Partida Rol por web

Aquello no era una sala de interrogatorio sino una sala de descanso. Lo único que mostraba que Natalia Fisher estaba retenida era el guardia de la puerta que dejó paso a los recién llegados. El otro guardia que los acompañaba quedó fuera, esperando, mientras Lockart, Davila, Szorowsky y Knight entraban.

La mujer que allí les aguardaba lejos de parecer intimidada estaba visiblemente enfadada.

Natalie era una mujer joven, con rasgos marcados y firmes. Sus ojos verdes observaron a los recién entrados a través de los cristales de unas enormes gafas de pasta. Llevaba su pelo rubio recogido en un moño formal y el único gesto de nerviosismo que la delataba era la forma en la que le daba vueltas a un enorme anillo que llevaba en el dedo anular de su mano izquierda.

—¿Se puede saber a que viene esta pantomima? ¿Ha fallado su gran experimento y ahora buscan a un chivo expiatorio?

Chris se fue derecho a las máquinas expendedoras y sacó un refresco y una bolsa de patatas fritas. Sin mirar a la tia. Soltó un bufido y negó con la cabeza mientras hacía un gesto con la mano a sus compañeros. -Ustedes son los expertos ¿no? Pues empiecen- Se sentó en una silla, abrió la bolsa y el refresco y observó detenidamente a la científica mientras comía patatas. Sonoramente.

Era evidente que se había perdido la fiesta de fuera, así que quería escuchar la versión de la rubia para sacar sus conclusiones y, de paso, ver como se portaban los interrogadores. Algo había fallado espectacularmente y bien podía haber sido la rubia como podía ser, ciertamente, un chivo expiatorio...

A Chris, sencillamente, le hacían falta datos para poder empezar a hacer las preguntas pertinentes... Mejor que hablaran los demás.

Szorowski parecía negarse a participar en aquel circo así que fue Lockart quien abrió fuego.

—En primer lugar le rogaría que mostrase un poco de respeto señorita Fisher. No está precisamente en una posición de ventaja. Podemos despedirla por múltiples motivos. Demonios: ni siquiera tengo que darle un motivo para ponerla en la calle. Y sólo tengo que mover unos hilos para que su carrera se vaya al traste y no encuentre trabajo ni en una puñetera hamburguesería limpiando los baños. Y eso sin necesidad de saber si es culpable o no, simplemente porque me apetezca.

Se sentó frente a la mujer.

—Así que aclarados los términos de este interrogatorio le voy a pedir que colabore. Porque todos sabemos que tenía una relación sentimental con Samuel Bronson. Tenemos pruebas de que él intentaba modificar el código de Victoriana y aunque fue lo bastante hábil como para destruir su rastro supusimos que era un intento de espionaje industrial. Lo que no nos esperamos fue un sabotaje.

La mujer recibió las amenazas de Lockart como un puñetazo. Puede que el ejecutivo se jactase de no ser un mafioso pero eso se reducía al ámbito físico. Por lo visto aquella gente era capaz de cualquier cosa con salirse de la suya. Y parecían poder hacerlo con total impunidad. El tono de la programadora se relajó.

—Samuel era... raro. No creo que intentase robar nada del proyecto. Usted está en la parte administrativa, no es consciente de la complejidad de este código. Esto no se puede meter en un pen y sacar en el bolsillo de la chaqueta. Dudo que incluso Mazarielli o Zimmer comprendan la complejidad de todo el conjunto que han creado. Y aunque Sam era un genio no es ni de lejos un nuevo Zimmer.

La mujer jugueteó nerviosa con su anillo.

—Sam decía que Demiurgo estaba tomando consciencia de si mismo. Y creo que eso es lo que hemos visto hoy. Sí, yo también me reía de sus paranoias y de hecho cuando fue expulsado ya habíamos dejado de estar juntos porque se comportaba de forma muy rara. Pero ahora...— miró a Chris —Usted estuvo dentro. Vio todo lo que pasaba. Pues bien: fuera Demiurgo bloqueó todos los sistemas por su cuenta. Perdimos el control. Totalmente. Durante horas han estado a merced de una máquina y ha sido sólo porque Rambo— señaló con la cabeza a Szowsky —logró desconectarla que están aquí de vuelta.

Chris enarcó las cejas -Disculpe ¿está diciendo que la IA es, realmente, una IA? ¿Que está viva?- Chris, a esas alturas de la película, no descartaba que fuera cierto, porque además como excusa era un poco ridícula... Pero lo único que tenía era la opinión de un exempleado expresada por la rubia de turno.

Así que suspiró exasperado -Así que, según usted, una IA ha tomado consciencia de sí misma y, por alguna razón desconocida, ha tomado el control de todos los sistemas de la instalación, y ha modificado la simulación para matarnos a Todd y a mí. Por otro lado, aquí los empresarios, sostienen que su colega modificó el programa para sabotear la simulación y desconectar los sistemas... Dígame señorita ¿tiene alguna prueba que respalde su versión o hemos de creerla por su cara bonita?

—Esa era la teoría de Sam.— contestó a la defensiva Fisher —Pero después de lo visto hoy...

Se encogió de hombros, sacándose el anillo y dejándolo sobre la mesa para luego recostarse hacia atrás.

—Pero sea una entidad autoconsciente o un hackeo del sistema en ninguno de los dos casos tengo nada que ver. Pueden revisar mis registros en el sistema: las tareas realizadas fueron las que me encomendaron. Intenté bloquear las IAs agresivas en cuanto vimos que la cosa se iba de madre. Si fuera un hackeo ¿qué ganaba Sam matando a los visitantes? No es ese tipo de persona. Y yo, desde luego, no pondría en peligro la vida de otros por ningún dinero. Al contrario que algunos— su mirada se clavó en Lockart —yo tengo principios y moral. Ningún dinero compensaría tener dos muertes sobre mi consciencia. O tres, teniendo en cuenta la entrada del profesor Feelgood.
 

Szorowki respiró profundo... miró en derredor y rogó no estar en aquella sala. Aquella comitiva le producía una mezcla entre hastío y un profundo desprecio. Incluso aquel extravagante tipo... Knight, le daba especial pereza. Sin embargo desde que Lockhart le había lanzado el órdago, no podía evitar sentirse ciertamente observado y evaluado. Como en una puñetera entrevista de trabajo. Por eso había mantenido un perfil bajo durante el inicio del interrogatorio. Se dirimía sobre si realmente le interesaba el trabajo o podía levantarse y simplemente echar a andar como si se pudiese salir de aquella isla pidiendo un taxi.

- Veamos... Natalie. Me da que me repito más que el ajo pero, la verdad es que esto es complejo. Complejo porque no estamos en los Estados Unidos. No, técnicamente. Ni en ningún país europeo. Ni en ningún lado, en verdad. Y, claro... no hay un ordenamiento jurídico aplicable. No se puede decir que haya habido un delito aquí si no hay leyes que lo codifiquen, ¿no le parece?

Jacob se pasó la mano por el pelo. Trataba de ordenar sus ideas y, sobretodo, de dar tiempo a que la mujer le siguiese en su perorata.

- Pero... supongamos por un instante que esta es nuestra querida América. Supongamos que los informes que emita la compañía hablen de un hackeo. De un caso de espionaje industrial. O, si me lo permite, de un friky que ha facilitado que una IA sea autónoma y pueda llegar a matar a tres personas en el proceso. Usted misma lo ha dicho... este código es muy complejo. ¿Realmente cree que un jurado americano lo entenderá para que Sam quede libre? Yo, realmente no lo creo. Y, claro... si él resulta culpable, es casi inevitable que usted sea procesada como cómplice o como poco colaboradora. Puede que no tuviera participación en la comisión del delito pero sí tenía constancia de que se estaba cometiendo. Sí sabía que Sam estaba haciendo mucho más de aquello por lo que le pagaban. Y todo esto, claro... dentro de la normativa estadounidense. Pero, claro... aquí no hay de eso. Y yo creo, al final, que es una suerte. ¿No le parece?

Jacob había hablado calmado y sin alterarse. Había expresado los datos con claridad y objetividad. Ahora solo restaba infundir algo de empatía en la interrogada para que esta decidiera hacer lo correcto.

- ¿Como se llama su marido, Natalie? - preguntó señalando el anillo. - ¿Tiene ganas de verle...? ¿No le gustaría que el día de hoy acabase así... explicándole el lío que se ha formado hoy en la oficina? ¿Un lío en el que usted no ha tenido nada que ver? Ayúdenos a averiguar cómo Sam manipuló el sistema y antes de que se dé cuenta estará en casa con su marido y esto se convertirá en un simple malentendido. Firme una declaración y esto habrá acabado.

Chris guardó silencio. El flipado del FBI seguía con su actitud "USA! USA!" y ni siquiera se había enterado de que, evidentemente, sí que había una jurisdicción en aguas internacionales. Se les requeriría un examen o algo o les regalaban la placa en una tómbola?

Si embargo, si la tal Fisher pensaba que su destino dependia del ejecutivo agresivo o del paleto con placa aquel mejor, si su futuro dependiera de alguno de esos dos, francamente, se acojonaría bastante...

Así que siguió comiendo patatas fritas, de modo sonoro y con actitud despreocupada...

Fisher dejó de jugar con el anillo y se lo puso en el dedo.

—Mi marido no tiene importancia. Hemos decidido darnos un tiempo.— parecía incómoda al tratar el tema, después de todo se le atribuía una relación sentimental con Bronson —Quiero dejar claro que yo no he hecho nada para ayudar a Sam. De hecho ni siquiera tenía claro lo que quería hacer o cual fue la acusación concreta bajo la cual lo expulsaron de esta isla. Pero si estaba haciendo algo no era precisamente para que la IA tuviera una mayor independencia.

Durante unos segundos guardó silencio, como sopesando que diría a continuación. Parecía haber captado el tono de Szorwosky por lo que al final se decidió:

—Sam quería sabotear Victoriana. Decía que Demiurgo podría ser un peligro y que ni Zimmer ni Mizarelli serían capaces de controlarlo. Yo pensé que era una de sus paranoias e incluso estuve a punto de informar a los directores... pero antes de que pudiera hacer nada fue destituido. ¡Ni siquiera pude hablar con él! Al igual que han hecho conmigo ahora lo aislaron y lo retiraron del proyecto. Si esto ha llegado a este punto no ha sido por culpa de Sam, sino por culpa de la dirección.

Sonrió a Lockart:

—A ver que les parece a sus accionistas ¿eh? Igual ellos no son de correr riesgos que manchen sus manos de sangre.

Chris, como quien no quería la cosa, pregunto desde el fondo entre patata y patata, -¿No sabrá usted por casualidad como pretendía sabotear a la IA? ¿Verdad?- Una idea comenzó a formarse en su mente, pero era demasiado improbable... -Por otro lado, ¿en qué sentido creía su marido que la IA podía ser peligrosa? Y, ya por último, dice que intentó bloquear a las entidades hostiles. Me interesa el verbo "intentar". ¿No pudo por alguna razón cualquiera o alguien o algo se oponía a sus esfuerzos?

Chris tiró la bolsa vacía y se acercó a la máquina expendedora otra vez, ¿Seguro que no quiere nada? Yo me voy a coger un refresco...

—¡No es mi marido!— contestó furiosa golpeando la mesa —Es... era... ¡Maldita sea! ¡Eso no es de su incumbencia! Y si no parcheó esos problemas del código fue porque ustedes lo interrumpieron con esa absurda acusación de robo industrial. Pregúntenle a la Zimmer. ¡Él fue la voz cantante en su despido! Seguramente se habría enterado de que no tenía tanto control sobre el proyecto como pensaba y quiso quitar de enmedio a alguien que pusiera en tela de juicio su conocimiento. Es algo típico de ese bastardo arrogante.

Szorowski suspiró decepcionado. No era esa la respuesta que esperaba y mucho menos la actitud. Aquella mujer se hallaba en un aprieto. Uno grande. Uno tan grande que ni siquiera ella misma era consciente de que su problema era ella misma. Su negativa a colaborar... su manera de esparcir mierda era hasta previsible. El ego de Zimmer bien respaldaba la acusación que la mujer le imponía pero si a alguna conclusión había llegado el agente del FBI desde que el maldito ordenador que controlaba Victoriana habia sido desactivado, era que aquellos multimillonarios no iban a ser detenidos, ni iban a cesar en su empeño de crear y tratar de controlar una verdadera IA ni, mucho menos iban a ser encauzados legal o moralmente.

Entonces... ¿qué hacer?

Un nuevo suspiro salió de los labios de Jacob. Había tomado una decisión. Se acercó a Lockhart y le habló en voz baja.

- Necesito hablar con usted... en privado. ¿Salimos...?

Chris sacó el refresco y, tras oír al "Señor FBI", lo abrió y se lo dejó en la mesa a la chica. -Le he hecho 4 preguntas, ha pegado muchas voces y no ha respondido a ninguna. Ni a la del refresco. Lo cual es impresionante como habilidad para no responder, pero yo reconsideraría mis opciones porque esos dos -añadió mientras los otros salían de la sala- no van a hablar del tiempo. Le repetiré las preguntas por si prefiere gritar menos y responder con mayor precisión. Primera: ¿como pretendía su lo-que-sea sabotear la IA? Segunda: En qué sentido creía su lo-que-sea que podía ser peligrosa la IA? Tercera: Ha dicho usted que intentó bloquear las IAs hostiles cuando la cosa se puso tensa... Bueno, ahí abajo. Ha dicho que lo intentó. ¿Por qué no pudo?

Miró significativamente a la puerta y señaló mientras se acercaba a por otro refresco. -Y, por favor, trágese la actitud ofendida que se está jugando usted mucho si no colabora... Menos voces, menos aspavientos y más información o yo cogeré otro refresco, saldré por esa puerta y me desentenderé de lo que esos dos estén planeando para usted...- se encogió de hombros mientrasa sacaba otra lata.

Mientras lo hacía sonreía para sus adentros. Todos esos episodios de Colombo habían servido de algo. Fijo.

La mujer vio salir a Lockart y Szorwosky. Todavía lanzó un bufido cuando la puerta se cerró, pero entonces pareció centrarse un poco más en la presencia de Chris.

—No sé realmente lo que pretendía Sam. Imagino que pondría troyanos que desactivasen las funcionalidades de ciertos nodos para aislar el funcionamiento de las IAs. El asunto es que Demiurgo es tan potente como la suma de sus IAs individuales, funciona en formato de matriz. Tumbar la IA superior es imposible pero si se logran contener las distintas IAs individuales... pues se resta potencia de ¿consciencia? a la super-IA. Y por supuesto es más difícil detectar algo así. Siempre y cuando no te pillen mientras programas los troyanos.— se encogió de hombros —Lo mío fue más rutinario. Está dentro del protocolo: si vemos que las IA desarrollan un comportamiento extraño tenemos unas funciones que las 'apagan'. La IA entra en coma o se desmaya. Es un protocolo de seguridad de última instancia ya que las otras IA podrían reaccionar extrañadas a que todo el mundo se desmaye a su alrededor y esto provocar una reacción en cadena que requeriría revertir el estado de la simulación a un punto de salvado anterior. Pero supongo que podemos considerar el intento de asesinato de los huéspedes como algo de emergencia ¿no? Pues bien: Demiurgo revocó mis permisos en el momento. ¡Sabía que iba a intentar anular a algunas de sus IA y revertió el protocolo de seguridad por su cuenta!

Luego pareció meditar en la pregunta que faltaba:

—Creo que Sam sabía que podía pasar algo como esto. Incluso peor. Habló del riesgo de que Demiurgo pudiera intentar liberarse y replicarse fuera de la Isla. Pero me parece una locura: no hay nada fuera de aquí que pueda replicar la infraestructura que necesita Demiurgo para funcionar. Ni siquiera el ordenador más potente que tenga la empresa más puntera del mundo alcanza una mínima fracción de lo que tenemos aquí. Pero veo que en lo de que podía poner en peligro a huéspedes no se equivocaba tanto.
 

Lockart se había mantenido al margen mientras Fisher salpicaba con sus acusaciones a todo el mundo. Cuando Jacob se lo solicitó salió con él al pasillo.

—¿La está escuchando?— dijo mientras estaban fuera —Vale que lo que hacemos aquí es asombroso pero ¿quién se cree que es? ¿Sarah Connor? ¿Y que Demiurgo es Skynet? No me cabe ninguna duda de que esta mujer está fuera de sus cabales.

Chris enarcó las cejas mientras pensaba a toda prisa.

Él veía dos opciones para que la IA loca esa saliese de las instalaciones. La primera era descabellada. La segunda, directamente, una locura. Pero claro, hace un rato estaba en una aldea victoriana escapando de unos chiflados...

Se humedeció la lengua y optó por la primera. -Vale, si entiendo lo que dice, las IAs individuales forman la gran IA desequilibrada... ¿Sería posible replicar las IAs en distintos... Ordenadores interconectados entre sí? No haría falta un superordenador avanzado, solo varios superordenadores normales y corrientes, ¿no? Si es así... Hay alguna forma en la que se pueda conectar a Internet y proceder con ese plan de fuga?

Lo malo era que, según la chavala, la IA había sido capaz de anticiparse a los protocolos de seguridad y bloquearlos o puentearlos. Un escalofrío le recorrió la espalda. Era la segunda opción. Que le acojonaba mucho más que la primera... -Por cierto, una pregunta. Por curiosidad,  los personajes del juego este, de la simulación... Nuestros avatares por así decirlo... Solo existen mientras alguien está conectado, ¿no? Al salir se borran ¿cierto? Y, ya puestos, esas IAs de la simulación... Comparándolas con mentes humanas, ¿como de comparables son?

—Internet.— la mujer sonrió —Sí. Esa posibilidad se barajó en los protocolos de seguridad. Podría hacerse, sin duda, pero sería algo muy costoso y elaborado. El problema ahí sería la replicación. Replicarse usando una red de ordenadores 'normales', como un virus, sería lento. Además hay protocolos de seguridad que...— la mirada de Chris hizo que, por primera vez, la mujer lanzara una risotada —Oh, vale... es cierto. ¡Vaya puta mierda de seguridad la que tenemos aquí! El caso es que aúnque hubiera logrado saltarse los cortafuegos y salir tardaría días en enviar la enorme cantidad de datos que hay en este sistema.

Sopesó la segunda parte de la pregunta.

—Bueno... no puedo decirlo realmente. Quiero decir: el que sabe exactamente como funciona una IA completa es Zimmer. Los demás sabemos ciertas partes del proceso. Es tan complejo... Sus avatares, evidentemente, sólo existen durante la estancia en la simulación. Luego al desconectarse desaparecen ya que usamos las sinapsis de los participantes para controlar sus propios avatares. Al terminar esas sinapsis se desconectan y los recursos asignados a los mismo desaparecen. Es una manera brillante de optimizar los recursos.

Chris le pegó un trago a su refresco. Ojalá fuera alcohol. La siguiente pregunta hubiera sido ridícula hacía... Cuanto... ¿24 horas? Ahora solo parecía extravagante. A lo sumo. -¿Y sería factible, no sé, que una IA "invirtiera" el proceso y se descargara en el cerebro de uno de los jugadores y que al desconectarse el jugador se viniera aquí y desconectase esas formidables- la ironía era evidente en la palabra "formidables"- salvaguardas que impiden el acceso a Internet?

Mientras hacía la pregunta, mentalmente deseaba con todas sus fuerzas que la respuesta fuera no. Porque Feelgood había estado solo por allí dentro y Todd había "tocado" aquella cosa rara...

La mujer mantuvo la mirada de Chris. El informático se habría alegrado de escuchar una risotada absurda. De que le llamase loco. Pero aquella mujer estaba realmente analizando esa posibilidad.

—Es... improbable.

No, se decía Chris, no joder. La palabra que quería escuchar era imposible. Improbable es que una pizza recalentada esté rica. Imposible es que alcances de un salto la luna. Imposible. Pero Natalie no le daba esa satisfacción. En lugar de ello parecía preocuparse aún más:

—Se programo el sistema para que las sinapsis conectadas al sistema pudieran realizar tareas de entrada/salida. Evidentemente las sinapsis tenían que ser capaces de interpretar las señales que le llegaban de Victoriana. Pero en principio las laboras de almacenamiento estarían en nuestros sistemas. Volcar una IA en un cerebro humano queda más allá de nuestro conocimiento... es una figura teórica impresionante pero... es demencial pensarlo. Quiero decir: es imposible volcar un cerebro humano en un sistema informático porque la capacidad que debería tener dicho sistema queda fuera de todo parangón pero ¿quién querría hacer lo contrario?

Los dos sabían quien querría hacer lo contrario.

—Joder.— fue lo único que alcanzó a decir la mujer pensando en la respuesta a su pregunta.