Partida Rol por web

-quedarnos aquí quietos no creo que sea una opción – le dijo algo apenada a Jason, ya que en circunstancias normales habría actuado como él, con calma y serenidad que ahora mismo envidiaba pues su respiración seguía aún algo acelerada – el simple hecho que nos encuentren aquí podría ser considerado una amenaza, con fuego o sin el deberíamos avanzar – continuo dispuesta a ponerse en marcha la primera, lo que fuera por alejarse de los gusanos y por encontrar una manera de eludir al enjambre que parecía acercarse cada vez más

Apenas había tiempo para actuar. Oli se afana en buscar en su mochila junto con Lex, las dos ansiosas para encontrar alguna cosa que les saque de este horror. ¿Avanzar o quedarse quietos, como propone Jason? Parece que esta última idea no gusta o queda relegada pasando a la acción.

Joe también se afana para ayudar con un posible fuego o con lo que sea. Se come las lágrimas, para otro momento. Hay que actuar.

Flotador, un palo, el fuego, cubrirse la boca. Humo, os recuerda Lex. Puede ser una trampa vuestra solución, ¿pero acaso queda otra opción? El zumbido se acerca, el tiempo se agota, las linternas enfocan una masa entre negra y grisácea por ambos lados.

Entonces a Joe le parece que la pared de enfrente...es como si fluctuase, como si se diluyese, y a la vez regresase a su posición natural. Os advierte...pero no lo veis tan claro...Solo él sigue gritando que el muro de roca deja entrever un hueco. Joe tira de vosotros y...

...entráis por ese agujero en la pared de la cueva. Os traga la piedra. Y todo es oscuridad. Silencio. No hay zumbido, las linternas no funcionan, Oscuridad absoluta y silencio total. O casi. Vuestras respiraciones las escucháis, la presencia de vuestros amigos está ahí. 

Sentados o a gatas o caídos en el suelo. Es frío, rugoso, áspero. 

Estaban demasiado centrados en el peligro que les acechaba, en hacer algo para salvar el pellejo que se olvidaron de lo más importante, escucharse los unos a los otros. Joe tiró de ellos y se vieron absorbidos por la piedra. Lex gritó por lo inesperado y volvió a gritar cuando su linterna se apago sin lograr volver a hacerla funcionar aunque diera caña a la dinamo.

-¡no, no nononononono! Venga yaaaaa – lo dejo por imposible con la linterna colgando de su muñeca y buscó a los otros, palpando en la oscuridad hasta que dio con el primer ¿brazo? ¿pie? ¿pierna? ¿mano? Ni idea solo se agarró a esa persona como si no hubiera mañana.

No se dio cuenta cuando Lex usó su inhalador. La había visto otras veces y se sentía fatal por ella. Escuchó su respiración deficiente y esperó que se recuperara pronto. Se disponían a seguir avanzando hacia una de las dos nubes oscuras que no presagiaban nada bueno cuando ocurrió algo muy raro. Joe aseguraba que podían atravesar la pared de piedra como fantasmas atormentados. Tiró de ellos y, bueno, pasaron al otro lado. Este truco era, si cabe, aún más sensacional que la aparición del muro de piedra que les cerró la entrada, o salida. Atónito, se vio inmerso de repente en la oscuridad más absoluta. Se había caído en el suelo, similar al de la cueva al tacto. No sabía si podía incorporarse, así que permaneció tumbado, con los músculos en tensión, dispuesto a saltar en cualquier momento. Cuando escuchó las respiraciones de sus compañeros se relajó un poco... hasta que Lex empezó a gritar.

—¿Lex? —preguntó hacia donde había oído la voz.

Se preguntó también a sí mismo si se encontraban en el más allá, en otra dimensión.

Todo pareció ocurrir muy rápido. Ya estaban encima aquellas abejas y no había tiempo para buscar nada en mochilas ¿era un pasadizo o una ilusión aquella pared? cuando su brazo la traspasó no dudó más.

De repente silencio. ¿Qué estaba ocurriendo aquí? ¿Sería todo un sueño? la situación de Lex le hizo dejar de elucubrar. Sabía perfectamente que le ocurría.

- Eh Lex tranquila. No pasa nada. Ya ha pasado lo peor. 

- ¡Uf, por qué poco! - sino llega a ser por Joe igual no la contábamos y nos hubieran arrasado los enjambres, pero por suerte el niño-rata había encontrado un refugio.

Lex empezó a gritar - tranquilidad, cierra los ojos y trata de ser positiva - aunque no los cerrara la visión iba a ser la misma, aquella oscuridad impedía ver algo, ni siquiera los veía a ellos y los notaba al lado - ¿os dais cuenta que podemos oírnos pero no escuchar los enjambres? - aquello estaba genial, los habíamos conseguido despistar.

- Veo, veo... - tenté en la mochila a ver si palpando encontraba el mechero, la cosa era ver algo - esperad que ahora pongo luz.

La débil luz del mechero de Oli ilumina la oscuridad sobrecogedora. El encendedor sí funciona, pero no ilumina nada por aquí, nada por allá, vuestras caras nada más. Expresiones de asombro, de miedo, de incredulidad o perplejidad. De pánico en el caso de Lex, sus dedos rígidos garfios apretando el brazo de Joe.

Alzando el mechero, finalmente Oli y Jason atisban un nuevo túnel. Es más ancho que los otros y podéis poneros de pie, a centímetros del techo, pero cuidado con sus irregularidades y salientes.

(sin las sillas XD)

Las linternas siguen muertas y las paredes de roca se mantienen firmes y pétreas, sin rastro de descomponerse ni de "abrirse" si las palpáis, tocáis y golpeáis. 
Roca. 

Parece que no queda más opción que avanzar por ahí. Guiados por la trémula llama del mechero. Camináis varios metros, el corazón golpeteando en el pecho, la sangre palpitando en las sienes. Es el único sonido que se escucha junto con vuestras voces.

"- Veo, veo... "

"¿...me ves..?"

Otra vez esa voz. Es muy parecida a la tuya. Con un ligero toque burlón. ¿En tu cabeza?¿La escuchan todos?

Tal como decía Oli, el ruido del enjambre había desaparecido, así que se habían librado de un grave peligro de forma... milagrosa. Las linternas no funcionaban, como había sucedido antes. Al parecer, la luz no obedecía las leyes de la física en aquel lugar, sino a algo o alguien mucho más caprichoso. Se calmó al escuchar las voces de Joe y Oli, aunque Lex continuaba muy asustada. Se sentó en el suelo. Parecía estar cerca de Oli. Pensó en palpar en la oscuridad para ver si encontraba alguna parte agradable de su cuerpo, pero lo desestimó ante la certeza de que se llevaría una bofetada incluso a oscuras.

Oli era increíble. Encendió su mechero y se hizo la luz, al menos un poco. Se vieron las caras. La suya empezaba a recuperar la compostura. Todos tenían una apariencia macabra. Se incorporó y comprobó que podía ponerse de pie, por poco. Sus manos tocaron el techo, rocoso. La débil luz del mechero confirmó que continuaban en la cueva. Se sintió un poco decepcionado. Habría preferido algo más etéreo, aun sombrío.

—Parece una cripta —susurró a Oli, empeñado en relajar el ambiente—. Quiero que me entierren contigo.

Gracias al mechero veíamos, poco pero veíamos. Era increíble que con la cantidad de cosas que llevaba en la mochila, al final sólo hubiera necesitado el mechero, por ahora. Aún así, para lo poco que iluminaba fue suficiente - ¿Veis? No pasa nada, estamos todos bien.

No sabía dónde estábamos pero parecía que habíamos vuelto a meternos en otro túnel de la cueva, traté de ver si había alguna señal que indicara algo de luz natural pero por el momento la oscuridad dominaba el entorno. 

Joe se había recuperado de su crisis pero Lex aún estaba afectada. Al que noté mucho más entero fue a Jason, además ahora había adoptado el rol de explorador - ¿Una cripta? - traté de entrever si era verdad o me estaba tomando el pelo - igual encontramos un tesoro oculto - apagué el mechero porque se estaba recalentando demasiado - tranquilos, tranquilos, tengo una idea - saqué un pañuelo de papel, lo puse alrededor de uno de los extremos del palo y con la cinta aislante lo coloqué pegué por un borde para que no se cayera - ya tenemos una antorcha improvisada.

Una cripta, igual había un fantasma aquí dentro. No dije ni mu porque ya algunos estaban nerviosos como para ponerlos más.

- Ja! Ni de broma, tú lo que quieres es aprovechar para quitarme las cosas - seguro que pretendía ser enterrado a mi lado para levantarme la navaja multiusos, que me iba a dejar, ni muerta.

- ¿Os imagináis que me hubiera a traído a Ninja? - mi mapache, que no paraba quieto - seguro que se hubiera comido a todos los gusanos, siempre tiene hambre. Y luego habría perseguido al enjambre - seguro que para comerlo también, era un saco sin fondo - sería un problema porque cuando se lanza a la aventura va a una velocidad que... y luego buscarlo por la cueva. Menos mal que no lo traje - igual así, los ánimos volvían a recuperarse. Hablar de algo fuera de la cueva, pensaba yo que podía funcionar.

Ahora que Jason me había dado una idea, rápidamente la puse en relación con aquella misteriosa voz - ¿Eres el caballero que guarda la cripta? - la había escuchado en la cueva pero no fuera, así que, quien quiera que fuera estaba por aquí. Igual era la misma cueva, y me hablaba a mí porque había pintado una pared y a Joe porque era el que abría la marcha.

- Yo soy Oli y estoy con mis amigos, no nos hagas daño, venimos sólo a explorar la cueva. ¿Tú qué quieres? Tengo chocolate - la verdad es que había traído más, pero tampoco era plan de darle toda la comida. De hecho fue decirlo y entrarme el apetito.

Oli y él iban delante, seguidos por Lex y Joe. A Jason lo preocupaba el estado de Lex, afectada por las circunstancias y acontecimientos de la tarde. A su lado estaba Joe, su mejor amigo, y confiaba en que pudiera reconfortarla de algún modo.

—Joe —dijo, sin mirar atrás—, algún día tendrás que enseñarme ese poder sobrenatural que tenías escondido. Resulta que puedes ser intangible, ¡y hacer que los demás lo sean!

Estaba claro que aquella cueva era literalmente fabulosa. No sería extraño que se produjeran nuevas maravillas, si bien la sorpresa inicial comenzaba a diluirse.

—Yo he traído tres —comentó, cuando Oli hizo mención a un tesoro oculto.

La chica improvisó una antorcha, pragmática y genial como siempre. Él seguía envuelto en los sentimientos y ensoñaciones.

—¡Eres tan romántica! —susurró, sarcástico, de nuevo a Oli—. Te hablo de ser un solo polvo después de la muerte y crees que solo quiero tu navaja.

Sacó de nuevo el piolet de la mochila.

—Si quieres te lo presto. No puedo regalártelo; no es mío.

Oli era una de esas chicas que prefería un taladro antes que un anillo. Igual conseguía un beso con el piolet.

Cuando Oli lográ hacer algo más de luz, Joe mira a Lex y le sonríe. Está seguro que esta luz aunque tenue, le reconfortará. 

Al ver aquellos muros, un leve sentimiento de tranquilidad se apodera de él. "Restos de humanidad"

- Chicos seguro que de esta cripta tiene una salida. ¡hay que encontrarla! - dice bastante enérgico - vamos a a darle la vuelta si queréis. A ver Oli alumbra por aquí. - mientras comienza a palpar la pared.

Una vez más, no obtienes respuesta. Un nuevo silencio.

¿Estás segura que has escuchado algo, que alguien te habla? ¿O la cueva te hace perder la cabeza un poco?

Me lo estaba pasando genial, vale que había momentos de bastante intensidad (incertidumbre), pero en general estaba siendo una aventura increíble - es super emocionante, hacía tiempo que no teníamos una de éstas - cada adversidad nos situaba ante un nuevo reto, era como si la cueva nos pusiera a prueba.

Los chicos vienen hablando entre ellos, pongo la antena porque tampoco es que hubiera más conversaciones - Intangible ¿Qué es eso? - menudo palabro que le había soltado Jason - sí, sí tranquilo, yo alumbro - ahora había prisas por salir - ¿os apetece hacer un alto en el camino? Podíamos descansar un poco y comer algo, no? - así por renovar fuerzas. Además llevábamos ya un trecho que no habíamos parado.

- ¿Tres? - Me asombró aquello. Vale, all principio no lo capté, y seguramente por eso me resultó indescifrable la broma de que Jason había venido nada menos que con "3 tesoros", contaba 1 con el piolet que se había traído pero rápidamente me entró la curiosidad por descubrir qué más cosas llevaba en su mochila - eres increíble Jason, en serio, al principio te noté un poco parado pero oye, cada vez que te conozco un poco más... más me gustas - por supuesto había sobretodo "admiración", aunque igual tal y como lo había expresado podría entenderse de otra manera.

Igual con la escasa claridad no se vio el enrojecimiento que sufrí cuando me dijo que era "romántica" Aquella dimensión afectivo-romántica no se me daba muy bien, tampoco es que hubiera tenido con quién practicar ni que le hubiera dedicado mucho tiempo. Quizás por eso, escucharle me dio cierta vergüenza - ¿Romántica? - igual me lo decía de broma, Jason era muy bromista, pero igual no. Hice como si nada, dando varios pasos tratando de pasar desapercibida e iluminando donde decía Joe.

No pude más con aquel comentario que me hizo, me entró la risa - jajajajaja un polvo... ¿Lex, has oído lo que me ha dicho? Quiere un polvo conmigo - estaba claro que Jason estaba de broma, quién sino me diría algo semejante en el interior de una cueva...

Pero va y saca su piolet y me lo pasa como si fuera una flor, joder aquello fue lo máximo. Hasta tragué saliva, igual se me estaba declarando y no me había dado cuenta. Me lo quedé mirando, estaba un tanto nerviosa, no sabía qué hacer ni qué decir - gra-gracias Jason pero no hace falta - ahora, no me hacía falta, igual más tarde lo necesitaría pero ahora no. Pero menudo gesto, me había ofrecido su piolet y yo me había quedado casi de piedra, tenía que equilibrar con algo - tengo chocolate ¿Te apetece?

Le pasé la antorcha al niño-rata (Joe) y aprovechando la oscuridad, me decidí a darle un pequeño beso a Jason en... (no lo veis que está a oscuras xD)

En realidad, Jason no estaba seguro de que fuese una cripta; solo se lo parecía. Joe se mostró muy inquieto por encontrar una salida. Pidió a Oli que lo ayudara con la antorcha. Esta vez, la chica no tenía tanta prisa.

Sonrió cuando Oli comentó lo emocionante que le parecía la aventura. Probablemente, ella no se dio cuenta. El muchacho era muy consciente del peligro que corrían, apasionante y todo.

—¿No has leído ningún cómic de los X-Men? —preguntó—. Kitty Pryde podría mostrártelo. Es una chulada —repuso a la pregunta de Oli sobre la cualidad mencionada.

—Tú también me gustas —dijo, azorado y apurado, pues era Lex por la que suspiraba—. Sobre todo, cuando tumbas a los estúpidos.

—¡No, no he dicho eso! —exclamó enfadado cuando Oli dijo en voz alta a Lex una pretendida grosería.

No, Oli no era romántica, ni la imaginación era su mejor virtud. Rechazó el piolet de Jason y le ofreció chocolate. Eso bastaba para recuperar la camaradería.

—Siempre me apetece. Ya sabéis que me encanta —dijo tras el ofrecimiento—. He traído cuatro barras grandes, una para cada uno. Están rellenas: caramelo, tarta de queso, cacahuetes y caramelo, trufa y almendras —dijo mientras las sacaba de la mochila—. Elegid la que queráis —concluyó sonriente.

Entonces ocurrió algo inesperado. En la oscuridad, Oli se acercó a él para darle un beso. No era el primero para él, pero sí el primero que recibía de Oli, de quien se había llevado algún que otro guantazo merecido. Sabía que los besos de una chica volvían el mundo del revés. El de Oli bien merecía todos los demonios del mundo encerrados en una cueva para conseguirlo.

Bueno. Cripta, entierros, tesoros. Bromas. Un polvo tras la muerte. No. Ser un solo polvo. Eso es. 

Esa charla distendida os relaja un poquito tras el susto de hace solo un momento. Oli continúa con sus habituales maneras desenfadadas, animando a sus compis. Jason es su cómplice esta vez, ¿hay malentendidos? Cada uno entiende lo que quiere entender, la conversación se embrolla un poquito.

Joe, recuperado de su bajón, tira de los cuatro exploradores. Y Oli fabrica una improvisada antorcha, pronto lo único que arde es el extremo de la rama palo, una precaria llama que apenas ilumina el pasadizo rocoso, natural, no se observa huella de obra de la humanidad. 

Un beso. En la oscuridad. El mundo del revés y demonios a cambio de un beso. No un beso de cualquiera. 

Chocolate y barritas de cereales. Al menos si la cabeza vuela, que el estómago conserve la razón.

Entre sombras fluctuantes causadas por el baile temeroso de la antorcha, os topáis con lo que parece el final del túnel. Una pared como otra cualquiera, de piedra rugosa y áspera, os cierra el paso.

Detrás, oscuridad absoluta. Frente a vosotros, bloqueado el paso.

Perdidos en lo profundo de una cueva misteriosa y muy singular. *