Partida Rol por web

Ciertamente esto era justo lo último que podía esperar. Que este reconocido mafioso estuviese mínimamente interesado en esta farsa no era cómico, era intrigante. E inesperadamente mi plan de acercamiento se había visto truncado justo al ponerse en marcha. Ahora no tenía más remedio que lanzarme al vacío. Improvisar.

- señor Volkov, los intereses que represento están muy interesados en un local muy particular, en un recurso ubicado justo en ese emplazamiento. Una máquina muy particular por la que mi corporación pagaría muy bien. Por desgracia el lugar y esta máquina pertenecen a un personaje poco colaborador y creemos que relacionado con la yakuza. Al verle aquí he pensado que quizá le interese un acuerdo de algún tipo que me permita valerme del respeto que impone usted y sus hombres para hacer cambiar de opinión a ese individuo y volverlo más... receptivo a mi oferta. Esto lo convertiría a usted en un socio privilegiado, por supuesto... Quizá esté interesado en diversificar sus negocio.

lo observo temeroso de su reacción, pero disimulo.

—Sé de que me habla —respondió cuando Harlam terminó de darle las señas al completo—. Y conozco de primera mano lo que allí se oferta. He de confesarle que tal mercancía me parece algo sublime. ¿Lo ha probado?. Es extremadamente... real.

El mafioso miraba de manera intermitente el reloj holográfico que anunciaba la cuenta atrás para el inicio de la segunda parte de la exposición de Kuznetsova. Faltaban poco más de dos minutos, y el ejecutivo parecía estar a punto de desesperarse cuando Vólkov comenzó a irse por las ramas.

—Eso fue precisamente lo que hizo que me interesara por lo que Tatiana Kuznetsova ofrece. ¿Se imagina vivir en un paraíso digital de manera indefinida?. ¿Un limbo de felicidad, placer y excesos?. —Casi estaba salivando—. Después de probar la calidad de las experiencias simestim estoy seguro que lo que ofrece Tatiana es algo incluso mejor. ¿Se imagina?.

La cuenta atrás señaló cuarenta y seis segundos restantes.

—Y dígame: ¿Exactamente que pretende hacer su corporación con esa máquina y que beneficio podría obtener yo de ello?.

Treinta y cuatro segundos. Harlam tenía que ser claro y conciso si quería captar su interés.

—En cualquier caso pensaré en ello y, si lo vemos factible, ya le llamaré. ¿Tiene alguna tarjeta? —Se refería a la parte digital de la palabra. Hoy en día nadie que no fuera Oleg Igorevig iba por ahí repartiendo tarjetas de auténtico papel.

Al fin veo algo de luz al final del camino... quizá este hombre sí pueda ser un aliado valioso, no es el misticismo de la falsa profeta lo que ansía, presiento que bien podría ser un demonio con afán de crear su propio averno digital...

- Sí, - asiento volviendo a sonreir con mi nacarada dentadura bien visible- probé la máquina, pero la experiencia fue un poco ... decepcionante. Creo que no fue utilizada con la creatividad que esa maravilla puede ofrecer en manos de alguien más... virtuoso, alguien como usted o como... yo.

Adquiero una expresión corporal más relajada, dando a entender que muestro mucho interés por su comentario. Miro de reojo el cronómetro antes de intentar mi pequeña jugada manipuladora y después de chasquear la lengua hablo.

- Claro que he pensado en ello, señor Vólkov, pero dígame una cosa - uno de mis ojos se cierra ligeramente mientras la ceja opuesta se eleva de forma antinatural- , ¿No ha pensado usted en ser el profeta de su propio paraiso? estoy un poco cansado de la mediocridad - hago un gesto con la mano abarcando el escenario a mi espalda- , quizá alguien como usted de su experiencia, tenga algo que decir al respecto. A fin de cuentas lo único que lo separa a usted de estar ahí arriba en lugar de Kurnetsova es una tecnología que ella nos esconde y vende a plazos. Mis superiores estarían encantados de gestionar esa tecnología, así como de patrocinar a un nuevo profeta más acorde a la realidad de nuestro mundo... un mundo de lobos y corderos. Un mundo de oportunidades para individuos visionarios. Es tiempo de que los lobos puedan ampliar su territorio más allá, ¿no cree?

Antes de que me responda comienzo a retirarme hacia mi asiento mientras me despido.

Mi asistente virtual le hará llegar mi forma habitual de contacto. Espero ansioso su llamada señor Volkov. Este pobre viejo necesita lo mismo que usted, pero no creo que Kurnetsova vaya a darnos lo que buscamos si no se lo arrebatamos...

—Suena bien —dijo después de escuchar atentamente las palabras del ejecutivo—. El problema es que me propone abordar dos frentes al mismo tiempo... Por un lado está el asunto de ese local en el que está interesado su corporación, y por otro, arrebatar a Kuznetsova el control de su proyecto. —Miró nuevamente el reloj digital para comprobar que los minutos de descanso habían llegado a su fin.

—Veo demasiadas complicaciones en ambos casos —dijo—. El local de su interés está en territorio Yakuza, y ya sabe lo que eso implica. Por otra parte, Kuznetsova tiene amigos poderosos e influyentes. Ya me entiende: Patrocinadores de alto nivel que han invertido mucho tiempo y dinero en su visión particular de ese retiro digital definitivo...

—Sobra decir que el segundo... "proyecto", me parece más interesante que el primero, entre otras cosas porque controlar un mundo digital diseñado al gusto personal hace que una experiencia simestim deje de tener relevancia alguna. ¿Para que necesitar una experiencia insertada si se puede vivir directamente una y otra vez en un universo digital?.

En cualquier caso, estaremos en contacto —respondió mientras se dirigía a su asiento. Harlam había conseguido captar su atención y el pez gordo de la Bravtá había visto el cebo. Ahora sólo necesitaba un empujoncito para que terminara de morder el anzuelo...

Suspiro con melancolía, mis ojos casi parecen llorosos con esta iluminación.

- una y otra vez... - repito sus palabras - eso suena tanto a inmortalidad... no hable a un pobre viejo como yo de inmortalidad señor Volkov, hará que me tiemblen las manos. Una inmortalidad diseñada por uno mismo dista tanto del tópico de la maldición de la inmortalidad que nos han vendido una y otra vez... Usted parece describir algo más parecido a la... ¿divinidad?

- Ayúdeme señor Volkov, arrebatemos juntos el secreto de la divinidad a esa mujer indigna de gestionar una cosa así. Yo puedo ayudarle a usted a obtener ese grial, sin necesidad que involucre la organización a la que pertenece. - lo miro fijamente esperando encontrar un hilo de colaboración por su parte del que seguir tirando.

—...iene razón?. ¿El budista y su ciclo sin fin de vida y muerte? —la multitud escuchaba espectante en un silencio casi sepulcral las palabras de la gurú—. ¿El cristiano y su creencia en el cielo y el infierno?. ¿O tal vez el musulman y...

Cuando Harlam volvió al anfiteatro la charla de Kuznetsova ya había comenzado. Se sentó en su asiento reservado en primera fila y Vólkov no tardó en encontrar la manera de sentarse a su lado. Lo cierto es que tan sólo necesitó lanzar una torva mirada al espectador sentado justo al lado del ejecutivo para que este se levantara y se marchara de allí como una gallina asustada. Era evidente que la infamia del miembro de la Bravtá lo precedía allá donde iba.

—...por eso ya no es momento de plantearnos si la verdad actual será también invalidada con el tiempo como ha venido ocurriendo durante miles de años. Ahora podemos. Ahora es el momento de crear nuestra propia verdad...

—Bien, señor Harlam —el ejecutivo no recordaba haberle dicho su nombre en ningún momento—. Le diré lo que vamos a hacer...

Su voz era casi un susurro imperceptible. Harlam tuvo que poner al máximo su amplificador auditivo para entender lo que decía aún estando sentado en la butaca contigua.

—Soy plentamente consciente de que CryoTech, su corporación, es bastante influyente, poderosa y que además dispone de los contactos e infraestructura necesaria para relevarla y continuar con el proyecto —mientras hablaba su miraba estaba en todo momento puesta sobre Kuznetsova.

—Deje en mis manos el trabajo sucio, ya me entiende... —dedujo que, por trabajo sucio, Vólkov se refería a asesinato, chantaje y extorsión—. La parte logística, el dinero para sobornos y para silenciar bocas, será cosa suya y correrá de su cuenta.

Las palabras de Vólkov no eran un plan elaborado ni mucho menos. El mafioso no destacaba por tener un intelecto muy desarrollado ni tampoco por tener una mente excesivamente maquiavélica. En contrapartida, era bien reconocida la efectividad de sus métodos prácticos y generalmente violentos e irreversibles.

—Eso si, para agilizar y ponernos cuanto antes con este asunto, quizá usted podría hacerme un favor con otra cosa...

Harlam dudó un instante. La corporación le había encargado desprestigiar a Kuznetsova, no matarla. El ejecutivo sabía que si dejaba en manos de Vólkov el asunto, el cuerpo sin vida de la gurú cósmica no tardaría en aparecer desnudo en algún descampado...

Sé que lo sabes Harlam pero... tengo que decírtelo:

Hacer chanchullos con la mafia rusa es un tema bastante serio.

¿Estás seguro de en dónde te estás metiendo?.

- Señor Volkov, hace usted honor a su fama. No voy a cuestionar sus métodos, pero le diré una cosa que sí sé: Si cortas la cabeza de un profeta, no terminas con el profeta, lo conviertes en un mártir inmortal. Y eso, señor Volkov, no nos es de ninguna utilidad ni para usted, ni para mí. Hago una breve pausa para que reflexione sobre mis palabras - El cred necesario déjelo de mi parte, pero, por favor, no arroje un cadaver a mis pies, lo que necesito de usted es que la convierta en lo que es, una farsante. - lo miro fijamente ahora que sé que está dispuesto a ayudarme - Conviértase usted en el héroe que desenmascare a esa impostora, ¿no le gustaría invertir las tornas, Sergei? - lo tuteo con cuidado de anticipar si eso lo pudiese molestar- ¿Ser el héroe y no el villano en la verdad que estamos a punto de crear juntos? Yo he pensado en usted, señor Volkov, es usted a quien admiro. No quisiera inmiscuir a sus patrones en esto, imagino que usted es más que capaz de manejar esto con total solvencia. Deje que yo me encargue de la financiación, usted símplemente disfrute de su papel y sorpréndame con los resultados. ¿Podría hacer eso? yo estoy seguro de que sí, pero me gustaría escucharlo de sus labios. No estoy pidiendo ayuda al Konglomerat, se la estoy pidiendo a usted.

Antes de que me responda añado. - El favor que necesita de mí lo realizaré con gusto aunque finalmente no esté a su alcance ayudarme. Yo creo en usted señor Volkov, creo en ti Sergei, porque los hombres determinados son los destinados a hacer grandes cosas. Dígame qué necesita de mí, lo realizaré con gusto y con la esperanza de que sea el principio de una muy fructífera relación entre ambos.

No puedo evitar volver a sonreír mostrando mis grandes y exageradamente blancos dientes mientras espero su respuesta.

—El Konglomerat quedará al margen de esto —indicó—. Tengo a mis propios hombres de confianza. Por eso no debe preocuparse.

Por un momento fingió escuchar las palabras que Kuznetsova pronunciaba al otro lado del anfiteatro. Después prosiguió:

—Ya que mi fama me precede, señor Harlam, debería ya de saber que no soy hombre de argucias ni de palabrería. No soy dado a discusiones ni a duelos verbales, si eso es lo que espera de mi. No soy un cerebrito ni mucho menos. Soy el simple músculo del brazo ejecutor, ¿entiende?. Así es como me gano la vida. Si discuto con alguien ni si quiera me molesto demasiado en intentar convencerle. Simplemente... —su pulgar se arrastró en un arco que cruzó de lado a lado la barba que nacía a la altura de su cuello—. ¿Entiende?...

—...y escribir nosotros mismos el capítulo final de nuestra existencia. Un epílogo al gusto personal de cada individuo. Un retiro inmortal e ilimitado ideal para dejar atrás y descansar por fin de las heridas y el desasosiego causado por el tortuoso camino de una vida sin aparente sentido...

—Es usted quien ha venido a mi señor Harlam, así que dígame: ¿Exactamente que quiere que haga? —preguntó—. Sea específico, por favor. Después hablaremos de ese favor que quiero pedirle.

Estimado Sergei, no estamos todos dotados para las mismas cosas. Déjame a mí, un ser tan débil como yo que debe usar un bastón y cuyas manos tiemblan cuando no deben, que me encargue de las sutilezas. Tú, simplemente haz lo que mejor haces, sé fuerte y temible. Encuentra unos pocos de los conversos y seguidores de Kutnetsova, cuanto más conocidos y notorios entre las masas mejor, y convénceles por tus medios de que si no desean hacer uso de forma inminente del servicio deluxe de Kutnetsova, la emisión final a las estrellas, será mejor que digan la verdad a todos los que quieran escucharles... y la verdad, amigo mío, es que ella los ha engañado, les ha cobrado montañas de cred para hacer falsas copias  digitales de su alma y simplemente borrarlas, ha accedido a los secretos de sus vidas y los ha chantajeado a cambio de que la encumbren en los medios, los ha usado y se ha burlado de sus creencias... pero ha llegado el momento de que el telón caiga y la farsante sea desenmascarada. Es importante que sean muchos, la voz de muchos es mucho más verosímil que la protesta de un disconforme...cuantas más voces mejor. Al final estas voces ahogarán a Kutnetsova, todos pensarán que cuando el río suena es porque agua lleva. Sembrar la sombra de la duda será suficiente. Sergei, la fe es algo muy frágil, parece inquebrantable, pero lo cierto es que sólo basta un golpecito en los cimientos para que estalle en pedazos. Creo que esto lo harás a la perfección, Sergei. ¿no lo crees tú?

Sergei giró por primera vez la cabeza y miró directamente a los ojos de Harlam.

—Así lo haremos —el ejecutivo supo que había firmado el trato. Había hecho un pacto con Vólkov y su depredadora mirada valió más que los vacíos apretones de manos que Harlam acostumbraba a dar para cerrar los negocios.

...por un módico precio en nuestra dirección habitual. Sin compromiso alguno podrán experimentar a través del Digizonte una preview de nuestro retiro espiritual.

—Muchas gracias y... ¡nos vemos en las estrellas! —hizo una ligera reverencia y se despidió con una amplia sonrisa.

El público se levantó al unísono y una ola de aplausos eufóricos golpeó de improviso los oídos de Harlam.

—Estaremos en contacto —no dijo nada más. Simlemente se levantó y aplaudió como el resto del rebaño allí presente. Había vuelto a vestir esa piel de cordero que le cubría y ocultaba como la máscara tras la que se ocultaba su verdadera naturaleza. No era el tipo más inteligente del mundo, pero era astuto.

Me siento tentado de acercarme a conocer a Kutnetsova, pero pienso que no sería muy inteligente que se me viese junto a ella si quiero mantener a la corporación fuera de foco. Así que espero a que los presentes se vayan dispersando y aguardo mi turno para regresar a la ciudad.

Estoy satisfecho, ahora que el perro de presa tiene un buen rastro que seguir estoy seguro de que pronto se cobrará su presa. Creo que he encontrado un buen perro de caza. Aunque queda por ver cuánto me va a costar pienso que mis superiores estarán contentos si les doy resultados pronto. El tema del simestim es otra historia. En eso avanzar está poniéndose cuesta arriba. El tal Kopernik no parece alguien fácil de timar, así que sólo se me ocurre echarle tanta mierda encima que no le quede otra que aceptar mi desinteresada ayuda...

Recuerdo el dispositivo que coloqué: - Ella. ¿Alguna actividad en la grabación que estamos monitorizando? si hay algo muéstrame imagen, si no, continúa monitorizando y avísame de cualquier novedad.

Es mejor dejar que Dimitri haga su trabajo. Sabe el tipo de cosas que me interesan, si algo raro pasa alrededor del fulano kopernik lo verá y me llamará. Tengo muy claro que el dueño del club no es precisamente el tipo de gente que no está metido en tantos chanchullos que ya ni recuerda algunos de ellos. Y cuando te mueves entre la mierda es casi imposible no mancharse. Aquel agente del gobierno, por ejemplo, tenía pinta de ser un marrón de los gordos...

Voy a casa, este pobre viejo necesita un descanso para sus huesos, un traje limpio y algo de tranquilidad. Espero que mientras Dimitri dé señales de vida.

—Sin novedad. El dispositivo no ha captado actividad reciente —la voz artificial de Ella no añadió nada más.

Media hora después la imagen de Dimitri fluyó a través del emisor del dispositivo y se proyectó ante los ojos del ejecutivo.

—Jefe, hay novedades —anunció. Tras el podía intuirse un lugar público. Algún malsano establecimiento de comida basura escondido entre las calles oscuras y húmedas del submundo del piso cero. Harlam casi podía percibir el nauseabundo olor a fritura y sudor a través de aquella proyección.

—Creo que esto le va a interesar... —hizo una pausa, como si se acabara de dar cuenta de algo importante—. establezco conexión segura¹.

El secuaz activó una especie de transmisor de interferencias. Quería asegurarse que nadie ponía el oído en la conversación que iba a mantener con el ejecutivo. Aquella era una acostumbrada medida de precaución impuesta por su jefe...

—Kopernik se ha reunido con un tipo. Un tal Igor. Tiene pinta de mafioso. Adjunto foto —sus dedos teclearon en algún lugar y al instante Harlam recibió la imagen del sujeto—. Diría que es del Konglomerat.

—Hablan sobre un androide relacionado con el Proyecto Inmortalidad de Ilyanin. Parece que se traen algo entre manos. Algo gordo. Le enviaré la conversación al completo en cuanto acabe el encuentro. Ahora mismo les estoy grabando. Están cenando en un tugurio de comida oriental justo delante de mi —cuando dijo eso último sonrió. Le encantaban ese tipo de trabajos, aunque realmente sus favoritos eran en los que se derramaba sangre. Cuanta más mejor...

—¿Sigo tras sus pasos o quiere que haga alguna otra cosa?.

Dimitri, buen trabajo hijo, nunca me defraudas. Pero sal de ahí ya, ha llegado el momento de que te diviertas un poco. Es importante que me hagas caso, ¿entiendes? Ya sé que eres propenso a perder un poco el control cuando te lo estás pasando bien... pero haz caso de este viejo que sabe más que tú de la vida.

Necesito que vuelvas al club de este tipo, Annika o algo así creo que se llama. Lleva uno de tus juguetes y ametralla al vigilante que tenga en la puerta o a algún cliente que pretenda entrar, o  a quien cojones te de la gana. Lo que quiero es que parezca un atentado de la jodida Yakuza. Imita su estilo y encárgate de que quien haya por allí piense que han sido ellos, sé que sabrás cómo hacerlo. Si necesitas cred puedes contar con mi cartera.

Dimitri, no quiero que sea una puta batalla campal, quiero un golpe rápido y efectivo, que nuestro amiguito piense que la yakuza ya no está contento con él... a fin de cuentas ahora parece que está de copas con el konglomerat, ¿por qué le iba a gustar eso a la yakuza? veremos que hace nuestro futuro socio cuando la cosa empiece a calentarse en torno a su local y el gobierno aparezca para hacer su trabajo y mantener la paz y la seguridad de esta apestosa ciudad.

Y no lo olvides Dimitri, sé profesional y haz lo que te he pedido. A cambio, te prometo que pronto tendré otro encargo para tí, uno de los que te gustan especialmente. Llámame cuando esté hecho y deja que la cosa se enfríe antes de reaparecer. Recuerda, no toques a Kopernik, si te descubre o va a por tí, simplemente desaparece.

Cierro la comunicación.

- Ella, "Proyecto Inmortalidad, dr Ilyanin" todo lo que encuentres, muéstramelo.