Partida Rol por web

Tras algo más de media hora de viaje, muy cerca del centro, encontrásteis el Hospital, un impresionante conjunto de varios edificios ¡ con capacidad para más de 200 enfermos! además de contar con una veintena de médicos , una cincuentena de enfermeras y los medios y técnicas más modernos del país. Una auténtica maravilla de hospital...

Tras aparcar en la zona reservada para autos os encaminásteis al interior del edificio, la recepción no estaba muy concurrida, teniendo en cuenta las dimensiones del hospital, y los cuatro os acercásteis al mostrador de recepción, donde una mujer rubia de ojos azules, joven y muy atractiva pestañeó y con una sonrisa preguntó

- Buenos días señores, ¿en qué les puedo ayudar ?

No, tu tienes tu consulta privada, pero en alguna ocasión has intervenido en el hospital o has ayudado a algún colega en alguna intervención, además, tienen ficha tuya como médico interino.

Mirando a mis compañeros decido ser yo quien intervenga primero a ver si con suerte al ser Doctor no nos ponen pegas para poder ver a Victoria,-  Buenos días, soy el Doctor Wiggin, me gustaría saber en que habitación se encuentra una paciente, la señorita victoria Nangelo - 

Mira extrañada al doctor - ¿trabaja en este hospital? - parece que la recepcionista no está familiarizada con la cara de Andrew - no creo haberle visto por aquí doctor.¿Tiene ficha en este hospital?

Creo que nunca hemos coincidido, tiene que tener mi ficha, si hace el favor de buscarla... Doctor Wiggin, Andrew Wiggin -Espero pacientemente a que busque mis datos mirándola atentamente - 

Ciertamente el único que nos podría "hacer acceder" a ver a la señorita Nangelo era el doctor Wiggin. No obstante me preguntaba si, de dejar pasarnos y conducirnos hasta ella, podríamos entrar todos "en tropel" en el lugar. Esperé pacientemente la respuesta de la recepcionista.

Señor Andrew... -dije muy bajtio casi a su oído-, ¿parece conocer este hospital muy bien, no? Sin duda es un lugar bastante completo.

La chica asiente y poniéndose en pie dice - ah tiene ficha. Esperen aquí por favor, voy a buscarla - y diciendo esto se da la vuelta y rebusca en un archivo de grandes dimensiones mientras comienza a tatarear una cancioncilla.

Liz tenía razón, todo tendría una explicación...

El camino hacia el hospital fue tranquilo y en silencio, perfecto para terminar de mentalizarme de que estando tan cerca de Victoria, era mejor que me calmara, y esperar a que ella nos contara lo que ocurrió. De nada iba a servir que dejara que me invadiera el nerviosismo en ese momento o elaborar teorías sobre hechos tan abstractos.

Cuando llegamos, el doctor se presentó a la recepcionista y preguntó por la chica, en el mismo instante, ella articula mi pensamiento:
- ¿Trabaja en este hospital?- No me había parado a pensarlo, ni siquiera pensé en la dificultad que podía suponer que nos dejaran pasar a ver a la paciente, pero ver al doctor tan sereno... transmitía seguridad.

A su llegada al hospital, Liz se mantuvo en silencio a la espera de que el Doctor Wiggin consiguiera el acceso por parte de la recepcionista – Como no encuentre su ficha, esta no nos dejará pasar…

La chica no las tenía todas con lo que pudiera ocurrir, así que su cabeza se enfrascó en qué podrían hacer en caso de que las cosas no fueran bien.

Tras un par de minutos que se os hacen eternos , la chica tras sacar y volver a meter varias carpetas, parece dar con la adecuada y satisfecha de sí misma y tras abrir la carpeta comienza a leer

- ¿Doctor Andrew Wiggin, interino? aquí está su ficha. ¿Victoria Nangelo dijo? déjeme que mire - dice volviendo a guardar la ficha, rebusca y ojea un gran libro que tiene sobre su escritorio hasta que por fin - Victoria Nangelo, habitación 324, planta tercera. Suban por las escaleras, el ascensorista está hoy enfermo.

Escucho a Merc hacerme una pregunta pero no le respondo dado que me encuentro muy concentrado esperando a que la recepcionista encuentre mi ficha, cuando finalmente nos dice la habitación y nos da acceso a verla me quedo mas tranquilo, tenia el temor de que nos pusieran algún impedimento - Muchas gracias- la digo sonriente.

Me giro hacia mis acompañantes - Perdonadme, se me había olvidado mencionaros que en ocasiones colaboro con éste hospital, pero bueno, ya sabemos donde esta Victoria, por favor acompañadme - les digo mientras me dirijo a las escaleras. 

Mientras subimos las escaleras les digo sin mirar hacia atrás - Lo complicado viene ahora, tendremos que tener tacto con nuestras palabras cuando hablemos con ella, a ver que podemos averiguar de la veracidad del ataque, si está el historial médico a pie de cama intentaré echarle un vistazo para ver en que estado ingresó en el hospital -

En cuanto Liz escuchó que la recepcionista les daba acceso, a duras penas pudo contener su alegría – ¡Sí! ¡Bien por el Doctor!

Empezaron a subir las escaleras que les llevaban a la habitación de Victoria cuando el Dr. Wiggin hizo su apunte de la necesidad de manejarse con tacto.

¿Creéis que es buena idea que entremos todos juntos? Quizá sería mejor que entrara el Doctor a solas o con solo un acompañante. Si entramos todos a la vez, la chica podría quedarse intimidada o desconfiar de nosotros…

- Ambos tienen razón... No podemos entrar todos - pensé mientras subíamos sin mayores complicaciones dirección a la habitación en la que se encontraba la chica. Quería saber, tenía que oir con mis oidos su relato, no aceptaba más incógnitas que complicaran toda esta historia, las malas noticias podría aceptarlas, me costaría más o menos, pero podía vivir con ellas, en cambio, lo que no podía soportar era la incertidumbre, las verdades a medias y las historias de las que apenas alcanzaba a intuir lo ocurrido, realmente... ¿qué sabía de todo esto de primera mano? - Pero yo no puedo ser la que entre acompañando al doctor, si ella me reconoce y me asocia como novia de Frank... pasara lo que pasara aquel día entre ellos, va a afectar a su testimonio.

- Yo me quedaré fuera - dije sin pensarlo más - sólo espero que desde el otro lado de la puerta acierte a oir su historia... y no tenga que esperar una vez más a segundas versiones.

La decisión estaba tomada y si seguía pensando en ello me iba a arrepentir y querría entrar, aunque en el fondo supiera que no era buena idea.

- Liz... a lo mejor deberías entrar tú acompañando al doctor- los dos hombres imponían bastante, me imponían a mi... así que a ella, que encima estaría en una posición de desventaja clara...- Si les parece bien, claro- me apresuré a añadir mirándolos a todos, y siendo consciente de que ellos, probablemente, tuvieran más claro que yo lo que sería mejor.

Permitidme mi opinión -dije-: yo creo que debería entrar la señorita Crosbie. Al fin y al cabo, creo que ella puede extraer más datos acerca del porqué de ese supuesto ataque, contrastar el testimonio de la chica con la personalidad del Señor Charlton mientras se lo cuenta... no sé, creo que nosotros lo mirarímos básicamente como investigadores, pero no comprenderíamos quizá todos los detalles. ¿Que cree ustedes?

Tan sólo era mi opinión. Sin embargo, coincidía que sólo uno debía entrar y no todos, pudiendo asi abrumar a la malograda.

Seguramente esté en lo cierto, profesor – contestó Liz a la vez que agarraba la mano de la otra chica - pero no sé yo si por ahora Rachel está preparada para afrontar lo que aquí dentro pueda escuchar.

Sin dejarle la mano, Liz se detuvo por un instante para mirar a la otra chica a la cara, casi disculpándose por lo que estaba diciendo.

Estamos yendo muy deprisa y Rachel no está teniendo el tiempo suficiente como para digerir todo lo sucedido. Creo que no es buena idea meterla en una situación que puede llegar a ser demasiado tensa. Y lo digo tanto por Rachel como por Victoria.

Sinceramente, me parece que lo mejor será que entremos el Doctor Wiggin y yo.

Siguiendo las indicaciones de la recepcionista, subís las escaleras hasta el tercer piso apoyados en el pasamanos. Ya del segundo piso al tercero se os hace pesada la ascensión. Así que cuando llegáis a la tercera planta jadeáis y perlas de sudor recorren vuestras frentes.

A la izquierda de las escaleras está el ascensor sin ascensorista, podéis ver la reja metálica en un dorado recién pintado, desde el ascensor nace un largo pasillo con las habitaciones de los pacientes a los lados, mientras camináis podéis ver como casi todas están cerradas, sólo en algunas de ellas se ve a un paciente con un camisón blanco sentado en un sillón de orejas o de pie frente a la ventana.

Por fin llegáis frente a la puerta cerrada de la habitación 324.

Llego fatigado a la tercera planta, realmente no estoy en forma, recobró el aliento apoyado en la pared y me dirijo a mis compañeros - Bueno señorita Parker, ¿ Entra entonces usted conmigo ? -  Me quedo pensativo un instante, nunca he estado en una situación similar y espero tener el tacto suficiente para llevar a cabo lo que nos espera, una cosa es visitar a un paciente y otra interrogarle - Cuando usted me diga y esté preparada entramos -

Al llegar arriba, Liz sacó un pañuelo de su bolso y se secó las gotitas de su frente. Después de todo, el sudor nunca había sido algo muy elegante.

Ante la pregunta del Doctor, la chica guardó sus cosas de nuevo y alisó su falda – Estoy preparada, Dr. Wiggin. Adelante.

El doctor Wiggin y Liz Parker abren la puerta y entran en la habitación.