Partida Rol por web

Trrrrrriiiiiiin, trrrriiiiiiin, trrrrrrrrriiiiiiiiiiiin, trrrrrCRACHZGHfssssss
Mientras el despertador sonaba decidistes darle un golpetazo a este, claro que era por la mañana y eso de medir tu fuerza medio dormida no lo llevas muy bien asique te cargas otro despertados…mama te va a matar.
Te incorporas de la cama medio sopa, completamente despeinada y frotándote un ojo. Te giras entonces hacia la mesita donde ves una foto dentro de un marco

Sonríes al verla, -Buenos días hermanito…Hoy me voy de viaje.
Sigues embobada mirando la foto y recordando una palabra…viaje, viaje, viaje, hoy me voy de viaje, viaje, via….BUAAAAAAAAAAAAAAAAAA ¿PERO QUE HORA ES?
Que llego tarde que llego tarde que llego tarde que llego tard…
No paras de repetir esa frase mientras te levantas, vistes, arreglas y bajas corriendo. Por suerte lo tenías ya todo listo con bastante antelación al estar tan emocionada por tu viaje inesperado de 15 días.
Cuando llegas a la planta baja hacia el desayuno una red de pescar te alcanza en la entrada y te atrapa.
Como no esa trampa era de tu madre que la puso ahí a traición sabiendo que no te darías cuenta.
-ERU! ¿Cómo no has podido darte cuenta de algo tan simple como eso? 10 flexiones antes de desayunar como castigo.
Vaya…10 flexiones, hoy estaba siendo muy buena. Seria por la hora.
Tras hacerlas más feliz que todas las cosas engulles tu desayuno mientras escuchas una retahíla de consejos por si te encuentras un oso, un jabalí, un asesino en serie, alguien de hacienda…en fin lo típico de tu madre.
Tu padre ya se fue a abrir la tienda de frutas y verduras que tenia, pero como ya te despedistes anoche de él no pasaba nada.
Terminas y sales disparada hacia tu cuarto para recoger la maleta, bajar las escaleras abrazar a tu madre y salir pitando, todo esto siempre con una sonrisa en la cara y más alegre que nada en este mundo. Tu madre parecía algo nostálgica pero sabia como esconder bien sus sentimientos. Al abrir la puerta recuerdas algo y sales pitando con los brazos arriba y gritando como una loca hacia tu cuarto.
-QUE SE ME OLVIDAAA
Te acercas entonces hacia tu mesita, coges el marco y sacas la foto que vistes antes.
-Vamos hermanito, o llegaremos tarde.
Bajas de nuevo a toda prisa. Hija parecías una loca escaleras arriba y abajo XD
Tu madre te mira algo extrañada.
-¿Qué se te ha olvidado Eru?
-Jajajajajaja nada mamá, la crema solar que no quiero acabar como un cangrejo.
Tu madre resopla y sin previo aviso te hace una llave, pero tú consigues evitarla a tiempo con un contraataque.
-¡Pásalo bien hija¡
-¡Si¡
Mientras que vas corriendo sacas el móvil para recordar donde tenias que ir ya que la noche anterior la agencia de viajes te envió un SMS diciendo que debías ir hacia el puerto Medfield a las 10 a.m. donde una lancha esperaría a todos los premiados para llevaros directamente a la mansión en la que pasarías 15 días inolvidables.

Tus sueños con aquella chica tan guapa de la tele se ven interrumpidos por el sonido de tu móvil.
Te encuentras en un apartamento bastante pequeño y cochambroso, pero para ti era más que suficiente y el alquiler era barato asique perfecto.
Gruñes cuando escuchas el despertador. Lo apagas y te das la vuelta para seguir durmiendo…
…30 min más tarde te despiertas de un salto dejando las sabanas por mitad del suelo e insultándote a ti mismo por quedarte dormido. No recordabas que hoy era el día del viaje.
Coges tu mochila y comienzas a llenarla de cosas que encontrabas por el suelo, ropa, calzoncillos, cargador de móvil, chanclas, ¿protector solar? para que…,peine, bañador, en fin todas esas cosas que uno se llevaría a la playa, pero claro a ti te cabe en una mochila lo que a una persona normal le ocuparía mínimo una maleta.
Te sientes bastante animado, la idea de poder descansar aunque sean 15 días es algo que aun no te crees después de todo lo que has pasado. A tenido que ser la diosa fortuna seguro…
Apagas todo antes de salir y te guardas las llaves en el bolsillo. Enchufas los cascos de música al móvil y mientras vas de camino hacia un bus que te lleve hasta allí repasas el SMS que te enviaron desde la agencia de viajes la noche anterior.
Según el mensaje debías estar en el puerto Medfield a las 10 a.m. donde te recogería tanto a ti como a los premiados una lancha que os llevaría directamente hacia el lugar.
Lo tenias todo controlado…más o menos porque el bus que llegaba hasta el puerto estaba a punto de irse…!CORRE¡

Tu despertador comienza a sonar con una musiquilla tranquila, tan tranquila que te da pereza levantarte. La luz del sol comienza a entrar por tus cortinas y a darte en los ojos, lo que hace que te medio desveles.
Toc, toc, toc.
Quien llama a tu cuarto es tu tía Suzuka quien entra a tu cuarto con cuidado con una sonrisa encantadora. Al abrir la puerta un olor a desayuno comienza a inundarte haciendo que tu estomago también despierte.
-Kazuki cariño, ¿ya has despertado? Espero que recuerdes que hoy era el viaje, te he preparado el desayuno abajo cielo, baja pronto no vaya a ser que pierdas el viaje.
Cuando te dice eso te da un dulce beso en la frente como todas las mañanas y sale de tu cuarto dejándote solo para que puedas cambiarte.
Por suerte eres previsor, ya tenias preparada la maleta la noche anterior con todo lo necesario, solo te faltaba elegir la ropa para hoy, desayunar, despedirse de tus tíos e irte.
Por una parte aquel viaje te hacía mucha ilusión, era un gran momento para dejar la timidez atrás, para conocer gente, para vivir nuevas experiencias… pero por otro lado te daba bastante miedo, porque era el momento de dejar la timidez de lado, y no estaba seguro de conseguirlo, ni siquiera de si la gente con la que ibas a estar iba a ser comprensivo contigo o por el contrario se burlarían de ti y te ignorarían.
Con este miedo bajas a la planta baja donde te esperan en la cocina tu tío leyendo el periódico tomando su desayuno y tu tía que ya acabo el desayuno y preparaba la comida que igualmente olía deliciosa.
-¿Ya lo tienes todo verdad?, ¿te echastes la crema solar? ten cuidado que no te quemes y disfruta todo lo que puedas-dice tu tío mientras tomas tu desayuno.
Tu tía capta tu cara enseguida y muestra una media sonrisa.
-¿Qué ocurre Kazuki?
Resignado le explicas lo que te ronda la mente, ellos sonríen al escucharte.
-Cielo, no debes tener miedo a lo que pueda ocurrir, debes estar animado. Es una oportunidad única y ¿sabes qué? El miedo siempre se encarga de hacer que pierdas tus oportunidades, asique lo primero que tienes que hacer es vencer a ese miedo. Solo así conseguirás hacerte más fuerte para superar tus obstáculos y poder disfrutar de verdad de tu vida.
Tras esto te sientes mucho más animado y feliz. Realmente tus tíos son las personas más maravillosas de este mundo a tu entender.
Después de varios besos, abrazos y consejos abres la puerta y vas hacia tu nuevo viaje.
Sacas el móvil para recordar donde tenias que ir ya que la noche anterior la agencia de viajes te envió un SMS diciendo que debías ir hacia el puerto Medfield a las 10 a.m. donde una lancha esperaría a todos los premiados para llevaros directamente a la mansión en la que pasarías 15 días inolvidables.

Sin saber cómo ni por qué, el sueño que habías tenido esa noche te había desvelado en cierta manera, aunque no recuerdas de lo que trataba, por lo que simplemente te quedas tendida en la cama con los ojos abiertos mientras pasa el tiempo. Por este motivo llevabas ya un rato despierta cuando el teléfono comenzó a sonar marcando la hora de levantarse.

Algo perezosa te quitas las sábanas y vas a apagar el teléfono. Aunque fuese verano por las noches seguía refrescando y el contacto con las sábanas se hacía agradable, aunque no te cuesta centrarte en lo que querías, o más bien debías hacer: arreglarte.

Como un recuerdo fugaz te viene a la mente aquel día en el que tu padre fue a una lotería, uno de esos juegos que parecían no tocar nunca, pero, ¡oh, sorpresa! Le tocó el viaje destinado para jóvenes con el fin de pasar 15 días en una bonita mansión con playa, “puede dárselo a sus hijos, si tiene alguno”, obviamente a tu padre sólo le vino un nombre a la cabeza en ese momento: Etzuko.

Tu padre realmente pensaba que este viaje te vendría bien, 15 días para ti y para otros jóvenes con suerte en una mansión con todos los gastos pagados y estando bien atendida en todo momento. 15 días para olvidar, o intentar dejar atrás esos amargos recuerdos y malos momentos, para empezar de nuevo y ser feliz.

A pesar de todo, no parecías compartir el mismo pensamiento que tu padre, pero para haceros un mutuo favor decidiste aceptar el boleto y probar suerte. Por lo menos intentar estar en un paraíso tropical no era tan mala idea después de todo…

Tenías todo lo que podías necesitar en una maleta casi la mitad de alta que tú; aunque seguramente no usarías ni la mitad de lo que contenía en su interior, nunca estaba de más tener donde elegir.

Después de lavarte la cara, ducharte, y de hacer todas esas cosas mañaneras, sales de tu cuarto para desayunar, encontrándote con tu padre con una taza de café –buenos días cariño, te veo bien- dice con su ánimo habitual, con una sonrisa algo cansada aunque cariñosa –deberías darte prisa- gira su cabeza hacia el reloj de la cocina para luego volverte a mirar mientras tomas el desayuno –tu madre te está esperando en la puerta con el coche, yo salgo ahora mismo- te guiña un ojo poniéndose en pie y dejando la taza para lavar.

Ahora lo recordabas, la noche anterior te habían enviado un SMS indicándote que ese mismo día debías dirigirte hacia el puerto Medfield a las 10 a.m., y contando con lo que tardaríais en llegar deberíais salir ya.

El despertador comienza a sonar, para ti de una manera un tanto estruendosa, sacándote de uno de esos sueños que te apetece que continúen, pero que simplemente terminan cuando estás en la mejor parte. Algo enfurruñado estiras la mano para apagar el cachirulo molesto, pero cuando lo apagas recuerdas lo que ocurre hoy y no tardas en ponerte en pie con nuevas energías sacadas nosesabemuybiendedónde.

La habitación no se encuentra precisamente “ordenada”, cosa que cabe esperar de cualquier persona de tu edad. Alguna cosa siempre se queda de por medio, ¿no? Recoges como puedes lo que queda y no te sirve, metiéndolo en distintos cajones sin importarte si realmente debían estar guardados ahí o no, ahora mismo lo único que te importaba era arreglarte para irte cuanto antes y comenzar unas “señoras vacaciones”.

Te duchas bastante rápido y te vistes con las primeras prendas que encuentras, aunque siendo tú, no era nada que quedase mal. Te cuelgas el macuto que sueles utilizar para natación llevando ahí todo lo necesario para el baño, mientras que con una mano tiras de la maleta donde llevas la demás ropa, crema protectora y todas esas mariconadas que te dan las madres pero que ya “si eso” usarías.

Como un rayo llegas a la puerta de tu casa, aunque un sonoro rugido de estómago te indica que debes desayunar.

Apenas habías sido consciente, pero no había nadie en casa, te habían dejado una nota en la nevera:

Cita:

Desayunas lo necesario para llenar el estómago, pero lo suficientemente rápido como para no tardar más de 5 minutos.

Al fin en la puerta y con una sonrisa triunfal recuerdas con gran claridad aquella lotería que ganaste, esa lotería que te va a dar unos espectaculares 15 días, o por lo menos eso esperas. La noche anterior te habían enviado un SMS indicando que ese mismo día debías llegar al puerto Medfield a las 10 a.m. Allí esperaría una lancha que llevaría a los afortunados premieados hacia la isla donde se encontraba la mansión, con gastos pagados y siendo bien atendido en todo momento.

El despertador no para de sonar. Llevaba alrededor de 15 minutos sonando, despertando prácticamente a todas las personas de la casa menos a ti. En la cama se estaba demasiado bien, y la lucha contra las sábanas… Algo demasiado normal.

Uno, dos… tres fuertes golpes en la puerta hacen que por fin abras un ojo, siendo consciente de que había amanecido, aunque la idea de taparte con la manta la cabeza y olvidarte de todo para volver a dormir era demasiado tentador.

-¡¿Pero todavía estás así?! ¡Apaga ese maldito cacharro!- tu madre entra como un huracán en tu cuarto, arreglando todo lo que habías dejado de por medio, quitándote la manta, haciendo que los rayos del sol te cegasen por un momento, dándote directamente en la cara.

Mientras tanto, el despertador seguía sonando, lo que consiguió que intentases apagar de un señor manotazo, estampándolo contra el suelo, donde seguía vibrando y sonando. Finalmente consigues apagar ese aparato creado por el demonio.

-Recuerda que tienes el viaje, no vayas a llegar tarde- te da un beso en la frente y se aleja dejándote espacio vital, hablándote desde la puerta de la habitación –yo me voy a trabajar. Tienes el desayuno abajo, no tardes o se enfriará. Pásatelo bien, cariño, y recuerda ponerte protector solar, y comer bien, y hacer muchos amigos…- y un largo etcétera de las cosas típicas que te pueden decir las madres.

Tras una “corta” despedida por su parte se marcha a trabajar, dejándote en casa solo, listo para terminar de echar las cosas en la maleta…

Tras desayunar, lavarte los dientes y demás cosas mañaneras lo recuerdas. Era bastante extraño, quedaba demasiado atrás, casi como un sueño, cuando por suerte nombraron tu nombre como ganador en el sorteo de 15 días en una lujosa mansión, con todos los gastos pagados, un viaje simplemente para disfrutar de los mejores 15 días del verano.

La noche anterior te había llegado un SMS indicándote que ese mismo día debías partir hacia el puerto Medfield a las 10 a.m., donde esperaría una lancha que llevaría a los afortunados premiados hacia la isla donde se encontraba la mansión.

Te despiertas algo más temprano de lo normal, el Sol, todavía demasiado tímido como para salir, no ha despuntado aún, aunque la claridad del cielo que alcanzas a ver todavía tumbada en la cama te indica que no falta demasiado para que amanezca.

Estiras el brazo y coges el móvil. El despertador ni siquiera ha sonado todavía, falta alrededor de media hora para que la música de tu móvil comience a sonar para despertarte. Decides no quitar por el momento la alarma, por si te vuelves a quedar dormida, aunque es poco probable ya que te encuentras demasiado espabilada como para que eso ocurra.

Decides ponerte en pie y ducharte antes de realizar el viaje. Tenías todo recogido desde hace varios días, para que no se te olvidase nada. La maleta de pie, llena con la ropa que necesitarías, la ropa que usarías este día también la tienes acomodada sobre una silla en la misma habitación, sobre la cual también se encuentra la sencilla pamela que ayuda a que los rayos del sol no incidiesen demasiado sobre tu cara.

Tras ducharte y ponerte la ropa comienza a sonar el móvil, que al final no habías apagado. No tardas demasiado en llegar hasta él y silenciarlo, metiéndolo en una ligera bolsa para el viaje.

Unos leves golpes a la puerta te indican que tu madre ya había despertado. Asoma por la puerta, con gesto serio, aunque dejando ver cierta preocupación en sus ojos. Se acerca hasta ti, eráis de la misma estatura más o menos, y coloca sus manos sobre tu cara -¿ya estás despierta? Creía que te ibas a pensar lo de irte de viaje… ¿estás segura de que quieres hacerlo?, ¿y si te pasa cualquier cosa?, ¿llevas protector solar?- alcanzas a ver por encima de su hombro a tu padre apoyado sobre el marco de la puerta con cierto aire de superioridad, aunque también se le veía algo preocupado, pero se abstenía de decir nada.

Es entonces cuando llega con mayor claridad el recuerdo de la lotería que echaste y el premio… La noche anterior te había llegado un SMS indicándote que ese mismo día debías partir hacia el puerto Medfield a las 10 a.m., donde esperaría una lancha que llevaría a los afortunados premiados hacia la isla donde se encontraba la mansión donde pasarías los próximos 15 días, con gastos pagados y siendo bien atendida en todo momento.

Con la maleta en la mano, y habiéndome despedido de mis tíos, salgo de casa y me dirijo en metro hasta el puerto Medfield, a las afueras de la prefectura. Estoy verdaderamente nervioso. ¿Habría gente agradable? ¿Habría gente maleducada? ¿Tendría problemas con los demás? Todo me aterraba mucho, y, pese a las palabras de mis queridos tíos, no logro abandonar esas mezclas de emociones.

Son las 9:15 cuando llego al muelle privado y valido los billetes entregando mi documentación y mis datos. Tras acabar con el papeleo, me dispongo a buscar la lancha, y espero sacando un libro de mi poeta japonés preferido. No obstante, ni el paseo por el muelle calma mis nervios... mi timidez es algo propio...

El reloj da las 9:45, y hacía diez minutos que estaba en frente de la lancha... No me atrevo a subir.

Estoy a tan solo unos metros de la embarcación.

Un sentimiento de felicidad me atravesaba el pecho haciendo que mi corazon latiera feliz. Por fin podria salir de la eterna rutina a la que estaba sometida. Ya estaba acostumbrada a las miradas frias y superiores de su familia y aunque ahora parecian preocupados, si en algun momento decia que se lo habia replanteado y no queria irse, volveria a la oscuridad de la casa para no salir en lo que quedaba de verano.

Con un movimiento ligero sujete la pamela con dos dedos y la hice girar en mi mano antes de colocarmela en la cabeza. -Claro que estoy segura de irme madre. no te preocupes que no me pasara nada, ademas ya habra alguien con quien contar en caso de que necessite algo. Y me he puesto la crema solar nada mas salir de la ducha.

Con un debil saltito me levanto de la cama y con unas sacudidas me pongo bien el vestido que llevaba, queria algo fresco y no necessitaba nada mas que eso. Aparte de mi sombrerito claro. -Padre...
Demore todo lo que pude lo que queria decir ya que queria ser un poco traviesa, cuando creian que iba a decir algo importante sonrio felizmente y cojo mi bolsita de viaje. -..Tienes preparado el auto? Me tienes que llevar al puerto.Con paso rapido y dando un par de saltitos voy cruzando la casa casi sin despedirme. -Vamos padre. No quiero llegar taaaaarde. decia con un tono musical.

El despertador sonaba una y otra vez, no quería dejar de sonar,, hacia mucho frio para sacar mi brazo al exterior tan solo para apagarlo, se daba vuelta de un lugar a otro, cubriéndose con la almohada para no sentir el infernar sonido.- "Si pudiera ... mataría a quien se le ocurrió la idea de inventar los relojes despertadores".- unos golpes en la puerta hace que habrá mis ojos de golpe...

-ME ESTOY LEVANTANDO ME ESTOY LEVANTANDO!.- a pesar de mis palabras mi madre no me creyó y entro a mi cuarto descubriendo, aun me encontraba en la cama adormilado , se levanta para ver a su madre y se deja caer.

- 5 minutos mas pleese!.- vuelve a cerrar los ojos, mamá se enoja y le quita las sabanas de un tirón y abre las cortinas para que entrara los rayos del sol.- NO! LA LUZ! NOOOOO! ME DERRITOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!.- Se recoge y comienza a dar convulsiones en su cama.-

-VIAJE!!.- abre sus ojos, y siente el cariñoso beso de su madre en la frente, ella abandona la pieza y el chico vuelve cerrar los ojos pero la seguidilla de palabras y frases que decía su madre desde la puerta parecían ametrallar su cuerpo provocando que perdiera todo el sueño.- MAMA SE TE HACE TARDE!... Adiós... te cuidado!...

Al fin tras darse un buen estirón quebranta huesos se pone de pie, se da una ducha, y se lava bien los dientes, no sabia cuantos minutos o horas había pasado desde que había sonado el despertador , pero se movía  super relajadamente, busca ropa limpia para ponerse y coje la maleta sin secarse totalmente el cabello.- Bien! estoy listo!.- Dice empuñando su puño, de carrera sale de la habitación muy alegre deslizándose por la escalera para luego ir a la cocina.-

-¿Haber que tenemos aquí?.- después de analizar la cantidad de comida que había dejado su madre para que desayunara suspira.- Mama te preocupas demasiado...  toma unos panecillos y se los sirve bebiendo  un zumo de frutas de papayas.- Guardo lo que no comió y salio de su hogar  cerrando la puerta con seguro, detiene un taxi y le da instrucciones de viaje, recuerda de pronto que la noche anterior había sonado su móvil, lo busca para mirar el mensaje pero no estaba sin batería.

-Rayos! ... no creo que sea importante.-  Al fin llega a su destino y paga agradeciendo al taxista, se voltea y comienza a caminar sintiendo de pronto una extraña sensación a medida que se acercaba al lugar.-

-Porque siento que la palabra "INSTITUTO" no rima con vacaciones...

Se despertó sin muchos ánimos, hacia sólo un mes había salido del hospital y su salud no se había restituido completamente, he hecho quizás nunca lo haga porque sus pulmones quedaron marcados por la neumonía que la tuvo bastante grave.. Las razones de enfermar, nadie las supo, sus padres a pesar de intuir que no había sido una enfermedad espontánea en su hija, no lograron sacarle mayores comentarios, y por eso prefirieron quedarse a su lado, cuidando de ella. Etzuko lo agradeció.

bajo las escaleras y miro a su padre, que luego de haberse ganado esas vacaciones y decidido dárselas a su hija;volvía a sonreír más tranquilo, él consideraba que un poco de sol y el mar terminarían de restablecer la salud de Etzuko, su madre pensaba que le haría bien, pero intuía que no sería suficiente. Conocía a su hija, la conocía demasiado bien como para tener la certeza de que algo más estaba sucediendo con ella.

-ay papa- exclamo de pronto con gran pereza- en serio debo ir?- pregunto de nuevo la condenada, nada haría cambiar la opinión de sus padres y ella prefiero hacerles caso, de esa manera los aliviaría un poco más, no quería darles más preocupaciones. 

- bueeeeno...- Etzuko hizo un morritos divertido, y cogió una naranja para comenzar a pelarla- como esto y vamos- torció el gesto, a veces podía comportarse como una niña caprichosa, como en ese momento; Etzuko l gustaba su papel de niña pequeña con sus padre y lo interpretaba magistralmente. 

La chica término la matanza de pelar, boto la cáscara y salió por la puerta, en donde su madre la esperaba, miro a todos lados y se sorprendió de no ver a su hermano- Yoshio se fue temprano a la facultad?- pregunto subiendo la maleta que su mama intentaba montar en la cajuela del auto.

Con las manos en el volante y el motor encendido tu madre eleva la vista para cruzarla con la tuya a través del espejo retrovisor -cuando me he despertado tu hermano ya no estaba... quizás tenía alguna clase extra o entrenamiento- se encoge de hombros, y por su tono de voz adivinas que prefiere no hablar del tema. 

El viaje se hace ameno gracias a la suave forma de conducir de tu madre, tomando las curvas con delicadeza, aunque sin la necesidad de ir despacio. Tu padre te saca algunos temas de conversación de vez en cuando de temas triviales. Por su sonrisa no era difícil entender que le resultaba difícil preguntarte por alguna otra cosa por si te hacía recaer de alguna forma en un profundo silencio o alguna enfermedad antes del viaje, por lo que decide dejar las cosas como están, respetando tu intimidad. 

Después de media hora de viaje alcanzas a ver el mar, reflejando la luz del sol en sus olas, pareciendo que hay miles de diamantes. 15 minutos más tardes el coche comenzaba a frenar, llegando así a tu destino. 

Tus padres se ven un poco recelosos de dejarte sola, por lo que tu padre te ayuda a bajar las maletas y te dice que si necesitas cualquier cosa seguirían en el coche hasta que llegasen todos y os marchaseis del lugar. A lo lejos alcanzas a ver a un chico rubio*, de apariencia algo tímida por su forma indecisa de actuar. 

El primero en llegar al lugar es Kazuki, quien se muestra algo receloso, sin saber si esperar a los demás en la lancha o no, pero antes de que se decidiese a hacer nada aparece un coche, del cual baja una atractiva adolescente de pelo largo que brilla en tonos rosas y platino con el Sol. Etzuko había llegado también al puerto, esperando la llegada de los que faltaban... 

¡Meeec! ¡Error! 

Despistado de ti que ni siquiera recordabas lo que hacías ahí ni por qué siquiera habías acabado delante del internado. Definitivamente el calor del verano y esos días no llamaban para ir aunque fuese a visitar el instituto. 

Alguien se acerca corriendo, demasiado rápido... antes de que pudieses reaccionar una chica se estampa contra ti.

(?)... - auch... perdón...- se lleva una mano a la cabeza, la cual había estampado contra tu hombro momentos antes. Cuando levanta la cabeza adivinas a ver a Rima, a quien habías visto el día anterior para terminar un trabajo, una compañera tuya de clase, quien, aunque tú no te hubieses dado cuenta por ser un verdadero despiste, llevaba por ti desde el curso anterior. 

Al verte se pone bastante roja, aunque lo disimula utilizando la mano como visera y haciendo sombra en su cara.

-Se ... ¿se puede saber qué narices haces aquí?- parece bastante alterada. Quizás ni siquiera esperaba cruzarse contigo. Bueno, erais del mismo lugar, por lo que cruzarse por casualidad era bastante normal, pero... -esperaba que ya te hubieses ido al viaje ese- te mira con severidad, casi mala leche mientras se cruza de brazos.

-Yo he tenido que venir por las clases de refuerzo ... ya sabes, tengo que recuperar algunas...- se rasca la cabeza de manera distraída, aunque vuelve a mirarte con el ceño fruncido acercándose mucho a tu cara -aisss...- se separa dejando escapar el aire hacia un lado con gesto resignado mientras se encoge de hombros. Mete la mano en el bolsillo y saca un teléfono -no sé si te habrás dado cuenta (espero que no hayas mirado nada), pero como tenemos el mismo móvil me llevé el tuyo por equivocación...- te da tu teléfono, el cual está cargado y bien cuidado, con el mensaje sin leer brillando en la pantalla esperando a ser abierto. Mientras tanto, Rima coge su teléfono mientras su cara se iba poniendo más y más roja -¡¿está sin batería?! ¡¡seguro que estuviste cotilleando!!- infla los mofletes bastante molesta y te saca la lengua antes de darse media vuelta y dirigirse hacia el interior del instituto, sin girarse en ningún momento, levantando solo la mano a modo de despedida mientras gritaba un -¡¡ESPERO QUE TENGAS UN BUEN VIAJE!!

Estaba teniendo un sueño agradable ... demasiado agradable para que el condenado despertador sonase. Sin pensarlo un momento lo doy un manotazo al tercer timbrazo, calculando mal la fuerza, como me solía pasar... Pero bueno, ¡por lo menos había dejado de sonar!

Me desperezo soltando un agudo sonido, la cama me decía "veeeeeeeeeeeeeeeen", y me vi tentada en caer entre los enredos amorosos de las sábanas, ¡¡pero no!! Un recuerdo fugaz pero lo suficientemente fuerte como para espabilarme de golpe pasó por mi mente: VACACIONES. 

Intento ir hacia el baño para lavarme la cara, pero mis piernas se enredan en las sábanas y termino con la cara pegada en el suelo -aich...- el dolor no era demasiado, por lo menos no para mi, por lo que sin perder un segundo más me termino de quitar las sábanas de encima, le doy los buenos días a mi hermano y corro hacia la ducha. 

Al salir pillo lo primero que encuentro, lo más cómodo posible, unos pantalones cortos vaqueros, unas tenis altas y una sudadera de manga corta color menta. 

No escucho nada al bajar las escaleras maleta en mano, por lo que me imagino que mamá se habrá ido ya... meeeec, error por mi parte. Antes de que pudiese darme cuenta me encontraba pescada entre unas redes como si fuese una sardina, aunque no me cuesta deshacerme de ella. Justo cuando lo consigo una sombra se abalanza contra mí, y con una sonrisa divertida esquivo el ataque de mi madre, poniéndome en posición para luchar. 

-¡Flexiones! ¡Sí señora!- me llevo la mano a la frente haciendo el saludo militar, y en menos de 2,5 segundos había terminado de hacer las flexiones correspondientes, abalanzándome como una fiera hacia la comida, engullendo todo lo que podía en el menor tiempo posible. 

-¡¡me voy!! ah no no no no no...- como una bala subo hacia mi habitación, cojo la foto familiar y me la guardo bien plastificada en el bolsillo del pantalón. 

-¡¡Ahora sí!! El protector solar...- digo mirando a mi madre con una gran sonrisa -no querrás que me queme, ¿verdad?

Le doy un efusivo beso en la mejilla y me voy pitando con la maleta volando tras de mí. Realmente era una maleta que una persona normal difícilmente podría arrastrar... 

El taxi tardaba demasiado para mi gusto... demasiado tiempo. Miro el reloj, todavía me quedaba un rato para llegar al puerto, y... bueno, para quitarme el sueño, ¿qué mejor que una carrerita? Con una sonrisa comienzo a hacer la cuenta atrás en mi cabeza... 

3...2...1... GO!! 

a

-Descuida Rima... No ha sido nada.- Dice ayudando a su compañera aunque no lo necesitaba realmente, ella al verlo comenzó hablar.

-Si en eso estoy...  tal vez esperaba que fuera como uno de esos viajes que haces desde el instituto hacia el exterior en el típico bus...  y si no esperaba que un profesor me indicara.-  "tal vez debí preguntar eso cuando  usurpe el premio!"

-Recuperar clases? haha! mi más sincero pésame.- dice con una enorme sonrisa- OEEH!!.- mira a la chica cuando saca un móvil idéntico al suyo.- Mi móvil! Genial!.- mira la pantalla que tenia un nuevo menaje cuando lo recibe y devuelve el de su compañera.- Que! te juro que no he leído nada, es mas ni sabia que era el tuyo!- Dice un poco nervioso cuando pregunta si ha curiosidad el móvil.

-Gracias RINAAAA!.- Se despide de la chica muy animadamente.- Igualmente pasa bien tus vacaciones! .- Luego de que ella se retira se queda mirando la pantalla del móvil, abre el  nuevo para enterarse de lo que decía.-

La cara del chico rápidamente se fue transformando y exaltándose cada vez más.

-¿Do..donde queda Medfield?... Seguramente el taxita Sabra!.-busca en sus bolsillos donde había dejado su monedero, bolsillo 1.- eh!.- bolsillo 2 .-¡WAAA!....no no no me di digas que que deje mi .. mi  .. en el ... taxi!.- Mira hacia la calle soltando su maleta con una cara llena de pánico da un fuerte grito!

-NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!!.- En ese momento fuera de la tierra justo pasaba un satélite de googleMaps y a fotografiado al chico gritando hacia el cielo.-

Ooji hizo una caída de ojos y arrugó la nota en una mano para tirarla a la basura, cansado de aquella retahíla de consejos y advertencias que su madre le había dado (y las cuales había olvidado casi al completo). Un paquete de galletas y una manzana que comió a medio camino, mientras agarraba el macuto entre los brazos de forma algo ridícula, pero a mitad de camino ya había terminado la manzana y pudo colocarse las cosas como era debido.

Tenía ganas de poder tumbarse en una hamaca y pensar que no tenía cosas pendientes que hacer ese día. Estar al sol disfrutando de un relajante refresco y, esperaba, de alguna chica guapa con la que alegrarse la vista. No es que fuese con muchas expectativas al lugar, pero contaba con que hubiera algo decente que hacer allí.

Estaba cerca de llegar al puerto cuando se dió cuenta de algo, parando en seco. Aiko. Oh Dios, Aiko. Arrancó otra vez a correr, sin cambiar de dirección, y temiendo por su vida el día que volviera de las vacaciones. No se había despedido de su hermana... y lo iba a pagar, sin duda.

Tu grito se oye a varios kilómetros a la redonda, parecías realmente abatido... Pero justo en ese momento algo parecido a una nube de polvo parece aproximarse ... cada vez más cerca... y más cerca... y... 

(Eru)

Llevaba mi marcha bien cogida, la carrera hacia el puerto para espabilarme, cuando de pronto un gran grito resuena por los alrededores. No le doy importancia hasta que tuerzo una esquina y, con la velocidad que llevaba me veía imposible de frenar... -¡¡CUIDADOOOOOOOoOoOoOoOooooo!!- tarde... me había llevado al pobre chaval de por medio en uno de mis derrapes. 

Del mismo golpe lo había lanzado varios metros más allá. Yo me pongo de pie de un salto, sin apenas dificultad, como si no hubiese pasado  nada, y me coloco la maleta en el hombro mientras me acerco hacia él pensando que había muerto o algo. Cojo un palo que encuentro y comienzo a pincharle a la distancia -oooyeee oyeeee ¿estás vivo?- algo alejado de él alcanzo a ver un teléfono, y sin poder contener la curiosidad lo cojo en un rápido movimiento y lo ojeo, para verme en primer plano el mismo mensaje que me mandaron a mí. 

Con cierta sorpresa miro al chico medio inconsciente, aunque parece recobrar el conocimiento -¡¡con que tú también vienes al viaje!!- sonrío contenta de poder conocer a alguien, y cogiéndolo con un brazo, como si el muchacho no pesase nada, y la maleta en el otro, vuelvo a la carrera contrarreloj que me había marcado yo misma, a una velocidad de vértigo. 

(imaginemos que uno de los chicos es la maleta y el otro eres tú xD)