importancia.

- ¿Qué hacemos: seguimos explorando o montamos el campamento? - empecé a buscar y rebuscar en la mochila pero totalmente desilusionada al final - no he traído ningún juego, creí que sí, lo tenía en la mesa y al final no lo metí. Tampoco la tienda de campaña, qué mal.

- Seguro que la basura no llegó sola, igual si hay huellas podemos seguir esa pista - aunque los botes eran del 204, habían pasado ¡¡¡6 años!!! Se me hacía difícil que hubiera huellas de pisadas, aunque vete a saber, de vez en cuando se encontraban huesos de dinosaurios y habían pasado miles de años...

Me giré hacia Joe, el niño-rata estaba muy callado. Le alumbré el rostro con la linterna - ¿Qué dices?