Partida Rol por web

 Hardcastle es una ciudad pequeña estratégicamente construida en la encrucijada de tres importantes rutas comerciales. Poco más que un campamento de comercio fortificado, Hardcastle se sentó en las carreteras entre Great Rift, Unther y el  Vilhon Reach.

 (Historia:) Fundado en los días del Reino de Peleveria, Hardcastle no tenía señor reinante hasta que Frego Cordwell llegó. Después de asumir el control logró varios negociados para atender en Hardcastle al tráfico de caravanas a lo largo de las carreteras. Contrató a una serie de antiguos socios de negocios, en un intento de asegurar una cierta lealtad, para proporcionar todos los servicios habituales de la ciudad, incluyendo la aplicación de la ley. Frego tomó la idea de hacer que la vida en Hardcastle sea parecida a la del pueblo de Durpar.

-Este lugar es un desastre- Corre por tu mente al caminar por la ciudad.

Hardcastle no era más que un gran centro comercial, punto de paso para todas las regiones al centro, sur, sur-este y suroeste del continente.

Fácil te fue llegar al lugar, pedir por que te avienten en una ruta tan transitada asegura que podrás llegar lejos.

Es media tarde y las calles y callejones siguen atosigadas de mercaderes, comprando y vendiendo. Ves de todo, humanos y gnomos, algunos medianos, incluso individuos de otras razas pasar entre los demás sin llamar la atención. ¡Incluso has visto a un gobling atender una tienda!

Necesitas comer, necesitas descansar. Necesitas encontrar un rumbo y la forma en la que puedas tu poder incrementar.

Sabes donde queda una de las tabernas de la ciudad. Y una persona que te choca al pasar te saca de tus pensamientos para recordarte que estas parado en medio de una transitada calle de una ciudad comercial.

-En este lugar no tendré problemas- Corre por tu mente al caminar por la ciudad.

Hardcastle no era más que un gran centro comercial, punto de paso para todas las regiones al centro, sur, sur-este y suroeste del continente.

Escapando de los bosques de Riftwood por el camino pudiste llegar a este lugar, pedir por que te avienten en una ruta tan transitada asegura que podrás llegar lejos, así poder seguir escapando de tus perseguidores.

Es media tarde y las calles y callejones siguen atosigadas de mercaderes, comprando y vendiendo. Conoces un poco el lugar. Sabes que puedes encontrarte de todo, humanos y gnomos, algunos medianos, incluso individuos de otras razas que pasan entre los demás sin llamar la atención. Hasta goblins.

Necesitas comer, necesitas descansar. Necesitas encontrar recobrar la seguridad de tu bosque o un nuevo lugar donde empezar.

Sabes donde queda una de las tabernas de la ciudad.

Una persona que te choca al pasar te saca de tus pensamientos para recordarte que estas parada en medio de una transitada calle de una ciudad comercial.

-¡Ja! Este lugar sigue tan abarrotado como lo recordaba. Que agradable ver a todos así, deambulando tranquilos por las calles, sin preocuparse por todos los posibles peligros a los que están expuestos... -Pensé, con un dejo de tristeza-. Al menos, entre la multitud, voy a poder encontrar refugio, al menos un tiempo... Visitar viejos amigos y luego seguir de largo, para no perder la costumbre...

La luz del sol de la tarde, lejos de hacerme sentir expuesta, me llenaba de calma y alivio. Recordé con nostalgia los bosques que consideraba mi hogar y todas las aventuras vividas en los últimos tiempos.

-Será mejor que busque un lugar donde quedarme el tiempo necesario para recobrar fuerzas. Recuerdo una taberna algo alejada donde pude refugiarme la última vez que pasé por Hardcastle... 

Perdida en mis propios pensamientos, sentí que alguien me golpeó el hombro al pasar-. ¡Hey! ¡A ver si miras por dónde vas!

Me dirigí a la taberna, primero nesesitaba comer algo, ademas ahi seguro podria conseguir informacion util, por el camino fui curoceando en los mercados y a mi alrededor.

Entre los transeúntes no lo ves venir y un pequeño y acolchado guante te toca la pierna a la altura de la rodilla, siendo llamada junto al ruido de unas monedas de cobre sacudiendose dentro de una lata.

-¿Moneda?- Dice la pequeña criatura con tono infantil. Esta completamente cubierto y es imposible reconocer su verdadera apariencia, pero deja una hendija entre sus ropas para que su ojo pueda ver. Un pequeño ojo color rubí en una verdosa piel de goblin, no necesitas suponer que otra cosa pueda llegar a ser.

-¿Moneda para G´ñimi?-

-Aquí, sé que pronto vendrán...- Corre por tu mente al caminar por la ciudad, un conocimiento otorgado por tu patrón, esperas no sabes a quien o a quienes exactamente.

Hardcastle no era más que un gran centro comercial, punto de paso para todas las regiones al centro, sur, sur-este y suroeste del continente.

Fácil te fue llegar al lugar, pedir por que te avienten en una ruta tan transitada asegura que podrás llegar lejos si necesitas escapar.

Es media tarde y las calles y callejones siguen atosigadas de mercaderes, comprando y vendiendo. Puedes encontrar todo aquí, humanos y gnomos, algunos medianos, incluso individuos de otras razas ves pasar entre los demás sin llamar la atención. ¡Incluso has visto a un gobling atender una tienda!

Necesitas comer, necesitas descansar. Necesitas encontrar que hacer y el tiempo matar.

Sabes donde queda una de las tabernas de la ciudad. Y una persona que te choca al pasar te saca de tus pensamientos para recordarte que estas parado en medio de una transitada calle de una ciudad comercial.

Mhm, claramente estoy en el lugar correcto: de los contrastes surgen los conocimientos más enterrados.

Un poco incómodo por el gentío, me aparto de las calles más transitadas y sus objetos frívolos. Me alejo de los alimentos y empiezo a buscar en los lugares más alejados a los vendedores menos ruidosos. Busco a quienes tienen las mercaderías que has de buscar, y no la que te ha de buscar a ti.

Paso algunas horas buscando libros o artículos desenterrados que sean interesantes, o que sepa puedan interesar a mi patrón. Intento de vender, si es que tengo, alguno de los míos, e inclusive ofrecer a buena fe algún artefacto menor a los mercaderes que me resulten valiosos. Probablemente algo de su raza o tierra natal (si es que la conversación ligera revela esa información).

Espero a la noche a pesar del cansancio, ya que los nuestros suelen aprovechar los días para la búsqueda y la noche para el intercambio. Si aún así nada es de interés, me dirijo a la taberna a quitarme el peso acostumbrado de los hombros, tomar y comer algo fresco y, si es posible, darme un baño con agua limpia antes de dormir.

-¡Ja! Mira nada más, qué tenemos aquí... Y yo que pensaba que el día iba a terminar sin problemas... -dije con tono burlón-. Me temo que hoy no es tu día de suerte. No traigo monedas ni nada de valor. Bueno, al menos no de valor monetario...

Observé al pequeño Goblin, intentando pasar desapercibido entre sus ropas. Como si eso fuera posible.
Me propuse rechazar su solicitud de forma amigable, ya que no tenía interés en empezar mi estadía enemistada con un individuo de la zona. A pesar de mi tono irónico y burlón de siempre, le sonreí alegremente. Siempre es agradable toparse con un valiente.

-Ten cuidado, no todos los de mi raza tienen mi temperamento. Esos empujones podrían costarte caro alguna vez. Te daría alguna de mis pertenencias si no fueran tan escasas... -le dije, guiñándole el ojo y sonriendo.

Parece haberte entendido, o no, ya que decidió seguirte durante varios metros.

Nuevamente te toca la pierna con su guante y sacudiendo la lata te llama con el sonido de las monedas.

-Una moneda, un secreto...- Dice con tono infantil.

Mhm, claramente estoy en el lugar correcto: de los contrastes surgen los conocimientos más enterrados.

Un poco incómodo por el gentío, me aparto de las calles más transitadas y sus objetos frívolos. Me alejo de los alimentos y empiezo a buscar en los lugares más alejados a los vendedores menos ruidosos. Busco a quienes tienen las mercaderías que has de buscar, y no la que te ha de buscar a ti.

Paso algunas horas buscando libros o artículos desenterrados que sean interesantes, o que sepa puedan interesar a mi patrón. Intento de vender, si es que tengo, alguno de los míos, e inclusive ofrecer a buena fe algún artefacto menor a los mercaderes que me resulten valiosos. 

Entre los transeúntes no lo ves venir y un pequeño y acolchado guante te toca la espalda siendo llamado junto al ruido de unas monedas de cobre sacudiendose dentro de una lata.

-¿Moneda para G´ñimi?- Dice la pequeña criatura con tono infantil. Esta completamente cubierto y es imposible reconocer su verdadera apariencia, pero deja una hendija entre sus ropas para que su ojo pueda ver. Un pequeño ojo color rubí en una verdosa piel de goblin, no necesitas suponer que otra cosa pueda llegar a ser.

-Una moneda, un secreto...- 

Entre la risa y la ternura, observo a la pequeña criatura intentar generar mi interés.

-De acuerdo, te daré una moneda. Pero con una condición...-le digo, haciendo una mueca-. Dos secretos... Y tienen que serme de utilidad.

Saco una moneda del bolsillo y se la ofrezco. El diminuto Goblin estira la mano, intenta agarrar la moneda y subo la mano antes de que la alcance.

-Ah ah ah... Mis secretos... -le guiño un ojo y sonrío.

Es un segundo donde nuestros ojos se encuentran a través de nuestras máscaras. Deslizo una moneda casi como si la hubiese tenido todo el tiempo en la mano, esperando este momento. 

- Qué adorable pequeño- susurro con monotonía, sabiendo las formas y bajando aún más la voz, pregunto - Aquí tienes G'nimi, pero nada de trucos. 

Como si el tiempo se detuviera puedes apreciar el instante en que su ojo contempla a la moneda caer en la lata.

Una vez en el fondo la mira. La sacude para apreciar su sonido y tras ese juego se detiene un momento. Un silencio y dice.

-Moneda, muchas monedas, como la que tienen los viajantes.- Vuelve a sacudir la lata y con su oído parece contar. -Poder comprar ahora cosas bonitas, en... la caravana...-

Se aleja con un paso ligero, balanceando su cuerpo de lado a lado, desapareciendo entre las piernas de la gente.

Sacude su lata para apreciar el sonido y tras ese juego se detiene un momento. Hace un silencio y dice. -¿Das moneda? muchas monedas tienen los viajantes...- Vuelve a sacudir la lata y con su oído parece contar. -Así poder comprar cosas bonitas, en... la caravana...-

Como si el tiempo se detuviera puedes apreciar el instante en que su ojo da un destello y salta, tomando la moneda de tu mano cobrando por sus palabras.
La deja caer en la lata y una vez en el fondo la mira. La sacude para apreciar su sonido y tras ese juego se detiene un momento.

-Otro secreto es...- Ríe. -No secreto es...-

Se aleja corriendo, balanceando su cuerpo de lado a lado, desapareciendo entre las piernas de la gente.

No es que tenga problemas en entender los acertijos o sus razones, pero nunca puedo evitar fantasear con un camino más directo hacia las verdades.

Veo alejarse al pequeño extravagante, y me volteo de vuelta al gentío, perdiéndome entre las multitudes pero, esta vez, con un norte claro.

Observo al pequeño individuo agitar su lata llena de monedas. Sus palabras resuenan en mis oídos... ¿La caravana? ¿De qué estará hablando? La idea queda en mi cabeza y el resto de sus palabras pasan desapercibidas. Abro la boca para preguntarle, pero antes de darme cuenta siquiera salta, me arrebata la moneda de la mano y empieza a correr.

-Pero ¿qué...? -Salgo corriendo detrás de él, esquivando a la gente y los puestos comerciales. Con dificultad, veo al Gobling esconderse entre las piernas de los transeúntes. Observo hacia donde se dirige e intento visualizar mentalmente el trazado de las calles para poder acorralarlo. En definitiva, no puede ganarme en velocidad.
Sigo corriendo y doblo a la derecha al llegar unos 200 metros más adelante. Recuerdo un pequeño túnel dónde tuve que esconderme una vez de un elfo oscuro no muy amigable y lo localizo fácilmente. Si soy rápida, al cruzar el túnel no será difícil acorralarlo.
Al llegar al otro extremo del túnel, me pongo de cuclillas y observo los movimientos al ras del suelo. ¡Ahí está! Sigilosamente, corro entre la multitud y justo cuando lo tengo frente a mi, de espaldas, lo tomo por la parte de atrás de su vestimenta y no puede hacer más que frenar. Lo levanto en el aire, sin dificultad y lo miro fijamente-. Buen intento. No lo vuelvas a hacer. Ahora cuéntame más sobre esa caravana... 

-En este lugar no tendré problemas- Corre por vuestra mente llegar a la ciudad.

Hardcastle no era más que un gran centro comercial, punto de paso para todas las regiones al centro, sur, sur-este y suroeste del continente.

Es media tarde y las calles y callejones se encuentran atosigados de mercaderes, comprando y vendiendo. Imaginan que pueden encontrarse de todo, humanos y gnomos, algunos medianos, incluso individuos de otras razas que pasan entre los demás sin llamar la atención. Hasta goblins!

Preguntando llegan a saber donde queda una de las tabernas de la ciudad, también el mercado central.

Un carro los hace correrse a un lado al pasar sacándolos de sus pensamientos para recordarles que están parados en medio de una transitada calle de una ciudad comercial.

Observando el mercado al pasar notas que puedes encontrar de cualquier objeto que estés requiriendo.

Llegando a la taberna te encuentras con un ambiente agradable, humanos, gnomos y medianos bebían y charlaban.

El tabernero, hombre del norte, cabello negro y tatuajes de marino en el brazo te saluda al entrar con un gesto de cabeza sin dejar de atender a los demás.