Partida Rol por web

En Arkham todo el mundo conoce a los Waite, por ser una familia que lleva generaciones viviendo en la ciudad. Tienen una mansión de estilo colonial en las afueras.

Todo el mundo conoce la mansión con el nombre de mansión Crowninshield, nombre con el que el abuelo de Asenath bautizó la mansión hace ya más de un siglo.

El padre de Asenath, Efraím (ya fallecido), tuvo a la muchacha con casi cincuenta años y nadie conoció a su madre. Ahora Asenath vive en la mansión sola con su marido Edward.

Su marido no tiene profesión conocida y Asenath NO es estudiante de la Universidad, al menos oficialmente, aunque ha pasado largas temporadas allí.

Algunos vecinos de Arkham sitúan la mansión Crowninshield como centro de grandes ceremonias ocultas y ritos oscuros, misas al Diablo y cosas por el estilo.

Frente a la enorme casa detenéis el coche, y os encamináis a la puerta y golpeáis el tirador dorado muy desgastado contra la madera de la puerta.

Transcurren varios minutos pero nadie abre la puerta, cuando estáis apunto de volver a llamar, una de las ventanas de la parte superior se abre y por ella apenas véis una silueta femenina que os grita

- ¡ POR FAVOR SUBAN LAS ESCALERAS HASTA LA TERCERA PLANTA! ¡LA PUERTA ESTÁ ABIERTA!

Señorita Liz, tendriamos que pensar que le vamos a decir a los señores de esta mansión. No creo que sea lo más indicado decir que estamos investigando un asesinato -le comento a Liz.

Liz pensó que al fin había llegado su momento. Hasta ahora, la estudiante de periodismo había seguido los acontecimientos sintiendo que poco podía aportar para esclarecer los hechos, pero allí de pie, enfrente de la Mansion Crowninshield, intuía que eso iba a cambiar. Si querían conseguir algo de bueno en aquella casa, necesitaban inventar una buena historia que les abriera sus puertas y, en eso, Liz era muy buena.

Bueno Doctor, lo primero que tenemos que hacer es pensar en lo que queremos obtener de nuestra visita.

Liz sabía que no tenían mucho tiempo para discutir la manera de proceder y mientras hablaba, lanzaba furtivas miradas a las ventanas esperando no encontrar a nadie.

Pensándolo bien, no creo que obtengamos nada de interés hablando con la Sra. Waite y su esposo. Si no están involucrados en el caso, simplemente no nos podrán contar nada, y si tienen algo que ver, nos darán evasivas, mentiras o nos echarán a la calle.

Lo que estoy pensando, Doctor, es que la visita nos tiene que servir para estudiar cómo es la mansión por dentro y… valorar más tarde la posibilidad de entrar en ella para investigar.

En ese momento, Liz pensó en que quizá estaba hiendo demasiado deprisa con el Doctor. Después de todo, se habían conocido en ese mismo día y estaba hablando con un hombre respetable que seguramente le doblaba la edad, y le estaba proponiendo nada más y nada menos que ¡un allanamiento de morada en toda regla! Liz esperó que el Doctor no se violentara y que compartiera con ella el mismo interés y emoción por llegar hasta el final de ese misterio.

Doctor, le propongo que nos presentemos en la casa con una historia falsa con el único propósito de ganar tiempo y libertad de movimiento en el lugar. Mi idea es que usted se presente como el apoderado de un hombre de mucho dinero, digamos el Sr. Stewart, muy interesado en la historia de la región y en concreto en esta mansión. Debido a la delicada salud del Sr. Stewart (después de todo por eso es usted médico) no se puede trasladar hasta Arkham y por eso le ha mandado a usted, que a su vez se ha puesto en contacto conmigo para que le guie por la ciudad. Como se imaginará, Doctor, se trata de pasar el máximo tiempo posible hablando de la mansión Crowninshield, los Waite, la historia del lugar, los rumores infundados y de la posibilidad de que la casa esté en venta. Con un poco de suerte conseguiremos incluso que nos enseñen la casa por dentro…

Liz esperaba que el Dr. Wiggin no la tomara por loca.

Entiendo Doctor, que lo que le estoy proponiendo es algo complicado con lo que puede encontrarse… poco cómodo, pero no se preocupe, me puedo encargar de llevar el peso de la conversación. Después de todo, hablar se me da bastante bien.

Mi rostro permanece lo más neutro posible ante las palabras de la señorita Parker tratando de no amedentrarla con los pensamientos que se cruzan en mi cabeza, pensamientos que la podian hacer detenerse. Cuando al final acaba cojo aire y respondo a la joven.
Señorita Parker, comprendo que esta historia le atraiga muy estrechamente, a mi me ocurre lo mismo -comienzo tratando de ser amable y de preparar a la mujer para mi respuesta negativa -pero no vamos a colarnos en casa de nadie. Soy un doctor, no un vulgar ladrón ni un jovenzuelo rebelde, si me permite hablar sin tapujos. Sin embargo tal vez su plan de hacernos pasar por otros si pueda resultar efectivo para obtener más información sin que nos relacionen con el asesinato, sin hacer que se sientan intimidados. Incluso podriamos sacarle el tema del reciente asesinato para saber que saben de este -afirmo, uniendome a esta parte del plan -¿que le parece?

La joven estudiante no pudo sino sonrojarse ante la reprimenda del Dr. Wiggin.

Sí, sí, Doctor… – Liz casi no conseguía que su voz saliera por su garganta – Me parece bien.

Al fin y al cabo, se consoló ella, el Doctor había aceptado la idea básica de su plan. Más tarde ya habría tiempo de discutir si era oportuno o no jugar a los ladrones.

Una vez estuvo acordado el plan de actuación - al menos en sus líneas "maestras" - seguísteis las indicaciones de la voz y abrísteis la puerta principal, cruzásteis un hall verdaderamente impresionante, madera en el suelo (aunque eso sí, las paredes necesitaban una mano de pintura) y una gran lámpara de araña de tiempos inmemoriales que debía costar una fortuna.

Os fijásteis (sobretodo Liz que no se le escapaba una) que al lado derecho de las escaleras había dos puertas y al lado izquierdo una puerta (las tres de madera de tono claro cerradas), del segundo piso sólo pudísteis ver (pues las escaleras hacia el tercer piso continuaban) un largo pasillo con el mismo suelo que en el hall (no se veía el final del pasillo por ninguno de los dos extremos, por lo que no pudísteis precisar el número de puertas), subísteis hasta el tercer piso, que realmente era una buhardilla.

La habitación que se abre ante vosotros es realmente MACABRA y espeluznante, el primer lugar en el que fijáis la vista es el suelo, no tiene nada que ver con el resto de la casa, es un suelo que parece de piedra (o algo del estilo) con un número incalculable de velas (muchas a medio consumir, otras enteras) todas encendidas, dando una luz mística a toda la estancia, se escucha el ulular del viento al golpear las ventanas (a medio cerrar las persianas).

Además de las velas hay toda clase de cachibaches macabros que os suenan a magia ceremonial y cosas del estilo, en un estante véis una calavera pulida con una vela en su interior, por cuyos costados se desliza una negra cera creando formas inquietantes.

En la pared del otro lado pueden verse ricos tapices (que también cubren una de las ventanas) y un lagarto disecado que parecer miraros con aire desafiante, en el suelo del final de la buhardilla véis varias alfombras y cojines y os fijáis que debajo de ellos se ven semicírculos dibujados con tizas, algunos parcialmente borrados.

En el centro de la estancia se encuentra una mujer morena, bajita, de piel oscura, atractiva a pesar de sus ojos fijos y algo saltones.

Os mira fijamente, sin pronunciar palabra. En un momento dado, véis cómo aparece en su rostro una media sonrisa y finalmente dice

- Bienhallados.

La mansión me deja cada vez más admirando conforme voy adentrándome en ella. No me importaría vivir en un sitio como este. Sin embargo al llegar a la tercera planta mi corazón da un vuelco y noto como mis dedos se mueven sin control, nerviosos Esto es una locura, esta mujer debe estar mal de la cabeza

Tratando de reponerme ante la brujería que estoy observando, de las innumerables velas y otros objetos de aspecto herético y demoniaco, miro fijamente a la mujer mientras le hablo -Siento interrumpirla ¿es usted la señorita Waite?

Mientras andaban por la mansión, las pupilas de Liz iban de un lado para otro mientras su mente se esforzaba en memorizar cualquier detalle que le llamase la atención. A parte de lo señorial del lugar, la chica pensó no sin algo de decepción que nada parecía ser muy llamativo.

Cuando por fin llegaron al último piso, el corazón de Liz dio un vuelco en cuanto vio aquel panorama. Sin abrir la boca y con los ojos que casi le salían de las orbitas, la chica se acercó instintivamente hacia el Doctor hasta llegar a tocarle el brazo, seguramente en un inconsciente intento de búsqueda de protección.

Asiente con la cabeza con rapidez, tanto que sus negros cabellos bajan y suben místicamente, éstos son casi hipnotizantes...

- Así es, ¿a qué debo este honor? ¿quiénes son y qué quieren? ¿les gusta mi casa? ¿conocen los caminos de lo arcano? ¿les interesa el tema? ¿creen en la magia?- pregunta con una voz muy dulce.

¿Que? Yo no, esto sí, claro. Su casa nos gusta, esa es la razón por la que hemos venido aqui respondo con inseguridad y tartamudez -yo no se nada sobre magia ni sobre los alcanos señora, ¿que es lo que debería saber?

Liz había quedado realmente cohibida por el ambiente reinante y ya casi no se acordaba del plan trazado:

Esto… ehem… - La chica trataba de recordar a toda prisa que es lo que tenía que decir - No, Sr. Waite… Propiamente no estamos aquí por nada de eso… Verá, este es el Dr. Wiggin y yo le acompaño en su visita por la ciudad. El Dr. Wiggin está actuando como representante de un importante hombre interesado en la historia de Arkham y quería hacerle una visita acerca de la Mansión Crowninshield.

Los nervios le estaban jugando una mala pasada y a Liz le costó aguantar la compostura.

La mujer lanza una mirada escrutadora, primero al doctor y luego a Liz, entrecierra los ojos y frunce el ceño. Da la sensación de... de estar mirando en vuestro interior intentando discernir la verdad de la mentira. Tras unos segundos asiente y con un ademán de la mano para restar importancia al asunto contesta

- Es indiferente. Así que no están interesados en lo arcano... sino en la mansión Crowninshield. Bien, ¿y qué es lo que quieren saber de ella? ¿lo sienten? esta casa desprende poder arcano.

¿Y a qué se refiere propiamente? – Preguntó Liz que ya empezaba a sobreponerse a la situación - Quiero decir, que por lo que parece, usted vive muy profundamente lo arcano y quizá nos podría explicar el origen de ese poder. Precisamente, tengo entendido que el señor por el que trabaja el Doctor tiene sensibilidad por estos temas.

¿Conoce usted algún hecho ocurrido en la mansión que explique su existencia?

Abre mucho los ojos - Desde la construcción de esta casa en tiempos de mi abuelo, se ha alimentado con poder, mi abuelo era un poderoso mago ¿saben? y desde su construcción llevó a cabo cantidad de ceremonias, cada vez que invocamos el poder de lo arcano, para que ustedes lo entiendan, una cantidad considerable de energía que acude al llamamiento, queda impregnada en la casa. Tras yo diría que cientos de ceremonias en tiempos de mi abuelo, de mi padre y mías ahora, la casa ahora está formada por lo arcano como si de un techo o pared o elemento material se tratare.

Que yo sepa, no hay lugar en todo Arkham igual a éste. Ni siquiera el mismísimo cementerio - contesta solemne, viviendo cada palabra y cada frase. Ambos os miráis confundidos, no sabéis qué pensar de ella... se dirige al doctor -¿para quién trabaja doctor? si su empleador es conocedor de lo arcano seguro que sé de quién se trata.

Maldita sea, la historia no se sostiene demasiado si preguntan, esto va a acabar mal, tengo que hacer algo, debo improvisar.

Trabajo para el señor Stewart, un hombre rico aunque algo solitario -le comento a la mujer -le diré la verdad, él no es un gran aficionado a las artes arcanas pero debido a su delicado estado de salud ha empezado a creer en cosas menos científicas, por así decirlo. La idea al principio me perturbo pero no le voy a engañar, yo mismo me he sentido atraido alguna vez por este tipo de rituales, de poderes increibles e inimaginables. Que gran trabajo se podría hacer con ese poder, cuanto bien en el mundo. Podriamos curar a la gente, hablar con los que ya se han ido e, incluso, resolver asesinatos o casos extraños. Sería fantástico -digo con gran motivación, una parte teatral y una parte verdadera cuya proporción no me queda clara ni a mi mismo.

Hace un gesto de extrañeza - ¿Stewart? nunca había oído hablar de él- contestó dando a entender que no estaba muy convencida de la explicación del DR.